Partida Rol por web

Ethan abrio los ojos de golpe. Empapado en sudor. Hanna acababa de entrar en su habitacion para ver que estaba pasando a su compañero. Preocupada por el ya que no podia dormir y le estaba escuchando agitarse en sueños.

- Ethan... ¿Estas bien?.- susurro con preocupacion. Se acerco y se sento al borde de su cama. Te escuche, estabas hablando en sueños, no entendia que decias pero sonaba... mal.

Brown se tensó al instante, caja de música, colores... Un señor malo... Aquello tenía toda la pinta de ser lo que estaban buscando a menos que la niña fuese una pequeña hija de satanás y aquello fuese una apestosa trampa. Miró a Murphy esperando ver si él pensaba lo mismo que él.

Dime... ¿Donde está esa caja de música ahora? ¿La tienen el señor Orphen y ese señor malo? -Se sorprendió hablando a la niña casi tartamudenado. No le gustaban los niños. Y menos aquella cría, tenía algo de siniestro.-

La niña asintio.- Mi osito dice que el señor Orphen la ha encontrado para el señor malo, pero no la sabe hacer funcionar... y el señor malo se va a enfadar con el....porque le prometio que podia hacer que funcionara

La niña miro la oscuridad del final del pasillo. En el pasillo comenzo a bajar la temperatura. La niña temblo y se abrazo aun mas al osito mientras un suspiro de aliento se dibujo en el aire como si fuera humo, por descenso de la temperatura. La luz del final del pasillo temblo y parpadeo, se apago y todas las demas comenzaron a apagarse como si una ola de oscuridad quisiera atrapar al pasillo por completo.

La niña os miro aterrada. Por favor... mi osito tiene frio... tiene miedo...- dijo con los ojos llorosos, suplicando que la dejarais entrar

Murphy, métete con la niña en la habitación y despierta a los demás -Dijo mirando hacia el final del pasillo donde parecía que la temperatura descendía- Es una orden dijo para evitar que Murphy discutiera. Yo voy a echar un vistazo al fondo del pasillo.

Sin mirar atrás empezó a avanzar por el pasillo con pasos cortos y medidos y los brazos levemente levantados en guardia.

Jeremiah no espero replica. Salio al pasillo y la niña entro en la habitacion, donde el frio no atravesaba por alguna razon. En cambio Jeremiah sintio que daba un paso al interior de un congelador.... la oscuridad se cernio dejando el pasillo completamente a oscuras, perdiendo en sus sombras toda vision sobre el hombre negro que pudiera tenerse desde el umbral.

La oscuridad lo alcanzo. Sintio que ya no estaba en el pasillo... fue como si hubiera caido en algun lugar apartado del tiempo o el espacio.

En la oscuridad sintio que toda la rabia de su corazon se acrecentaba. Contra los nazis, contra todos los que le habia despreciado... era como si sacara lo peor de el sin razon aparente. El peor sentimiento... Traicion.... en el pasado se habia enamorado de Hanna pero ella... ella le traiciono. Aquel recuerdo fue una punzada en su pecho, dolorosa y cruel....

Jeremiah miraba alrededor perdido no sabía donde estaba, perdido miró a ambos lados sin ver nada como si la oscuridad le envolviese como un ser vivo que tratase de devorarle. Entonces su mente empezó a gastar malas pasadas, sin motivo sintió que se desgarraba y todos los bajos instintos y pensamientos se desbordaron en su corazón. Su mente voló hacia ella, la había querido. Y... ¿Le había traicionado?

Aquello no podía ser. No podía creer que aquello fuese verdad. En la oscuridad sin rumbo continuó andando mientras repetía en voz baja el Samo de David.

Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días..

Me desperté mirando a los lados como si no supiese donde estaba y con la respiración acelerada, hasta que vi a Hanna. Me empecé a relajar aunque en mi rostro seguía esa mirada de preocupación aunque miraba directamente a los ojos de Hanna.
He… Estaba…
Mire alrededor para asegurarme que nadie nos escuchaba, luego me volví a centrar en Hanna.
He recordado cosas… Cosas espantosas. Recordé las torturas a las que me sometieron para sacarme información, sabían que yo estaba al mando y pensaron que tenia secretos… pero eso no es nada, podre vivir con ello… pero tu… me obligaron a ver cómo te torturaban… te di mi palabra jamás nadie sabrá lo que te hicieron… mantendré  mi palabra no te preocupes.
Hasta entonces mi tono había sido suave aunque angustiado, pero se torno enérgico y lleno de rabia.
Pero eso no es todo el dueño de este hotel, lo recordé llevaba uniforme nazi disfrutaba viéndome chillar de dolor, le gustaba ver el sufrimiento que me causaba no sé cómo pero es él, debió congelarse también o quizás encontrase una forma de no envejecer no lo sé, pero es el… sé que es el.
Me quede en silencio por un instante.
Corremos más peligro del que creemos.

Entré de nuevo en la habitación con la niña y cerré la puerta tras nosotros. Me dirigí primero a mi superior sin alejar a la niña demasiado de mi posición.

- ¿Había alguien metido en sus sueños, señor? - pregunté mirando a Peterson. - La niña dice que el hombre malo estaba en sus sueños, señor. -

Eché un vistazo rapido hacia la puerta cerrada. - Brown ha ido a investigar. El señor Orphen ha encontrado una especie de "caja de música" - dije remarcando las últimas palabras y mirando a mis compañeros con intensidad. - Está intentando averiguar cómo funciona, cómo abrirla para el hombre malo de sus sueños, señor. Además ese tipo "malo" viene hacia aquí. -

Revisé con la mirada la habitación de nuevo como si buscara fantasmas... alguien oculto o algo similar. - En el pasillo comenzó a hacer frío y una oscuridad comenzó a propagarse... pero por alguna extraña razón esa oscuridad y frío no han entrado aquí... - comenté pensativo. - Permiso para salir a echar una mano a Brown, señor. -

Mis ojos no cesaron de observar a Peterson. Nuestro superior por fin había comenzado a recordar, y como el resto de nosotros, no parecía haber tenido unos recuerdos muy agradables. Y si como Peterson decía, el tal Orphen era el mismo nazi... sí, teníamos un problema.

Empecé a pensar que la tal Hill que decía ser del ejército de los Estados Unidos nos había mandado directamente a una trampa sabiéndolo. En ese caso lo iba a pagar.

La niña entro en el cuarto, con un pijama rosa, abrazada a su osito. Parecia intimidada. Miraba de reojo la puerta como si temiera que algo malo entrara por ella y susurro.

- No salgas... mi osito dice que a ti tambien te cogera....  dijo la niña corriendo al lado de Murphy. Estabais seguros de que era casi imposible que os hubiera oido pero os habia oido.

Hanna no necesita permiso. Jeremiah estaba en algun tipo de peligro y el corazon le dio un vuelco terrible. 

Aun estaba algo impactada por las declaraciones de su superior pero se las sacudio de la cabeza. Podian ser malos sueños, alucinaciones por el letargo prolongado... ella no recordaba esas cosas y algo asi no se le habria olvidado ¿o si?

Cerro los puños y corrio al pasillo, afrontando la oscuridad. 

- Jeremiah, aguanta.- grito 

Hanna se perdio en la oscuridad del pasillo....

Jeremiah abrio los ojos al escuchar su nombre. Sintio como si un angel hubiera ido a salvarle. La oscuridad era densa en torno a el, estaba enfadada porque no se dejaba llebar por la ira o el odio, o los celos. La oscuridad le decia que Hanna se acostaba con uno de los generales nazis... pero Jeremiah se mantenia fuerte en su fé.

Noto algo calido, una luz que se habria paso y apartaba las sombras como si las quemara su mera presencia. Era algo difuso, agradable...

Sintio la mano en su hombro y fue como salir del agua despues de bucear por demasiado tiempo. El aire lleno sus pulmones de nuevo. Las sombras desaparecieron. Sus ojos se aconstumbraron a la escasa luz que emitian las bombillas de emergencia y vio a Hanna a su lado, preocupada por el.

Hanna corrio por el pasillo, habia una atmosfera densa y cargada pero no vio enemigos. Los ojos se le aconstumbraron a la escasa luz de las bombillas de emergencia y vio hecho un ovillo a Jeremiah, rezando en un rincon del pasillo. El no la oia, estaba como en un trance, tuyo que tocar su hombro para alertarle de su presencia.

- Jeremiah, ¿Estas bien?¿Que te pasa?. pregunto la chica sin entender porque su compañero estaba rezando en mitad del pasillo.

Brown temblaba como su hubiese estado inmerso en una bañara de hielo. A pesar de ello estaba empapado por el sudor frío, las gafas de sol estaban tiradas por el suelo. Al sentir la mano de la muchacha en el brazo se giró lentamente como en un sueño. Poco a poco sus ojos se enfocaron en el rostro de Hanna y la agarró por los brazos, luego lentamente apoyó la cabeza un segundo en el hombro de ella. Cerró los ojos y aspiró profundamente su aroma.

Estoy bien Hanna... Yo... Hay algo aquí... No... No se que es... Pero es frío y... Es el mal... Me dice cosas terribles de ti y de los demás. Vamonos, sal... Sal de aquí es peligroso yo tengo que seguir y saber que pasa aquí. Quien es ese ser.

El demonio -le dijo una voz en su cabeza con la voz de su padre- el demonio. 

Se arrodilló y cogió las gafas del suelo y asintió para el mismo. Gracias Hanna.

Hanna...

Hanna...

¿No es cierto... nada lo és... ¿verdad Hanna?

No sabía qué demonios estaba pasando con Jeremiah y quien esa niña ni quien la seguía, pero si uno de mis hombres estaba en peligro debía ayudarle.
Me levante lo más rápido que pude dejando a un lado todos aquellos pensamientos e imágenes que recordaba del… ¿sueño?... ¿pasado? En este momento no importaban demasiado.
Me fui directamente a por una pistola, mire un instante a Murphy y en tono de mando le dije: Murphy proteja a Rachel y a esa pequeña, le aconsejo que se atrinchere y dispare contra cualquiera que no seamos nosotros, sin mediar palabra.
Estamos en la boca del lobo y amenaza con tragarnos.
Amartille el arma y me fui tras Hanna.

Sólo quedábamos Rachel, la niña y yo. Perfecto. Me acerqué a la puerta y eché el pestillo mientras desenfundaba mi pistola.

- Rachel, ¿puedes revisar las ventanas por favor? - pregunté a mi compañera. Era la primera muestra de amabilidad que Ryan daba, y la primera vez que no hablaba como un soldado. Quizá la visión, o más bien los recuerdos del parto de Rachel le habían hecho reaccionar.

Luego Ryan se dirigió a la niña agachándose en cuclillas para estar a la altura de sus ojos:

- ¿Qué más te dice tu osito? ¿Sabe cómo salir de aquí? ¿Sabe qué puede hacer el señor Orphen? ¿y el hombre malo? - pregunté refiriéndome claramente a los poderes de aquellos hombres.

- Pueden hacer muchas cosas pero mi osito no sabe todo....es un osito bebe. dijo la niña enseñandote el peluche pero sin soltarlo.

La niña miro la puerta y sonrio. Se a ido.... lo del pasillo.... ya no esta. Ya no hay peligro. dijo con una sonrisa.- Mi osito tenia razon, vosotros sois buenos y habeis venido a salvarnos ¿Verdad?