Partida Rol por web

Debería de haber cogido el bocata antes de volver... ahora me dolerán las tripas hasta que lleguemos al castillo.

¿Duermes esta noche conmigo? Mañana puedo enseñarte un sitio genial, prometo no intentar matarte con la podredumbre interior.

Kyara escuchó los pensamientos de su hermana, pero cuando quiso contestar las ideas se quedaron solo en su cabeza, pero luego miraba a su hermana, esperando una respuesta por su parte.

Kyara caminaba y bostezaba como si fuera el león de la metro mientras caminaba, observando a todos los que parecían haberse juntado en ese lugar- Excursión de vuelta... y tengo hambre, mucha hambre -comentó tranquilamente mientras caminaba, con ganas de comer algo ya que solo tenía un poco de té de los mundos de yupi en su estómago.

Llegó en silencio a la altura de Elizabeth y Benjamin y fijó la vista en lo que parecía el rastro de algún animal.

Así que se trata de eso.

La pareja comentaba el asunto y en percatarse Ben de su presencia se preocupó por como se encontraba.

No fue capaz de contestar. Su mirada seguía perdida en la huella del suelo y su mente embotada. Escuchaba de fondo las voces de sus compañeros hablando pero no era capaz de prestar atención a la conversación.

Antes de seguir a Liz, que había empezado a caminar, Ben se le acercó aún más y murmuró algo que a la fuerza le hizo reaccionar, a lo que Makoto asintió serio, sin mencionar palabra.

Volvió a mirar la huella por última vez y cuando iba a iniciar la marcha un extraño ruido le hizo darse la vuelta súbitamente.

Vaya...

Se sintió algo ridículo cuando descubrió que la fuente del extraño sonido era Kyara, a la que vio acercarse con la boca completamente abierta, bostezando.

Ver a las dos hermanas le animó, era un alivio saber que estaban bien.

Al oír el comentario de Kyara, que parecía hambrienta, metió la mano en un bolsillo lateral de su mochila sin descolgarla de su espalda y sacó una manzana.

La lanzó al aire, la cogió al vuelo y entonces avisó a Kyara:

- Toma - le pasó la fruta con suavidad.

Antes de que las chicas y Manuel llegaran a su altura se dio la vuelta y siguió caminando, absorto en sus pensamientos.

Manuel observa las pisadas y dice:

- La italiana tiene razón, es un bosque y hay huellas, es normal, bueno, dejemos de quedarnos aquí parados y vamos, que hace frio y es mejor estar en el castillo cuando anochezca

Comienza a andar apremiando a todos y dice:

- Venga chicos que se hace de noche y por la noche es más complicado que nos podamos orientar por aquí, que aun nos queda un buen rato y el dire se va a mosquear como estemos aquí mucho tiempo, así que vamos

Sigue caminando, se notaba que tenia prisas por llegar al castillo

Al girarme, vi como las gemelas y Rina se acercaban con Manuel.

"Menos mal, no han tardado días..."

Me quedé quieto esperando sonriente a que llegasen a mi altura, pero Makoto les lanzó una manzana.

-Bueno, iba a ofreceros galletas también, por si no os basta.

Si querían las sacaría y les ofrecería.

-Me preocupaba que al caeros en medio del charco os hubiese pasado algo, ¿Moló?¿El ser tragado de esa forma?

Miró a su hermana ante tanta miradita y negó con la cabeza, sin tener ni idea de a lo que se refería.

-Kyara se puede quedar con la fruta, ¿iba en serio lo de las galletas?-saludó estirando la mano con una sonrisa ingenua-¿a ti no te tragó ningún agujero? Lástima, creía que sí y por eso no traje las camisetas de "me absorbió la sangre de la cueva del yuyu y salí con esta camiseta"...nada violento ni mortal, solo té... pero sin pastas. Si Kyara la palma durante la noche sabré que era peligroso.

Se pasó una mano por los rizos y se encogió de hombros.

-No ha sido una fiesta memorable ¿hm?¿tardaste mucho en salir?

Tras salir de las cuevas, y no poner demasiado interés en las observaciones sobre el suelo de unas personas que obviamente no han acampado en un bosque en su vida, me limito a andar, aprovechando el viaje para ir memorizando los conjuros que tengo apuntados en el móvil. Total, el paisaje me es bastante familiar, es bonito, pero nada nuevo para mí. Así, voy repitiendo en mi interior los conjuros mientras ando, mirando de vez en cuando el móvil para comprobar que lo estoy haciendo corréctamente. Por ello, no presto demasiada atención a las conversaciones de mis compañeros.

Por mucho que me mires no sé qué narices me quieres contar, hermana.

Vaya... ¿No está Makoto un poco... ayúdame con la palabra... desapegado? Menudo culebrón marinero... se le habrán pegado los pipis del enchochamiento agudo del Penas y la Otra con tanto cuchicheo entre ellos.

O quizá ha vuelto a tener un encontronazo con Rina, al menos ahora tiene los dos brazos.

¿Me das un rato luego para hablar con él o prefieres dialogar tú, que se te dan bien los orientales, nueva embajadora de la ONU?

-Gracias -dijo Kyara mientras cogía la fruta que le ofrecía Makoto, porque hambre tenía, y mucha.

-Lo del agujero fue como un túnel en un parque acuático, pero sin tener que esperar una cola eterna -dijo sonriente mientras le daba un bocado a la fruta que le había pasado Makoto.

-Venga, que machoguacho tiene razón -dijo con la boca llena.

Te decía que vale, que duermo en contigo

Y mejor que hables tú con él, que yo empiezo a estar cansado de hacer de mamá pato para orientales...

Lo habrás dicho para tu bulbo raquídeo, yo no he oído una sola palabra.

Pues mamá pato, ofendiste al espíritu de uno de tus patitos así que no me haría ilusiones con eso de tomar distancia fácilmente tal y como pidió Beni.. Ouh, claro, ¡Beni! Quizás Makoto también la vio y le dijo lo mismo.

Cuando lleguemos al castillo antes de dormir me paso a hablar con él, no me calientes demasiado la cama... recuerda que estoy muerta por dentro y el calorcito es cada vez más puñetero.

Beni dijo que no nos acercáramos a la mujer que le pateó el culo a la Kitsune, no que no nos acercáramos a Rina.

Tranquila, no te calentaré la cama, intentaré practicar otro tipo de poderes.

Aahh, así que era eso... todo este lío de la kitsune es un lío y no me termino de situar con ninguno de los tres.... ¡no, cuatro! Había un cuarto oriental en el helicóptero, un tío duro.

Necesito espacio y tiempo para poner en orden las ideas, Kyara, creo que me estoy volviendo loca con tanta mujer con poderes que es peligrosa. Tú eres peligrosa, Rina es peligrosa de cojones, Janet es poderosa y peligrosa... y ahora tengo que meter a otra en la ecuación.

Al menos yo tengo el beneficio de no saber qué narices pasó exactamente en Kyoto, tú lo tienes más jodido.

¿Qué tal esa manzana?

-Claro que iba en serio lo de las galletas.-dije mientras sacaba de mi mochila el paquete con lo que quedaba de galletas.-Coged las que queráis. La verdad, me quedé a un paso de ir con vosotras por el tobogán, pero vi preferible esperar un poco más chapoteando en el charquito...-me llevé la mano a la nuca riendo.-Por lo demás más o menos igual que a vosotras parece, a bastantes no les ha gustado, como bien dices no fue un fiestote pero estuvo bien la charla.

Me puse de nuevo la mochila a la espalda y seguí camiando.

-Venga, da una pista de tu naturaleza descubierta en la charla de la cueva del yuyu- tomó un par de galletas y, al primer bocado, su estómago se rebeló ante la falta de comido con un sonido bastante llamativo- sí, mi superpoder es hablar por las tripas, más o menos- bromeó moviendo los hombros para colocarse bien las correas de la mochila.

Las galletas estaban buenas, quizá parte de esa apreciación era sin dura por el hambre pero quitando eso a Nyara le sabían a gloria.

-¡Makoto!- alzó un poco la voz- ¡Eh, Makoto!- frunció algo el ceño algo confusa dada la conducta meditabunda del chico y miró a Kurt-¿el buen rollo se ha ido antes que nosotros al Castillo o se largó según entramos en la puerta del yuyu pasado?

Observó la reacción de Liz y no entendió nada. No había para tanto, pensó. Miró a sus compañeros sin entender si esque la había ofendido o es que tenía miedo.

Cuando las hermanas llegaron Lia sonrió aliviada de verlas y que estaban bien. Se habían retrasado mucho en salir, pero ayora ya estaban con ellos.

-¡Chicas!-saludó contenta-Me alegra que hayáis vuelto, Kurt comentó lo de la sangre... suena realmente desagradable-hizo una mueca. Al verlas comiendo las galletas y hablar de que estaban hambrientas de un bolsillo lateral de la mochila sacó un trozo de la tableta de chocolate y les ofreció-¿algo dulce para acompañar?- propuso relajadamente. Luego instintivamente miró a Makoto ante la pregunta. No estaba segura si era un buen momento para hablar de animos con el japonés.

Sólo respondió con un cabeceo casi mecánico a Nyara, las hermanas eran chispeantes, y claro, no tardaron en darse cuenta que algo en el ambiente  no estaba del todo bien, aunque todos se empeñaran en creer que era sostenible. Rina  asintió de nuevo, e iba a decir que sólo le dolía la cabeza, claro, no había dormido demasiado, cuando Makoto se acercó a una de la rizadas,  la respiración de la kitsune se detuvo, y lo quedó mirando. Definitivamente jamás dejaría de ser incomoda su cercanía. 

Makoto habla, su ánimo no era el de los mejores, y de nuevo ella se empecinaba en creer que era lo mejor, que debía ser así, que debía. 

- creo que es sólo cansancio, chicas, - les dice sonriendo, y se fue quedando más atrás, hasta cerrar el grupo, en donde metió sus manos en sus bolsillos, y se fue con la cabeza gacha, mirando las pisadas de todos,  hacia frío, demasiado, ¿cuanto faltaba?. Rina comenzaba a descubrir que detestaba el frío, más que antes.