Partida Rol por web

El hombre niega con la cabeza:

- No, Kyara, te confundes, habeis sido traidos o mejor dicho invitados a venir nadie os ha amenazado, habeis venido por voluntad propia a la citacion. Aqui estareis seguros tanto vosotros como vuestros seres queridos ya que no sabemos como pueden afectaros los cambios. Imaginate que eres capaz de controlar el fuego, podrias provocar un incendio en tu casa sin darte cuenta, aqui contamos con medidas para poder parar eso y te podemos enseñar a controlar tus poderes, si queires claro.

Sobre lo de ser agentes de campo, eso es un trabajo como otro cualquiera y no es algo que depende unicamente de nosotros o de vosotros, es evidente que si quereis trabajar con nosotros podeis hacerlo, pero no es algo que tengais que hacer. Hay muchas personas en nuestro mundo con habilidades que vien vidas normales, y han estado aqui, simplemente les hemos enseñado a usar sus habilidades y controlarlas

La mujer asiente a la pregunta y dice.

- Siempre que cuides los libros puedes usarlos para lo que desees a ser posible dentro de los limites del castillo, porque hay libros muy antiguos y delicados, pero supongo que eso debes suponerlo.

La mujer sonrie y dice.

- Si tienes algun problema con algun libro o no encuentras algo dimelo, podre ayudarte y aunque no conozco todos los idiomas de los libros si puedo ayudarte lo hare

Andrea asiente y dice.

- Claro, solemos tener ciertas rutinas de entrenamiento, si quieres puedes venir, es tanto fisico como de nuestras habilidades, lo que no se es si al jefe le hara mucha gracia que estes en los entrenamientos con armas, ya sabes, las armas de fuego y demas son peligrosas o al menos eso dicen jajaja

Termina dicendo mientras se rie divertida

Bruce dice entonces:

- Bien, ire a llamar al castillo de Kyoto, si me necesitan estare despues en la biblioteca mirando un par de cosas.

El hombre comienza a subir las escaleras, parecia preocupado por lo que el director habia dicho sobre las dos personas que recordaba estaban en el castillo de Kyoto

El cocinero sonriente dice.

- Bueno, si me disculpan creo que me ire a la cocina a preparar la comida pues dentro de poco sera la hora de la comida y supongo que pronto tendran hambre.

El hombre comienza a caminar hacia la entrada que los chicos habian usado para entrar en direccion a la cocina

Mis infructuosas preguntas no sirven absolutamente de nada. Liz se adelanta, soltándome y separándose de mí, algo que me hace sentir incómodo, como si el contacto con ella hubiera sido mi medio natural desde siempre. No se qué hacer con mis manos, de modo que las guardo en los bolsillos de mi pantalón e inconscientemente adopto una postura en la que hundo mi cabeza entre los hombros. No se qué hacer, no se cómo sentirme útil. Ojalá mis poderes o lo que sea se manifestaran de una vez, y me hicieran valer para algo.

Los demás siguen preguntando, y cada pregunta arroja un poco más de luz en todo esto. Varios castillos repartidos por el mundo, lo que implica un cierto grado de organización a escala global. Agentes de campo, investigadores, mezcla de ciencia y magia, ayuda a quienes van a despertar su naturaleza... Parece que lo tienen todo bastante organizado. Ya sólo falta que nos hablen de alguna organización rival tratando de pillarnos para llevarnos al "lado oscuro" y luchar por dominar el mundo, o algo así. Supongo que eso es cosa de las películas.

Eso espero.

De todos modos, la idea de Nyara no me seduce. Patrullar por el castillo no es lo que espero hacer los próximos días, ni a lo que quisiera dedicar mi vida, desde luego. Estaría bien aprender a defenderme, y seguro que estos tipos sabrán enseñar más de un truco, sobre todo Manuel que tiene pinta de saber pelear. Si supiera defenderme, quizás no tendría que soportar ciertas cosas. Pero eso de patrullar no me seduce. Ya me siento bastante sólo en la vida como para ocultarme en una ocupación que me haga estar más sólo. Guardaespaldas molaría más, proteger a alguien, pasar el tiempo con él, sentir la responsabilidad de su seguridad en todo momento.

Será porque en todo momento siento que ese alguien sería Elizabeth.

Señora Lagranch -Digo esforzándome en pronunciar bien su apellido, algo que dudosamente lograré, mientras adelanto a Liz y me acerco a la mujer- Eso de los libros... -Agacho la mirada, avergonzado. Lo cierto es que nunca he sido ningún cerebrito, y eso de estudiar en una biblioteca no se me ha dado nunca demasiado bien. Pero ahora mismo esto es lo único que se me ocurre- Supongo que serán casi todo tomos antiguos en idiomas raros, pero ¿hay traducciones al inglés? Me gustaría poder informarme un poco sobre todo esto, sobre el origen de nuestra naturaleza, sobre las características de las capacidades... -Sobre videntes, sueños premonitorios, visiones. No podré ayudar a Liz si no se qué le sucede exactamente.

Lanzó una mirada a Kyara y negó levemente con la cabeza. No era lugar para explicar que antes de preguntar esas cosas quizá debería haberse pasado por la biblioteca... era como intentar correr sin saber andar.
Se pellizcó el puente de la nariz y suspiró, quizá si la encargada de los libros fuese Janet le explicaría ese detalle tonto con un "si te hubieses interesado ya habrías visto cómo son muestros libros" o con un "no voy a dignificar esa pregunta con una respuesta"...pero no era Janet y tenía cosas más interesantes que hacer que recordar a los demás lo necesario que era pensar antes de hablar para no cometer errores lógicos como ese.

Reclinó la cabeza hacia atrás y estudió a Andrea y a Manuel sopesando los puntos fuertes de ambos teniendo en cuenta sus poderes.

Lia había estado escuchando todo el rato. Del mismo modo que al principio le asustó la idea de visiones escalofriantes, conocer al director fue como un relajante. Aquél hombre realmente emanaba tranquilidad y seguridad en un castillo donde parecía que todo el mundo allí tenía poderes sobrehumanos capaces quizás de destrozarte en medio segundo. Y allí estaba el director, el señor Alexander Smith.

-Asumo pues que una vez descubramos qué somos y lo controlemos, podremos decidir si volver a nuestras casas o... Imagino que habrán sitios donde podamos aprovechar habilidades, ¿o éste es el único centro europeo que se encarga de ello?- La existencia de gente sobrenatural por todo europa quizás implicaba que habían agencias secretas de miembros mágicos. «Tipo Men in Black» pensó.

La serenidad que transmitían hizo que la idea fuera estimulante. Escuchó a Andre explicar que hacían entrenamientos. Sonaba excitante para alguien con una vida tan rutinaria como la de Lia. De casa al Conservatorio y del Conservatorio a casa, findes de fiesta y noches trabajando en la Orquestra. Se asomó una sonrisa nerviosa en la cara de Lia, que miró a Chris a su lado inquieta y miró de nuevo al director. 

Saludó con una recuperada sonrisa al cocinero a modo de despedida mientras esperó la respuesta del director.

Cuando el director me lo pidió, comencé a rememorar aquel sueño. Con su mano sobre mi cabeza reviví cada detalle, cada sentimiento, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo poco antes de que el señor Smith terminara. Por lo que nos contó, la chica del sueño y otro de los presentes estaban relacionados con otro de los castillos, concretamente el de Kyoto. 

¿Serán cómo nosotros?, ¿Otros chicos a punto de descubrir lo que son?

Aún no se podía saber qué significaba concretamente el sueño, pero me tranquilizó bastante que se responsabilizaran del asunto y que el Señor Gunther fuera a informarse de inmediato. Le seguí con la mirada, mientras subía las escaleras, hasta que le perdí de vista.

Así que esta es mi habilidad... Al menos no resulta peligrosa.

El resto de los presentes seguían haciendo diferentes preguntas. Algunos parecían tener claro que querían meterse de lleno en todo este mundo, hablaban ya de asistir a entrenamientos o preguntaban sobre lugares donde aprovechar sus habilidades, pero yo no tenía ni idea de lo que iba a hacer; cosa que empezaba a molestarme sobremanera, ya que últimamente parecía ser una constante en mi vida. El futuro y qué camino tomar.

Miré entonces a Ben, que me adelantaba para preguntar algo sobre la biblioteca. La verdad es que documentarnos sobre el tema me parecía el paso lógico a seguir, más cuando las explicaciones de los allí presentes eran bastante escuetas. Aquello me hacía dudar, no nos contaban todo lo que sabían, pero...

¿Y sí esperan que lo descubramos nosotros mismos?, ¿Esto es una especie de prueba?

Volví a levantar el brazo para llamar la atención del director, y le formulé una nueva pregunta:

- E-entonces... Estos cinco días... ¿Qué se supone exactamente que tenemos que hacer?, ¿Esperar?, ¿O hay algo más?

la mujer mira a Ben y niega:

- En parte si y no, hay libros publicados en sus idiomas originales por lo que tenemos una gran coleccion en ingles y en otros idiomas, tambien en lenguas antiguas y muertas.

Como decirlo, ahora mismo usted esta hablando en ingles y yo en frances, pero gracias al director nos entendemos, pero no sucede asi con los textos escritos en los que unicamente entendera lo que esta en su propio idioma

Flipa, la idea de la morenita y lo que el director contesta me gusta. ¿Trabajar con esta peña? Yo firmo pero ya. ¿Quién no firmaría? Hombre, a lo mejor algún periodista que pueda moverse a supervelocidad, o algún mago que se dedique a hacer espectáculos por el mundo y hacerse famoso, pero por lo general, es una oportunidad que a mí no se me ocurriría dejar pasar. ¿Cuál es la alternativa? ¿Pasar toda la vida currando en un labo, o dando clases a frikis con menos aún interés que yo en la materia? Paso. Yo me quedo aquí aunque tenga que dedicarme a entrenar a los nuevos que vengan. La gente con poderes siempre será más estimulante que...cualquier otra puta cosa.

-Eh Andrea yo me apunto a eso también. O a cualquier cosa que hagáis. Lo que sea en vez de estarnos tocando las pelotas.-digo, cruzándome de brazos. ¿Entrenamiento con armas? Desde luego, no puedo esperar a ver a un hombre lobo con metralleta.

El directo mira a todos y empieza a responder a las preguntas.

- Claro, podran decidir que hacer, si seguir con sus vidas normales, hacer una vida mas especial por asi decirlo o que es lo que quieren, su vidas es de ustedes y ustedes son los que deciden que hacer con ella, es vuestra decision.

Mira a Elizabeth y dice:

- Podeis hacer realmente lo que querais, yo os recomiendo que useis estos dias para conoceros a los demas y a vosotros mismos y sobretodo vuestro potencial.

Me quedo boquiabierto al escuchar la respuesta de la mujer. Cuando llegamos, me había planteado si habría algún problema con el idioma entre los asistentes, pero al ver que nos comunicábamos todos sin problemas, supuse inmediatamente que los de países de habla no inglesa conocían mi idioma. A fin de cuentas, es un idioma muy internacional, que se emplea en todas partes. Sin embargo, parece que la explicación es más sobrenatural. Cada uno habla en su propio idioma, y algún tipo de hechizo dentro del castillo nos permite comunicarnos sin problemas.

De repente, pienso en Elizabeth, como un impulso que me llena de temor, el miedo a una barrera infranqueable.

Pero no. Liz es inglesa, habla en inglés, como yo.

De modo que sigo pensando en esos libros. Los hay en varios idiomas, supongo que tendré que conformarme con la porción de ellos que esté en inglés. De todos modos, no creo que vaya a leerme todos los putos libros de la pedazo de biblioteca que tengan aquí, así que con lo que haya supongo que bastará para documentarse algo más de lo que ya estamos, que es nada.

Nyara y Christofer parece que van a unirse a las patrullas y entrenamientos marciales. Esto mejora. No es que tenga demasiadas ganas de coincidir con ellos más de lo necesario, sobre todo con ella. De hecho, parte de la biblioteca hay otras cosas que me apetecería hacer, y que desde luego no incluye aguantar a la reina de las bordes.

¿Y salir del castillo? -Pregunto, casi con temor a la posible respuesta- Quiero decir, sin alejarse tampoco demasiado. Estamos en una montaña preciosa, debe haber rutas o lo que sea para salir a pasear. He visto que hay motos de nieve ahí afuera. ¿Sería posible salir a dar una vuelta en algún momento?

Desvío la mirada hacia Elizabeth, guiñándole un ojo. Puede que pensar en esto la ayude también a no pensar tanto en otras cosas menos agradables.

Anoche firmé un trato que tengo intención de cumplir...

Andrea sonrie y dice:

- Claro, quien quiera entrenar fisicamente despues de comer Manuel y yo estaremos en el patio de armas, eso si, no vengais en tacones ni nada por el estilo porque sino se os van a romper y quien sabe a lo mejor hasta descubris algo.

La mujer mira a Manuel que sonrie y asiente:

- Nosotros descubrimos nuestras habilidades mas fisicas practicando deporte asi que nunca se sabe

Mira a Ben y dice:

- Las motos no se puede coger por el momento porque no conoceis el terreno y esta montaña es bastante peligrosa, ten en cuenta que son riscos muy empinados y no se sabe realmente que puede haber tras una pequeña colina, te recomiendo que primero pases andando y con mucho cuidado, en cuanto a salir, por la noche no deberias de estar fuera mas que nada por el frio y porque hay lobos que por la noche salen a cazar

Cuando vi que Ben me guiñaba el ojo, le correspondí con una sonrisa, pero esta no tardó en desaparecer. Sentí el teléfono vibrar en mi bolsillo, era un email. Aproveché que Andrea nos respondía para mirarlo disimuladamente tras Ben. Se trataba de Ashley:

De: Ash_Hamill@yajuu.com 
Para: E.Freeman@gemeil.com 

No ha sido fácil convencerle, pero creo que lo he conseguido. No veas lo cabezón que puede ser a veces! Eso sí, me ha pedido que a cambio tienes que cogerle el teléfono. No se qué pasará, pero parece decidido a hablar contigo como sea... Al menos sigue creyendo que estás en casa, y cogiéndole el móvil se soluciona el asunto, así que bien, no?

Cuídate, y llámame, boba ;)

¿Bien?, ¿No se le ha ocurrido pensar que si no le cojo el teléfono será por algo?

Suspiré y guardé el móvil, justo en el momento en el que Andrea terminaba de hablar. Al inicio había comentado algo del entrenamiento después de comer, y es que efectivamente ya era la hora de comer. Tiré suavemente de la camiseta de Ben un par de veces, tratando de hacer que se girara.

- Voy yendo al comedor, ¿Vale? - le dije con un atisbo de inquietud en mi rostro.

-Sí, sí, sí -dijo Kyara al director- los ejemplos están más que entendidos, no controlamos lo que podamos tener y podríamos dañar a los seres queridos -alzó una mano con el pulgar hacia arriba mientras guiñaba un ojo, se empezaba a cansar de que se repitieran.

-Nos vemos en la cafe, chef -dijo al cocinero que hacía su labor con gran destreza- yo pasaré tiempo por la biblioteca, solo por cotillear que tienen -comentó a nadie en particular.

Siento un tirón en mi ropa, y me giro sorprendido. Al ver el rostro de Elizabeth, me doy cuenta al instante de que pasa algo, aunque no se el qué. Simplemente, la veo inquieta, nerviosa. Me dice que se va adelantando hacia el comedor. No sugiere que la acompañe, no hace el menor gesto de esperarme, y lo tomo como una indirecta. Por algún motivo, quiere estar sola. Pienso en las preocupaciones que está pasando, en lo desagradable que está siendo todo esto para ella, y temo que quiera simplemente desahogarse en solitario, ir a un rincón a llorar o algo así. Yo preferiría estar ahí, abrazarla y apoyarla, ofrecerle mi ayuda por pequeña que sea. Pero la decisión es suya, sólo espero que sepa que puede contar conmigo para ello.

Y para lo que sea.

Pero entonces me acuerdo de Ashley. Podría tratarse de una explicación más sencilla, que su amiga quiera hablar, la haya estado mandando más mensajes y lo que quiera es salir de aquí para hablar en privado. Su tapadera peligraba, y Ashley se iba a ocupar del tema. Puede que tenga que ponerle al día.

Me acerco a la ventana. Desearía salir por la puerta directamente, tras ella, pero se ve que necesita su espacio. Observo el exterior, la nieve en el suelo, las montañas fuera de los muros. Es una putada tener esas motos y no poder usarlas. Comprendo lo de que pueda ser peligroso si los caminos no están asegurados, pero ¿de verdad no tienen rutas transitadas por aquí? Bueno, da igual, es lo que hay. Comprobar los senderos a pie puede llevar demasiado tiempo, de modo que será mejor olvidarse del tema.

Ahora el paso más lógico es ir a comer. Y no porque tenga demasiada hambre, lo cierto es que casi tengo el desayuno en la garganta aún. Pero hasta la cena son unas cuantas horas, y quiero investigar un poco en la biblioteca. No creo que les haga gracia que me lleve unos sandwiches y unas coca colas a la biblioteca esotérica del castillo.

Bueno, pues habrá que comer algo -Digo a nadie en particular con las manos en los bolsillos, girándome hacia la puerta. Mi mirada se cruza con la de Giulia, la única persona presente que realmente me resulta agradable, y me fuerzo a dedicarle una sonrisa. Pero desaparece pronto, antes de empezar a caminar hacia la puerta- Ya me perdí la cena, así que...

Las palabras de Andrea prometían que al menos ésos primeros cinco días no resultarían terriblemente aburridos. La idea de poder hacer algo y no tener que pasar el día recluída hacía más llevadero psicológicamente la 'reclusión mágica'.

-Creo que también me pasaré después de comer por el patio de armas, con suerte a ver si así descubro antes qué... bueno, qué soy. Sin necesidad de destrozar a nadie en ello o quemar mi habitación, vaya-parecía que la idea de ser algo como una bomba a punto de explotar ya no resultaba aterradora, si no que despertaba una curiosidad extraña.

Entonces cayó en la cuenta de que necesitaba pasar por su habitación, ya que no sólo era buena idea ponerse ropa cómoda para el encuentro en el patio de armas y dejar los únicos tejanos que tenía a salvo, si no que también contaba con que el día anterior sólo le había dado una pobre explicación a su familia de su paradero. ¿Qué les iba a contar? «Ciao, estoy en Suiza. Bellísimo, me quedaré aquí hasta que mate a alguien y decubra qué monstruo soy.» Bueno, ésa no era la forma, pero sí la idea.

-Supongo que de tener más dudas podremos encontrarle, ¿cierto?- preguntó amablemente al director Smith. Vio como Ben se despedía y se iba hacia al comedor. Cierto, ya era hora de comer-Alhora, deberíamos ir a comer antes de que se enfríe demasiado, ¿no?- sonrió-Pasaré antes por mi habitación a hacer una llamada. Nos vemos en el comedor en un ratito- se explicó y salió por la puerta con un saludo de forma tranquila, siguiendo los pasos de la pareja.