Partida Rol por web

El hombre al fondo os saluda de forma algo extraña, inclinandose un poco desde su postura sentada. Primero a Irina, que se habia fijado en el, y luego al resto

En silencio el resto del camino, Léonore prefirió guardarse sus resquemores sobre el camino que llevaban. Suspiró y observó el lugar, aun le parecía extraño que siendo el único lugar en el camino, su afueras estuvieran tan llenos de escombros. Quizás sus apreciaciones eran erradas, pero, debería haber más movimiento.

Una vez adentro del lugar, un hombre calvo y de aspecto bonachón los salió a saludar. Ahí, sus compañeros hablaron, y mucho, incluso el Mago, que no había dicho palabra alguna todo el camino. "vaya... llegué a pensar que era mudo, pero su voz suena linda", pensó la joven con un poco de rubor en la mejillas, por la infantilidad de su pensamiento

Valerio, como se presentó, les habló de comida, el rostro de la chica se iluminó, comida, y todas sus desconfianzas se fueron.

- oh… gracias buen hombre… yo quiero un poco de aquel asado y agua.. por favor…-  su estómago estaba ante todo, y más ahora que estaba rugiendo, aumentado por el aroma a comida. Sonrió, ampliamente al posadero.

La guerrera tiene una cota de escamas como la tuya y tambien una espada larga,asi como un arco corto. Luce fuerte y bonita

El mago elfo y la cleriga visten tunicas tipicas de su profesion, el de rojo y ella de blanco, salvo una armadura de cuero. El ademas lleva una espada larga. Ella, juega con un collar con el simbolo de su dios, que no logras distinguir y tiene un baston y una ballesta.

El mediano y el explorador llevan armaduras de cuero, asi como espadas.Tienen ademas una ballesta y un arco, respectivamente.

No aprecias ningun lider, todos parecen camaradas en igualdad

-Como no, encantadora damita!  +sonrrie, mas al ver tu simbolo te mira mas detenidamente+ Por ventura, sois una cleriga de Ilmater? Si es asi, esto es sumamente afortunado, tengo un hombre herido que podria apreciar vuestra ayuda!

Señala hacia atras, al hombre en las sombras al fondo.

La joven cambio su gesto, que le daba un aire desgarbado y casi etéreo. Si, sus amigos ya se debieron dar cuenta que ella parecía estar siempre en otro lugar, menos en donde estaba su cuerpo. Sin embargo, ahora parecía más presente.

- vamos.. vamos… déjeme verlo…¿Cuánto tiempo lleva así? ¿ qué le pasó?- avanzó y buscó con ojos vivos hacia donde el posadero le señalaba. No perdió tiempo en preguntar mientras avanzaba hacia el herido.

-Llego esta mañana, con una fea herida en la pierna... Segun me dijo, lo mordio un lobo en el camino y por casualidad vio el cartel. No hubiera llegado al Vado de la Daga. Lo vende lo mejor que pude, pero vos podeis hacer algo mas...

Te va diciendo esto mientras te lleva junto al hombre. Este es un guerrero alto, vestido de cota y con espada. Esta sentado al fondo de la taberna, medio acostado sobre un banco. Tiene un gran vendaje empapado de sangre en la pierna, sobre la rodilla. Valerio le habla.

- Malrik, esta es una cleriga de Ilmater y puede ayudarte, su nombre es...

Se sonrroja un poco..

-Perdon, no se su nombre señorita..

La joven avanzó, sus pasos eran muy serenos y su rostro de cariño se posó en el joven, poniendo sus manos en las de él, sin esperar ninguna presentación o sin  importarle que el contacto fuera a molestar al hombre. Ahora era su paciente.

- no se preocupe… yo me encargaré…- le dijo al guerrero, desatendiendo por unos instantes al tabernero- ah… soy Léonore  Baudelaire…- se presentó, girando su rostro al tabernero y luego volviendo a mirar al hombre.

- necesito agua caliente… vendas y un lugar en donde se pueda recostar…por favor-  solicitó la joven, y viendo la herida como si quisiera saber como estaba por debajo de esas vendas.

Asiente y se va a la cocina, regresando con vendas y agua caliente en un perol.

-En cuanto a camas, lo siento, no tengo ninguna... yo duermo en un petate en la cocina o junto al hogar. Podemos acostarlo mas cerca de el, si les parece.

Aramil observó la actitud de Léonore, durante el camino la había observado y de sobra sabia que era una persona de bien pero no imaginaba que reuniera la bondad y dedicación que ahora demostraba. Miraba atentamente cada gesto de la inocente joven, la cuál hizo resurgir en él un rayo de luz que hacia muchos años que no veía asomar, sus experiencias habían menguado su buena fe hacia el resto del mundo. En cuestión de segundos multitud de pensamientos cruzaron su mente; ¿Por qué aquella muchacha se volcaba en ayudar a un desconocido? ¿Quién sería aquel hombre? ¿Merecería ser curado? ¿Cuál seria la verdadera razón de su mal? Aún de ser aquel un hombre de bien, ¿por qué ayudarlo?...Pensaba demasiado rápido, hasta para un mago. Por un momento evadió las repuestas, no quería saberlas, como siempre acabarían llegando. En su vida el conocimiento solo le había traído más infelicidad, y muy a su pesar no podía dejar de perseguirlo. Se relajó por un momento, rebuscó en su mochila, sacó y prendió su pipa y haciendo un esfuerzo para que los actos de la joven parecieran normales en su egocéntrica vida, intento ser de utilidad. – Léonore, ¿puedo ayudarte en algo? - El buen hacer de la servidora de Ilmater le había inundado sin saber por qué. Sin dudarlo se ofreció para ayudar a llevar al herido más cerca de la lumbre y lo cargó junto al posadero para que la clériga pudiera actuar.

Me quedo extrañado ante tantas atenciones hacia mi, no pensé que recibiría este tipo de cortesías al llegar a esta posada "Bueno, supongo que la suerte está conmigo hoy. Es más, podría sacar provecho de un grupo así y ver si su camino es similar al mío".

- Mi nombre es Malrick y le doy las gracias a los tres por las atenciones que me dan.

Me dejo llevar para ser atendido y de paso saco tema de conversación. Para ir sabiendo algo más acerca de este grupo, porque por lo que veo no tienen un brazo fuerte en el grupo y yo les podría caer de perlas.

- Y si podría saber, que hace un grupo tan nutrido como el de ustedes en un lugar como este, sin ofender Valerío, un lugar desolado y sin mucho movimiento.

- Esto no es más que un alto en el camino. Nos dirigimos hacia Aguas profundas, siguiendo el camino del comercio.

Pero hoy se ve que tengo suerte después de todo, una clériga atractiva que me ayuda, una guerrera a la cual mimar y encima un grupo que me podría acompañar y bueno, será cuestión de hablar.

- Mi camino es el mismo que el de ustedes, se ve que la gente no tiene mucho donde elegir. Yo vengo desde las Puertas de Baldur y me dirijo al mismo lugar que ustedes.

Nos conformaremos con lo que hay...

Entro en la estancia y siento en una de las mesas, cercana a donde están atendiendo al hombre herido parano perderme nada de lo que traten (En caso de que me interese).

Mis pies cuelgan en el aire, me gusta esa sensación, me hace diferente en un sentido de orgullo mediano diciendo "aquí estoy yo con mis pies colgando".

Miro con aire distraido la estancia, un lugar curioso en el camino donde hacer una parada. Al parecer, ni el dueño tiene una pequeña habitación donde descansar y tener sus cosas, lo cual es curioso. ¿Lo hará por pura buena fe?

-Valrte...Valari...emm...Porfavor, me gustaria tomar una pinta de su deliciosa cerveza, si no es demasiada molestia pra usted y en el momento que me la pueda servir, ya que parece que aquíel amigo herido está algo mas necesitado, asi que cuando saque un poco de tiempo, me la sirve juto a un poco de ese delicioso estofado que llena la estancia de un ahora de lo mas agradable y tambien le agradeceria muy mucho que cuando estuviera listo el pan, me pudiera otorgar un bocado de tan delicioso manjar para el camino.

Una sonrisa como siempre acompaña mis palabras mientras me quito las posesiones mas pesadas y las dejo junto a mí, siempre a mano.

Echo un vistado largo a los objetos de la estancia buscando algo que pueda tener valor o que sea simplemente bonito.

Valerio y Aramil terminan de acomodar a Malrik junto al fuego, frente a la mesa donde iban ustedes. El hombre robusto se limpia la frente y mira a Wim

-Ah si, jaja, amable pequeño, en un momento estaran servidos!

Saluda a Leonore y Aramil

-Si me disculpan.. en unos momentos traere el almuerzo... Si alguien quiere sopa que avise, pues traere el asado!

Se retira a la cocina a preparar los platos

Wim, la posada hace honor al nombre, solo hay tablones bien pulidos, que forman casi todo. Una cabeza de ciervo en la pared del fondo, junto a las de un oso y un orco, completan el decorado. Hay un par de grandes hachas cruzadas sobre el hogar, pero se ven muy melladas aunque limpias

Saludo inclinando levemente la cabeza al caballero del fondo cuando esté me saluda.

Acto seguido todo pasa rápidamente, parece que ese hombre está herido y Leonore se apresura a curarlo. Permanezco a la espera, no quiero entorpecer la labor de mi compañera, nadie mejor que una clériga de Ilmater para poder sanar las heridas.

Escucho su conversación, por casualidades de la vida Malrick se dirige al mismo lugar que nosotros... Tener un guerrero a nuestro lado quizas nos sea de ayuda... Pero antes de decir nada, espero pacientemente, después de todo es un desconocido y no sabemos qué es lo que pretende, ni como ha llegado hasta aquí.

Un rugido de mi estomago me saca de mis pensamientos, el olor a comida está haciendo que mi hambre aumente por momentos, pero decido esperar a que todo se solucione para pedir comida a Valerio, después de todo la vida de un hombre vale más que cien platos de estofado.

Miro perplejo al mediano por su actitud desenfadad y eso es bueno, una mezcla de diplomacia y simpatía que hacen que más de uno quiera darle lo que pide.

- Pero ante este tipo de atenciones lo menos que puedo hacer es pagarle la comida y bebida a este solidario grupo.

Léonore sintió tras de sí las palabras del mago, por instantes no supo que responder, de hecho sus labios se movieron en un amago de articular algo. Cerró los ojos y movió ligeramente su cabeza, unos mechones color miel cubrieron su rostro, en el momento que respondía al mago con una sonrisa, casi tan cálida como la que le daba al herido.

- sí… señor Aramil… llevémoslo a aquel lugar… - se giró al guerrero- dolerá… pero será momentáneo… ¿bueno?..- se puso de pie, y colocándose en un costado del desconocido, lo ayudó a ponerse de pie, e ir a un lugar más adecuado para curar sus heridas. El mago también lo ayudaría a caminar.

Entre el mago y el posadero  acomodaron al guerrero, Léonore, que se mantuvo en silencio, escuchó parte de la conversación, realmente no le importaba del todo, por eso no puso atención a muchos de los detalles. Sólo al nombre de su improvisado paciente y que, al parecer, se dirigía hacia el mismo lugar que ellos.

- luego lo interrogan…- masculló y aunque pudo se tomado como un gesto huraño, no fue tal, sólo fue un pensamiento que salió en voz alta, sino, agachándose y  sacando las vendas ensangrentadas, con cuidado, para evitar que la sangre ya seca o coagulada, rompiera más la piel herida.

“deberé usar magia, para que pueda sanar más pronto o la fiebre le quitará la vida” pensó la chica, si era una mordida de algún animal, y como lo evidenciaban las marcas en la carne, debería estar a punto de infectarse y la grangrena sería terrible.

- mi señor Ilmater, a ti levanto esta oración, te ruego que te compadezcas de este hombre sanando sus heridas.. (H.curación de heridas)-  elevó una oración, poniendo sus manos sobre la pierna lastimada.

La herida en la pierna de Malrik se cierra en segundos, cesando el sangrado y regenerandose el tejido. Una roja cicatriz en la piel es toda evidencia de donde estuvo el mordisco.