Partida Rol por web

Ultimatum: 1944

Capitulo 01.- Rachel

Cargando editor
29/06/2012, 23:58
General Hoover

Al llegar la adolescencia comenzaste a notar cambios en tu cuerpo, no solo los normales en una jovencita, tambien otros menos frecuentes. Descubriste tu afinidad con el fuego y tu dominio sobre el mismo, tal vez por eso terminaste siendo una mujer ardiente que sabia muy bien lo que queria.

Por desgracia tu padre era consciente de esta habilidad. Durante años tolero tus caprisos pero tras el fallecimiento de tu esposo te diste cuenta de que algo habia cambiado.

Con el distanciamiento del viejo general este se habia recluido en su trabajo, largas sesiones de despacho que creias intrascendentales, rodeado de papeleo, recordando batallitas con el resto de viejos dinosaurios. Nada mas lejos de la realidad. Al parecer, tu querido padre estaba inmerso en un trabajo mucho mas importante.

Lo supiste cuando despues de ser arrestada para interrogarte por los trapos sucios de tu esposo te dejaron bajo la costodia del viejo general. Este acudio a buscarte pero no te llevo a casa. Fuiste sedada, como uno de esos presos que llevan a algun lugar perdido para ser interrogados, despertando en una habitacion austera que parecia pertenecer a la enfermeria de algun tipo de cuartel.

Al abrir los ojos fuiste consciente de que tu padre te estaba mirando con gesto de reproche, pero sin decir una sola palabra.

Cargando editor
30/06/2012, 10:27
Rachel Hoover

Genial... Me han traido a ver a papá... Seguro que ahora va a sacarme las castañas del fuego.

Mi relación con mi padre no era especialmente buena... y si podía siempre evitaba verle, pero estaba claro que ahora no tenía elección.

Como siempre ante él, le mostré mi respeto. Creo que una parte de mí tenía miedo de él... De lo que pudiera decir, de lo que pudiera ocurrir.

- Señor. - Dije llamándole como me había enseñado. - le pido permiso para saber qué estoy haciendo aquí.

Si... mi padre me crió como a uno de sus militares subordinados... Solo me faltaba hacer aquel estúpido gesto de la mano en la frente. ¿Cuándo podría salir de aquí? Maldito cabrón de Alan, en menudo lío me ha metido.

Cargando editor
30/06/2012, 16:57
General Hoover

- Estas aqui porque tu pais te necesita.- dijo con la miraba dura sobre ti.- He intentando hacer de ti una mujer respetable pero no lo he conseguido. Te empeñaste en casarte con quien no debias y lo acepte aunque no me gusto, lo cual a hecho que la verguenza caiga sobre ti y nuestro apellido... eso descontando tus escarceos amorosos..- dijo sin querer entrar en detalles.

- Ahora vas a tener que pagar por tus errores, lavar el apellido que has arrastrado por el fango. No pude hacerte una mujer decente, pero sin duda se como hacer un soldado util a su pais. Tienes el uniforme en esa taquilla, es todo lo que vas a necesitar los proximos tres meses.

Cargando editor
01/07/2012, 23:25
Rachel Hoover

Le miré sin dar crédito a lo que estaba diciendo. ¿Uniforme? ¿Taquilla?

- ¿Perdone? ¿Uniforme? ¿Servir a mi país? ¿Me envías al ejército?

Me puse firme de golpe, apretando los puños y casi olvidando con quién estaba hablando, a punto de perder las mínimas muestras de control indispensables.

Lo llevaba claro... ¿Quería ahora que me dedicara a matar hombres? ¿En un ejército con 200 nenazas incapaces de hacer nada? Y una mierda...

 

Cargando editor
01/07/2012, 23:43
General Hoover

Has sido reclutada para una mision especial, te uniras a un grupo de elite especialmente seleccionado. Entrenaras tres meses con ellos y se te preparara como soldado. Necesitamos tus habilidades especiales, Rachel. Te juro por Dios que he tratado de mantenerlas ocultas durante años pero el pais te necesita y dado que tu no encauzas tu vida, al menos tendras alguna utilidad para tu nacion. Espero que no me averguences.

Cargando editor
02/07/2012, 22:20
Rachel Hoover

Habilidades especiales... Genial... ¿Voy a estar en un grupo de raritos? Por lo menos el ejército no era lo peor en mis pesadillas... Podría con ello, de una manera o de otra... podría con ello...

Contuve mi lengua, no por respeto... Más bien por miedo. Pese a todo, mi padre me asustaba. Alcé la cabeza, mientras hice fuerza con mis mandíbulas, tratando de contener mi ira. Pedazo de cabrón... Me envía el ejército... Maldito él, maldito mi marido, malditos todos los hombres del mundo. 

- ¿Es lo que ordenais, señor? - Mantuve su mirada, tratando de no apartarla como un cachorrito asustado. Sabía que si la respuesta era afirmativa no tenía elección.

Cargando editor
03/07/2012, 00:40
General Hoover

- Si, recluta Hoover, es una orden.- dijo firme. Supiste que ya no te hablaba como padre sino como un oficial del ejercito.- En unos minutos vendra una enfermera para vacunarla y sera trasladada al punto de entrenamiento. ¿Lo ha entendido, recluta?

Cargando editor
03/07/2012, 11:20
Rachel Hoover

Asentí lentamente. Mientras el color de mis mejillas se ponía de color rosado, y la ira hacía que mis puños temblaran. Al menos cuando estaba casada con Alan no tenía que acatar las órdenes de mi padre... Claro que el ejército es el precio que pagaba ahora. ¿Una mujer en el ejército? Mi padre estaba loco... Pero para mi desgracia no tenía elección.

Suspiré, y trate por todos los medios de no decir ninguna tontería que tuviera que pagar cara.

Cargando editor
03/07/2012, 16:19
Director

El general se marcho. No te dejaron mucho tiempo para reflexionar. Al momento entro un medico militar y una enfermera, con ellos llevaban una bandeja con un inyectable que prepararon ante tus ojos.- Es solo una vacuna, señorita, descubrase el brazo.- pidio el medio pero notaste algo raro nada mas notar el pinchazo, te sentiste mareada, confusa...El mundo se borro y caiste en un sueño profundo.

Mientras te dormias, ya semincosciente oiste al medico decir.- Bien, preparen al sujeto para las pruebas y el traslado....

Cargando editor
03/07/2012, 16:41
Rachel Hoover

Maldita sea... Malditos sean todos.

Ofrecí resistencia, intentando soltarme y salir pitando de allí. ¿Pruebas? ¿¿Pero donde coño estaba?? Dejadme, intenté gritar.

Por desgracia... me sentía somnolienta... Me habían drogado. Cabrones, malditos cabrones...  Ese fue mi último pensamiento mientras desesperada intentaba soltarme.