Partida Rol por web

Tardas mas de lo que hubieras esperado muchisimo mas, ya que el lugar es inmenso y no haces mas que dar vueltas y vueltas como un loco buscando algo que no sea arena y un cielo oscuro y dañino, pero aunque te cuesta lo encuentras, alli a lo lejos una forma siseante que se mueve arrastrandose, es ella estas seguro aunque parece diferente en muchos aspectos su piel esta mas morena y su pelo completamente desmoronado, no lleva ropa alguna que tape su cuerpo.

Sabes que es ella lo tienes claro.

El corazón me da un vuelco y aunque dije que primero la observaría y después haría acto de presencia si lo veía necesario, reacciononde forma instintiva saltando a unos quince metros tras de ella.
— Anabel — intento llamar su atención sin alzar demasiado la voz para no intimidarla, aunque no sé si recordará su nombre ni cómo reaccionará.

- No tendrias que haber venido - le digo girandome tras escuchar su voz, no puedo evitar sentirme triste nada mas verle por que se que por mi culpa ahora estara condenado.

- Esto es una trampa -

Me quedo mirando a Anabel confundido durante unos segundos.

«¿Cómo que una trampa? ¿De quién? ¿Se acuerda de mi?»

Decido ignorar esos temas, y simplemente salto junto a ella, unan ve estoy al alcance estiro mi mano para tocar su hombro derecho.

— Claro que tenía que venir, no te iba a dejar sola, bajo ningún concepto. ¿Estás bien?

- Ella si lo esta, pero tu has caido en la trampa y venido aquí, sabia que no te resistirias a seguirla por nada del mundo -

- Lo siento... no pude hacer nada- digo con cara de tristeza sabiendo que es por mi culpa que este aqui.

«Si ella misma parecía estar de mi pie, ¿qué sentido tiene que me quiera hacer una trampa?»

— No te preocupes —  digo con rotundidaad —, no me importa. No te iba a dejar sola.

- Estas ahora en las tierras del olvido Thane, nadie puede salir de aquí sin mi permiso y no dejare que salgas jamas fuiste traido con mentirar y me encargare de que pases la eternidad sabiendo que te traiciono quien amaste una vez -

Mientras escuchabas esto la imagen de Anabel fue desbaneciendose lentamente frente a ti, no podias hacer nada para evitarlo, no era mas que una sombra que desaparecia dejandote alli solo con aquel ser que parecia estar en todas partes.

— ¡Anabel! — grito con fuerza mientras se desvanece frente a mi, intentando agarrarla con las manos sin conseguirlo.

— ¡No! ¡No! No, no, no... — voy dicidndo, cada vez más bajo, lamentándome mientras caigo de rodillas al suelo, impotente.

Me entran ganas de llorar, pero las lágrimas no acuden a mi.

— ¿Por qué? ¿Por qué? — exijo saber, pero soy incapaz de usar un tono imperativo.

- Por que eres el unico peon que queda en esta partida, el unico que aun sigue luchando en este mundo contra mi control absoluto y no puedo permitirlo -

— Tú misma me ayudaste en el pasado, tú misma dijiste que te resultaba divertido vernos actuar. ¿Y ahora cambias de opinión?— niego con la cabeza frustrado—. He cometido pecados, muchos, pero no voy a rendirme, no voy a dejar que Anabel se quede sola, así que dime dónde está.

- Era divertido veros dar vueltas de manera estupida en un mundo que no comprendiais, pero os acercais demasiado a la verdad y no puedo dejar que descubrais el secreto de este mundo -

— Me es igual todo lo que estás diciendo, no quiero destuirte, y me importa una mierda lo que hagas o dejes de hacer con ete mundo, solo quiero saber dónde está Anabel y pagar por los pecados que he cometido con ella— respondo aún sin levantarme del suelo, lo cierto es que no me importa en absoluto lo que dice, eso es cierto, no tengo interés en desacreditarla ni hacer nada así, hasta ahora lo que me ha importado era comprender el funcionamiento del mundo, ahora pagar por lo que le hice a Anabel.

- Ese es el problema aqui, si te dejo encontrarla descubriras mas cosas de las que necesitas, pero existe una alternativa puedo ofrecerte una salida para que puedas reencontrarte con ella -

— No quiero descubrir cosas sobre tí, no me importas y no tengo intención de actuar en tu contra, así que dime cómo he de reunirme con Anabel y no volverás a saber de mi— prometo a la mujer. Puede que en otro momento me hubiese propuesto descubrir la verdad detrás de las cosas, pero ahora eso ya no importa, el mundo ha cambiado, he cometido crímenes impagables, y he de intentar equilibrar la balanza como pueda, aunque sea imposible llegar a balancearla de nuevo.

- Es muy facil, solo tienes que renunciar a tu vida en el otro lado, dime directamente que renuncia a ella y yo misma te enviare a su lado, estareis juntos para siempre -

 — ¿A mi vida al otro lado? ¿El otro aldo de qué?

- Tu mismo lo has dicho, no quieres descubrir mas cosas sobre mi, así que tienes que elegir saber la verdad o quedarte a su lado, esa es tu decisión -

Desde luego la respuesta está clara. Siempre he creído que el conocimiento era la base de todo, que siempre había cosas que aprender, que era un deber del inteligente el estudiar las cosa que no comprende, siempre me he guiado por esas premisas, siempre quise obtener conocimiento sin importar el precio a pagar. Pero ¿de qué me ha servido? Primero conseguí que mi cuerpo se desvaneciese en aquél portal bajo la ciudad, después no conseguí hacer nada contra los ciberseres. Intenté huir, y terminé destruyendo el cuerpo de una mujer y violando a una niña. Después quise morir, y ni siquiera pude. Me hice amigo de Lin, ¿y qué hay ahora de él? ¿acaso se acordará de mi mísera existencia? Quise usar mi conocimiento en la ciudad de Belias, y de nuevo no sirvió de nada. Quise hacerme el héroe en la batalla usando mis conocimientos d física, y no conseguí nada. Quise hacerme el listo y adelantarme al resto en llegar a la ciudad y no solo no lo conseguí, sino que acabé perdido. Allí me creí con más conocimiento de ciencia que el resto, pero resultó que era yo quien no sabía nada y ellos quienes terminaron enseñándome. Intenté que Anabel llevase una vida cómoda, y terminó perdiendo la memoria. Regresé a la ciudad, y ni siquiera fui capaz de evitar el desastre que allí había ocurrido. Intenté seguir a Anabel utilizando lo que sabía, pero resultó que no sabía realmente nada sobre la materia y la excitación de partículas hasta sacarlas de fase. Realmente no sé nada, ¿qué importa no saber algo más?

— Acepto.

Una risa estridente inundo todo tu mundo retumbando en tu cabeza sin que pudieras hacer nada.

Entonces el mundo que tenias delante comenzo a desaparecer, el desierto ya no estaba, no habia diosa, ni luz, ni cielo, nada todo empezaba a desaparecer quedando solo una blancura absoluta, hasta que parpadeaste, entonces un nuevo mundo aparecio ante ti, podias ver una sala oscura, estabas dentro de lo que parecia un cristal o algo que te cubria, tratas de moverte pero no puedes estas atado completamente, lo unico que puedes hacer es girar la cabeza para mirar un poco a tu alrededor.

Cuando lo haces ves como cerca de ti hay unas camas metalicas donde cupulas de algun materail transparente cubren a personas, personas que al igual que tu estan atadas, conectadas a una especie de maquina por unos cables que salen de su cabeza, no entiendes que esta pasando y tratas de gritar pero te es imposible, algo cubre tu boca.

Giras la cabeza asustado sin poder hacer nada mas que convulsionarte esperando que courra algo y entonces lo ves, una persona tumbada cerca de ti, la reconoces en el acto, Nathan, es su cuerpo estas seguro de eso, puedes ver su rostro sumido en estado de incosnciencia, no entiendes nada de lo que esta ocurriendo.

De golpe y sin previo aviso comienzas a sentir un dolor terrible en la cabeza, no puedes gritar ni hacer nada pero aquel dolor es tan intenso que piensas que la cabeza te va explotar, no tienes idea de cuanto dura pero al final el dolor desaparece y tus ojos comienzan a cerrarse.

Cuando los abres estas en una casa grande llena de cacharro tecnologicos que te llaman la atención, escuchas uno voz que te llama.

- Thane ya esta lista la cena, deja de jugar con esas cosas y ven - 

Una oleada de recuerdos te invade entonces de golpe, aquella es tu casa y esos cacharros son inventos tuyos, cosas que has creado para ayudar a tu ciudad y tu gente, la persona que te llama no es otra que tu esposa, Anabel, recuerdas perfectamente el dia que te casaste con ella, eras tan feliz, os comprateis una casa en aquel pequeño pueblo y enseguida te esforzaste por ayudar a su gentes, eras alguien importante alli, la gente te apreciaba y gracias a ti aquel sitio era cada vez mas importante en el mundo, pero todo aquello te daba igual, tu era feliz tenias una esposa y una hija, si, habias tenido una hija, como habias podido olvidarte de aquello, tu hija estaria esperandote para cenar sentada en la mesa como hacia siempre, deseando que dejaras tu trabaja un rato para estar con ella.

Apartas las cosas y sales de la sala, ya no recuerdas nada de aquellos tiempos que viajaste por el mundo, ni de una diosa ni de nada parecido, no hay recuerdos en tu cabeza sobre ninguna Ciber ciudad ni nada que se le parezca, todo esta bien y es perfecto, una vida facil y feliz donde no te importa mucho conocer ninguna verdad sobre el mundo, tu mundo esta alli mismo en esa casa, tu mujer y tu hija ellas son todo lo que necesitas.