Partida Rol por web

- ¿Fue Orphen quién te hizo con esos genes? - pregunté a Berit al escuchar sus palabras. - ¿Quién se supone que fue tu madre? - no entendía cómo alguien podía hacerle algo así a una niña. Pero sí alcanzaba a comprender el por qué. Con los genes del tal Xavier, seguramente Berit podia hablar en la cabeza de la gente como había dicho la niña. Y eso podia resultar muy útil.  - ¿Puedo preguntarte qué más puedes hacer? - pregunté hablando de las habilidades de la niña.

- Si.-respondio la niña acurrucandose en ti para sentirse protegida.- Mi mama... no queria ser mi mama... la obligaron y despues de que yo naciera ya no les valia.... lo vi en la mente de Orphen...Orphen decia que era mala porque no me queria... que si no le hacia caso me haria daño a mi tambien...

- Puedo oir lo que piensa la gente, asi se si son buenos o malos... dicen que cuando sea mayor podre hacer mas cosas, controlar a las personas como marionetas metiendome en sus cabezas... y muchas cosas asi.. pero yo no quiero meterme en la cabeza de la gente y hacerle daño. Solo quiero un papa y una mama... y a mi osito.

Era increíble. Aquella niña poseía poderes asombrosos… y tendría una capacidad aún mayor. Por un instante me preocupó la capacidad que tendría para hacer el mal… o más bien en malas manos. Ella era jovencísima, y podía sufrir mucho y ser manipulada… o peor… Pero pensé en positivo. Podíamos proteger a aquella niña. Podíamos llevarla a un sitio seguro, ponerla a salvo y encontrarle unos buenos padres. Sólo era una niña y era ella quien debía decidir qué hacer con su vida… cuando hubiera tenido tiempo de vivir su infancia y desarrollarse.

Decidí en ese mismo instante que no iba a permitir que a esa niña le pasara nada malo. No podía dejar que cayera en manos de Orphen… pero desde luego tampoco en manos del gobierno para el que yo trabajaba. Lo mejor para ella era desaparecer en el anonimato… y encontrarle unos buenos padres. Ya pensaría en cómo hacer todo ello más adelante pero lo primero era salvarla y protegerla.

- Tendrás tu papá y tu mamá… No te preocupes. Te lo prometo. – dije a la niña mientras la mantenía junto a mí. Supuse que Peterson, Brown y Hanna ya sabrían de los poderes de la niña y me pregunté qué pensarían de ello.

- Ahora esperemos a que vuelvan mis amigos. Luego te sacaremos de aquí. – busqué alrededor con la mirada un arma ya que la mía se la habían llevado. Necesitaba una pistola o algo similar* para sentirme más seguro… aunque fuera un cuchillo de cocina o algo que pudiera lanzar o usar como arma a corto alcance.

Viste unos candelabros de bronce macizos, eso era lo mas peligros que habia en la habitacion de hotel, a menos que pretendieras usar el jabon o las toallas de un modo creativo.

- ¿Tu seras mi papa?.- pregunto la pequeña, buscando algun tipo de seguridad. Al menos a ti te conocia y no seria como comenzar de nuevo con estraños.- No me van a querer otras personas... la gente tiene miedo que sepas sus secretos... nadie quiere una niña como yo...

Pasaste un rato buscado a Orphen o a la mujer negra de la que te habia hablado tu compañero. Sin encontrar a ninguna de las dos personas.

Jeremiah habia desparecido en los pasillo y posiblemente hubiera tenido mas suerte que tu

Estabas a punto de volver e irte cuando al girar en un pasillo encontraste a Orphen dando cuerda a un viejo reloj de bolsillo.

- ¿Se a perdido?.- pregunto el tipo algo sorprendido que encontrate tan lejos de tu cuarto.

Las dos mujeres habian localizado el cuarto de Orphen, no estaba lejos del que unos minutos atras Hanna habia sacado a Jeremiah.

Todo el corredor tenia un aura siniestra y lugubre.

Escucharon pasos y vieron a Jeremiah acercarse. Entonces la luz se apago y todo el corredor quedo en completa oscuridad, una corriente helada surgio de alguna parte...

-Quedaos las dos aquí- Dijo en un tono que dejaba más que claro que era una orden. Si no os digo nada id a buscar a los demás y por Dios bendito no os separeis.

Dicho aquello empezó a avanzar casi a tientas por el pasillo buscando la habitación de Orphen, en sus labios musitando algo que muy bien podría parecer una oración. Sus pasos eran quizá algo bruscos y mecánicos como los de un hombre aterrado que no puede más que avanzar hacia el orígen de sus miedos.

Poco a poco, un paso cada vez.

La pregunta pilló de sorpresa a Ryan y abrió los ojos desmesuradamente…

- Yo… esto… la verdad es que nunca pensé en tener hijos. No sé si estoy preparado. – sus ojos se posaron en los de Berit y captó un atisbo de miedo en los ojos de la niña. – Mira, puedo prometerte una cosa. De momento puedo ser tu tío Ryan. Y te prometo que siempre que me necesites estaré ahí para ti. Si luego encontramos unos padres que te gusten genial, y sino, ya hablaremos con las personas adecuadas para que legalmente puedas ser mi hija… ¿te parece bien? Pero eso ya lo veremos luego cuando salgamos de aquí. – no podía decirle que no era buena idea que él fuera su padre… era sólo una niña necesitada de afecto, y dadas las circunstancias… No, Ryan no iba a romperle el corazón.

Tras hablar con el doctor y pedirle que necesitábamos que estuviesen cerca para salir de allí en cuanto consiguiésemos el cubo, pero que no aterrizaran en el hotel hasta nuevo aviso para no llamar la atención. Salí de la habitación y me puse a dar vueltas por los pasillos buscando a Orphen o a su criada de color, estaba harto de dar vuelas por los pasillos sin conseguir encontrar a ninguno de los dos, ya me había rendido y me dirigía hacia mi habitación quizás había que organizar algo durante la cena. Pero al girar una esquina me encontré con Orphen, en seguida reaccione intentando ocultar mi sorpresa.
En realidad le estaba buscando, he visto a su hija. Estaba junto al guarda espaldas negro de uno de mis amigos.
Marque expresamente la última parte de la frase para que le tocase el orgullo naci que intentaba mantener oculto.
Nada más verle creí conveniente avisarle cuanto antes, pero de eso ya hace un rato así que debemos darnos prisa en encontrarle, la niña parecía estar asustada con ese tipo.

La expresion de Orphen se arrugo, parecia una furia, sus rasgos se transformaron hasta que por un segundo te parecio estar frente a un diablo. Solo fue un segundo antes de que recobrase la perdida compostura.

- ¿Dejo a mi hija sola y asustada con un negro?.- pregunto enfatizando con tanto desprecio la palabra negro que la parecia vomitarla con asco.

Supiste que si pudiera te mataria alli mismo, sentiste que podria hacerlo pero solo te miro y gruño ¿Donde?

Jeremiah, ¿Que haces aqui? Tenias que estar con Ethan.- dijo Hanna algo desconcertada, se suponia que los grupos se habian hecho para algo. Miro a su compañera, no queria quedarse atras pero tampoco desobedecer.- ¿Donde vas?

El plan había funcionado, quizás incluso demasiado bien. Sabia por la mirada de Orphen que en aquel momento me quería muerto y lo habría hecho él mismo. Teníamos que irnos con mucho cuidado con aquel tipo o no dudaría en eliminarnos si se enteraba de quienes éramos o por alguna extraña circunstancia recuperase parte de su memoria.
Deje de lado la pregunta de por qué había dejado a su hija con Brown, ya que no quería que su ánimo se calentase más aun, eso solo podía complicarme a mí y ya tenía la atención que precisaba.
Si… es por aquí.
Dije aparentemente afectado por sus “reproches”.
Me dirigí hacia la zona donde se había marchado Brown, lejos de la habitación de Orphen.
Lo vi por allí.
Le dije para seguir teniendo su atención.

Estabais solos en el pasillo. Orphen con las venas del cuello inchadas, a punto de estallar de rabia.

Tu señalaste la direccion y el miro donde mostraba tu dedo un segundo antes de volver el rostro para encararte con toda su rabia.- ¿Cree que soy idiota?.- pregunto y sin esperar respuesta su mano apreso tu cuello como una garra implacable.

Su fuerza era la de un gorila, solo respirabas porque queria matarte lentamente. Lo supiste, tenia la cara de un loco asesino. Te mantenia en vilo, en el aire, en mitad del pasillo y no podias gritar ni pedir ayuda. Tus compañeros estaban lejos para verte u oirte.

- Escuchame, gusano, no tienes ni idea de quien soy yo ni a que poderes te enfrentas.-dijo encendiendo sus ojos como si fueran dos rojas llamas. Su mano se calento igual que si estuvieras al lado de las brasas.- Necesito a esa zorrita, asi que no juegues conmigo. No volvere a preguntarle ¿Donde esta?

-Tengo que comprobar algo en la habitación. Órdenes de Ethan, buscadlo y uníos con él creo que tiene un pista sobre el cubo o algo de Orphen que no he entendido demasiado bien. Yo tengo que entretenerle... Tranquilas se lo que me hago, si lo encontrais no os enfreteis a él. ¿De acuerdo? Es algo muy importante.- Añadió categórico.

Confiad en mí y luego os explicaré que es lo que sucede con todo esto. 

La reacción de Orphen me pillo de improviso y no pude reaccionar, me cogía fuertemente por el cuello además su mano se calentó mucho y me costaba respirar y si aun lo hacía era porque el muy desgraciado se divertía viendo como me asfixiaba lentamente.
Aquella fuerza no era normal y tenía claro que no podría librarme de aquel agarrón así como así, por otra parte prefería morir mil veces que decirle donde estaba Berlín. Recordaba lo que me había hecho a mí y a Hanna cuando nos capturo en Alemania. Así que solo podía hacer dos cosas, o seguía con mi engaño intentando ser más convincente o me enfrentaba a él. Y tanto una cosa como la otra no serían fáciles de llevar a cabo.
No creía que mis golpes le hiciesen gran cosa al comprobar la fuerza que tenia y en el estado en el que estaba y por otra parte me preocupaba lo de “sus poderes”.
Así que necesitaba seguir con el plan inicial y ser aun más creíble.
De todas formas sabia que tras mostrarse así no me permitiría seguir con vida, así que no perdía nada por intentarlo y si salía bien quizás yo tuviese la oportunidad de liquidarlo para evitar que nos buscase y se vengara en el futuro.
Solo tenía de mi lado que no se acordaba de nosotros y eso podía usarlo a mi favor.
No… miento… balbuceé como pude.
Estaba… por allí… ...no… miento.
Noooo… tengo… motivo…
Continúe diciendo a duras penas.
Puede… matarme… si no… me… creeeee
Dije ya apenas sin voz y esforzándome por respirar como lo haría un pez fuera del agua.
Aunque empezaba estar más que cabreado intentaba controlarme, debía seguir con el plan o yo no sería el único en morir.

Oh... no.... joder! Con el plasta de Ethan otra vez no! Al menos con Jeremiah podría discutir órdenes. Apareció en mis ojos una mirada de súplica, ir hacia allí era lo que menos me apetecía en el mundo. Miré a Hanna esperando a ver su reacción, al más mínimo gesto de duda le plantaba cara al negro y me quedaba en ese puto pasillo! Pero si Hanna obedecía, yo debería hacer lo mismo... Dijo "buscadle" lo mismo no le encontramos, pensé esperanzada.

Las chicas hicieron caso a las indicaciones, eran ordenes de un superior...asi que comenzaron a andar por el pasillo buscando a Ethan sin saber que bicho les habia picado.

Jeremiah vio como las chicas se marchaban por el pasillo, quedando el ante la puerta de la habitacion de Orphen. No habia ningun ruido al otro lada de la puerta, parecia que la habitacion estaba vacia.

Las chicas avanzaron por los pasillos dejando atras a Jeremiah. No sabian muy bien donde encontrar a Ethan pero en un recodo del pasillo escucharon algo raro.

Miraron con precaucion asomandose ligeramente y vieron que Orphen habia apresado a Ethan por el cuello con una mano y lo alzaba en vilo a un palmo del suelo. Ethan apenas podia respirar, balbuceaba algo que no escuchasteis pero estaba en claro que corria un peligro mortal.

La niña se tenso y dio un respingo.- ¡Ethan! Orphen le esta haciendo daño.. lo va a matar.... lo va a matar si yo no aparecco... Tengo que ir...- dijo la niña nerviosa.