Partida Rol por web

Un asunto de Honor

Capitulo cuarto: El italiano

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08/09/2015, 19:51
Villa y Corte

Pasados dos días el grupo vuelve a reunirse donde la Lebrijana, tiempo suficiente para sanar la heridas y buscar algo de información en los mentideros y entre la gente de la carda. Giuglio Alfonsinni, el fulano que había contratado a los rufianes que os habían tendido la emboscada en la huerta del regidor, no es otro que el ayo de Niccola de Carmenatti el italiano que rondaba también a la Motrico. No menos importante es saber que Niccola de Carmenatti es un recién llegado a la Villa y Corte desde Nápoles, hijo del Marques de Amalfi. Parece que el hijo ha venido a Madrid para estar junto a su padre que es persona importante y querida en la corte, ya que es uno de los mejores consejeros napolitanos de la corte. Donde vive el Marques de Amalfi es cosa sabida por todos.

No menos interesantes son las últimas habladurías en el mentidero de las gradas de San Felipe.

Gran sorpresa se ha llevado la ronda al pasar por la Huerta del Regidor, donde no encontró uno o dos fiambres como es costumbre, sino cinco fulanos cosidos a cuchilladas. El cura, que fue a dar la extrema unción a uno de los fulanos, comenta que fue un solo espadachín el que despacho a los cinco, que es cosa que le dijo uno de los moribundos. Anda la corte alborotada buscando al fiero espadachín, que bien podía estar en Flandes despachando enemigos del Rey y no fulanos en la Corte.

 

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09/09/2015, 10:20
Diego de Mendoza

En San Felipe hablan de todos vos, amigos míos -les dije animosamente a mis compañeros de chanzas y correrías-. ¿Habéislo oido, verdad? Solo que el vino que vos prometí, que pagarlo os lo debo, no se me hace miel a la boca... Que pareciera que en Nápoles no hay frente que a la Villa y la Corte han de venir a requisar las bellas damas -dije algo malhumorado-. Ahora hay que tener cuidado, que mal será si no tenemos la guardamano empuñada cuando vayamos por las plazas...

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09/09/2015, 10:32
Néstor Romerales

Tras dar un trago, sonrío ante las palabras de Don Diego. Nuestro encuentro en la Huerta del Regidor bulle por los mentideros, seguramente derivando en distintas versiones, a cada cual más fantasiosa que la anterior. En voz algo queda, para evitar oídos indiscretos de cualquier otro parroquiano del local de La Lebrijana, comento:

-Bien parece que nuestro encuentro de la otra noche genera interés entre las gentes de la Villa y Corte. Lástima de no poder pavonearnos por semejante hazaña. Pero mejor para nos, que sigamos en el anonimato. Dada la solera de la familia que contrató a esos pobres jaques, creo que insistirán, más pronto que tarde, en quitarnos del medio para no estorbar los intereses del tal Niccola en hacer la corte a doña Itziar.-Respecto a las últimas palabras de mi señor, remato diciendo- Para mi no hay mucha diferencia, Don Diego, tiempo ha que vivo con el buen hábito de llevar la mano cerca de la filosa cuando voy por ciertas calles.

Tras estas palabras, echo una rápida ojeada a mi alrededor, aun desconfiando de nuestros vecinos más próximos en la taberna.

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11/09/2015, 18:25
Alejandro de Ladero

-Igual conmigo.- dijo el pintor asintiendo con la cabeza -Patrones cornudos me han obligado al sano hábito de llevar siempre la filosa al cinto. Despreocupaos Don Diego, no estamos metidos en nada que no hayamos sorteado ya antes con probado éxito-

Despacio, se sirvió otro trago. La botella le tentaba una y otra vez, pero esa tarde estaba demasiado inquieto y alerta para entregarse en los brazos de Baco. Procuraría no embotarse con el vino.

-Me preocupa más el napolitano que sus compinches. Si su padre es de tal suerte famoso y querido en la corte, no veo cómo podamos hacerle pagar su cobardía sin que nos metamos en un lío de los gordos. Su criado, Alfonsinni, por otro lado...-

Dejó la frase inconclusa y se empinó el vaso. 

- Tiradas (1)
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13/09/2015, 12:51
Diego de Mendoza

Et buen hábito es aquese, mi buen amigo, que gracias a ello podemos seguir bebiendo vino y adorando a quien más queremos -contesté-. Luego pensé en la propuesta que dejó caer, o al menos así lo hice entender, mi buen Alejandro. En habiéndole justicia a ese Alfonsinni, no creo que del Carmenatti quiera remover el cielo buscando culpable, pues saldría bajo la manta las malas pulgas que lanzó contra nosotros. No voy a dejar de intentar enamorar a mi joven amada, et que si ese tipejo vuelve con más... -no me atreví a finalizar la frase, que salir vivo de un callejón no era cosa baladí-, ¡le esperaré! -me atreví-.

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17/09/2015, 18:44
Nuño de Calatrava
Sólo para el director

Notas de juego

¿Sería posible que Nuño haya podido tratar con la Lebrijana en un aparte y pedir socorro en la cura de las heridas? Pues si avisa a cirujano, quedaría al descubierto su trampa y parece que la Caridad sí le tenía cierto aprecio a la de Expósito.

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22/09/2015, 14:15
Caridad la Lebrijana

Me parece que vuesas mercede hablan sobre un perro ladrador y poco mordedor. Pregunta la Lebrijana, que siempre andaba con el odio fino. ¿Por qué no visitáis al amo del perro? Puede que visitando a ese amo y dándole un par de consejos de como atar en corto a los lebreles se solucione el entuerto. ¡hay veces que un par de palabras valen más que cien estocadas!

La Lebrijana no estaba hablando de perros propiamente dicho sino de Niccola de Carmenatti y su ayo, Giuglio Alfonsinni. Lo que proponía la posadera era que visitarais al ayo y le dierais un par de consejos de cómo tratar a su ahijado. 

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24/09/2015, 09:39
Diego de Mendoza

Sería ofensa, doña Caridad -le dije a la bella y madura mujer-; que en entrando en casa ajena vayamos a decir cómo han de hacer tal o cual. Y la estocada sí que luego para nos... Quizá al Alfonsinni... tal vez podamos darte cuarto y media, al menos un buen susto en las callejuelas para que dome y expíe sus sucios contratos de matones...

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25/09/2015, 02:52
Alejandro de Ladero

Alejandro vuelve a empinar el vaso mientras escucha a la posadera. Ya por seguir su consejo en este mesmo asunto se habían encontrado en grande trance de espadas. Aquella mujer estaba buena para azuzar llamas de asuntos que no eran los suyos.

-Comparto la opinión, don Diego. A ese hay que darle fin expedito y contundente. Será un buen mensaje para el de Carmenatti, que no ha de meterse en líos de faldas que no esté dispuesto a respaldar con el acero-

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01/10/2015, 21:38
Caridad la Lebrijana

¿Alfonsinni? Dice vuesa merced. ¿No estará usted hablando del criado del Marques Napolitano? Pregunto interesada la posadera, ahora segura de que la charla iba a ser provechosa. Seguramente pudiera sacar un rumor interesante del que se estaría hablando varios días en la posada, y eso significaba más jarras y más dinero. Si se trata de ese italiano, puede que una servidora sepa dónde encontrarlo a deshora. 

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02/10/2015, 13:23
Diego de Mendoza

Querida Caridad -le dije mostrando una sonrisa, como si a ella misma la estuviera pretendiendo-, que sabemos donde gastamos los vellones e vuesa merced sabe también que hacemos aquí, en vuestra taberna tan querida por todos nos. ¿No vos place que en sacando provecho de toda esta historia vengamos luego aquí a celebrarlo? Decidnos, Caridad, dónde se halla tal infame, que cuarto y medio le endosaba agora con palo punta mismo...

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04/10/2015, 17:29
Caridad la Lebrijana

La mujer se sonríe. Bien se, que vos y vuestros amigos sois buenos parroquianos. El tal Alfonsinni no están buen cristiano como su señor, que todo el mundo sabe que mientras sus señor esta en misa rezando por su alma, el criado sacia sus penas entre los pechos de una tusona. La ilustre ramera es una joven de buen ver llamada María Castidad, aunque de casta solo tiene el nombre. La posadera añade la localización de la casa de la tusona, una casa cerca del Arco de santa Maria.

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05/10/2015, 05:12
Alejandro de Ladero

-Pues ya está- dice el Alejandro envalentonado por el vino. -Si partimos ya y es cosa cierta lo que la buena Caridad acaba de decirnos, podemos estar finando este asunto hoy mesmo- Deja la copa sobre la mesa y se toma el tiempo de mostrar la ropera que lleva al cinto. Él está listo para lo que venga.

 

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05/10/2015, 22:26
Néstor Romerales

La información que nos procura la Lebrijana parece interesante, y veo que no soy el único envalentonado y con ganas de zanjar este asunto, aprovechándonos de las debilidades carnales de aquel hombre.

-Cierto es lo que decís, don Alejandro. Habrá que aprovechar la oportunidad que se nos brinda gracias a la información de nuestra apreciada Caridad.-Sonrío a la tabernera, aunque la falta de alguna pieza en mi dentadura no resulte una visión demasiado agradable habitualmente.-Aunque no sea un gesto noble dar escarmiento a un hombre mientras está con los calzones por los tobillos, pero bien saben vuesas mercedes que la nobleza nunca fue un rasgo a destacar en mi persona.

Al acabar mi intervención apuro de un trago mi bebida, dispuesto para salir del lugar en cuanto mi señor lo ordene.

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06/10/2015, 09:29
Diego de Mendoza

Caridad, ¡ay! -le dije-, si no fuera porque tengo ya robado el corazón, y porque ese Batriste o Capatriste no vos mirara con ojos de deseo, que me casaría con vos... ¡Gracias! Haremos tal razón de espadas y vendremos a celebrar el nuevo ánimo en l vuestra taberna, no vos quepa duda.

Luego miré a Néstor.

Cierto es, amigo mío, que mala cosa y poco honor conlleva aquesto en firme, pero menos es el tenernos en agudos sustos en los callejones. Vayamos, démosle escarmiento y, si hay que hendir en los higadillos, ya se verá. Alejandro se apunta, ¿et vos, Nuño?

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06/10/2015, 09:42
Nuño de Calatrava

El honor me impele a contestar positivamente, mas mi costado grita cosa contraria. Atrapado entre acero y tapia, no sé cómo resolver sin perder la honra. Que luego dirán las mujeres, pero cuesta más y más cara la del hombre.

- Bien sabéis que podéis contar con mi brazo, amigo mío. Mas no con mis costillas, pues aquestas parecen reacias a querer trabajar. Pero no ha de ser este amigo quien os deje en estacada, así sea sólo para silbar si aparecieran no convidados al baile- contesto sonriendo y levantando jarra para tapar mi rostro mientras bebo un buen trago.

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09/10/2015, 11:33
Villa y Corte

El arco de Santa María se encuentra en el centro de Madrid, en uno de los lienzos de la muralla vieja en el camino de Alcalá. Dentro de la muralla se esta el real sitio, donde se alza el alcázar y tiene sus palacios la alta nobleza, por al otro lado está el barrio libre, donde se asienta la vieja baja nobleza de la villa y algunos burgueses que han sabido invertir bien sus dineros.

Cerca se encuentra la iglesia del Iglesia de Santa María de la Almudena de donde toma el nombre el arco. La iglesia de la Almudena es la más vieja de la ciudad, data de tiempos de los moros que la usaban como mezquita. En ella se guarda la milagrosa talla de Nuestras Señora de la Almudena que fue encontrada en uno de los lienzos de la muralla. Es de suponer que el Marques de Amalfi acude a esta parroquia a escuchar misa mientras su sirviente goza de los placeres terrenales.

Las campanas de la parroquia comienzan a llaman a misa, cuando encaminas la cuesta que lleva al barrio libre, concretamente al pequeño palacio donde vive la María Castidad. La tusona vive en una pequeña casa de ladrillo de dos plantas que se encuentra encajonada ente dos grandes palacetes en una calle estrecha.

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14/10/2015, 10:55
Diego de Mendoza

Bueno, Nuño, al fin y al cabo vos pidos a todos demasiado... -le dije sabiendo que tenía razón-. Yo mesmo me atoro y dejo que mi afán por mi bella amada vaya por delante que la razón, et que no me importa dar de filos en los hígados a quien por delante la diera candela de amor... Pero... Iremos esta vez de discretos -propuse-, miraremos y observaremos antes de dar matarile al jaque cabrón ese -apunté con razonamiento-.

Et que una vez en la almudena, que paseábamos los amigos y un servidor cual pisaverdes osados, como si hiciéramos corrillo de San Ginés o algo parecido. Et que tras una esquina, observando desde allí, veíamos la entrada que el fulano del marqués napolitano (o no tanto, pues era muy beato al parecer) debía entrar (o habría ya entrado). Et que ya teniamos entre las cejas ubicado la casa de la tusona, María Castidad, la de la vuelta y media, ni comparación que tuviera con mi bella Itzíar de Motrico, et que tampoco, si uno me apura, con la Lebrijana, otra mujer hecha y derecha.

¡Tocan a la misa! -advertí a mis compañeros de pendencias amorosas-. Andando señores... el ala del sombrero hacia abajo y la capa al costado... La mano, para más inri, en la guardamano, que no es cosas deshonrosa... hay que vigilar de cerca la entrada de la María "buenfogosa" -inventé-, para ver si entra el hideputa bastardo de malaperra hereje que se atrevió con todos nos...

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20/10/2015, 21:56
Villa y Corte

Transcurridos cinco minutos del último toque de las campanas, una figura embozada y con el sombrero calado hasta las cejas se acerca a la casa de la tusona. Mira a ambos lados de la calle y llama a la puerta. 

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20/10/2015, 23:32
Néstor Romerales

Observando al hombre embozado que acaba de entrar, poso mi mirada entre mis compañeros, parándome finalmente en don Diego, para comentar:

-Señores míos, parece que es nuestro hombre. Recién empezada la misa, y éste acude puntual también a su particular parroquia.- Me remuevo inquieto, tengo ganas de acción, y ando envalentonado ya que las circunstancias nos dan una gran ventaja sobre nuestra inminente víctima.- ¿Entramos ya o esperamos un poco para pillar al pájaro con las manos en la masa?