Partida Rol por web

[Cubierta del barco-castillo - barco de la boda]

Tras ver finalizar mi hechizo de piel pétrea, corro hacia donde está Naida. La veo malherida, recuperándose de un ataque. Allí también está Olwë, lanzándose a por nuestro enemigo. Lo mejor para Naida era retirarse y que alguien le curase las heridas, aunque tenía la esperanza de que no estuviera tan mal como parecía, pudiera plantar cara, y el hecho de que Markwolf se viera superado en tres contra uno le hiciera retirarse.

Sea como fuere nadie podía pedir más a la chica.

Me planto junto a mis dos compañeros y ejecuto el conjuro del segundo pergamino "contacto electrizante", pretendiendo que cualquier enemigo que planee acercarse a la chica se lo piense dos veces.

Entre tanto sugerí a Olwë y Naida que lo más prudente sería retirarnos poco a poco hacia nuestro barco. Despues de todo se trataba de Markwolf, no de un esbirro cualquiera.

[En la cubierta del barco]

Me maldije a mi mismo por no haber sido lo suficientemente rápido, y haber dado a aquel fulano encapuchado la oportunidad de levantarse. Ahora yo estaba en inferioridad de condiciones, a fin de cuentas el que tenía un zarpazo en el pecho era yo.

- Si, mi madre era una cerda. Pero nada comparado con tu madre y tu hermana. Tenías que ver cómo gritaban ese par de putas anoche conmigo... ¿No tendrás una hija que unir al grupo, no?

Me concentré en la pelea. Conocía mis ventajas: yo estaba acostumbrado a pelear con diestros. Pero ellos no a hacerlo con zurdos. Así que pase varias estocadas empleando más fuerza en las que paraba y las que daba por la derecha que en las que me venían por la izquierda... dejándole que se acostumbrase al ritmo. Hasta que, cogiendo aire, empleé todas mis fuerzas en un golpe por la izquierda, esperando desarmarle, o hacerle perder el equilibrio. Aunque solo fuesen un par de segundos, podrían significar su fin.

|Cubierta barco enemigo|

Chillé de dolor. Era infinito el que estaba sintiendo por el corte en el costado. Mi chillido siguiente fue de terror, pues vi como llegaba Owën para atacar a Markwolf, el cual utilizó también la magia para desprenderse fácilmente de él.
También llegó a la zona Finstandantilus.
Quise levantarme y coger mi espada, preparada para dar el último golpe a aquel ser oscuro... Pero las fuerzas no me lo permitirían... Estaba realmente agotada y dolorida.
Lo único que pude hacer fue arrastrarme hasta alejarme de allí... Pero llegó un momento en que no podía arrastrarme más... Me estaba desangrando.

| Cubierta barco Markwolf |

Dejé que Victoria se marchase, no pude quitarle ojo de encima hasta que llegó a salvo junto con Mefiroth. ¿Fué aquello un beso lo que ví?. Mi atención fue tomada por un gritos de dolor de unos compañeros. Caian muertos a manos de un enano (Throben) pelirrojo que se dirigia hacia mi. Apreté con fuerza mi espada y esperé su llegada, un pie delante y otro más atras ya que si el me atacaba su golpe sería fuerte y no pensaba retroceder ni caer al suelo por un golpe aunque lo diera en mi espada... Los enanos son fuertes.
-Vamos, ven...-dije en un susurro, mientras seguía colocado en posición de defensa.

El zarpazo que el dragón enorme le ha pegado a mi Rakkir puedo sentirlo arder en mi alma. Nuestras mentes aún siguen conectadas, y su dolor, como todo lo que le pase, lo siento como propio.

Mi concentración sigue siendo potente, gracias a los poderes de mi dragón y gracias a ello, he podido coger a la princesa Farilynn de la muñeca y colocarla tras de mí en la grupa de mi montura.

Sin embargo, ahora estamos cayendo en picado hacia un negro océano que burbujea incesantemente, cuyas burbujas cada vez son más grandes. Siento como un hechizo golpea a mi acompañante, que ahora tiene sus manos entrelazadas a mi cintura. Rapidamente, observo como sus manos se tornan del color de la piedra, para nuevamente volver a ser normales.

Miro hacia abajo, mientras continuamos cayendo y veo que Fistandantilus ha sido el obrador del hechizo. Veloz como un rayo, mi mente despeja todo sintoma del dolor de mi familiar, lo que me permite nuevamente intentar nivelar la barrena en picada en la que estamos sumidos.

Mi energia se concentra en controlar mi dragón, indicándole que abra como pueda las alas, ya no para remontar vuelo, sino para frenar la estrepitosa caída que nos espera si golpeamos el agua a esta velocidad.

A mi lado pasa el encapuchado que atacó a la princesa y cuyo dragón hirió al mío, y cae inconsciente hacia el bravo mar... Yo trato con todas mis fuerzas de nivelar el vuelo... mientras que el mar se acerca rápido y peligroso...

| Cubierta barco Markwolf |

Mi espada de fuego era impresionante. Muchos enemigos caian de una sola vez incluso a distancia. Me encantaba, me podia abrir paso con más facilidad. Sin darme cuenta me econtré en el centro de la cubierta, defendiendome y atacando a la vez. Aquella espada me proporcionaba bastantes facilidades a la hora del combate. Ví pasar un dragon por encima de mi. No pude evitar hacer la prueba... Hice el gesto como para lanzar mi espada hacia arriba, pero no la solté, esperando que una rafaga de fuego saliese dispara de mi espada y diese de pleno en la barriga del dragon. Almenos haciendolo hacia los lados funcionaba y me podía quitar enemigos de encima.

[En la cubierta del barco-castillo]

Mi primera reacción al oír aquellas voces fue mirar alrededor en busca de quien me había hablado. Pero no había nadie cerca mío. Todo el mundo estaba concentrado en la batalla, luchando. Las ideas se agolparon en mi mente en apenas unos segundos. Habían dicho algo de un jinete. Pero los únicos con jinete allí eran los dragones... De hecho, los únicos que tenían jinete eran los animales. ¡Aquello era absurdo! ¿Me estaría volviendo loca? Quizás el asesinato de mis padres me había afectado más de lo que imaginé...

Pero ahora no tenía tiempo para pensar en eso. Lo primero era lo primero. La gente empezaba a pasar al barco contrario. Miré a mi alrededor antes de apuntar con la siguiente flecha, por si alguien cerca necesitaba ayuda. Fue entonces cuando vi que un chico (Sirius), su dragón y un encapuchado caían hacia el agua.

La magia no era lo que mejor dominaba todavía, pero tenía que intentarlo. Tenía que hacer algo. Frenar su caída de alguna manera... ¡Levitar! Concentré mis energías en ello. Sabía que no conseguiría hacerle mantenerse en el aire, no era tan poderosa todavía. Pero sólo con que se ralentizase la velocidad de su caída... Pero sólo podía ocuparme del joven. El encapuchado no me importaba que muriese. Y el dragón requeriría demasiada energía para mí...

[Cubierta del barco enemigo]

Otra vez me había pasado. Nadie me veía. Eso era perfecto... Totalmente perfecto. En el centro del barco se hallaba él... Walgior... Otra vez aquel dolor en el pecho. De nuevo una decisión crucial para mi vida.

Caminé lentamente entre los enemigos que se abalanzaban hacia nuestro barco, y llegué hasta ponerme en frente del elfo. Éste se había preparado para hacer algo con una espada envuelta en llamas hacia el cielo.

Inuki: "En todo lo que hagas..."

Lo miré un segundo, y volví a mirar a Walgior. "¿Qué hacer...?", me dije un último segundo, antes de sacar mi daga y mirarla con locura. Sin poder resistir la tentación, mis manos actuaron antes que mi propio cerebro. Sujeté la daga con fuerza. De pronto recordé lo que me había dicho yo mismo en el camarote... "Quizás mi sitio no esté aquí". El simple pensamiento de abandonar a los que habían sido mis amigos me estremeció hasta tal punto que me alejé. Me alejé de Walgior y salí corriendo contra el gran enemigo, Markwolf... Aunque sólo fuera para recordarme de qué lado estaba.

Ikki: "Inuki...", le supliqué mentalmente, apuntando con mi varita al ser oscuro.

Me concentré mientras me acercaba a él rápidamente, cerrando los ojos un segundo para ganar concentración y volviéndolos a abrir, ya preparado gracias a mi compañero, Inuki. Concentré todo mi poder en hacer salir desde mi varita una potente onda que lo lanzara muy, muy lejos...

[Cielo]

Miré a la profesora Dana un segundo a modo de súplica para que me ayudara a hacer algo con todos esos yo, pero parecía ocupada ella también, por lo que los miré con asombro.

Kith: Vamos a ver... ¡Venga, id todos a la vez a por Markwolf!

Todavía no sabía si eran aliados o copias hechas contra mí, pero al estar tan pendientes sin atacarme pensé en un descontrol de mis poderes que los hubiera creado, o algo.

|JUGADA MASTER|

Gracias al encantamiento de Fistandantilus, Naida se encuentra a salvo, ya que cada encapuchado que intentaba atacarle recibía una pequeña descarga eléctrica, así que ya nadie se atrevía a tocarla.
La joven seguía tendida en el suelo, gimiendo de dolor, y cada vez le salía más sangre del costado.
Sin duda los daños estaban siendo importantes...

Walgior consigue que unas cuantas llamaradas salgan descontroladas hacia el dragón que sobrevolaba en ese instante el barco, y le dio de lleno en la barriga del animal, que chilló enfurecido y volvió la mirada para buscar el origen de aquel ataque.
Sin perder más segundos, el dragón descendió y agarró con las zarpas al joven elfo, elevándose de nuevo en el aire. Las garras apretaban el pecho y el vientre del joven elfo, provocando que le faltara cada vez más el aire... Su espada se le estaba resvalando de la mano y cada vez iba adoptando más la verdadera forma de aquella espada... El fuego estaba desapareciendo...
- Querido elfito, ¿qué te pensabas, que esto iba a ser tan fácil? Lamentarás haber dañado a mi dragón- dijo la voz del encapuchado, meneándose exageradamente por el aire, intentando marear al elfo.

Jairon seguía esperando con ansia la llegada del enano, que se iba abriendo camino entre los encapuchados, hasta que llegó justo enfrente de aquel muchacho rubio.
Se miraron unos instantes, pues llevaban varios minutos deseando encontrarse en aquella situación y, el enano, tenía muchas ganas de pelear.

Cambaral seguía luchando contra el encapuchado, que esquivó un par de ataques del humano, pero llegó un moomento que no podía esquivarlos más... Recibió un corte de la espada del humano, por culpa del cual perdió su mano derecha e hizo que se le cayera la espada de la mano.
El encapuchado gritó de dolor y justo cuando Cambaral iba a matarle, apareció Hilary bloqueando el ataque.
Ambos se quedaron unos instantes mirándose, y la joven tenía una verdadera sonrisa de malicia en el rostro.
- Por encima de mi cadáver, mequetrefe- le dijo Hilary, encogiendo el brazo para preparar un nuevo ataque. Lo intentó por la derecha, por la izquierda, intentó también darle en las piernas, incluso dio unos cuantos saltos por el aire para atacar directamente en la cabeza, pero no lograba distraer al humano.

Ikki, sin embargo, parecía empeñado en demostrarse a sí mismo a qué bando quería pertenecer... Así que se fue directo a Markwolf, alzando su varita e invocando una honda que le hiciera alejarse... Pero lo único que consiguió fue desplazarle unos metros y llamar su atención, a pesar de que Markwolf no podía verle...
- ¡Tened cuidado, hay alguien invisible rondando por el barco!- gritó el ser oscuro, mientras sus ojos se volvían rojos como el fuego. De pronto, vio a Ikki entre los presentes que estaban luchando y realizó un hechizo que le hizo desplazarse hacia detrás, precipitándose hacia el mar que seguía burbujeando...

Kith, aprovecha aquella distracción de Markwolf para atacar con su particular ejército de clones, que atacan sin piedad al ser oscuro. Éste intenta defenderse como puede, a pesar de que está confuso al ver tantos clones iguales.
Sacó su espada y empezó a utilizarla contra ellos, pero ni sangraban ni desaparecían... Markwolf no sabía qué tipo de magia podía ser aquella, pero algo se podría hacer contra ellos.
Markwolf provocó que le rodeara una pequeña burbuja que funcionaba como repelente y que, cada vez que alguno de aquellos clon intentaba acercarse, rebotaban hacia atrás.

Con la ayuda de Sirius y Vana, consiguen que el dragón despliegue sus alas, pero lo único que consigue es planear y evitar una dolorsa caída al mar...
Justo cuando estaban apunto de sumergirse en él, algo salió del mar... Todos se sorprendieron al ver a la reina de las sirenas, Melpénome, que salió acompañada de algunos soldados y agarraron fuertemente a los muchachos, llevándoles de un salto a la cubierta del barco-castillo.
A pesar de ello, la Princesa Farilynn dejó caer su cabeza. Estaba inconsciente. Debido a su cansancio, la presión de los últimos días y la sorpresa de ver a Melpénome emergiendo del mar, sus defensas ya no pudieron soportarlo más y provocaron que Farilynn perdiera el sentido.
Se acercaba la retirada de alguno de los dos bandos... Pues estaban sufriendo enormes pérdidas personales.

| Volando |

Todo ocurrió muy deprisa. Ya me encontraba sujetado por una de las zarpas del dragón y me estaba dejando sin respiración. Miré mi espada, que cada vez tenia menos llamas, la sujete con fuerza para que no se resbalase. Lo unico que pude hacer e ignorando al encapuchado fué empezar a hacer cortes lo mas fuertes y profundos posibles en la zarpa del dragón, aprovechando las ultimas llamas de mi espada. Debia cortarsela o terminaría ahogado. Tambien tenia que tener cuidado en no cortarme yo mismo por si me pasaba... Luego venía el peligro de la caida, que rezaba que si caía fuese al agua.

El caos habias surgido, que podía hacer mis habilidades con el arco ya no serían de gran ayuda. Visualizando la situación observe a Cambaral, había podido derrotar a uno pero se le había encarado una mujer. Tenía que bajar a la cubierta, pero antes debia de ganar tiempo, cogí una flecha de mi carcaj y tense la cuerda del arco apuntando a la yugular de la mujer, cerré los ojos e intente realizar un hechizo de visualización que me ayudara a ser mas certero en mi tiro.

Me concentro la mas rapido y eficazmente posible y lanze la flecha...

Rapidamente solté el arco, salí corriendo de la torre blandiendo una de mis hachas pequeñas y en cuanto llegó a la cubierta visualizo la lucha, de Cambaral y de la mujer por la espalda de ésta y sin pensarlo dos veces y con la inercia de la fuerza que llevaba en la carrera lanzo el hacha, sacó mi hacha a dos manos y me dirijo rapidamente sin pensarlo, sean cuales sean, los resultados de mis lanzamiento a por ella.

[Mar]

De algún modo, Markwolf había conseguido verme y me había tirado al mar. Estaba cayendo, lo veía todo a cámara lenta. Vi cómo las sirenas salían de éste y saltaban al barco, y me alegré porque me rescatarían... Pero no fue así. Aún era invisible, y nadie me podía ayudar; nadie, excepto Markwolf, podía verme, y todos estaban centrados en la batalla. Lentamente, en mi punto de vista, caía pasando entre las sirenas que ascendían hacia al mar oscuro. Tenía que hacer algo, algo por mí mismo. Me di cuenta de que nadie me podía estar ayudando y salvándome en todo lo que hiciera.

Pude ver a Inuki al borde del barco, aullando para que alguien se diera cuenta, pero parecía inutil. Aferré mi varita, y lo miré a los ojos. Entonces intenté conjurar una burbuja alrededor de la cabeza que me permitiera respirar aún debajo del agua. Era mi única esperanza.

Ikki: "No moriré aquí..."

Inuki: "No, no lo harás"

Vi, por último, a Walgior entre las zarpas de uno de los dragones que volaba alto. Sonreí; no era el único que estaba en problemas... Finalmente sentí el choque contra la superficie del mar, revuelto por la salida de las sirenas, y el agua fría calando mi piel. Aguanté la respiración y cerré los ojos. ¿Había conseguido conjurar la burbuja...?

[Cielo]

Vi como los "yo" obedecían mi orden. "Vaya.. entonces son réplicas que hacen lo que les ordeno...", pensé. Sabía que no sería capaz de lanzar un hechizo tan poderoso para romper su barrera.

Kith: Profesora-intenté llamar su atención- ¿Puede intentar bloquear la barrera de Markwolf?-le pedí confiando totalmente en ella.

Esperando que lo lograra, preparé junto a Akamaru un hechizo que convocaría unas zarzas que rodearían a Markwolf y lo atarían, y dándoles con gestos a mis clones la orden de atacar a la señal. Me concentré cerrando los ojos. Akamaru me cedió por segunda vez su poder...

Barco- La boda

Al sentir tales carisias en momentos tan difisiles me quede sorprendido... Mire a Victoria a los ojos, de forma penetrante.

-WoW, que sorpresa... Hasta las maresamas fuertes ablandan a las rocas mas difisiles...- Le coji las manos y se las puse en mi pecho, con el proposito de que sintiera mi corazon latiendo rapidamente y agitado. -Deveras que me has sorprendido, pero ahora tenemos que ver como ayudamos e esta situacion...-

Me trate de levantar pero no pude, y aguante el dolor, rey por un momento y la miro. - Te debo confesar que lo de anoche fue increible, pero creo que no dare para mas por la condision en la que estoy... Jairon y el amo necesitan nuestra ayuda. No podemos quedarnos aqui parados-

Miro hacia la cubierta y observo como estaba todo por alla ... observe a Hilary y se me ocurrio una idea... pero todo dependia de que tanta energia y Poder magico tuviera Victoria...

La mire rapidamente con ojos dubitativos y con poco brillo por el cansancio... -Tengo una idea... podrias tratar de llamar la atension de Hilary que esta alla, no ce si la puedas ver, pero creo que es la unica que nos puede ayudar con estas heridas... es mas ami no me serviria ser curado ya que estoy agotado lo mejor es que sea a ti a la que cure y asi puedas seguir ayudando a los demas...-

[Cubierta del barco enemigo]

Me consegui levantar del suelo, no sabia que habia ocurrido pero habia recibido un fuerte impacto que me habia alejado de Markwolf. Vi a Naida tendida en el suelo y perdiendo mucha sangre. Asi que sin pensarlo dos vecez eche a correr hacia ella sin prestar atención a lo que ocurria a mi alrededor. En ese momento lo unico que me importaba era ella, asi que esquivando a todo lo que habia por medio me inque de rodillas cerca de ella, al intentar tocarla note como una decarga electrica subia por mi mano, que retire inmediatamente. No sabia a que se debia pero tenia que hacer algo, si eso seguia asi ella moriria desangrada. Asi que deje mi lanza en el suelo y hacerque mis dos manos a su costado, notaba como una carga electrica volvia a subir por mis brazos, pero esta vez no retire las manos si no que aguante el dolor y comenze a contentrarme, me costo bastante ya que el dolor no facilitaba las cosas, notaba como eivy me cedia sus fuerzas, entonces fue cuando decidi comenzar mi conjuro para intentar cerrar la herida de Naida, puse en ese conjuro todas mis fuerzas. Tras varios segundos retire mis manos con esperanzas de que ubiera salido todo bien, no tube tiempo de ver lo ocurrido ya que cai incosciente por el cansancio que me habia generado ese conjuro.

[Cubierta del barco]

- ¡Maldito hijo de perra! - Ya van dos veces que estoy a punto de ensartar a ese malnacido con mi espada y que me lo estropean. Y estoy empezando a estar un poco harto. Entonces reparo en que no se trata de un "hijo" sino una "hija" (Hilary). Es la primera vez que me enfrento a una mujer en una pelea... y no siento el más mínimo reparo. Sería estúpido por mi parte, ya que ella no parece ir a tener ninguna consideración conmigo. Es entonces cuando le escucho decir "por encima de mi cadáver".

- Como desees. Nunca me gustó contrariar los deseos de una dama. Va a ser una pena que mueras sin haber sabido lo que es gozar de verdad, muñeca. Pero tú lo has querido. - intento concentrarme. El golpe en el pecho y lo mucho que se está alargando la pelea hacen que empiece a sentirme cansado. Ni siquiera soy consciente de lo que ocurre a mi alrededor. Tengo un único objetivo en mente: que dos personas muy concretas no vuelvan a ver la luz del nuevo día. Calculo la trayectoria de cada golpe, el ángulo, la fuerza empleada en él... sé que no estoy como para desperdiciar energías. Pero mi determinación suple la desventaja por la herida.

[cubierta barco]

Mire las flechas que me habian entregado y a los dragones sobrevolando la zona...si queman esto...
-Kiva sabes que nosotros nos movemos mejor con otras cosas...-dije mientras pensaba como apagar la dichosas llamaradas...
-Kiva...recuerdas el hechizo que hicimos una vez para hacer una balsa de agua?-dije guiñandole el ojo
-primero necesitaras ser muy veloz y asi sera ams facil esquivar ataques...-dije mientras con unos movimientos de varita esperaba que Kiva pudiera correr lo mas rapido posible...
-yo me encargare de el resto...-dije mientras movia la varita para conseguir un hechizo para tener cañonazos de agua
-mejor caliente o...hirviendo...-dije mientras daba otro leve movimiento para que el hechizo fuese mas dañino

[cielo]

Vamos Emmet aqui tenemos accion-dije con una sonrisa en los labios mientras que con un movimiento seco de muñeca hacia aparecer mis dos cuchillas.Mire el arco que me entregaban...
-gracias...-dije mientras subia a lomos de Emmet y sobrevolaba el cielo...
-Al menos somos mucho mas agiles que esos dragones...-dije dirigiendome a uno de los mas apartados
-ahora...-dije tirando una flecha hacia los ojos y bajando en picado hacia el agua...
-Ahora arriba..-dije poniendo las dos cuchilas verticales para atravesarlo o intentar herirle

|JUGADA MASTER & EVALUACIÓN|

Walgior comenzó a hacerle graves heridas al dragón con su espada, que empezaba a perder el aspecto de fuego... Aún así, sus intentos lograron tener éxito, y el dragón decidió desprenderse del muchacho antes de seguir sufriendo aquellos ataques. El encapuchado intentó evitar que se deshiciera de él para poder matarlo él mismo, pero no lo consiguió. El muchacho empezó a caer, iba directo al mar, con una caída dura asegurada... Pero la misma sirena que, en la batalla anterior, les había curado las heridas, salió del mar de un salto para agarrar al muchacho y dejarlo en la cubierta del barco.
- Cuídate mejor, elfo- le dijo la sirena, mientras volvía al mar con una sonrisa.

Owën intenta curar a Naida sin éxito, ya que las descargas eléctricas de la muchacha y el cansancio acumulado, no consigue concentrarse correctamente en el hechizo y ambos caen desmayados.

Arioch lanzó, sin vacilar, una flecha a Hilary, y debido al viento que se estaba levantando, se desvió de su objetivo y se clavó en el brazo de la muchacha, que chilló del dolor y de la sorpresa. Pero no contento con eso, el enano baja a cubierta tan rápido como le dan sus piernas, y se dirige rápidamente hacia ella con el hacha en mano. Sin embargo, Hilary lo ve llegar esa vez y le clava su espada en el costado.
A Mefiroth se le ocurre la idea de llamar a la joven pelirroja para que cure a Victoria, pensando que ésta se encuentra menos débil que él... Lo que no sabe es que ella tuvo doble sesión de sexo ese día... Además de que Hilary no parece tener fuerzas tampoco para curar a nadie, pues Cambaral también la emprende contra ella y comienza una nueva batalla entre ellos. Sus espadas colisionan y cada uno de ellos intenta bloquear los ataques del otro.

Ikki consigue realizar con éxito su hechizo y, alrededor de su cabeza, aparece una burbuja transparente que le da al muchacho oxígeno, pero el efecto es temporal... Sin embargo, en ese momento, se encontraba bajo el mar y podía ver como el ejército de la reina Melpénome salía del mar lanzando flechas y atacando con sus espadas, pero volvían a entrar de inmediato pues no podían estar mucho tiempo fuera.
- Bienvenido -le dijo una voz, a su lado. Se trataba de una sirena, que había acudido en su ayuda-. Aquí abajo estarás a salvo...-.

La profesora Dana escuchó la petición de Kith y no dudó en intentarlo...
De repente, un duelo importante se produjo entre ella y Markwolf, que se negaba a dejar desaparecer su barrera.
Rayos de luces blancas salían de las manos de la profesora y Markwolf, sin embargo, emitía rayos de color rojo vivo, el mismo que su cabello y sus ojos.
La profesora salió despedida unos metros atrás, pero se elevó en el aire e hizo levitar una espada, a la vez que se la lanzaba a gran velocidad hacia Markwolf... que rompió aquella barrera.
Kith aprovechó la situación para que sus clones atacaran al ser oscuro y lanzar su hechizo, pero ninguna de aquellas dos cosas tuvo éxito, pues Markwolf desapareció justo segundos después de que su barrera desapareciera.
Para sorpresa de Kith, apareció justo delante de sus narices y le dio un puñetazo en la cara, tumbándolo en el suelo. A continuación sacó su espada y sin más dilación, se la clavó en el estómago, provocándole una herida muy grave.

Bella con su hechizo, intenta sofocar los fuegos que los dragones habían provocado, pero su hechizo no resulta demasiado certero, pues el agua hirviendo no llegaba a apagar el fuego del todo... Quizá no había pensado correctamente en lo que los apagaría...

Eirin consigue lanzar su flecha contra uno de los ojos de aquel dragon, pero consigue llamar la atención del jinete que lo montaba, y le lanzó otra flecha a Emmet, dándole justo en una de las patas traseras.

Las cosas empezaban a ponerse difíciles... Ambos bandos seguían sufriendo daños personales muy importantes y sus luchadores empezaban a sentirse impotentes ante la cantidad de ataques que estaban sufriendo... El desgaste físico también era un elemento importante, pues impedía que todos ellos dieran todo de sí...
Sin duda, muchos morirían si nadie hacía algo al respecto...
La Princesa Farilynn se dio cuenta de ello y decidió que era buen momento para retirarse... Ya habían prolongado bastante tiempo aquella batalla, cuando realmente sólo iban para rescatar a Melpénome... Quizá el odio y las ganas de venganza habían provocado que Farilynn no ordenara la retirada, pero se había olvidado de que no era buen momento para terminar con Markwolf, pues no tenían los recursos suficientes... Y los aprendices tampoco estaban preparados...
- ¡Retirada!- gritó la princesa, mientras las sirenas y los soldados ayudaban a que todos los aprendices estuvieran en la cubierta del barco.
Sin embargo, algunos de los enemigos seguían en la cubierta del barco-castillo, como Markwolf y Hilary... Pero antes de desaparecer y aparecer de nuevo en su barco, Hilary le clavó la espada en el hombro a Marian, que se encontraba luchando...

- No me puedo creer que se hayan salido con la suya... ¡No!- gritó Markwolf, viendo como el barco que le traía tantos recuerdos, se marchaba de allí a toda prisa, más deprisa que un barco normal... Les iba a ser imposible alcanzarles y sabían que todos los aprendices estaban agotados, así que decidieron abandonar la idea de seguirles.

Las sirenas subieron a bordo del barco-castillo para curar a los aprendices, mientras que en el barco enemigo eran los viejos sirvientes los que curaban a los Siervos de Markwolf.