Partida Rol por web

Damien observa a Markus y dice:

• Vaya bienvenido… permitidme que os presente, ella es Dance, es una meta humana y es una de las mercenarias de las que hablábamos el otro día… supongo que dentro de poco llegara la chica… como supondrás pueden aparecer algunas visitas indeseadas que quieren atraer a la chica

El hombre sonríe y mira a los dos para decir a los hombres con armas:

• Bueno, tomen posiciones, tengo el presentimiento de que dentro de poco podremos ir empezando nuestra pequeña reunión.

La chica saluda con una leve inclinación de cabeza y se coloca los auriculares que tiene y se gira y se marcha hacia otra zona, Damien sonríe y dice:

• Es bastante callada, pero es más buena de lo que parece, es muy útil esa chica.

El día había pasado de forma normal, nada especial, lo más extraño fue una noticia de que un anciano había sido asesinado en Europa usando una guadaña y poco después su cabaña había sido quemada, nada especialmente destacable aparte de eso. Y por fin llego la noche, el lugar en donde habían quedado era una zona de almacenes dentro del puerto de Nueva York, allí en la entrada estaba Thea en silencio mirando hacia el interior de la zona de los muelles

Si el chico le había contestado o no, ahora mismo era lo de menos, pues el escenario con el que se había encontrado al adentrarse en la casa había absorbido toda su atención. Las cosas estaban descolocadas, no del tipo de que no se ordenaba en días, pues casi siempre la casa estaba recogida. El corazón empezó a latirle cada vez más rápido mientras registraba que más estaba de aquella manera. Hasta el momento no era demasiado y tanto la habitación de invitados como la de su madre estaban casi sin tocar, pero cuando abrió la puerta de su habitación... Estaba completamente revuelta, no el desorden caótico que ella misma creaba, más bien como si hubieran estado buscando algo ¿el qué? No tenía ni idea y se preguntó si habría sido el tipo del lanzallamas. Un escalofrió le recorrió el cuerpo. Si ese hombre había entrado en su casa... No parecía haber signos de pelea y eso la dejaba un poco más tranquila, pero solo un poco, ¿y si su madre hubiera estado en casa? Sacudió la cabeza, apretando los puños y cerrando los ojos. No quería pensar en aquella posibilidad. Volvió junto a Max y le dirigió a la cocina, donde saco algunas cosas de la nevera para hacer un sandwich y el pan de molde de uno de los armaritos.

- Han registrado mi casa. Le soltó mientras preparaba los bocadillos.

¿Atacarlos sin qué ellos me hagan nada? eso no es algo qué yo quisiera hacer, realmente no conozco a ninguna de las 2 organizaciones y confiar ciegamente en los demás no es una de mis cualidades, si nos encontramos con ellos, no los atacare sin más, o al menos eso es lo qué quisiera hacer, Adrik es el qué decidirá.

Si se la llevan a la fuerza, supongo qué si habría qué intervenir, ¿pero si es su decisión?

Dejé mis tribulaciones para mi y me dormí el tiempo qué duro el viaje, había sido un día muy largo.

Desperté poco antes de aterrizar, aún medio dormido baje del helicóptero y le tendí la mano a Kira para ayudarle a bajar.

-¿Adónde hay qué ir ahora?-

Sacudió la cabeza.

-Na. Ya lo pensamos en su momento. Yo soy bastante duro -explicó- Creo que se supone que es por una densidad muscular diferente a la normal, o algo así, más parecida a... eh... -hizo un gesto con la mano- como un caimán. O los lagartos. Lo único que hacen las escamas que yo sepa es hacer que la ropa dure poco. ¿Cree que es eso lo que estaban buscando? ¿Ver si las escamas paraban balas o algo así?

Se encogió de hombros, algo incómodo. Seguía estando con una desconocida hablando de sus "peculiaridades", que era un tema muy privado: no era muy distinto de ir al médico y tener que contar intimidades vergonzantes. Necesario, ¡pero plato de poco gusto!

-Soy duro, soy rápido, soy fuerte: si tiene los registros lo sabrá, supongo. No es que no lo hayan contado -dijo con el suspiro resignado de alguien que forma parte del mundo de las leyendas urbanas chuscas y tebeos cutrísimos de una página de los EEUU- Más que una persona normal, pero tampoco nada como en los tebeos -miró por la ventana- Y ahí fuera la gente está controlando rocas e invocando guadañas mágicas. Hablando de sacar la pajita corta, ¿eh?

Soltó una risa, de buen humor: aparentemente eso le tranquilizó de alguna forma.

-Así que... ¿donde vamos, doña...? -dejo espacio para que dijera su nombre- ¿Y quiénes son ustedes, del gobierno?

Max deambuló un poco por la vivienda, dedicando un casi inaudible silbido de sorpresa ante tales desperfectos. Una sonrisa traviesa asomó en sus labios.

- Ya te iba a decir que vivías en una leonera - respondió, con las manos en los bolsillos en medio del salón. Inspiró profundamente, llenándose los pulmones con el aroma de la vivienda de la muchacha - ¿Falta algo? No hay signos de pelea, no parece que tu madre estuviera por aquí.

- Eso parece, dijo asintiendo con la cabeza La verdad es que no se si falta algo, al menos en mi habitacion que es la mas destrozada, asi a primera vista no me parecio que faltase nada. Y a saber que buscaban, no tengo nada que pueda interesarles. Termino de hacer los bocadillos y los coloco en un parde platos, acercandole uno al chico.

Las evidentes dificultades de Brok para manejarse entre las callejuelas de Bruselas con el enorme vehículo que conducía terminaron de romper el hielo entre mi gran acompañante y yo. Al fin y al cabo, si fuera él el que tratara de secuestrarme me daría tiempo a saltar del coche en marcha con lo lentamente que gira las calles – pienso. Además de eso, el rumbo de la conversación capta por completo mi interés, al ser, parcialmente, parte de mi área de trabajo. Tras un carraspeo sarcástico contesto a Brok:

- Bueno, señor Brok, como recordará YO trabajo para la Unión Europea… aunque es cierto que no tengo mucho poder dentro de la institución. Y a decir verdad no puedo llevarle la contraria en nada de lo que dice. Los que creemos que las cosas deberían hacerse de otra manera tenemos las manos completamente atadas por los intereses de nuestros superiores. – Mi gesto se torna ligeramente sombrío al reflexionar fríamente sobre el estado de las cosas – Pero si el señor Henderstkein quiere encontrar otra forma de hacer las cosas lo tiene realmente difícil. Los dictadores son “fáciles” de derribar, pero en su lugar se alzará un demócrata egoísta, cerrando el circuito de problemas del que usted habla. La única forma que se me ocurre de solucionar esto pasaría por actuar más allá de las instituciones políticas… o contra ellas. Y el señor Henderstkein debería tener cuidado si intenta hacer eso. Mucha gente cargaría contra él si se enterase.

Recojo todo, apago luces, cierro la puerta con la persiana bajada para que nadie piense que está el local abierto, y me recuesto en el sofa que coloqué en la zona apartada para clientes que buscan algo más de intimidad sin dejar de ser abierto, sólo tapado con biombos pero a la vista. Me tapo con la manta y pienso en mañana, mientro miro la tele que puse para los clientes para que dar más animación al bar y veo las noticias, destaca una de un anciano que han matado con una guadaña y poco después su cabaña quemada, me quedo flipada, luego, hago zaping pero nada interesante, publicidad, con la me adormezco, apago la tele y me duermo de costado acurrucada.

Al dia siguiente, me desperezo, ordeno, abro, atiendo a la gente que llega, y cuando llega la noche, cierro y esta vez, me arreglo, me pongo comoda, zapatillas de correr y un chandal sencillo, echo la persiana y me piro a toda prisa. Voy haciendo footing hasta el muelle, al sitio indicado según dijo la chica asiática, por la noche todo es un poco distinto, pero no tiene perdida, llego a unos almacenes en el puerto de Nueva York, veo a Thea y me acerco a ella, la saludo y miro hacia el interior.

- Hola Thea, vengo haciendo footing... he venido preparada, y cómoda con chandal y deportivas. - la susurro y le señalo mis zapatillas deportivas, llevo un chandal con capucha y puesta - en fin, no sé para qué me quieren... yo sinceramente... estoy aquí porque no quiero que me persigan... paso de malos rollos, no he molestado a nadie, no sé... no sé. Yo tengo mi trabajo y no tengo intención de exhibirme ni nada por diversión, a no ser que sea para ayudar a alguien en peligro... sabes? - entonces, recuerdo la tontería que hice ayer con los hielos y le digo antes de que salte - bueno, salvo ayer pero lo hice a solas y para hacer la gracia... cagúen la leche... Thea... de verdad... que no pretendia mojarte... ya ves lo que uso yo lo que tu y yo sabemos que no me fijo ni en las consecuencias...

Estoy nerviosa y no paro de hablar...

El viaje se habia hecho largo, con tiempo incluso para darme una cabezada, más por aburrimiento que porque necesitara descansar algo. Lamentablemente llegabamode las de noche, las luces artificiales de la gran ciudad iluminaban como pequeños soles, sin embargo para mi cuerpo aquello no era lo mismo. Durante la noche las radiaciones solares eran escasas y si teniamos que luchar no podria servirme a mis anchas.

Tras que bajara Luka y Kira, desciendo yo y echando una mirada hacia atras le pregunto al informatico.

- Estuviste todo el rato golpeando las teclas, espero hayas sacado algo interesante y no jugando LOL...

Cuando Maximilian entro le vino un suave aroma a una planta que tardo un poco en identificar, pero que finalmente ahora que se concentró un poco más pudo darse cuenta de lo que era, olía cerezos en especial en la habitación de Aura el cual no era para nada el olor de la chica, o al menos el olor que ella desprendía.

El grupo descendió del helicóptero y siguieron a Kira por varios almacenes, la chica caminaba con tranquilidad, de vez en cuando se detenía y les indicaba que se detuvieran para literalmente desaparecer unos segundos, la chica se desvanecía y volvía a aparecer de la misma forma mientras indicaba que podían continuar, no tardaron en llegar a un edificio, sin duda un almacén que estaba iluminado, cuando se detiene de pronto y mira a Hale:

• Vale… dentro es donde deben estar todos… dudo mucho que estén solos, así que habrá que tener mucho cuidado, eso se lo dejamos a Aarón, Luka y a mí, pero seguro que hay equipos informáticos ahí dentro y eso es lo que tienes que investigar… supongo que sabes a lo que me refiero ¿no?

Si se fijaban un poco podían ver como el edificio estaba rodeado por cámaras de seguridad, además de que por las ventanas podían verse los brillos característicos de las pantallas de los ordenadores. El edificio es bastante grande y tiene aparentemente dos plantas, una puerta trasera de tamaño normal y una delantera por donde podria pasar sin problemas un camión

La mujer escuchaba a Theodore atentamente para finalmente decir:

• Mi nombre es Alex Danvers y bueno, puede decirse que trabajamos para los gobiernos, somos una agencia dependiente de Naciones Unidas, pero que trabajamos para ellos…

Se queda observando unos momentos y añade:

• Lo extraño es que contrataran a Death para conseguir una de sus escamas… la chica de la guadaña si no la conoce… supongo que lo que dices es cierto, puede que les interese porque es capaz de detener balas, pero no sé, no termina de convencerme eso…

Se queda unos momentos pensando mientras la aeronave sigue su camino a gran velocidad, entonces añade:

• De hecho, desearíamos pedir que nos ayude… alguien con sus características puede resultarnos muy útil, además el hecho de que Brok haya acudido a usted quiere decir que tienen cierto interés en usted

Ya casi llegando al aeropuerto Brok sonríe y responde:

• Pero… usted está hablando del antiguo orden social y mundial, un orden en el que los Meta Humanos no existíamos… el hecho de la evolución de la humanidad hace que todo deba evolucionar…

El vehículo se introduce en el aeropuerto, dispuesto a encarar la zona donde están los aviones privados mientras dice:

• Es algo que lleva años planteándose… no se lo podría explicar bien porque desconozco todos los detalles, pero, el hecho de estar en Corea del Norte es también una forma de ponerlo en práctica en uno de los peores lugares de la tierra, y créame, que podrá conseguirse

Decía mientras sonreía orgullosos, parecía que estaba realmente orgulloso de pertenecer a aquello fuera lo que fuera. Tras un par de minutos llegan ante un avión privado preparado para despegar y dice:

• ¿Bien… está preparado para viajar?

La chica mueve la mano como para quitarle importancia al asunto, finalmente dice:

• No te preocupes, solo fue refresco y salió con facilidad…

La chica parecía un poco tensa mirando a todas partes, vigilante, entonces dice.

• Bueno, creo que sería buena idea que nos pongamos en marcha… creo que has hecho lo mejor trayendo esa ropa cómoda… por cierto, si la cosa se pone peligrosa no te preocupes por nada y corre.

Las dos chicas caminan por los almacenes hasta llegar al que tenían que entrar, las luces están encendidas en el interior y pueden ver como hay varias cámaras, es un almacén como otro cualquiera, con una puerta trasera para personas que esta entrecerrada y una gran puerta en la parte principal por la que sin duda entran los camiones de carga.

- No ha sido ese tipo, el de fuera. Apestaría a cenizas y humo - dijo, siguiendo el rastro, bocadillo en mano. Aunque estaba famélico, no estaba comiendo porque estaba concentrado en ese olor - Cerezos... ¿hay por esta zona? Creo que tampoco es el aroma de tu madre...

Se quedó ahí en medio, meditando, para luego abrir mucho los ojos y apretar los dientes.

- Creo que ya sé de quién es este olor - Aura pudo apreciar cómo todo el cuerpo de Maximiliam se ponía en tensión, como si fuera un gato a punto de enzarzarse en una pelea - ¿Dónde está tu madre? Ya no estáis seguras aquí.

Sin problema localizo el lugar en el que, presuntamente estaba nuestro objetivo, aunque a las cuatro horas llegamos a unos viejos almacenes.*

- Ha sido muy fácil encontrarla... Aunque no he visto nada que la relacione con poderes o habilidades metahumanas... ¿Seguro que es la chica que buscamos?

Una vez todos bajan y tenemos el edificio delante, le echo un vistazo.

- No te preocupes. - Digo mirando a la chica. 

Uso mis habilidades para expandir mi mente hacia el edificio, buscando primero dispositivos móviles o comunicadores que me den un número de la gente que puede haber dentro. Luego revisaré las cámaras para ver la información que me pueden dar.

El chico era muy muy raro. Y más que la fuerza que había demostrado tener hace unos instantes, lo que le llamaba la atención era su capacidad para distinguir tantos olores en el ambiente. Le siguió de nuevo hasta su habitación. Vale que no había sido ella, pero joder, no le molaba un pijo que viese como estaba. A tomar vientos la intimidad de la gente.

- Que yo recuerde no hay ninguno por esta zona. Los más cercanos están en un parque a unos 15 minutos de aquí y mi madre suele usar un perfume de rosas, muy suave y casi imperceptible. Casi al mismo tiempo que se tensaba el, sus latidos aumentaron. Sabía que algo iba mal y la sombra de que su madre pudiera estar en peligro ahora mismo volvió de golpe. Su-suele estar aquí a estas horas, aunque a veces llego yo antes que ella o ella llega un poco más tarde lo normal... ¿Crees que le han hecho algo? Había entrado en su habitación mientras le hablaba, no hacía falta que le dijera que no estaban a salvo allí. Eso le había quedado muy claro cuando el tipo del lanzallamas sabía dónde vivía. Había cogido otra mochila que tenía en la habitación, le había dado la vuelta y la había vaciado para a continuación coger algunas prendas de ropa del suelo (unos vaqueros y unas camisetas) y las metía en la mochila. También guardo varias braguitas y sujetadores, asegurándose de que el joven no viese exactamente qué era lo que guardaba con aquello. También metió un par de playeros y unas botas. Si no se iba a poder quedar allí al menos se llevaría algo de ropa de recambio.

- Podría llamarla al móvil para saber dónde está... Se notaba la preocupación en su voz y la urgencia en ir a buscarla. Necesitaba saber si le había pasado algo. Pero no sé si es seguro...

Tras pegar un gran bocado al bocadillo, dejó el resto sobre una mesa cercana y avanzó a pasos rápidos hasta la salida con los puños cerrados. Fuera lo que fuese lo que le ponía tan tenso, parecía captar toda su atención, porque miraba a todos lados, como si temiera que de alguna sombra saliera un nuevo enemigo. Al salir al rellano, se asomó por el hueco de la escalera, inspirando profundamente, y luego empezó a descender a paso rápido.

- Sí, llámala - luego alzó la voz - ¡Diggle! ¿Dónde cojones estás?