Partida Rol por web

Cuando Roxanne terminó de subir miró enarcando una ceja a su compañero, Templario, al ver que este le ofrecía ayuda aunque al final acabó cogiéndole la mano porque no quería marcarse como la zorra del día. 

La mujer se quedó mirando la cuidada terraza que dejaba claro que el lugar estaba habitado, pues tantas plantas no podrían sobrevivir sin algún imbécil que las cuidara. Nos podemos quedar este sitio en el futuro como siguiente base, ¿sabes?- comentó en un susurró al varón.

Ya dentro no tardaron en encontrarse al V’sori que parecía esperarles con el mismo ánimo que el que sentía ella de ir a por él. Escuchó la petición de avisar a sus compañeros y contuvo una serie de insultos que pasaron por su cabeza.

-Ya llegarán- dijo ella, que parecía tan poco dispuesta a obedecer como Templario.  Luego escuchó las preguntas que le hacía su compañero y Roxanne prefirió sentarse sobre la mesa sin perder de vista al V’sori.

-No está mal el sitio, no.  Pero me interesa saber si tienes idea de porqué estamos aquí y si tienes claro lo beneficioso que resultaría para ti no intentar hacer alguna tontería.

Templario había notado algo justo delante de la mesa del V'Sori, pero antes de que pudiera decir nada Roxanne ya se acercaba a lo que fuese. Que resultó ser una especie de campo de energía.
Cuando la joven lo tocó, este chasqueó y se pudo vislumbrar como era una especie de semi circunferencia que envolvía al alienígena, la mesa y la pared detrás suya donde estaban los monitores. Parecía que daba una descarga, pero la agilidad de Roxanne le permitió evitar el tener que averiguarlo.

Bueno. Si queréis esperarles sin más podéis hacerlo. Pero no os mováis mucho de donde estáis. No vaya a ser malo para todos. En especial para vosotros.

Oh. Y el ático lo he decorado yo. Dicen que la jardinería es desestresante. O eso leí en uno de vuestros libros. Aunque no me acabo de hacer a la idea.
 

Obscure parecía entretenido con aquellas cuchillas, aunque no le duró demasiado pues uno de los dos porteros terminó un pelín abollado tras caer algo de arriba. 

- ¡Eh! ¡Cuidado! - Protesté porque sabía que aquel trozo de chatarra era obra de alguno de mis compañeros. 

El nuevo apareció también por ahí y nos azuzó un poco para que entráramos y bueno, ahora que ya no había porteros podíamos avanzar sin problemas. Eso sí, en cuanto vi que la puerta del ascensor se abría ladeé la cabeza. 

- Yo voy a ir por las escaleras. - Dije tranquilamente. - Si estoy aquí es porque me tuvieron que drogar para cazarme y no me apetece que me duerman de nuevo. En un ascensor, hacerlo sería demasiado sencillo. 

Aún me escocía pensar cómo me cogieron y no iba a dejar que se repitiera. 

- ¿Venís o subís en el ascensor? 

Di un paso hacia las escaleras y luego esperé a los demás. 

Roxanne le agarró la mano y subió, para luego informarle de algo que también se la había pasado por la mente a Templario. 

—Sí, parece tan cómodo que no me importaría ni dormir en el sofá... —su refugio no estaba mal, pero desde luego no estaba tan bien decorado ni tan limpio. 

—Mejor les esperamos —concluyó— ¿Libros? Libros es de perdedores? Mejor es ver la tele —todo el mundo lo sabía— Una imagen vale más que mil palabras. 

Esa era la sabiduría de Templario, sin duda pasada desde Confuncio o algo así.

—¿Nos estabas esperando? Esto no parece un refugio de uno de los de tu raza. 

Empezaba a comprender por que llamaban a aquella mujer su líder. Parecía ser bastante espabilada. Al menos no era de las que necesitaban recibir dos veces un golpe para aprender la lección. Y eso ya era algo.

– Bien pensado, Videshee. Os seguimos. – comentó uno de los dos Worm. Y avanzó tras su copia - ¿O sería el original? Era difícil saberlo - camino de las escaleras.

Los dos supervillanos se movían como si fueran uno solo. Mientras uno observaba el camino frente a sí, el otro miraba lo que había detrás. Si uno comprobaba lo que sucedía a su derecha. El otro lo hacía a su izquierda. De esta forma era difícil que pudieran pasar algo por alto y se cubrían mutuamente las espaldas.

Ambos llevaban una pistola en cada mano y estaban dispuestos a liberar su carga a la primera señal de peligro aparente. O quizás también si no había tal señal.

A pesar de lo sugerente del ascensor, o quizás debido a ello, Videshee, Obscure y los Worms decidieron subir por las escaleras hasta el ático. No es que la zona en donde vivían fuese de las más altas en comparación con el resto de la ciudad. De hecho había dos rascacielos, como uno entendía los rascacielos en toda la zona, pero eso no quitaba que tuvieran que ascender doce pisos a un ritmo más o menos rápido.

El ascenso fue sin incidencias, salvo que a partir del tercer piso empezaron a notar un olor peculiar. Como a sudor. Salía de los Worms. Era una de esas "personas" de olor corporal fuerte. O algo parecido.
No obstante acabaron por llegar arriba del todo donde les esperaba una puerta doble abierta de par en par. Dentro podían escuchar la voz de Templario, Roxanne y alguien más.

El V'Sori se encogió de hombros, aunque pareció molestarse un poco cuando vió que el grupo subía por las escaleras en lugar de coger el ascensor. Fastidiado quizás sería la palabra. Aunque no lo demostró cuando contestó la pregunta de Templario.

El sofá no está mal. Pero prefiero la cama. Es más cómoda. Y estoy seguro de que no sabes apenas nada de mi raza, mucho menos nuestros gustos en comodidades.
Y no. No os estaba esperando. Bueno, al menos no hasta que no os acercasteís lo suficiente al edificio y activastéis mis protocolos de seguridad. Pero lo cierto es que me aburro mucho en este lugar. Una estación de transito no es digna de mí. Y pensé ver qué queríais.

En las pantallas podía verse como Videshee, Obscure y dos Worms subían por las escaleras. Cuando ya casi estaban arriba las puertas de la calle se abrieron automaticamente a la espera que entraran.

Tras una penosa subida, sin más sorpresas que la ausencia de estas, los cuatro villanos llegaron al piso superior, desde donde pudieron escuchar dos voces conocidas y otra que no tardarían en conocer.

Uno de los Worm alzo un brazo y, acercando la nariz al hueco de la axila, inhaló intensamente el poderoso aroma del esfuerzo. Con los ojos cerrados, parecía querer llenarse de aquella fragancia, casi deleitándose en ella.

Entonces avanzó unos pasos y cruzó el umbral de la puerta, aún con un arma en cada mano. Detrás quedaba su copia, haciendo guardia frente a la entrada.

Al final todos prefirieron subir por las escaleras, aunque llegado un momento, empezó a oler demasiado fuente para mi gusto. De todas maneras no dije nada, no me era difícil recordar la época en la que tenía que hacer mis necesidades en la misma celda en la que tenía que comer y dormir... 

- Parece que han empezado la fiesta sin nosotros. - Dije cuando me di cuenta de que Templario y Roxanne ya estaban dentro. 

Eso sí, miedo me daba lo que podía haber dicho el hombre de hojalata, porque todos en aquel grupo sabíamos que no tenía filtro alguno para nada. 

- Espero que no la haya liado mucho. 

Tras una ojeada a mis compañeros, seguí caminando hacia delante. Eso sí, activando de nuevo mi "armadura", que no era fan de las sorpresas. 

Finalmente el grupo se reunió después de la breve separación, que no habían sido ni diez minutos. Para algunos una eternidad, para otros un suspiro.
Los recién llegados pudieron ver una sala de estar muy agradble y amplia. Sillón y sofas con pinta de ser cómodos a un lado, enfente una tele enorme de muchas pulgadas. Mesas con centros de flores naturales. Y en un extremo, enfrente de Templario y Roxanne, una mesa de despacho hecha de madera bastante amplia. Detrás de la mesa un V'Sori con cara de aburrido. Detrás del V'Sori varias pantallas a través de las cuales podía controlar todo el edificio. Se podía ver la entrada, el vestíbulo, e incluso las escaleras.

Bueno. Por fin habéis llegado. Ya estamos todos y esas cosas. Ahora me explicaréis qué hacéis aquí y para qué me necesitáis. Y sobre todo...¿Qué gano yo con ello?

El alien le daba palique a Templario. Eso era un error. 

El sofá no está mal. Pero prefiero la cama. Es más cómoda. Y estoy seguro de que no sabes apenas nada de mi raza, mucho menos nuestros gustos en comodidades.

—¿Cómo que no sé de tu raza? —Levantó el puño y comenzó a levantar dedos— Os gusta invadir planetas ajenos, matar a sus supercapullos, ser los jefazos, usar habitantes como soldados involuntarios como drones y la remodelación urbana. ¿Me equivoco?

Pero lo cierto es que me aburro mucho en este lugar. Una estación de transito no es digna de mí. Y pensé ver qué queríais.

—¿Una estación de tránsito es esta ciudad o este planeta? Sois demasiado cerrados. 

Videshee y Worm entraron.

—Vaya, por fin llegan la Bella y la Bestia. No entiendo por qué subiste por las escaleras, Rusita, no te hace falta hacer piernas ni glúteos, a vosotros los rusos os gusta sufrir. 

—Estábamos aquí hablando de Hobbies, pero no hubo fiesta, Vid, no hay chicas ni alcohol. 

Las cosas imprescindibles de cualquier fiesta. Miró al alien. 

—Pero si nos proporcionas ambas, tenemos una propuesta para tí, algo que nos conviene a todos. ¡Y podrías dejar de aburrirte! 

Entraron en la habitación y se encontraron al resto de sus compañeros conversando con un humanoide de lo más raro - y luego decían que él era feo – y que supuso que era el Warlord al que andaban buscando.

Se le veía demasiado relajado para encontrarse rodeado de cinco seres con superpoderes y muy mala ostia. Cuando les preguntó que salía ganando él de todo aquello, Worm estuvo a punto de descargar sus pistolas sobre las rodillas de aquel ser como respuesta. Quizás así entendería mejor que la pregunta más bien sería, que es lo que podía perder.

Pero Templario Negro tomó la iniciativa y se puso a discutir con aquel tipo. El tipo de la armadura parecía seguro de sí mismo, tenía la conversación bajo control. Así que Worm simplemente se apoyó contra la pared y se relajó aparentemente, pues en realidad no perdía un solo movimiento del alíen, esperando actuar a la primera oportunidad que se presentara, casi deseando que se presentara tal ocasión. Si era sincero consigo mismo, él también se aburría de la cháchara.

Todos pudieron ver como el V'Sori hacía el equivalente a enarcar una ceja, sin tener cejas, ante los comentarios de Templario.

Por un momento creía que eras el lider del grupo, pero parece que simplemente eres el graciosillo. Cosas que por cierto no son únicas de los trerrestres. En otro momento te habría mandado fusilar. Pero desgraciadamente ya no dispongo de tantos recursos como antaño. Una lastima la verdad, no me acostumbro a estar en este edificio pese a todas las comodidades que he podido conseguir.

En fin. No voy a arreglar nada añorando  los viejos tiempos. Hablad. ¿Qué es lo que queréis?

—¿El lider yo? Si no hago caso a lo que dicen la rubia y garritas una me aplasta y la otra me arranca la piel. Esto es una gino... ginuo... coñocracia. Eso. Que mandan ellas. 

Pero ninguna hablaba así que Templario siguió a lo suyo. —Muy buena idea lo de hacer fusilar, siempre digo que se fusila poco y mal. Aunque creo que te sería más beneficioso una alianza temporal con nosotros. Mira... en realidad nosotros lo que queremos es matar a uno de los vuestros que nos cae muy mal... uno que creemos que también te cae mal a tí y que sabemos exactamente donde está... así que hemos pensado que nos podíamos fingir amiguis, hacer cuchipanda e ir todos juntos. 

Miró al resto. —¿Verdad, mozos y mozas? Que hemos pensado... ¿Por qué este Battlelord tan majo no nos iba a ayudar a matar a su enemigo y echarnos luego toda la culpa a nosotros, malvados enemigos de todos los aliens cabezafea? 

Aquel Warlord no se iba a dejar convencer fácilmente. Parecía tener claro que no iba a dar su brazo a torcer hasta saber que iba a sacar tajada de todo aquello.

Worm estaba disfrutando de alguna manera aquella conversación. Intuía que podían salir mal muchas cosas y quizás tuvieran que irse de allí con las manos vacías, pero veía a su compañero esforzándose por convencer al V´Sori y debía de reconocer que no lo estaba haciendo mal.

Pero el villano con armadura empezaba a pedir la ayuda de alguna de sus dos compañeras, quienes al parecer llevaban la voz cantante en aquel grupo. Filthy Worm no tenía problema con aquello. Hasta cierto punto era una situación incluso cómoda para él. Podía hacerse a un lado y mirarlo todo desde la segunda fila. Ser un observador pasivo en esa obra de teatro. Se preguntaba cual de las dos mujeres sería la primera en responder a la petición de ayuda de Templario Negro.

Siguió reclinado con la espalda contra la pared y con sus pistolas preparadas por si la cosa se les iba de las manos.

El V'Sori se recostó en su comodo sillón mirando extrañado a Templario.

No sé si eres un inconsciente, un loco, o un genio. Pero lo cierto es que me caes bien. Si tengo que mataros a tí te mataré el último.

Soltó una ligera carcajada.

Has captado mi atención desde luego. Y si estáis hablando de quién creo lo mismo podemos llegar a algún tipo de acuerdo. Contadme más, contadme más. ¿Qué es lo que queréis exactamente?

Obscure cambió su "ropa" de repartidor y se "puso" su forma normal de acción. Y luego añadió algo más a lo que había dicho Templario.

Verás. Como dice aquí mi copadre, queremos que nos ayudes con una cosita.
Tenemos que ir a una Isla de un antiguo héroe de la tierra. La cual habéis asaltado y matado a su dueño. El caso es que hay muchas fuerzas de ocupación allí. Y tardaríamos mucho en encargarnos de todos.
Así que si puedes hacer algo para facilitarnos el acceso como, no sé, hacer que se fuesen o algo así. Pues nos iría muy bien.

Sacó su datacacharro y se lo acercó para que pudiera ver las coordenadas que estaba la Isla.

Ikaran, el battlelord V'Sori, ladeó la cabeza mirando las coordenadas. Después apretó un lateral de la recia mesa de madera sobre la que se apoyaba y apareció una pantalla flotante y un teclado virtual.  Empezó a teclear y varios informes fueron apareciendo por la pantalla. Estuvo unos cinco minutos así.

Vaya, vaya, vaya. Será posible. Si es mi viejo amigo Shavak. El Overmind a veces quita para después dar.

Sonrió, pero esta vez de una manera algo más tétrica.

La verdad es que es muy dificil, por no decir imposible, atacar esa base. Está plagada de tropas, y vehículos pesados de asalto. Y aunque lograráis acceder a las instalaciones, los refuerzos llegarían antes de que pudieráis hacer nada dentro.

Parece ser que sí que necesitáis mi ayuda desesperadamente.

Os miró a todos detenidamente.

Asumo que sois miembros de esos Omegas que tanto se habla en el consejo. Vuetro lider es...Insistente, pero no va a lograr nada a largo plazo.
Por suerte para vosotros puedo ayudaros y no va a costaros mucho. Hoy me siento generoso.

La sonrisa del alien era amplia y os daba un poco de suspicacia.