Partida Rol por web

Un castillo en la montaña

Habitaciones

Cargando editor
01/12/2014, 22:53
Benjamin Foster

Elizabeth me tranquiliza, comportándose tan tímidamente como siempre. Mis ojos se entrecierran de nuevo, acomodados a la falta de luz y la calidez de la situación, adormeciéndome por el gusto que da estar aquí ahora mismo, tranquilo, sin prisa, en la mejor compañía, con la luz filtrándose a medida que Liz baja la manta para vernos mejor...

Y de repente Liz suelta un grito mientras se aparta y se lleva las manos a la cara. Del susto me incorporo, poniéndome de rodillas sobre la cama, mirándome las manos en busca de garras que hayan podido herirla o ponerla en peligro- ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! -Pregunto nervioso, comprobando que mis manos son normales. Señala mi cuello, y me paso la mano nervioso, esperando encontrar escamas, o algo más raro- ¿Qué tengo? ¿Qué?

Y entonces lo dice. Y me quedo anonadado, sintiendo un extraño frío recorrer mi cuerpo.

¿Eh...?

No alcanzo a reaccionar hasta unos instantes después, cuando camino de rodillas hacia atrás hasta bajar de la cama poniéndome en pie. Se que junto a la butaca hay una cómoda, y sobre ella un espejo. Camino hacia él con temor, dudando de si Liz me está tomando el pelo, pero cuando veo mi reflejo en el espejo, despeinado y con los ojos hinchados por el sueño, no es posible ocultarlo.

Ahí está, una marca oscura en el lado derecho del cuello.

N-no, pero, esto... -Me giro hacia Liz, desconcertado- No r-recuerdo n-nada de esto, yo... ¿C-cuando? ¿Cómo? O sea, ¿recuerdas tú algo?

Me doy cuenta de lo estúpido de mi pregunta, de todas ellas, en cuanto las suelto. Y de lo que va a pasar cuando... si me ven esta marca. Joder, yo me muero de la vergüenza, pero Liz...

Cargando editor
02/12/2014, 00:27
Elizabeth Freeman

Cuando Ben se bajó de la cama para mirar su cuello en el espejo que había sobre la cómoda, y lo vi tan desconcertado, me puse aún más nerviosa. Parecía no recordar nada, y no sabía si sentirme decepcionada por ello o alegrarme de que no me recordara en aquella tesitura.

- ¿N-no recuerdas nada? - pregunté sorprendida mientras me levantaba de la cama. - Yo, bueno... Recuerdo alguna cosa... - dije mientras me acercaba descalza hasta él.

Miré la marca de cerca y la recorrí lentamente con los dedos de una mano, como si la acariciara. No pude evitar sentirme culpable al verlo nervioso, aquello había sido culpa mía.

- L-lo siento, yo no quería... Quiero decir que, si quería..., pero no quería hacerte eso. - miré entonces hacia abajo, mientras sujetaba una de sus manos con las mías, acariciando su dorso. - Estábamos besándonos, y yo, bueno, ya sabes... No recordaba haberme puesto tan... tan así.

¿Efusiva? ¿Desatada? ¿Excitada? Todo suena muy vergonzoso.

Le miré entonces a la cara, sin soltarle la mano.

- Perdona, no quería pasarme… - me puse ligeramente de puntillas un momento para alcanzar sus labios y le di un corto beso en estos. – Y ahora, ¿Qué hacemos?, ¿Alguna idea?

Seguramente no sea la primera vez que le pasa, quizás sepa como disimularlo.

Cargando editor
02/12/2014, 07:54
Benjamin Foster

Permanezco mirándola mientras se acerca y va dándome explicaciones, aunque mi mente está en otro lugar, recorriendo el angosto camino de los recuerdos de anoche, escondidos tras la neblina de una mala cabeza afectada por el alcohol. Y recuerdo, recuerdo cosas a medida que Liz me habla de ellas, y al recordarlo todo me siento avergonzado, pero también algo más. Porque es un muy bonito recuerdo.

No, no importa. -Le digo cuando separa sus fugaces labios de los míos- Recuerdo que nos besamos, recuerdo los besos por los pasillos -Y las ganas que tenía de dárselos al salir de la sala recreativa, después de haberme contenido delante del grupo- Y recuerdo que después de pasar por mi habitación vine aquí y nos besamos otra vez, que nos tumbamos sobre la cama... -Sonrío, alargando mis manos hasta su cintura, acercándome más- Y recuerdo que nunca me había sentido tan a gusto con nadie en toda mi vida. -Me la quedo mirando unos instantes, con ternura y culpabilidad- ¿Ves? Al final sí que tenía por qué disculparme. Bebí más de la cuenta, y ahora no recuerdo esto del cuello.

Le aparto el pelo del costado y le doy un suave beso en el cuello, y al apartarme abro mucho los ojos mirando el lugar donde acabo de besar.

¡Oh, no me lo puedo creer, tú tienes otro! -Le digo con gesto de estupor, aunque no soy capaz de seguir mucho más- Jajaja, es broma... -Confieso apretándola entre mis brazos unos instantes.

Pues no tengo ni idea de qué hacer, la verdad. -Lo cierto es que nunca me había pasado, mi ex no es que fuera muy efusiva precisamente. Parecía que ya le costaba darme un simple beso, como para haber llegado nunca a esto...- Tengo un jersey de cuello alto en la mochila, creo, aunque hace calor en el castillo pero bueno. Si supiera controlar esto de las escamas podría cubrir con ellas toda la zona, supongo... -Pero no lo controlo, claro, ahora que me vendría bien saber usarlo...- Pero Liz, no me pidas perdón por esto. A mí sólo me importa por ti, por que lo pases mal y te de vergüenza si lo ven los demás. Si no es por eso, llevaría la marca con orgullo, porque es tu marca.

Sonrío. Es la verdad.

Cargando editor
02/12/2014, 17:04
Elizabeth Freeman

Después de todo, si que recordaba parte de lo sucedido, e hizo que yo también rememorara algunas cosas. Recordaba estar aquí, besándonos, acariciándonos, pero todo ello había comenzado ya en el pasillo. Sí, ahora lo tenía más claro, habíamos parado varias veces de camino a la habitación, intercalando besos con alguna risa descontrolada, apoyados contra aquellas paredes.

Y luego en la habitación... Aquel deseo irrefrenable...

Me ruboricé al recordar aquellas cosas y sujetarme él por la cintura. Aún me ponía algo nerviosa al estar tan cerca de él. Pero me gustaba aquella sensación de inquietud, de sentir que era algo nuevo, algo nuevo y maravilloso.

Reí con su broma, ayudándome más aún a relajarme respecto al tema. Sabía que no era para tanto, pero no quería que estuviera incómodo por ello, ni que diéramos que hablar.

No me gustaría que cuchichearan sobre mí, pero mucho menos que vuelvan a molestarle.

Realmente parecía no tener mucha experiencia en ese tipo de cosas, pero se le ocurrió que podría vestirse con un jersey de cuello alto. Hacía más frío que los días anteriores, asi que podría valer. Seguramente las otras chicas no serían tan torpes como yo, y no le habría hecho falta hasta ahora pensar en este tipo de cosas. No era dueña de mí por completo al haber bebido, pero aun así me sentía un poco tonta.

Me tranquilicé aún más al hacer mención a que en realidad se estaba preocupando porque yo no pasara vergüenza. Yo estaba pensando en él y Ben lo que hacía era pensar en mí todo ese rato.

Quizás debería esforzarme por ser más clara.

Le abracé con fuerza al oír de sus labios que si por el fuera luciría con orgullo “mi marca”. No me había parado a pensarlo, y sonaba algo primitivo, pero en cierta forma había marcado territorio con aquel gesto; y aunque no lo había hecho de forma consciente, la verdad era que lo quería sólo para mí. Se me escapó una pequeña risa al pensar en ello, mientras continuaba abrazada a él.

- Ahora eres mío. – dije medio riendo, a modo de broma, aunque se tratara del más profundo de mis deseos.

Me separé despacio, dándole un beso sobre la marca antes de volver a mirarle a los ojos.

- Deberíamos ir a desayunar, pero antes hay algunas cosas que deberíamos hablar ¿No te parece? – deslicé mis manos por sus brazos, hasta agarrarle de las manos, tirando de ellas suavemente para acercarle a la cama. Me senté en ella e hice que se sentase a mi lado antes de preguntarle. - ¿Qué tal la revisión con el médico? ¿Hay alguna novedad? Yo tengo cosas que contarte…

Cargando editor
02/12/2014, 18:50
Benjamin Foster

Con ímpetu se lanza a mis brazos, abrazándome por el cuello. Yo la estrecho entre mis brazos, agradecido por su contacto, cerrando los ojos y disfrutando la sensación. "Ahora eres mío", me dice, y tiene razón.

Ya lo era antes... -Confieso entre susurros, sin siquiera pensarlo antes.

Se separa suavemente, besándome el cuello, y comenta que tenemos cosas que hablar. Empiezo a ponerme nervioso, porque creo que se refiere a esa conversación en la que llevo tanto tiempo pensando. Así que asiento y la acompaño hasta la cama. Sin embargo, cuando nos sentamos me pregunta por la revisión.

Bueno, alguna novedad hay, pero sobre todo que estoy bien, no hay nada de qué preocuparse. -Confieso esquivando un poco el tema. Me hace ilusión compartirlo con ella, pero prefiero reservármelo para luego. Además, hay otro asunto que me interesa más, pero antes...- Tú primero, cuéntame.

Cargando editor
02/12/2014, 21:21
Giulia 'Lia' D’Altrui

Notas de juego

[Se me había olvidado, salgo]

Cargando editor
02/12/2014, 22:17
Elizabeth Freeman

Rehusó a contarme sus novedades en primer lugar, pero al menos concretó que todo estaba bien.

Bueno, si es así, luego le preguntaré los detalles.

Sonreí al saber que no había de lo que preocuparse y me puse a pensar por dónde empezar. Solté sus manos y dejé una de las mías reposando sobre mi muslo, mientras me llevaba la otra a la cara en pose pensativa.

¿Debería hablarle de lo de Brad? En realidad tampoco tiene importancia… ¿No? Y sobre Kyoto… Eso si que no debería.

Me decanté por lo que más le preocuparía, y es que en todo momento había estado muy inquieto por el tema de mis pesadillas y me había ayudado cuanto pudo en saber algo más del tema.

Yo… Bueno, hoy no ha habido pesadillas, como ya sabes. – sonreí. – Pero ayer, en la biblioteca… Pude hacer algo. Pude ver algo, mejor dicho. Puedo provocar visiones, eso es. - ¿Cómo lo había llamado la señora Lagrange?Un conjuro, hice un conjuro. – dije con una sonrisa, algo entusiasmada con la idea. – Aunque no se en que me convierte eso exactamente… El caso es que pude ver lo que hacían dos personas concentrándome y tocando su foto. Increíble que alguien como yo pueda hacer algo así... Bueno, tu turno. - dije sacándole la lengua.

Cargando editor
02/12/2014, 22:46
Nyara Rosseau

Aburrida de esperar y con un mosqueo que iba aumentando a la par que su aburrimiento se incorporó de la cama y salió del cuarto dando un soberbio portazo.

Pero qué imbécil eres Nyara. Imbécil con mayúscula, acento y sin remedio. ¿Sirve de algo ser amable? ¿Agradable? ¿Confiar en un hombre por muy friendzonizado que esté?

Llegó hasta la puerta de su hermana y golpeó la madera con la palma abierta hasta que le dolió.

-Servicio despertador. Mueve el culo.-espetó al otro lado de la puerta cruzada de brazos.

Mierda. Ya no tengo hambre. Pues que les den por culo a todos.

Dio una nueva palmada a la puerta de Kyara y se marchó de allí con el nudo de la mala leche retorciéndole las tripas.

Cargando editor
02/12/2014, 22:52
Nyara Rosseau

Notas de juego

Sale

Cargando editor
02/12/2014, 22:56
Benjamin Foster

Escucho el relato de Elizabeth con una sonrisa. Principalmente, no porque lo que cuente sea interesante, que lo es y mucho, con todo eso de los hechizos y demás. Parece que debe ser algo relacionado con magia, que seguramente haya logrado usar sin darse cuenta, de forma natural e instintiva, y por eso le han surgido las visiones de esa manera. Pero lo que me hace sonreír no es eso, sino verla así, tan contenta, entusiasmada con lo que ha descubierto, sin ese miedo que la atenazaba ayer.

Supongo que somos un par de tontos, preocupados y pasando angustias por cosas que no eran para tanto.

Me exige respuestas, pasándome el turno, pero antes de hacerlo no puedo evitar darle un abrazo, y un beso en la frente que me sabe a muy poco- ¿Alguien como tú? Liz, si tú eres increíble... Cuánto me alegro de que puedas hacer esas cosas. -Bajo mi cara y le doy un fugaz beso en los labios, tan fugaz que en cuanto me separo de ella tengo que volver a acercarme y darle otro, más lento, más suave, con los ojos cerrados. Y cuando los abro, al separarme, me siento avergonzado y bajo la mirada.

Mi turno, entonces... -Digo sin mirarla, aún algo ruborizado, tratando de recordar lo que me dijo el doctor- Pues... resulta que igual no soy un lagarto. El doctor me hizo un escáner y concluyó que tengo un "aura draconil", es decir, que soy algo, no se, parecido a un dragón -Sonrío, nervioso, recordando las viejas historias de enormes dragones voladores que escupen fuego- De momento sólo puede asegurar que puedo sacar esa piel escamosa, que seguramente será muy dura y servirá de protección, además de las garras. Pero también existe la posibilidad de que se manifiesten otras cosas, como que me salgan alas, que escupa fuego, o cosas más raras. Nombró algunas leyendas relacionadas, como una canadiense que me suena y quiero buscar en la biblioteca. Lo único... -Me encojo un poco, perdiendo la sonrisa por unos instantes- ...es que de momento no lo controlo, y podría sufrir cambios así sin más, así que... no te asustes, ¿vale?

Cargando editor
03/12/2014, 02:59
Elizabeth Freeman

Antes de comenzar a hablar, me abrazó y dio un tierno beso en la frente, que provocó que mi sonrisa se marcase aún más. Me sonrojé cuando me dijo que era increíble, cosa con la que no estaba muy de acuerdo, pero si él me veía así era suficiente para mí. Me sorprendió entonces con un corto beso en los labios, con el que no tuve ni tiempo para reaccionar, pero en seguida volvió a mí. Al verle cerrar los ojos cerré también los míos, sabiendo lo que aquello quería decir. Esta vez no fue tan fugaz y pude corresponder las caricias de sus labios con las de los míos, suave y lentamente.

Finalmente se separó de mí, al parecer algo avergonzado, pues miró hacia abajo de inmediato. Me extrañaban un poco ese tipo de reacciones en él, pero la verdad es que me gustaban. Aquello significaba que se sentía como yo ¿No?

Me relató lo sucedido con el doctor, lo que parecía indicar que probablemente sería alguna especie de hombre-dragón. Sin duda un dragón era mucho más majestuoso que un simple lagarto, y él parecía más contento con la idea, pero a mí no me hacía demasiada gracia.

¿Alas? ¿Fuego? Todo eso suena peligroso…

Sin embargo, su semblante cambió al advertirme de que podrían darse cambios de manera inesperada. No quería que me asustara y negué con la cabeza para confirmar que no lo haría.

- Pero eso… No te duele ni nada ¿No? – Seguramente fuera una pregunta estúpida, pero quería asegurarme. En aquel momento caí en la cuenta de algo. – Entonces, eso significa que te vas a quedar aquí, ¿No? No puedes volver a Eagle River y arriesgarte a que te vean transformarte. Deberías aprender a controlarlo antes…

Agaché la cabeza apenada. No tenía ni idea de si podría quedarme o no, ni de si quería hacerlo. Quería estar con Ben, eso lo tenía claro, pero todo este mundo… ¿Era para mí?

- Mis padres me esperan dentro de tres días, no puedo decir que me quedo en casa de Ashley tanto tiempo. Ella me cubriría lo que haga falta, aunque no sé por cuanto tiempo sería creíble... Además está Brad, sabe que algo pasa. - dije pensando en voz alta.

Cargando editor
03/12/2014, 07:54
Benjamin Foster

Niega tener temor, y eso me tranquiliza un poco. Odiaría verla asustada por mi culpa, de hecho odio verla mal en cualquier situación. Me pregunta si me duele, preocupada, y me apresuro a negar también con la cabeza para calmarla ante esa idea.

No, no, para nada. Cuando cambió mi brazo sólo sentí un cosquilleo, creí que se me había dormido por la postura, así que de doloroso nada, tranquila.

Pero entonces saca a colación otro tema mucho más espinoso, uno que en parte quisiera evitar pero que en el fondo deseo aclarar lo antes posible. Aunque tema el resultado, porque no estoy completamente seguro de casi nada.

Excepto de lo que siento por ella.

Mi rostro se ensombrece, perdiendo cualquier atisbo de humor y felicidad. Pensar en perderla, que regrese a su vida y no saber de ella me duele muchísimo.

Yo... No se cuanto tiempo necesitaré para llegar a controlar esto. -Me miro las manos, con las palmas hacia arriba, antes de volver a dejarlas sobre mis muslos- Puede que necesite más de tres días, no lo se. No es mi intención quedarme a vivir en este lugar más de lo necesario, desde luego, quiero una vida normal dentro de lo que cabe. -¿Normal? Siendo un dragón, no se hasta qué punto será eso posible, pero me gustaría intentarlo al menos- Mi madre siempre me dice que debo perseguir mis sueños, que no tema dejarlo todo para agarrar lo que desee. -Sonrío con tristeza, al pensar en ella- Yo siempre me burlaba, porque nunca he tenido sueños ni motivos para dejarlo todo atrás. -Levanto la mirada tímidamente hacia Liz- Hasta ahora.

Carraspeo un instante, nervioso, cerrando los puños sobre mus piernas. Esto es lo que llevo necesitando aclarar desde ayer. Y ahora que lo tengo al alcance de la mano... tengo demasiado miedo.

Oye, y-yo no tengo claras muchas cosas. No tengo mucha experiencia ni entiendo mucho de esto. Y soy un poco torpe, además... -Termino de darle vueltas y poner excusas, decidiéndome a decirlo ya- Esto que tenemos, lo que hay entre nosotros... No se lo que es, exactamente. ¿Somos novios... o es otra cosa? No lo se. Sólo se lo que siento cuando estoy a tu lado, y cuando no lo estoy. -Dolor y añoranza- Y se que nunca me había sentido así, esto es totalmente nuevo para mí. Y... -Se me hace un nudo en la garganta, mientras cierro los puños con más fuerza- ...Quiero hacer todo lo que esté en mi mano por no perderlo. Por no perderte. Aunque eso suponga irme a vivir a cualquier rincón del mundo donde tú vayas... si quieres.

Me miro los puños sobre mis muslos, nervioso. Todo esto es una locura, y posiblemente sea demasiado para ella. No estoy seguro de nada, y tengo miedo.

Demasiado miedo.

Cargando editor
03/12/2014, 13:22
Elizabeth Freeman

Continuaba algo entristecida, pero al menos aquellas transformaciones no suponían algo doloroso para Ben. Sin embargo, eso no fue consuelo suficiente al ver como su rostro se volvía sombrío y miraba hacia abajo. Me explicó que quería una vida normal en la medida de lo posible, sin tener que quedarse allí, y que su madre le alentaba a cumplir sus sueños.

Su sueño… Una vida normal y tranquila, con su mujer y sus hijos. Al menos en Eagle River podré ir a visitarle…

Ya había comenzado a resignarme, cuando levantó su mirada y la clavó en mí, dejando claro que en realidad, cuando hablaba de su sueño, se refería a mí. El corazón me dio un vuelco y no supe cómo reaccionar, me quedé callada mientras el continuó hablando.

Yo no era la única que tenía dudas, al parecer había dado muchas cosas por hecho

Novios… ¿U otra cosa? ¿Qué otra cosa? Pero tampoco somos novios en realidad, no se lo que somos.

Continuó abriéndose a mí, con aparente dificultad, pero aquello lo hacía aún más especial. Y al final, me soltó lo que tanto anhelaba yo, y que tan imposible me parecía. Me puse muy nerviosa, y el corazón me iba a mil por hora, pero debía decirle lo que sentía por él.

- Y-yo… A mí… - comencé torpemente – También me siento así. – dije mirándole. Aunque la vergüenza y los nervios eran más que evidentes en mi cara, quería decírselo de aquella forma, mirándole a los ojos. – No solo me gustas, es mucho más, de eso estoy segura. – hice una pausa para coger fuerzas – Nunca había sentido esto por nadie, yo también quiero que estemos juntos. Así que…  - continué inclinándome hacia delante, atrapándole en un abrazo, y le susurré al oído. – Seremos lo que tu quieras.

Cargando editor
03/12/2014, 17:49
Benjamin Foster

Espero su respuesta con tensión, con nervios, con miedo. Mis puños se cierran con fuerza, tanta que por instantes temo perder el control y despertar unas garras que se claven en mi propia carne. Aun así, lo preferiría a otras cosas mas dolorosas.

Pero cada nueva palabra suya, el arrullo de su voz, su mirada clavada en la mía cuando me atrevo a mirarla, todo se conjuga para hacerme sentir mejor, menos nervioso, mas ilusionado, más esperanzado. Ella siente lo mismo, ¡¡siente lo mismo!! Quiere que estemos juntos, es todo lo que necesito. Controlaré estos cambios, aprenderé lo que tenga que aprender, me iré a vivir donde tenga que ir. Moveré montañas, si es preciso. Liz me abraza, y no puedo anhelar otra cosa en la vida.

Novios. -Susurro cuando me abraza y me regala las palabras más bonitas que me han dicho en mi vida: "Seremos lo que tu quieras". Quiero ser tu mejor amigo, tu confidente, tu apoyo, el hombro en el que llores si estás mal, el testigo de todas tus sonrisas, el abrazo que te de calor por las noches- Quiero que seamos novios.

Cargando editor
03/12/2014, 20:42
Kyara Rosseau
Sólo para el director

Un golpe despertó a Kyara, la que se había mantenido mucho de la noche en vela por temor a soñar con la asiática de nuevo, pero ahora se despertó por el golpe y lo dicho por su hermana, por lo que se despertó alterada. Escuchó la voz de su hermana y masculló algo mientras, zombi perdida, intentaba vestirse para salir de su cuarto a desayunar, pues suponía que estaría allí.

Cargando editor
03/12/2014, 20:44
Kyara Rosseau

Notas de juego

Salgo

Cargando editor
03/12/2014, 22:37
Elizabeth Freeman

Estreché aún más el abrazo cuando escuché la palabra “novios”, y una vez más cuando volvió a repetir qué era lo que quería que fuésemos. Estaba feliz. Quería estar con él y él quería estar conmigo. No sería fácil, había muchos obstáculos que salvar, pero a su lado me sentía fuerte para enfrentarme a lo que fuera.

Me separé entonces para volver a mirarle, manteniendo mis brazos rodeando su cuello.

- Entonces es lo que seremos. – respondí con una gran sonrisa y volví a abrazarlo de forma repentina, estaba realmente emocionada. – Porque no estoy soñando, ¿No? – volví a susurrar, pegando mi cara a la suya.

Poco a poco moví mi cabeza para situarla frente a él, mientras rozaba mi mejilla contra la suya, hasta alcanzar sus labios con los míos. Empecé dándole un pequeño beso en la comisura, aproximándome a besos hasta el centro de su boca, y deleitarme entonces con la suavidad de sus labios durante un beso mucho más largo y cálido.

- Parece que no, que eres real... – le dije al separarme con un prominente rubor en mis mejillas, fruto de la excitación y la vergüenza.

Cargando editor
04/12/2014, 07:53
Benjamin Foster

Lo seremos. Estrecho el abrazo a la vez que ella, con tanta fuerza como cuidado. Seremos novios. La palabra no significa mucho, la declaración de intenciones que la acompaña sí. Es una promesa, una muestra de voluntad. Queremos estar juntos, no sólo ahora, sino en adelante. Queremos seguir así, buscar la forma de mantener lo que tenemos.

Queremos...

Un sueño, sí, lo parece. Yo soy real, pero Liz no lo parece. Demasiado perfecta, demasiado buena para alguien como yo. Temo despertar en mi cuarto, en mi casa en Eagle River, y que todo esto se convierta sólo en el recuerdo de una noche en que fui feliz hasta despertar. La caricia de la mejilla de Luz en la mía me hace desistir de esa idea, como el primer roce de sus labios en la comisura de los mios, y un segundo beso, y finalmente acabamos besándonos suavemente, de forma lenta, cálida, amorosa, excitante.

Queremos...

Quiero...

Se aparta, y veo el rubor que la vuelve aún más hermosa a mis ojos. Yo también siento calor en el rostro, debo tener un aspecto similar, aunque ni de lejos soy tan guapo. No como ella. No la merezco, pero haré todo lo posible para merecerla.

Quiero...

Soy real. -Digo acercándome a ella hasta darle un corto beso en los labios, antes de apoyar mi frente en la suya, con mi nariz rozando la suya, nuestros labios tan cerca, nuestro aliento mezclándose y acariciando nuestros rostros.

Te quiero.

Lo digo sin pensar, sin meditar el significado o las consecuencias. Son palabras del corazón. No se mucho sobre el amor, pero lo que siento no puede ser otra cosa. Y necesito decirlo, decírselo, gritarlo a los cuatro vientos.

Cargando editor
04/12/2014, 12:48
Elizabeth Freeman

Sí, era real. Reafirmó mis palabras y me dio un corto beso en los labios antes de apoyar su frente contra la mía, con nuestros rostros tan cerca que era imposible no clavar mi pupila en la suya. Entonces escuché aquellas dos palabras y me quedé paralizada.

Después de confesarme todo lo anterior, intuía que me quería, pero escucharlo de forma tan clara y directa me dejó sin palabras.

Yo también te quiero.

Lo pensé de inmediato, pero de mis labios no salía nada. Era la primera vez que vivía algo así, y a pesar de estar sincerándonos el uno con el otro, no había pensado en que este momento pudiera darse. Pero se dio.

Me quiere, esto está pasando. ¡Reacciona!

- Y-yo también. – dije finalmente, nerviosa, y me separé  lentamente de él.  - Te quiero, Ben. – repetí frente a él, ya más calmada, y sonreí algo avergonzada al pronunciar su nombre.

Así era, le quería, pero no había sabido cómo definirlo. Nunca había estado enamorada. Había sentido mucho por Brad, pero esto era muy diferente, mucho más fuerte. Estaba enamorada, por primera vez, y no podía creerme la suerte que tenía al ser correspondida, la suerte de que alguien tan especial quisiera estar con alguien como yo. Pero no se iba a arrepentir, iba a darlo todo por hacerle feliz.

Seremos felices juntos.

Sostuve entonces una de sus manos con la mía, mientras la acariciaba con la otra.

- Igual suena un poco tonto, pero… ¿Puedo contárselo a Ashley? – pregunté algo tímida.

Quiero compartirlo con ella, quiero compartir esta felicidad.

- Pero eso puede esperar un rato. – retomé la palabra, subiendo las piernas a la cama, y sentándome con estas cruzadas. - ¿Qué quieres hacer ahora? – sonreí.

Cargando editor
04/12/2014, 15:00
Benjamin Foster

Me quedo mirándola sin saber qué hacer ni qué decir. Sin poder hacerlo. Incapaz de reaccionar, más allá de permanecer con mis ojos en los suyos.

Me quiere. También me quiere. Nos queremos ¿es esto real? ¿No es un sueño ni una broma? No puedo creer que me esté pasando...

Toma una de mis manos y la acaricia. Es cuando empiezo a reaccionar, como si me hubiera faltado el aire largo rato. Me pregunta por Ashley, y no puedo evitar sonreír con picardía.

Oh, no, esto es nuestro secreto... -Le guiño un ojo, divertido, dejando claro que no es cierto. Yo también quiero contarlo, quiero decírselo a Jeremy, quiero que lo sepa mi madre, quiero contárselo a Lía y a Christofer, y a todo el mundo, quiero gritarlo a los cuatro vientos. Si fuera un dragón volador de verdad, subiría a lo alto de la montaña y lo rugiría desde allí para que se enterase todo el universo. Pero puedo conformarme con mucho menos- Claro que puedes contárselo, es tu amiga, y quiero conocerla algún día. Y yo quiero que conozcas a Jeremy, contárselo también. Podemos hacernos una foto si quieres, y se la mandas...

Mientras hablo, se sienta con las piernas cruzadas sobre la cama. Yo también subo las piernas, pero no tengo mucha elasticidad y cruzarlas me resulta incomodo, así que las estiro a ambos lados de Liz y doblo las rodillas para rodearla, creando una especie de nido sobre el que permanece sentada, muy cerca de mí. Me pregunta qué quiero hacer, y mi imaginación me hace ruborizar ante las opciones que se me ocurren.

Pues... Deberíamos desayunar. -Reconozco- Aunque yo no tengo apetito. -Me acerco un poco más, susurrando- De comida al menos... -Pongo mis manos en sus caderas. Me acerco aún más, hasta rozar sus labios en un beso suave, corto, una caricia solamente, que me deja con hambre de más. No quiero ir al comedor ni a la enfermería. No quiero que esto termine nunca.