Partida Rol por web

- Eso tendrias que decirnoslo tu, chico. dijo Hill. No hay registros de lo que tu equipo hace exactamente, todos tienen genes mutantes que se activaron o mejoraron con los cocteles inyectados. No sabemos mucho mas... Hay registros que dicen que Hanna es una maquina de matar, superagilidad, velocidad... Se dice que durante un corto espacio de tiempo fingio ayudar a los nazis para llegar hasta vosotros... tambien se cuentan otras cosas pero todo son rumores. Lo unico cierto es que destruisteis el mayor peligro que el mundo libre a tenido jamas y ahora teneis que hacerlo de nuevo. Mira como esta el mundo ahora.- dijo mostrandote las imagenes de cientos de desastres, personas muertas apiladas en caminos, inundaciones...

- No tenemos a nadie mas para hacerlo.

Parecía que me había equivocado de persona al escuchar a Hill, con quien tenía que hablar era con Hanna quien parecía tener más respuestas que la capitana.
Ya veo… Capitana gracias por su tiempo, no la molesto más. Voy a asegurarme de que mi equipo tengan todo lo que necesitamos y que están preparados. En unos 10 minutos estaremos listos.
Salude y me retire, tenía que hablar urgentemente con Hanna, necesitaba respuestas antes de entrar en acción.
Fui directamente a por Hanna.
Hanna por favor acompáñeme, intente llevarla a una zona alejada de oídos indiscretos.

Aquí estamos bien ya sabe por qué la he traído, no tenemos mucho tiempo así que empiece por el principio.

Hanna resoplo.- Es demasiado largo, tampoco recuerdo cada detalle. Fueron tres meses muy duros, sucedieron muchas cosas.... Mi paracaidas estaba saboteado, Jeremiha me salvo de morir pero no recuerdo demasiado del principio. Nos emboscaron, gracias a Taylor, que era un agente doble encubierto.. pero no nos apresaron. Peleamos, vencimos.. sobrevivimos juntos y encontramos el lugar donde el enemigo preparaba su arma. Esa arma se alimentaba con un cubo de poder que tenia que llegarles en un comboy.- explico Hanna.-Yo me infiltre en sus filas para lograr la informacion... Mi madre era alemana de nacimiento, señor, me eneseño pocas cosas pero conocia bien el idioma. Asi logramos la informacion, nos hicimos con el cubo pero por entonces aun no sabiamos que Taylor era un traidor. Nos robo el cubo, nos vendio por segunda vez, fuimos apresados... pero no todos. Jeremiah murio y resucito inmune a las balas, con el cuerpo blindado. Destruyo media instalacion y solo se detuvo cuando me vio encañonada. Con el arma destruida pensaron un castigo cruel para nosotros, aprovechandonos como cobayas... hasta que nos llevaron a las camaras criogenicas... Eso es basicamente lo que sucedio, señor. 

No hubo tiempo para mas respuestas, la pareja fue avisada de que el helicoptero esperaba.

Frank esperaba al grupo, el les iba a compañar y ser su apollo. Era un doctor, su funcion principal era velar porque el proceso de descongelacion no hubiera dejado secuelas en el grupo.

Les acompañaron a la plataforma donde esperaba un helicoptero moderno, sin puertas, con el logotipo que tenian todos pintados en sus uniformes.

Se les insto a subir en ellos. 

Sobrevolaron una ciudad de pesadilla, inundada, con gente pidiendo ayuda desde cada azotea. Demasiada gente para poder atender a todos... En una zona menos afectada, pero igualmente inundada, se encontraba un edificio de decenas de plantas, mayor de lo que jamas habian podido imaginar que pudiera existir.

- Señores, recuerden, son refugiados... personas ricas, hijos de gente con mucho dinero. Hablen poco, ser excentrico es normal en las clases altas, mantengan los oidos y ojos despiertos.

- Entendido. - dije sin más. Esperé a que el helicóptero aterrizara en el punto indicado antes de prepararme para bajar junto a mis compañeros. Llevaba un buen rato mentalizado para la misión, pero entendía que el resto tendría que prepararse o podrían cometer fallos.

Miraba a Hanna sorprendido, por lo que me estaba contando.
Asentí con la cabeza con la cabeza sin decir nada hasta que termino.
Muy bien Hanna, no hay tiempo para más.
Una vez más el deber nos reclama, aquellas palabras eran más propias de mi padre y tras decirlas se me hacían extrañas.
Terminaremos esta conversación tras la misión, debemos mantenernos unidos.
Tras aquellas palabras salí de la habitación con Hanna, para reunirnos con los demás.

Ya reunido con los demás y debidamente equipados no hubo tiempo para mucho antes de subir al helicóptero.
Señores, señoras, debemos terminar algo. Como la última vez nada de saludos ni expresiones militares.
Cuiden los unos de los otros, si me ocurre algo Brown tomara el mando.
Esta vez formaremos grupos para no llamar la atención, Hanna y Brown irán juntos. Señor Brown piense una historia conectada a la nuestra, creíble y denos los detalles, tiene menos de 5 minutos.
Mire un instante a los que quedaban y sabia que Murphy era un lobo solitario y trabajaría mejor de esa forma.
Señorita Rachel, usted ira con migo. Murphy ara de enlace y se unirá a uno de los grupos según convenga, no sabemos con qué nos podemos encontrar.
Señorita Rachel nuestra historia es sencilla, su padre y el mío son viejos amigos pero por negocios cada uno se fue a una ciudad diferente yo a San Antonio y usted… no se decida usted misma, nos encontramos hace unos días en la fiesta de un amigo, tras esta habíamos quedado para recordar viejos tiempos de la infancia cuando este desastre nos sorprendió de camino al restaurante y casi nos ahogamos… elija usted el restaurante que más le guste.
Murphy usted será ese amigo, tiene 2 minutos para inventarse el resto y contárnoslo. No necesitamos nada rebuscado solo a grandes rasgos y creíble, suficiente para guardar las apariencias.
Aunque hayan pasado más de sesenta años seguimos siendo una unidad y seguimos dependiendo los unos de los otros, pues no tenemos a nadie más. Esto ultimo sonó en un tono mucho más bajo.
Siempre que sea posible comunicaran con el resto del grupo sus avances, nunca operen solos como mínimo por parejas y vayan con cuidado ya hemos perdido suficiente.

Brown miró al teniente a través de las gafas de sol, agradeció llevarlas puesto que ello evitó que ninguno de los presentes viese como enarcaba las cejas y luego mirase al techo en muda oración. Él era un jodido soldado, solo le habían enseñado eso y ninguno de ellos eran malditos agentes secretos con relojes que explotaban y pequeños ordenadores que permitían llamar a cualquier sitio y que cabían en un bolsillo, no se debía dejar aquello para el mundo de las radionovelas no para la vida real. Además ahora Peterson esperaban que unos tipos metidos en la nevera durante 40 años se inventasen historias reales y creíbles de un mundo que no conocían.

A pesar de ello -Dios todopoderoso les ayudase- Peterson era el oficial de mayor graduación y estaba al mando así que se limitó a asentir y mirar a Amuro esperando que ella tuviera alguna idea. Tras unos segundos mirando el logo del helicóptero se encogió de hombros y añadió.

-Soy el guardaespaldas de una niña rica, me contrató su padre.- Se encogió de hombros esperando que la respuesta fuese suficiente y repuso.

Señor.

- Usted y yo - dije dirigiéndome a Peterson - nos conocemos de hacer negocios en San Antonio, por ello le invité a mi fiesta... y usted - giré la cabeza hacia la chica, Rachel, - y yo nos conocimos hace un año en la fiesta de cumpleaños de su novio - dije señalando a Rachel. - Su novio ficticio es gran amigo mío y por ello cuando me enteré de que usted estaba en la ciudad la invité a mi fiesta. - dije pensando que si a la joven no se le ocurría nada mejor, a mí me valía.

- Si me preguntan soy hijo de un excéntrico empresario y ahora llevo algún que otro negocio de mi padre. - estaba cruzado de brazos a medida que trataba de inventar una historia creíble... - De todas formas no me gusta hablar, y no me gusta la gente... confío en que no me preguntarán nada. -

Sabía que todo aquello de la historia les podía parecer raro, pero lo aprendí cuándo trabaje para la CIA de lo que me contaban los agentes durante el tiempo en el que estuve en sus instalaciones y si entonces funcionaba seguro que seguiría funcionando. Además nos tendríamos que relacionar con aquella gente hasta dar con quien buscamos.
Mire a Brown. Puesto que va a ser el guardaespaldas de una chica rica, Hanna será la única persona que hablara con usted. Pensé que ninguna persona rica y poderosa (y sabia de lo que hablaba) se molestaría en hablar más de dos palabras con un  guardaespaldas a excepción de su protegido… Al menos era creíble.
Me gire hacia Murphy tras escuchar su historia, afirme con la cabeza. Estoy de acuerdo, si le preguntasen limítese a esa historia.
Quedan las señoritas.

- Soy una niña rica Alemana que no habla ni una palabra del idioma.- dijo Hanna mirando al que seria su guardaespaldas. Se habia puesto una ropa mas o menos acorde con lo que entendia que seria normal... esperaba.

- Asi evitare hablar pero podre prestar oidos a todas las conversaciones.

El helicoptero aterrizo en la azotea de un edificio demasiado alto para parecer real.

Frank bajo primero y saludo a un tipo vestido con traje, un hombre gordo y calvo que parecia ser importante.

- Gracias por permitir que se queden aqui, señor.- dijo Frank mientras descendiais.- Se que usted sabra como ayudar a personas de su nivel, dadas las circustancias.

Brown no era alguien acostumbrado al vértigo pero por instinto se apartó un par de pasos del fin de la azotea. Se colocó justo al lado de Amuro y trató de relajarse, era difícil no actuar como un soldado cuando lo habías sido... ¿Los últimos 40 o 60 años?

Seguía siendo demasiado fantástico como para poder creerlo, todo. Pero allí estaban repitiendo una misión de la que no se acordaba de una mierda. Se encogió de hombros y prestó atención al calvo gordinflón.

Hanna se mantuvo cerca de su guardaespaldas. Tenia ganas de quedarse a solas con ellos para poder hablar y lanzaba miradas a todos ellos. ¿En serio se creerian que eran niños ricos?¿Acaso la alta sociedad no se conocia en aquella epoca como para que seis desconocidos se proclamaran personas importantes pero desconocidas? No le gustaba la situacion, estaba nerviosa y lo peor es que aun no habia recuerado su arma.

Bajé del helicóptero y me coloqué tras Frank. Tenía en mente la misión así que no dejé que nada más me distrajera.

Agaché la cabeza debido al viento producido por las hélices del helicóptero y disimuladamente observé a nuestro anfitrión... ¿sería aquél gordo el traidor?

Podía ser aunque no creía que fuesemos a tener tanta suerte.

- Hola. - musité a modo de saludo después de que Frank le dijera aquello al gordo.

Aún estaba tratando de asimilar información. La ropa a la moda me gustaba, siempre me había llamado la atención la idea de llevar pantalones, aunque no eran especialmente cómodos. Además aquella ropa realizaba mi figura. Sin embargo, apenas pude disfrutar del pase de modelitos... Todo iba muy deprisa... Demasiado deprisa. Nueva historia, nueva misión... nueva vida... y nadie que conociéramos existiría en realidad.

Le daba vueltas al restaurante qe podríamos elegir pero no me venía a la cabeza ninguno... ¿Seguirían existiendo los restaurantes que yo conocía? Lo dudaba. Me sentía confusa... Aquellas personas parecían ser lo único que tenía ahora... Si es que tenía algo... ¿Seguiría Stark vivo? Suspiré... y seguí a los demás mientras aún pensaba en el maldito restaurante.

El director del hotel os saludo, fingiendo que habia oido hablar de vosotros y aseguro que podiais quedaros mientras los equipos de rescate se ocupaban del resto del mundo.

El unico problema es que solo quedaban dos habitaciones, con dos camas de matrimonio, libres y disponibles. El resto habian sufrido los estragos del agua.

Frank os acompaño, hablo con el tipo en voz baja, agradeciendole la ayuda y lamiendole el culo convenientemente mientras os enseñaban las habitaciones. Ambas se comunicaban en un saloncito compartido, con mas lujos de lo que jamas soñarais. 

Os aseguraron que tenia "jacusi" "television por satelite" y un monton de cosas que no sabiais que eran pero sonaban como demasiado caras.

Una vez instalados, el dueño del hotel se despidio y se marcho dejandoos solos.

Frank se aseguro de que no hubiera nadie tras la puerta antes de hablar.- Bien, señores, señoras ¿Preguntas?

Con las historias ya repartidas y una vez el helicóptero aterrizo no habían tiempo para nada más.
Sabía que nos estábamos habituados a una misión como aquella, pero habíamos conseguido tirar por tierra los planes de los alemanes y seguir vivos para contarlo (sesenta años después pero vivos).
Yo sabía que mis hombres y yo éramos los mejores, la capitana Hill sabía que eran los mejores para aquella misión o de lo contrario no contaría con nosotros.
Ya en la azotea hice un gesto con la mano para saludar aquel tipo gordo que al parecer era el anfitrión y espere a que nos permitiese entrar para poder comenzar a buscar nuestro objetivo.
Las habitaciones en las que nos hospedaríamos eran lo más lujoso que había visto jamás, con un montón de cosas que no tenía ni idea de lo que eran, pero que no me cabía ninguna duda de que debían valer lo suyo.
El doctor se aseguro de que nos quedábamos solos, antes de empezar hablar.
En esta ocasión creí que era mejor esperar a que mis hombres resolvieran sus dudas, antes de exponer las mias.

¿Preguntas dice? Pufff... ¿Por dónde puedo empezar? Estaba agobiada ante la idea de tener que preguntar tantas cosas.

- Mmm.... veamos... ¿Qué es un jacuzzi? ¿Hay algún restaurante que se haya mantenido desde nuestra época? ¿Hay algo que sea igual que nuestra época? - Todo se me antojaba tan extraño que me agobiaba... Todo el mundo llevaba esos pequeños aparatos que llamaban móviles, había ruidos, cacharros que parecían hacer magia de algún tipo... y ropas de lo más extravagantes. Me sentía completamente perdida, quizá incluso en algún estado de shock.