Partida Rol por web

Tres Haikus de Viaje

El Halcón y la Muerte

Cargando editor
20/08/2011, 14:04
Director

Tras dos días de camino, creíais que habíais encontrado lo que buscabais. Haru, se adelanto unos pasos con la mano en la empuñadura. Dos días de caminar, por una extraña planicie de dunas de tierra y mato, con plantas que difícilmente se levantaban un metro del suelo, y que al mismo tiempo, lo cubrían todo, dejando la sensación de que no cubrían nada.

Tras salir de Ginasutra, habíais calculado la ruta usando como guía el templo en lo alto del monte de Osano-wo. Buscabais los restos de vuestro enemigo. Un hombre que aun era un misterio. Para vosotros y para los monjes….

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:05
Monje Godai.

Flashback

El monje Godai, no sabía explicar cómo podía ser que aquel al que habían acunado como compañero fuera un asesino. Las pruebas encontradas en su campamento eran irrefutables, pues entre los monjes del fuego y el trueno, más de uno había topado con esos elementos a lo largo de sus andanzas de juventud.

Poca información os pudieron proporcionar sobre el fantasma que había vivido entre ellos. Había venido, desde el clan del Escorpión, y había colaborado poco con ellos, manteniéndose oculto en el bosque, en búsqueda de su propio ser. Eso era algo más normal de lo que parecía, y nadie quiso darle mayor importancia.

Godai, miraba las inscripciones de la pared del asentamiento y era incapaz de dilucidar qué información podía esconder.
Siento no haber podido hacer más por vosotros. Os mande hasta este lugar para avisar al que creía un compañero, y resulto que el mismo era la bestia que atemorizaba los corazones de las gentes de bien en este lugar.

Ojala pudiera acompañaros en su búsqueda. Pero me temo que mis responsabilidades para con el mundo, están en este lugar.

Tras dulces palabras, e invitaciones a pasaros cuando quisierais os marchasteis del templo. Dejando atrás muchos recuerdos que difícilmente podrían borrarse de vuestra alma.

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:06
Director

Las armas del Kuni estaban preparadas, y su mente también, pues si aquel enemigo había sobrevivido, cosa poco probable, sería mejor no darle cuartel.

Mientras Adako, afinaba cada sentido que tenia para estar alerta. No caería dos veces bajo una lluvia de flechas, de eso no cabía duda.

Haru, tras subir una ladera de menos de dos metros, encontró lo que buscaba. Un cráter de cierta profundidad. Y en él, restos de plumas quemadas. Sin duda habían llegado al lugar del impacto.

Pero no había ni rastro del hombre al que perseguían. Los tres habían decidido emprender una búsqueda personal, y aunque no habían explicado sus motivos. Todos aceptaron a sus compañeros sin preguntar el porqué.

Ahora que sus pistas volvían a enfriarse, Haru miro a Kiru y a Adako. Donde podía haberse escondido aquella alimaña. La estepa cerca del bosque de Shinomen era demasiado grande para buscar piedra por piedra y planta por planta.

Kiru se acerco hasta el cráter para echar un vistazo. Se veía como algo o alguien había salido arrastrándose de allí, pero hacia donde….

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:07
Shosuro Komoe

Flashback

Sosuro Komoe había sido una tumba. Tras interrogarlo con cierta sutileza, este parecía no querer aportar ninguna información.

Estaba claro que alguien le había pagado o amenazado por cubrir el rastro del misterioso monje asaltante. Pero sería muy arriesgado ponerlo al descubierto sin ninguna prueba.

Sin embargo, al comentarle, que el monje loco, había caído a plomo desde un acantilado del monte, este había empezado a respirar mejor.

Estaba claro que sus miedos eran muy reales. Y viendo lo que habías presenciado, no podíais culparlo por ser un cobarde asustadizo.

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:08
Director

Tu sabias a donde se dirigía aquel agente de Niebla Asfixiante. Ya te habías topado con ellos en varias ocasiones. Y estabas seguro de que Haru sabría a que facción pertenecía vuestro enemigo.

Este tenía instrucciones para ir hasta las tierras del Halcón. Y estabas seguro de que hacia allí estaba huyendo en el momento en el que sus alas se desplegaron. Quizás con suerte, muriera en la caída. Pero algo en tu interior te decía que aquellos asesinos tenían más de un as guardado en la manga.

Ahora, mientras ves las señas del cuerpo salir de allí, estas convencido de que de querer seguir la pista, solo hay un lugar.

Pero tu misión ahora mismo era más importante que vendettas personales. Sin embargo, quizás el hacer, quizás la mano de Osano-wo nuevamente, o otra divinidad, habían puesto la dirección de escape del secuaz justo en los alrededores del lugar donde estaba una de las plantas que necesitabas.

Así que tras meditarlo poco, decidiste que irías en aquella dirección. Y parecía que tanto Haru como Adako habían decidido lo mismo.

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:09
Director


La aventura y la experiencia habían llegado a tus manos y pies, de una manera abrumadora. Eras una artista, en un viaje para aprender más sobre tus propias limitaciones y tu estilo.

Y sin embargo, cuando fue necesario de ti, que fueras una luchadora, eso fue lo que fuiste. Siempre supiste que podías hacerlo. Pero nunca fuera de un dojo en la academia habías puesto en práctica ninguna de esas acciones.

En cierta manera te gusto. Y sin embargo, parte de un miedo irracional se había acunado en tus entrañas. El hombre al que te habías enfrentado representaba todo lo malo que podía haber en el imperio.

Y lo desconocido te asustaba tanto. Pero no eras la hija de un mercader, o de un granjero, eras la hija del venerable Kakita Kochame, un guerrero, un dirigente. Y no podías volver a tu casa, o emprender otro camino que no fuera el de descubrir la verdad.

Además, tus dos compañeros, cada uno a su manera, te fascinaban. No sabías que los movía de verdad, que les impulsaba, pero al verlos mirar el vacio en el acantilado, supiste de manera fidedigna, que irían hasta el fin del mundo para cazar a aquel asesino.

Ahora, tras mirar el mapa que te dejara tu maestra, y ver que aunque el bosque de Shinomen y un Halcón estaban dibujados en el, quizás no fueran parte de los lugares de aprendizaje por los que ella paso. Y piensas. Si es mi viaje, porque no puedo hacerlo a mi manera.

Ese es el motivo por el que te encuentras junto a un cráter vacio, en busca de un asesino que se ha convertido sin tu quererlo, en el próximo obstáculo a derrotar para llegar a ser tu misma.

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:09
Director

No podía ser cierto. Aquel hijo de bakemono se había vuelto a escapar. Ahora tu prioridad era encontrarlo, y sacarle como fuera toda la información.

Mientras estabas aun en el templo, o incluso cuando Kiru  y Adako tomaron las riendas del interrogatorio del Shosuro, tu corazón no dejaba de latir con fuerza.

Ahora, te preguntas si quizás Godai supiera algo mas, aun sin él saberlo. O si, deberías de haber interrogado tú al Shosuro, aunque eso supusiera dejar entrever parte de juego, y quizás colocarte en una posición complicada frente a los enemigos de tu clan. De tus dos clanes.

Sin embargo, cuando partiste en busca de los restos del monje asesino, sentías que la historia no había acabado. Aceptaste sin mucho discutir que Adako y Kiru te acompañaran. Eran gente de fiar, aunque no confiaras del todo en ellos.

Tus instintos te decían, que ellos, de alguna manera, podían ayudarte en tu empresa. Y aunque te hubiera gustado saber que los habías manipulado para ello, lo cierto es que fueron ellos los que por sí solos se habían puesto a recorrer la misma senda que tu.

Ahora, Kiru observaba el cráter mudo y pensativo. Era el momento de preguntar, de saber que les impulsaba a ayudarte, o al menos a discurrir la misma senda que tu. Y quizás,  y solo quizás, confiar.

Notas de juego

Continua...

Cargando editor
20/08/2011, 14:17
Director

Ahora, el silencio es únicamente roto por el aire que pasa por todo el lugar. Tres personas, tres samuráis se encuentran en la encrucijada de su propio destino.

Cada uno con su propia historia, con su propia senda. Con objetivos que pueden cruzarse quizás, si los Kamis lo permiten.

A un lado, más estepa, al otro se abre paso el formidable bosque de los misterios. Que tras cientos de años, sigue sin ser explorado sino por los más valientes o los más locos.

Allí os encontráis, esperando para dar el siguiente paso en vuestra propia senda hacia el bushido.

Notas de juego

A jugar!

Cargando editor
28/08/2011, 17:42
Kakita Adako

"Halcón siniestro,

Negro enigma de Muerte,

a Shinomen vas."

 

Los tres guerreros, desconocidos unos de otros hacía tan poco, ahora unidos por una fuerza que sólo podía ser el Destino, miraban en silencio la encrucijada.

A un lado la llanura, y al otro la espesura maldita, y la certeza.

Adako se giró y miró a sus dos compañeros a los ojos. Lo que pasara por su cabza con respecto a ellos, en ella se quedó. Sin embargo, el calor de la mirada que les dirigía, y la solemnidad, hablaron de compromiso, y de aprecio. Hablaron de confianza ciega, de gratitud, de honor. Y de resolución, de voluntad.

Sin pretenderlo habían dado el primer paso juntos, y ahora los tres sabían que seguirían juntos en los siguientes que dieran. Y hacia dónde... era transparente como el agua de lluvia de una mañana de mayo.

Shinomen.

La Grulla volvió de nuevo los ojos hacia el bosque, y murmuró un haiku. Otro que anotaría en su pergamino de viajera. Y luego asintió.

-Es ahí. Ahí sigue nuestra senda. En el mapa de mi Maestra, quizá inspirado por los Kami, el bosque se mezcla con la figura de un Halcón. Sí, no me cabe duda. Ése es el camino...

Cargando editor
29/08/2011, 14:50
Bayushi Haru
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Buscar pistas

Tirada: 5d10

Resultado: 7, 8, 8, 9, 4

Notas de juego

Percepción: 3 / Inteligencia: 3 / Investigación: 2

Te dejo una tirada para buscar rastros. No se con cual se tira. A la tarde cuelgo el post.

Total: 25

Cargando editor
29/08/2011, 19:22
Bayushi Haru

El Escorpión casi no había abierto la boca durante los últimos días. Se había sumido en un pensativo silencio desde que derribaran al monje maldito de los cielos, y solo lo había roto en muy contadas ocasiones desde entonces. Ni siquiera había participado de los interrogatorios, contentándose con mantenerse en un segundo plano mientras la Grulla y el Cangrejo intentaban darle un sentido a todo el asunto.

Su mirada se había vuelto algo hosca y retraída, y había desaparecido por completo aquel talante afable y jovial de sus primeros encuentros. Ningún destello de sonrisa abandonaba el refugio que constituía la fría máscara de porcelana. Ninguna palabra de camaradería. Ninguna explicación.

Aquello era extraño. Y sus compañeros, aunque apenas si lo conocían, eran bien concientes del particular estado de perturbación que aquejaba al misterioso samurai. Sus formas seguían siendo impecables, y su conducta irreprochable. Pero su espíritu batallaba en algún insondable conflicto del que todos parecían estar al margen.

- Diablos !!! – maldijo el Escorpión entre dientes, en un arranque de furia que sorprendió a todos los presentes. Era la primera vez que alguien descubría al templado Bayushi en un estallido semejante.

Haru había estado indagando por los alrededores del paraje, estudiando la zona en busca de pistas que pudieran indicarle el paradero de su enemigo. Durante algunos instantes, había seguido un sendero entre la vegetación, uno que aparentemente solo él podía vislumbrar, pero finalmente se había detenido en seco, escrutando la espesura con gesto confundido.
- Ese bastardo lo hizo de nuevo!!! Tendremos que perseguirlo hasta el maldito fin del mundo…

Haru continuó maldiciendo por lo bajo durante algunos instantes, mascullando frases ininteligibles mientras deambulaba por los alrededores. En cierto momento, pareció incluso que había decidido descargar su frustración pateando unos matorrales.
 

Cargando editor
30/08/2011, 18:19
Kuni Kiru

Es extraño como a veces, los objetivos personales se entremezclan para dirigirte en una sola dirección, una que quizás no hubieses tomado si sólo uno de esos objetivos señalara a un punto distinto.

El pasado se mezcla con el futuro en una extraña amalgama sin tiempo concreto, en donde lo vivido se confunde con lo olvidado, como si se tratara de una cicatriz que vuelve a sangrar sin razón aparente. Hoy me encontraba en una situación diferente a aquella en la que viví con otro de esos de la que se hace llamar, la niebla asfixiante, y por alguna razón me siento como si no hubiera pasado el tiempo y siguiera en la propia ciudad imperial, persiguiendo a siniestros personajes, sin tener claro que es lo que me espera al final del viaje.

Siento el peso de mi pasado sobre mis hombros, un pasado que se extiende más allá de mi nacimiento y que ha determinado mi vida. Una lucha eterna contra las fuerzas de más allá de la muralla Kaiu, que se repiten ahora a kilometros de esta, una lucha que parece no tener fin.

-Creo que se dirige a tierras Halcón- digo ante la manifiesta frustración del escorpión, en tono tranquilo, como si estuviera absorto de todo aquello que me rodeaba. Estaba cansado, pero no era un cansancio físico, más bien era el cansancio de aquel que descubre que todo esfuerzo parece inútil cuando se lucha contra el mal, pero que no puedes hacer otra cosa que luchar.

Cargando editor
30/08/2011, 19:45
Director

Las palabras del shugenja caen como granizo contra vuestros pechos. De alguna manera, el saber que el atacante misterioso aun sigue libre os conmociona a todos.

Pero aun es más sorprendente que el cangrejo tenga una idea clara de a donde ha podido ir. Porque las tierras Toritaka, el valle de los espíritus, donde moran las leyendas y que protegen los hombres del pequeño y orgulloso clan del Halcón, no es, ni con suerte, la opción más lógica.

Podría ser que vuestro asaltante se internara en el bosque del Shinomen, a pesar de ser un lugar de pesadilla según las lenguas populares, o podría sin embargo, haber vuelto a Ginasutra, o quizás haber buscado una senda hasta Ryoko Owari, la ciudad de las mentiras, que estaba al norte.

Las posibilidades eran muchas. El viento, que mecía a ráfagas vuestra ropa, haciendo que vuestras voces sonaran más apagadas que de costumbre, era un mudo testigo de vuestras acciones.

Habíais llegado a un punto sin retorno, pero solo Kiru san sospechaba a donde os llevaría vuestra búsqueda.
Todos tenéis secretos. Un pasado y sobre todo un futuro que pintar con vuestras decisiones. Ahora, los tres, a la intemperie, debéis encontrar la senda….

Cargando editor
31/08/2011, 16:38
Kakita Adako

Las Tierras Halcón... el boscoso paraje del Valle de los Espíritus....

Adako había dado por sentado que el bosque del mapa, el que mostraba al halcón sobre él, era Shinomen. Pero no tenía ninguna certeza de eso. Y, sin embargo, el Cangrejo parecía saber con cierto rigor la dirección que había tomado la sombra al disolverse.

Podría ser, ¿por qué no...?

Miró dubitativa hacia la espesura frondosa y oscura que alzaba su mole cercana. Nadie había salido vivo de allí, ¿lo habría hecho su Maestra...? No era probable. Y aún menos probable que lo hicieran ellos.

¿Las Tierras Halcón...?

 

Cargando editor
31/08/2011, 17:31
Bayushi Haru

El Escorpión seguía inmerso en su torbellino personal de furia y frustración, maldiciendo por lo bajo a cuantas Fortunas conocía y lamentándose amargamente por su negligencia. Había estado tan cerca… solo había necesitado un golpe de su katana y todo habría terminado. O para ser más exacto, “comenzado”. Pero su estupidez le había obsequiado una nueva oportunidad a su enemigo, y este la había aprovechado. Ahora había que empezar todo de nuevo.

Sumido en tales pensamientos, apenas si era conciente de lo que sucedía a su alrededor. El silencio de la fronda y los dulces aromas que flotaban en el aire profundizaban aquel talante distante e introspectivo, y por momentos el Escorpión sentía que estaba completamente solo en el bosque. Sin embargo, un nuevo suceso llegó para romper aquella quietud. Algo inesperado, que sacudió al Bayushi y lo devolvió bruscamente a la realidad.

- ¿Las tierras… del Halcón? – murmuro sibilina y muy pausadamente, mientras sus ojos se alzaban con sigilo para buscar la mirada del Kuni. Haru estudió el semblante de su compañero durante largos instantes, con aquellos chispeantes ojos oscuros reducidos a meras rendijas inescrutables.

De inmediato, volvió a centrar su atención en la espesura, girándose para estudiar con detenimiento la zona que acababa de atravesar en medio de pataleos y berrinches. Por último, alzó su vista a los cielos, evaluando algún punto difuso por sobre la bóveda celeste que lo cubría todo.

- El Kuni tiene razón. Las huellas apuntan en esa dirección. Aunque… ¿tú como diablos lo sabes, viejo amigo? Ni siquiera te has dignado a bajar la vista para estudiar el terreno. Será cosa de shugenja, supongo…

- Puede ser… - Sus palabras habían adquirido mayor determinación, pero todavía podía notarse en ellas un ligero tono de duda. Aunque la confusión parecía ir más allá de los meros signos en la tierra, como si hubiera quedado prendado de algún pensamiento lejano. Por primera vez desde que llegaran al claro, los ojos del Escorpión se posaron sobre la Grulla.

- Disculpa, Adako, pero… hace un momento… ¿dijiste algo sobre un halcón en un mapa?

La Grulla tampoco había estudiado los rastros. Pero parecía saber tan bien como el Kuni hacia donde se dirigía su objetivo. Tal parecía que, por una vez, era el Escorpión el único que se movía a tientas.
 

Cargando editor
31/08/2011, 17:43
Kakita Adako

La joven parpadeó, súbitamente arrancada de sus propios pensamientos por la voz algo alterada aún del Escorpión. Le miró, lenta en captar su pregunta por una vez. Cuando lo hubo hecho, asintió.

Son dos desconocidos aún, sólo un día de camino juntos, y, sin embargo...

La decisión estaba tomada ya antes de la pregunta, antes de la respuesta, antes de la mirada. Adako había decidido confiar, y poner en manos de esos dos desconocidos su Destino, y asumir el de ellos a su vez. Habían formado una alianza, y por tanto, no habrían secretos. No por su parte. A pesar de ese único día de conocimiento.

-Mi Maestra, al enviarme a mi viaje iniciático, me entregó un mapa, uno extraño. Críptico, diría. En él no hay itinerario, sólo lugares, y en clave. Por él llegué a Osano Wo. No hay nombres, sólo símbolos, y uno de ellos muestra un Halcón. En un bosque. Pensé que era Shinomen, pero... tras las palabras de Kiru... bien, puede que sea la boscosa tierra del Valle de los Espíritus, sí...

Cargando editor
04/09/2011, 06:30
Bayushi Haru

El Escorpión observó pensativo a la Grulla durante algunos instantes. Demasiados quizás como para mostrarse satisfecho con la respuesta. Para peor, aquella demoníaca máscara de porcelana le daba un aire desconfiado y furtivo, como si se tratara de una presa acorralada que buscara ansiosa una vía de escape.

A pesar de todo, el Escorpión no tuvo ninguna reacción intempestiva, sino que se limitó a observar atentamente a sus compañeros, sumido en un profundo silencio. Su mirada iba alternativamente de la Grulla al Kuni y viceversa, como si no acabara por decidirse a algo. Finalmente, dio por zanjado el asunto cuando agregó:

- Sigamos. Esa rata ya nos ha sacado suficiente ventaja. Tenemos un rastro. No perdamos más tiempo.

Cargando editor
05/09/2011, 20:09
Director

Los tres amigos, los tres desconocidos empiezan a andar, con Haru a la cabeza, que parece tener un rastro.

Lentamente os acercáis mas y mas hasta el poderos y insondable bosque de Shinomen. Un lugar de leyendas, de rumores, un lugar de pesadilla. Inmenso, inexplorado. Y como si los propios Kamis quisieran advertiros de la locura que sería internarse en el, empezáis a sentir la presión de tenerlo cerca.

Afortunadamente, vuestros pasos se empiezan a encaminar hacia el norte, sin llegar a entrar en el bosque. Es como si vuestro enemigo fuera igual de consciente de lo que vosotros estáis sintiendo, y no quisiera tentar ya su mala suerte.

El rastro de ramas rotas, y marcas de sangre, es más o menos fácil de seguir. Seguramente no estuviera intentando evitar que alguien lo siguiera y sus heridas debían de ser de gravedad.

A veces, el sonido de la marcha es roto por el ruido de algún animal, que no veis, pero que sentís.

Además, vuestros propios sentimientos son duros compañeros de viaje. El mutismo que es ir a hacia un destino incierto.

Un lugar se perfila, uno que no está al norte, sino al otro lado del bosque, y que parece sacado de los sueños de algún extraño poeta. Un lugar poco frecuente al que raramente llegaban los caminos.

Sería realmente ese lugar el objetivo de vuestro misterioso atacante.

Cargando editor
08/09/2011, 00:47
Bayushi Haru

Durante un largo rato, el Escorpión permaneció en silencio, algo distante, sumido completamente en la fatigosa tarea de seguir el rastro que había encontrado. Todo lo demás había dejado de tener importancia. El clima, el bosque, los extraños sonidos que surgían misteriosos de vez en cuando. Y, por sobre todo, sus compañeros. Haru apenas si los miraba, y no pronunció palabra durante todo el trecho.

Pronto, todos en la pequeña compañía comenzaron a intuir algo extraño en el comportamiento del Bayushi. Después de todo, ya no quedaban rastros de aquella verborrágica amabilidad de la cual había hecho gala durante el día anterior, y tampoco de esa fría seguridad que conseguía poner los pelos de punta. Parecía haberse vuelto más huraño y ansioso. Desesperado quizás. Como si el tiempo se le acabara.

Sin embargo, luego de algunas frustrantes marchas y contramarchas, luego de algunos rodeos innecesarios y de varios despistes, comenzó a vislumbrarse con claridad la dirección en que se encaminaba su presa. Además, Haru se fue acostumbrando a la pista que estaba siguiendo, y ello le permitió relajar un poco su tensa vigilia. Quizás no pudieran conocer aún el destino final de su enemigo, ni mucho menos las intenciones que lo conducían hacia ese lugar. Pero estaba claro que se dirigía hacia el Norte. Y, de momento, eso era suficiente.

- Al menos no tendremos que internarnos en este maldito bosque. – dijo luego de un larguísimo rato de mutismo absoluto. – Confieso que me pone los pelos de punta.

Parecía hablar para si mismo, como agobiado por la necesidad de liberar sus propias tensiones.

- Pero si nuestro enemigo también le teme, como todo parece indicar, quizás no suponga una amenaza tan terrible como creemos. Tal vez haya gastado toda su magia en ese escape.

Por primera vez en mucho tiempo, el Escorpión se giró para mirar al Kuni.

- ¿Tú que dices? ¿Crees que le queden todavía algunos trucos bajo la manga?
 

Cargando editor
09/09/2011, 10:30
Kakita Adako

El silencio era efectivamente opresivo. Y en el ánimo de Adako, ni siquiera el percatarse de que no se adentrarían en Shinomen alivió ese peso. Concentrada y seria, avanzó siguiendo al Escorpión. En sus titubeos, en sus acelerones, en sus idas y venidas. Siempre en silencio.

La pregunta de éste al Cangrejo, cuando por fin se detuvieron, la encontró recuperando el aliento. Y esperó la respuesta sin perder su mutismo.

Aunque algo en su expresión hablaba de muchas otras preguntas. ¿Por qué, si parecía que iban a ser compañeros a la fuerza, si todos lo habían aceptado así, por qué ninguno de los dos hombres se había sincerado? Las mujeres cargaban con la fama de insinceras y tortuosas. Sin embargo, ambos hombres, en este caso, sabían mucho, y no confiaban nada. Ella había sido la única ingenua en compartir su motivo, y sus intenciones. Si todos lo hacían estaba segura de que todos comprenderían mucho más, y todos estarían mejor preparados y dispuestos para llegar al fondo de lo que las Fortunas les habían puesto en el camino. Fuera lo que fuera.

Pero, no. No era así. Sin ni siquiera apercibirse se encogió de hombros, impotente. Y siguió callando.