Partida Rol por web

Después de una larga caminata, siempre con miradas furtivas tras de si, llega por fin al campamento. Las luces logran guiarlo como si fuera una enorme polilla atraída por el resplandor de una lámpara, para luego morir a las pocas horas. Casi le parece algo muy apropiado para la situación actual. Alza la vista justo a tiempo para encontrarse con los ojos de la doctora, le cuesta un momento recordar su nombre.
-Menuda mierda, ¿no?- dice simplemente a modo de saludo, justo en ese momento un explosión capta su atención, Alek estaba tan tensionado que se voltea con los dientes apretados y el rostro desfigurado en una mueca de furia. Hasta que recuerda a los pobres infelices que deberán limpiar el centro comercial.
No los envidia, pero tampoco esta contento con lo que le acaba de pasar. Una vez mas sus ojos van hacia la doctora.
-Al menos tienen luz- dijo sarcástico.

-pero... pero...- intenta excusarse por lo ocurrido pero no le salían ni las palabras. Sabia que en parte los soldados tenían razón pero no tenia la voluntad suficiente para afrontarse a esa situación.

El miedo vuelve a resurgir haciendo que se quede nuevamente paralizado.

Sale de la biblioteca pensado en que todo aquello era un poco extraño y aún un poco nerviosa por la extraña figura que vió. Se encuentra con el electricista, como siempre tiene un expresión dura, parece agotado. La saluda de una manera un poco grosera, y cuando le va a contestar, escuchan una explosión que proviene del supermercado.

Mira al supermercado y se siente algo culpable, se pregunta si su ayuda les vendria bien ahora. Recuerda a Thomas y a como quería escapar de allí, no lo culpa, entrar en ese supermercado era un suicidio. Siente un poco de remordimiento y se plantea el acercarse. Se imagina a sus compañeros sangrando y como sólo ella podria parar esa hemorragia. Solo me acercaré un poco....

No dice nada, mete la mano en el bolso, saca su pistola y empieza a caminar al supermercado. no tiene intención de entrar, pero decide que echará un vistazo. Antes de alejarse, se da la vuelta y le dice al electricista. Iré a ver que ha pasado, puede que alguno necesite la ayuda de un doctor.

Ve como la doctora saca una pistola con lentitud, casi como si esta fuera a estallar en su mano si la manejaba bruscamente. Alek hizo una mueca de disgusto, era chocante ver que la aparentemente frágil doctora portara un arma y él ni siquiera tenia un escarbadientes. Miro una vez mas el lugar donde se había producido la explosión, decidiendo si seria buena idea ir con ella.
-Por si no te diste cuenta- dijo moviendo apenas los labios, como si recordara algo perturbador-. Antes fui con un grupo armado hasta el generador, ahora estoy solo… y no se quedaron a tomar el té en medio del bosque. No me apetecería meterme en un lugar atestado de muertos- se dio la vuelta para largarse de allí, pero se detuvo. Maldijo por lo bajo y se volvió hasta donde estaba Emma-. Que me parta un rayo- con su pie golpea el suelo-. Demonios, iré contigo. Pero no esperes que salga a salvar vidas.
No sabe porque pero decide seguirla, quizás es por curiosidad, tal vez porque esta armada y le genera curiosidad o le recuerda esa chica que le salvara la vida. Solo esperaba no arrepentirse.

Confiado en que ese zombie no le iba a resultar un problema, Hernán afianzó sus bolsas y empezó a correr lo mas que puedo para esquivar a ese ser. No miró atrás, pues hacia tiempo ya que solo miraba a su espalda cuando sospechaba de alguien, ya no esperaba a nadie y menos en momentos como ese.

Sonrio cuando Alek decide seguirme. sabía que todavía tenia algo de humanidad ahi dentro, era imposible que le diera igual todo. Juntos nos acercamos al supermercado, yo con mi pistola en la mano y atenta a todo.

La sonrisa de la doctora hizo que su ceño se hiciera mas pronunciado.Quien sabe que extrañas ideas tuviera ahora que estaba acompañada. Quizas deberia haber ido a ver al tipo gordo que lo envió a arreglar el generador. Pero recordaba muy bien ciertas palabras que le habian dicho antes de volver. Miró a su alrededor intranquilo, era mejor rodearse de gente ajena al campamento y solo conocia a unos pocos asi...

Cojo las bolsa de Thomas, no es momento de desperdiciar nada de suministros, y me largo, una mision siempre tiene algun percance y la muerte de una persona es una baja aceptable.

Hernán se giró rápidamente al ver por el rabillo del ojo como aquel zombi se abalanzaba sobre aquel pobre muchacho. En un principio pensó en seguir corriendo, no podía arriesgarse por un tipo al que no conocía.

En un momento de brillantez, decidió intentar echarle una mano sin arriesgarse, por lo que sacó su pistola y sin parar de correr, apuntó lo mejor que pudo hacía aquel no-muerto y pegó un tiro.

¡blam!

Durante la huida, Thomas es interceptado por un zombie que se lanza sobre el con furia. Hernán intenta ayudarle disparando contra el zombie mientras huye, pero no es algo fácil de hacer y es Thomas quien recibe el disparo en la pierna. Mientras el muchacho grita de dolor, el zombie aprovecha la oportunidad para morderle, arrancandole un trozo de cuello. Thomas intenta huir pero la herida en la pierna tan solo le complica las cosas y en cuestión de segundos mas zombies se abalanzan sobre el desdichado joven.

Jonn y Hernán salen fuera (el primero ha conseguido hacerse con la comida que llevaba Thomas) y se reunen con San Lorenzo y los guardias, que ni siquiera se han molestado en cubrirles la retirada, aunque si que han cerrado las puertas del Centro Comercial con suma rápidez, impidiendo que los zombies pudiesen entrar en el pueblo.

- ¿Donde está vuestro amiguito? - pregunta uno de los guardias con una clara ironía en su voz.

- ¡Mierda! - exclamó el latino mientras pasaba las puertas con un salto, justo antes de que aquellos guardias las cerraran de tras suyo. Había intentado ayudar a ese pobre alma, pero no lo había conseguido. Al fin y al cabo estaba muerto, se dijo Hernán liberándose de cualquier culpa.

Con el mismo ímpetu con el que había atravesado a toda carrera ese centro comercial, le habría reventado la cara a ese guardia, aunque pensó que no sería bueno si quería sobrevivir un día mas en ese mundo jodido.

- Que dios lo coja en su seno... No como a vosotros que arderéis en el infierno! - exclamó mientras se alejaba un poco mientras refunfuñaba.

Abrió una de las botellas de ron y le dio un buen trago. Se lo había ganado.

Guarda tu furia para esos bichos chico, en este mundo tienes que aprender a guardarte las espaldas y ser rapido en las acciones. 

Fue una perdida lamentable, pero solo fue un precio a pagar por salvar mas vida.

Emmy y Alek aparecen a las puertas del centro comercial. Allí se encuentran Jonn y Hernán, cargados de provisiones, San Lorenzo y dos guardias. Los guardias recogen parte de las provisiones y se las llevan.

- Ir al Ayuntamiento lo antes posible a entregar el resto. Nos vemos - y se alejan de vuestra vista.

Alek dio un paso a costado dejando pasar a los guardias quienes, presurosos, llevaban todo lo que podían cargar. Una vez que los guardias se perdieron de vista, sus ojos se dirigieron hacia los supervivientes, los cuales tenían más recursos de los que pensaba, pues habían salido bien parados de esa trampa mortal. Mirando detrás de ellos pregunto:
-¿Acaso el niño bonito no lo logró?- se refería a Thomas, no se veía por ningún lado, así que llego a la conclusión de que o se había largado de allí o había sucumbido ante los zombis.

Pensé en Thomas y me dió pena, la verdad es que antes de entrar él quería huir y al final yo no acepté irme con él, me sentí algo culpable. una pena....lo siento mucho Thomas. bueno...puede que esté siendo demasiado negativa.... ¿que ha pasado con Thomas? me aventuré a preguntar finalmente.