Partida Rol por web

Exitado por como la princesa Victoria me estaba tratando, me deje llevar por todos mis deseos y pasiones, al fin y al cabo soy un elfo que apresia las cosas buenas de lavida y algo que he aprendido es a no desperdisiar oportunidades como estas.

Di todo de mi mismo para sentir cada carisia, cada beso y cada mirada de satisfaccion. Pasadas 4 horas y media de darnos satisfaccion paro y la miro pensando, si deseas pasamos la noche completa...

No tenia ninguna objecion en continuar, todo lo contrario queria continuar pero sabia el riesgo que me tomaba al permaneser con ella en mi cuarto y mi compañero llegando a dormir, luego de pensar en ello continue sin dar mas a larga la retension de deseo iva a continuar hasta que mi princesa quisiera no miportando que hiciera mi compañero.

Aún en la sala de entrenamiento, al ver que no viene nadie, me dispongo a realizar las tablas de movimientos de combate que me enseñaron en la milicia de mi Clan.

Ataque superior, parada, ataque inferior, ataque lateral, parada doble,...

Pensé: Aún recuerdo los movimientos de memoria, no tiene sentido continuar realizandolos, desearía tener un adversario que se dignase a pelear conmigo para desentumecer mis músculos del descanso de pelea de estas dos semanas.

[Habitacion - Sala de entrenamiento]

Ya me encontraba mucho mejor, asi que me levante, sin embargo aun estaba algo aturdida, asi que decidi darme un paseo por el barco, a donde podria ir? no se, creo que sera mejor no ir a la biblioteca a fin de cuentas estoy algo mareada aun. Ya se, me dirigire a la sala de entrenamiento, seeguro que alli podre despejarme un poco viendo como entrenan los demas que seguro que hay alguien alli.

Asi pues sin mas entre en la sala de entramiento donde esperaba ver quienes habia

[ Sala de Entrenamiento ]

Mientras me encuentro en la sala de entrenamiento, esperando que la Profesora Shen me diera alguna tarea, observo como entra a ella una chica bastante guapa, y también reparo en otro enano que comienza a realizar movimientos raros con su arma.

Me quedo allí de pie, esperando, y mirando a los demás que se encuentran allí. No sé, ¿quién sabe? Probablemente a alguno le apetece luchar un rato conmigo... aunque claro, ninguno querrá luchar con un crio de primero.

Seguiré esperando.

Biblioteca
Desperté de mi descanso con el libro en el regazo. Aquel sueñecito me había sentado mejor que bien.

Me levanté y estiré un poco los músculos. Guardé el libro que había estado leyendo y cogí el siguiente con la misma encuadernación.
Tenía la necesidad de ampliar mis conocimientos. Mi mente rebullía inquieta en una biblioteca con tanto saber almacenado. Quería más. Me senté de nuevo y empecé a estudiar el nuevo libro de conjuros.

de nuevo Marian sale corriendo arrastrandome a mi, esta vez en direccion a la sala de entrenamiento.
Al llegar veo mucha gente en la sala, esperaba ver bastante menos.
-Marian, coje un arma si pretendes entrenar, no hay tiempo que perder digo mientras me dirijo hacia la estanteria para cojer una lanza.

|Sala de entrenamiento|

- Veamos... Así que os ha mandado la Princesa Farilynn, para un castigo, ¿verdad?- pregunté, rascándome la barbilla, pensando en alguna tarea para ayudarme-. Pues podéis empezar limpiando todas las vitrinas del barco-castillo, que contienen trofeos, escudos, armaduras, espadas... Debéis limpiarlo todo correctamente, sobretodo las espadas y todas las armas, para que aprendáis a acatar las normas- les dije, severamente-. Podéis empezar por la cuarta planta. Ese pasillo está lleno de trofeos y escudos para limpiar.

|Cubierta del barco- Pasillo 2ª planta|

Estaba en la cubierta del barco, disfrutando de aquella brisa nocturna... Era agradable estar allí...
Hacía un momento que Walgior también se encontraba disfrutando de esa brisa, pero poco después ya había desaparecido. No tenía ningún interés en seguirle, pero iba a esperarle en su habitación... Tarde o temprano tendría que acudir a ésta para dormir...
Subí las escaleras del vestíbulo y llegué a la segunda planta, donde estaban las habitaciones de los chicos.
No sabía cual era la suya, así que me quedé sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared.

|Habitación de Mefiroth, casa lúgubre|

- Dios... ¡Qué máquina estás hecho!- le dije, mientras nos tumbábamos en la cama, disfrutando del momento después del acto sexual. Me abracé fuertemente a su pecho, dándole suaves besos, especialmente en los pezones. Seguíamos desnudos y podía notar como su piel rozaba la mía. Sin duda, no quería que terminara ese momento-. Si así lo deseas, puedo quedarme aquí contigo... Para dormir o para lo que tú quieras... Estoy a tu completa disposición, amor mío- le susurré, dándole un nuevo lametón en el cuello, ansiosa de que me hiciera de nuevo el amor tan apasionadamente como hace unas horas. Sin duda, era un desahogo por la noticia de la boda de Markwolf con Hanless. Quería hacerlo, quería tener relaciones sexuales hasta que me desmayara del agotamiento-. Soy tu nueva esclava sexual... Haré todo lo que tú quieras que haga...

|EVALUACIÓN DE JUGADAS|

El intento de Arioch por acabar con la vida de Cambaral se convierte en un intento fallido, pues el humano consigue sacar su espada antes de que pudiera causarle algún daño el hacha que lanzó el enano.
Lo único que consiguió con eso era que, ante la fuerza del lanzamiento, Cambaral se hiciera daño en la muñeca y soltara la espada.

Al escuchar lo que La princesa me desia me sentia mas vigorozo que nunca y desidi continuar con el trabajito que hacia unos minutos habia parado...

Pensando en lo bueno que era el momento y la situacion actual quede encantado y solte una risa maliciosa, me subi ensima de ella, la mire, asi alumbre con mis ojos su cara la cual veia muy atrevida... pense otros segundos y dije -Pues a la carga mi querida, te aseguro que estaremos en accion cuando quieras y donde quieras..- cerre los ojos y continue apasionadamente, asi satisfaciendo mi apetito, durante toda la noche siera posible, queria hacerla colapsar y dejarla que ni caminara aunque eso me resultara ami tambien.

| Habitación Princesa Farilynn |

Walgior: Entré en la habitación y observé a Farilynn. Estaba algo rara. Me habia llamado para estar conmigo dijo. No es que no lo creyera, pero algo pasaba, su forma de decirlo tal vez...
-¿Qué ocurre?.-pregunté sin mas, acercandome a ella y poniendo mis manos sobre sus brazos.-¿Va todo bien?.-pregunté mientras investigaba en su mirada.

Princesa Farilynn: Dibujé una pequeña pero falsa sonrisa en mi rostro, a la vez que acariciaba el suyo con mis manos.
- Sí, tranquilo... Todo va estupendamente- le mentí, pero esperaba que Walgior se diera cuenta de que lo hacía, pues era un chico bastante inteligente-. Sólo que... a estas alturas... se debe vivir la vida intensamente- le dije, sonriendo.

Walgior: ¿La vida intensamente? Estaba claro que algo pasaba, aquello no sé a que vino.
-Farilynn... Yo quiero pasar mi vida contigo, ya lo sabes, pero para ello necesito plena confianza hacia mi. Dime que es lo que ocurre y porque me has hecho venir.-esperé que aquello no sonara a orden. Supuse que ya estaba acostumbrada a mi tono, aunque yo siempre lo intentaba suavizar delante de ella. Le iva a preguntar si tenia nuevas noticias pero esperé a que ella contestara, a la espera de que fuese sincera. Aquellos labios a los que ya tanto conocia no eran capaces de mentirme con una simple sonrisa.

Princesa Farilynn: - Yo también quiero pasar el resto de mi vida a tu lado... Lo único que me pasa es que... que... que mañana mismo voy a hacer pública nuestra relación...- mentí, cogiéndole de las manos con una sonrisa-. Tu vida cambiará muchísimo, ya lo sabes... El mundo entero te perseguirá a ti... Incluido Markwolf... -me callé, acordándome de la boda.

Walgior: Aquella noticia, aunque repentina, me sorprendió y alegró al instante.
-Me da igual que me persigan y lo sabes. Como si el propio Markwolf viene personalmente a por mi.-dije con seguridad en mi mismo.-¿Donde lo haras público? ¿Mañana a la hora de la comida?.-pregunté interesado. Aunque mi interes y alegría tapó por completo algo que en otra circunstancia me abria dado cuenta. ¿Por qué queria hacerlo tan repentino? ¿Y por qué no me lo dijo nada mas entrar en la habitación en vez de dar tantos rodeos? Aquello lo tenía en la cabeza, pero estaba claro que me mentía ami mismo, pensando que no habia nada extraño.

Princesa Farilynn: - Eso ya lo pensaré mañana con más detenimiento... Aún no sé lo que va a pasar, ni lo que voy a hacer...- le dije, haciendo una pequeña mueca de confusión-. Lo único que quiero es estar contigo a cada instante... Sin miedo a que nos descubran... Pero te saldrán demasiados enemigos... Incluso deberíamos asignarte un guardaespaldas por si acaso- le confesé, comenzando a caminar por la habitación, nerviosa.

Walgior: Me acerqué a ella de nuevo y la paré.
-Tranquilizate.-le pedí, mirandola fijamente.-Si estas más despreocupada con que me pongas a uno de tus soldados valdría, ¿vale?.-le sonreí, itentando quitarle importancia al asunto.-Yo no me preocupo, ¿vale?.-dejé de sujetarla, esperando que no volviera a moverse nerviosa.-Cuando lo hagas publico yo tendré que estar presente imagino.

Princesa Farilynn: - Sí, claro, no te preocupes... Te avisaré cuando vayamos a hacerlo público...- le dije, mientras le abrazaba y le daba suaves besos en el cuello-. Eres lo mejor que me podía pasar- le susurré al oído con una sonrisa, a pesar de que él no podía verla. Deslicé mis manos por su espalda, frotándosela. Quería estar así siempre.

Walgior: Correspondí su abrazo, sin soltarla ni un momento. Luego recordé lo ocurrido con Ikki.
-Me gustaría quedarme aqui esta noche, pero creo que lo mejor será que me vaya... Ya no es seguro quedarse por lo que pueda pasar.-apesar de decirlo con toda facilidad, no me gustaba nada la idea de tener que irme y no poder pasar la noche con ella.

Princesa Farilynn: - Me encantaría que te quedaras... Por favor... Quiero pasar la noche contigo...- le susurré, cogiéndole de las manos y arrastrándole hasta una silla cercana. Le senté y me puse a sus espaldas, pasándole las manos por el pecho, oliendo sus cabellos y besándole suavemente. Si al día siguiente iba a la boda, lo más seguro es que aquella fuera la última vez que estaría con Walgior-. No sabes cuánto te deseo, Walgior...- Me quité el vestido, pero él no se dio cuenta debido a que estaba detrás suya.

Walgior: ¿Qué me pasaba? Ya habia pasado muchas noches con ella y en ninguna ocasión ella se puso tan... tan... deseosa de mi por decirlo de alguna forma. ¿Por qué no me podía dar cuenta? ¿Acaso me daba igual y quería que siguiera?. Me dejé llevar completamente, cerrando los ojos un momento incluso.

Princesa Farilynn: Sonreí al ver que no seguía empeñado en irse. Le quité la camisa, pero seguía estando detrás, así que no podía verme en ropa interior.
- A veces creo que te olvidas de que soy tu futura reina... Debes complacerme- le dije, con un tono sensual, acariciando entonces su torso desnudo. Decidí que ese era el momento de descubrirle que estaba en paños menores, así que me puse delante suya, mostrándole mi cuerpo. Me incliné hacia él, mordiéndole suavemente el lóbulo de la oreja, apoyando mis manos en el respaldo de la silla, para que se sintiera acorralado.

Walgior: Al verla ponerse delante de mí no me la esperaba en aquella forma. Dí un pequeño gemido por su mordisco. Pasé mis manos por su cintura. Una cintura perfecta y suave, encambio mis manos eran algo grandes y ya algo destrozadas, con alguna cicatriz y resecas... La senté encima de mi y empecé a besarla en sus dulces labios. Si Ikki aparecía ya era lo de menos. Mañana ivamos a hacerlo publico, ¿no?.

Princesa Farilynn: Mi respiración empezaba a acelerarse y los latidos del corazón cada vez eran más veloces.
Con una sonrisa picarona, me levanté de nuevo y le quité los pantalones, quedándonos ambos en paños menores. Me mordí el labio inferior y volví a sentarme encima suya, notando su cuerpo entre mis piernas.
Le cogí de las manos y las coloqué en mi espalda, animándole a que me quitara el sostén, mientras me inclinaba de nuevo hacia delante para facilitarle la tarea y, de paso, seguir mordisqueándole el lóbulo de la oreja, lamiendo aquella zona del cuello.

Walgior: Aquella no era su habitación, ahora se habia convertido en el paraíso. Le quité el sostén, despues de forcejear un par de veces y dejé al descubierto sus pechos, los cuales acaricié con suavidad. Pasé mis manos hacia abajo, acariciando todo su hermoso cuerpo. Parecía que me faltaban manos. Mientras besaba sus pechos muy lentamente.

[...]

Princesa Farilynn: Y por fin, llegamos al momento clave... Chillamos de placer los dos juntos, y solté sus cabellos, que los había cogido con fuerza para ahogar las ansias.
Dejé caer mi cabeza encima de su hombro, aún estábamos en la posición inicial, y después del acto me gustaba siempre quedarme un rato así.
El sudor recorría nuestros cuerpos... Aquella vez había sido increíble, pues me había empleado a fondo al pensar que podía ser la última vez que estuviera con él. Sin duda, estaba más que satisfecha.
- Eres increíble...- le susurré, sin moverme del sitio.

Walgior: Aún respiraba aceleradamente, cada vez menos, pero aun lo hacia... Ella seguía sentada encima mía, echada sobre mi y yo la abrazaba, entrelazando mis dos brazos.
-¿Increible yo?.-reí por lo bajo.-Tu si que eres increible, cariño.-la llamé cariño, creo que por primera vez. Debo admitir que sonó raro viniendo de mí. Entonces ami cabeza vinieron los primeros pensamientos que ignoré completamente.-Me a gustado muchisimo, pero no puedo evitar pensar el porque hoy y así... Ha sido como si no huviera un mañana...

Princesa Farilynn: Como mi cabeza seguía apoyada en su hombro, no podía ver mi rostro de tristeza al escuchar sus palabras.
- No digas eso... Claro que habrá un mañana, mi amor- le susurré, agarrándome fuertemente a su cuello. No podía hacerme a la idea de que podía no volver a verle-. ¿No puedo disfrutar siempre que quiera de mi elfo preferido? Ya te dije que soy tu futura reina, debes tenerme siempre complacida- le dije, esta vez apartando la cara de su hombro para ponerla delante de la suya y sonreirle.

Walgior: Le devolví la sonrisa y le dí un pequeño beso en los labios.
-Esta bien...-dejé de pensar en aquellas cosas y me hice a la idea de que no pasaba nada.-Prometeme que nunca nos separaremos, que siempre estaré contigo.-puse una mano en su mejilla y la acaricié.

Princesa Farilynn: Escuché sus palabras y la manera en que las dijo. No podría aguantar mucho más...
- Te lo pro... No puedo... Yo...- empecé a decirle, pero no era capaz de hacerlo. Si se lo decía estaba segura de que me convencería para no ir sola-. Mañana tengo una misión que debo hacer sola y no sé si saldrá bien-.

Walgior: Apreté con fuerza los dientes. Sabía que pasaba algo desde que entré y fuí muy tonto para no darme cuenta antes.
-Farilynn, ¿qué misión es esa?.-pregunté preocupado.-No entiendo porque tienes que hacerlo sola y sobretodo tu siendo la princesa elfica... Sabes perfectamente que no lo voy a consentir. Si no quieres un batallón porque llamaría la atención lo comprendo, pero puedes llevar a alguien...-No sabia de que se trataba pero me daba miedo el pensar que se aventurara ella sola en cualquier cosa.-Almenos puedes llevarte a alguien que pueda cubrirte las espaldas, que no este en primera línea pero que sea un luchador capaz de todo por ayudarte, como yo.-supuse que la idea no le gustaría pero tambien sabia que me conocía ya bastante bien en aquel sentido como para dejarla ir sola.

Princesa Farilynn: Me levanté y me separé un poco de él, aún desnuda. Le di la espalda, a la vez que fruncía el ceño.
- No pienso llevar a nadie... Es una misión personal... Es un problema personal y es algo de lo que nadie puede enterarse... -dije, cruzándome de brazos-. Y, por supuesto, no voy a llevarte a tí tampoco... No pienso ser yo la que ponga tu vida en peligro... Además, si me pasara algo, los elfos no se quedarían solos... Pienso anunciar nuestra relación antes de partir, para que el mundo sepa quién es el sucesor al trono... Pero no hay de qué preocuparse, no me va a pasar nada- le dije,aún sin mirarle.

Walgior: Me levanté, desnudo yo tambien pero sin acercarme a ella.
-¿Personal? ¿Que es lo que ocurre que sea tan personal?.-pregunté irritado.-¡No puedes dejar llevarte por motivos personales! ¡Estamos en guerra!.-no pude evitar levantar la voz.-Ni tu ni nadie podrá impedir que te acompañe. Puedes hacerme lo que quieras e irte sin mi, pero juro que saldré en tu busqueda aunque me pierda y muera en el intento. No te queda otra que llevarme contigo y echarte una mano desde la retaguardia.-ahora si me acerqué a ella y la giré para que mi mirase.-Farilynn, me tienes para lo bueno como para lo malo. No soy un gran luchador pero no puedo evitar sentir que estas más segura si estoy almenos yo allí contigo.

Princesa Farilynn: - Walgior, quiero ir sola- le dije, sin dejar de fruncir el ceño, y siendo bastante rotunda. Vale que fuera cabezota, pero aparte de ser su pareja, era su futura reina-. Y no quiero que acabemos mal por este tema... He dicho que no pienso llevarme a nadie e iré sola, punto final- le dije, queriendo acabar con la discusión, recogiendo mi ropa para vestirme.

Walgior: La miré un instante, inmovil. Luego cojí mi ropa y me vestí. Sin mirarla ni decir nada me fuí hacia la puerta.
-Puedes decirme lo que quieras.-me giré antes de salir de su habitación.-Pero te acompañaré y si me quieres tanto como dices dejaras que lo haga, no te preocupes por mi integridad física y preocupate por como me quedaré cuando marches y yo me quede aqui. Si te pasa algo nunca en la vida podría perdonarmelo y me odiaré por siempre. Prefiero morir a sentir eso...-entonces salí de la habitación y cerré la puerta tras de mí.

Princesa Farilynn: Seguía de espaldas a Walgior. No quería mirarle... Me vestí y escuché sus palabras antes de salir de mi habitación.
Cuando escuché el ruido de la puerta cerrándose, me tapé la cara con las manos, y unas lágrimas asomaron por mis ojos. Cogí el cojín de mi cama y lo lancé contra la pared. Cogí un segundo y lo lancé contra la puerta. ¿Por qué tenía que ser tan cabezota?.

[ Sala de entrenamiento - Cuarto Piso ]

¡¡¡Limpiar todos los cristales, armas y trofeos!!! Una gran gota de sudor cae a un lado de mi cara mientras me hago una idea de cuanto tardaré en hacerlo todo. ¿Me pregunto si es posible utilizar la magia? Tampoco tengo pensado pasarme toda mi vida limpiando, sin embargo, tampoco quiero hacer las cosas mal para que me vuelvan a castigar de esa manera.

Cambaral se encuentra a mi lado, doliéndose de la mano que le ha lastimado el enano al lanzarle su hacha. Me pregunto que hará ahora mi buen amigo. Sólo espero que no se meta en más problemas y que me acompañe a cumplir con el castigo.

Me despido de Shen con una reverencia y me dirijo por las escaleras hacia el cuarto piso, a comenzar la tarea de limpieza.

Cuando llego al cuarto piso, observo que hay filas y filas de vitrinas acristaladas por todos los lados que contienen trofeos y armas varias... ains... Creo que voy a tardar mas de lo que pensaba. Utilizar la magia no es una opción, es una realidad.

Cojo un paño de seda y un poco de agua jabonosa. También cojo un poco de cera de pulir para las armas y trofeos y me dirijo a cumplir con mi castigo resignado.

|Habitación de Mefiroth, casa lúgubre|

Sonreí al ver que tomaba la iniciativa y empecé a disfrutar verdaderamente de lo que Mefiroth me estaba dando.
Movía mis caderas al mismo ritmo que las suyas, mientras mi respiración se aceleraba de golpe, mientras mis latidos del corazón se aceleraban también al notar su cuerpo entre mis piernas. Clavé mis uñas en su espalda, a la vez que le daba un buen mordisco en el cuello, dejándole marca. Quería que todo el mundo supiera que me lo había tirado, que atraía a los hombres.
- Quiero que me lo hagas hasta el amaneceeeer...- le susurré al oído, entre gemidos.

¡Maldito traidor! - "Una cosa es que el mediometro éste esté enfadado por haberle dejado tirado. Y otro que esa tan rastrero de atacar sin previo aviso".

Pero ahora estamos los dos desarmados. Ya me preocuparé por mi muñeca más adelante. Ahora sólo tengo una idea en la cabeza. No me preocupan las repercusiones. Hay además testigos de sobra de que no fui yo quien comenzó la pelea...

Me avalanzo sobre Arioch, cerrando el puño derecho (con el que no sostenía la espada), directo a darle. Sin embargo, en el último momento lo que hago es levantar la rodilla dirigiéndola hacia su estómago.

|JUGADA MASTER|

|En el barco-castillo...|

La profesora Shen, impresionada por la pelea que estaba teniendo lugar en la sala de entrenamiento, decide pararles los pies.
- ¡Basta ya, ingratos!- gritó, a la vez que utilizaba un encantamiento para que los muchachos (Cambaral y Arioch) salieran despedidos varios metros hacia atrás, consiguiendo separarles-. Señor Arioch, usted se unirá al castigo que ya han recibido Cambaral, Sirius y Kith. Van a limpiar las vitrinas de trofeos, armas y armaduras que haya en todo el castillo, pero es la faena que os mando yo para mañana ya, que es tarde... Y cuando acabéis, buscáis a la profesora Dana- les dijo, mirándoles amenazadoramente para que se fueran a sus dormitorios.

Sin embargo, el único que había cumplido correctamente el castigo mandado por la Princesa Farilynn era Kith, que había acudido a los aposentos de la profesora Dana.
- Perdone, Sr. Valentine, por tardar tanto en abrirle la puerta- se disculpó la profesora, que iba con un vestido y el cabello recogido en un moño estilo japonés-. ¿La Princesa Farilynn le ha castigado? Bueno, de todas formas, no creo que sea buen momento para empezar con su castigo... Además de que no sé exactamente lo que necesito... Mañana, justo después del desayuno, iré a buscarle para encomendarle su tarea, ¿le parece bien? Además... Tengo entendido que ha sido muy valiente, o insensato, de subir a la quinta planta... Así que estará cansado. Márchese a dormir- le ordenó, sin cambiar la expresión de su rostro, pero el tono de su voz era claramente amable.

|En la casa lúgubre...|

La fiesta continuaba... La Reina Hanless ya había dejado de bailar para los presentes y se encontraba sentada en una silla, en un oscuro rincón deseando que todo acabara.
Sin embargo, los demás parecían divertirse bastante. Sobretodo Mefiroth y Victoria, que hacían gala de sus cuerpos jugando en la cama del elfo, pero ella no pensaba en él, sino en Markwolf. Seguía tremendamente dolida por su enlace con la reina elfa pero seguía empeñada en conquistar su corazón, incluso después de casado.
Jairon seguía disfrutando de la fiesta, pero de repente apareció Hilary. Había estado desaparecida, y no quiso decir por qué. Lo único que hizo fue acercarse a Jairon y sonreirle, falsamente.
- Vaya vaya, si tenemos aquí al señor "podría-haber-estado-mejor"- le dijo, utilizando sus dedos para realizar las comillas-. ¿Qué, disfrutando del cuerpo de esa furcia? Ya me he enterado de que ha hecho un bailecito de lo más patético... No sé cómo mi hermano puede permitir eso... Es contaminar el aire- le dijo, cruzándose de brazos.
- Quiero brindar por todos vosotros, por este nuevo enlace que nos acerca más a la victoria- dijo Markwolf, alzando una copa de tequila, a pesar de que empezaba a vocalizar mal debido a la gran cantidad de alcohol que ya había tomado-. Para que esta noche, sea inolvidable para todos- dijo, alzando al fin la copa, mientras todos lo imitaban, incluída Hilary, que cogió también una copa.

|Para todos: al día siguiente...|

Los rayos de luz iluminaron las ventanas de todas las habitaciones, tanto las del barco-castillo como las de la casa lúgubre, a pesar de que en ésta última no entraba demasiada.
Los desayunos en ambos sitios estaban listos.

|Pasillo 2ª planta - Mi habitación|

Me quedé en aquel pasillo, esperando a Walgior... Pero me cansé de esperar, así que me fui a mi habitación, pues ya era tarde.

[...]

Me desperté al día siguiente y, cuando abrí los ojos, me di cuenta de que se me había quitado el hambre. No iba a bajar, de momento...

|Casa lúgubre, habitación de Mefiroth|

Abrí los ojos... No sabía dónde estaba, así que los abrí más aún, intentando que se acostumbraran a aquella luz que entraba por la ventana.
Me senté en la cama y, al mirar a mi lado, me di cuenta de que allí estaba Mefiroth.
Me tapé la boca con las manos, sorprendida de que yo estuviera en su habitación y ambos desnudos. Sin duda, el alcohol había conseguido que aquella noche hiciera cosas... Empecé a recordar fragmentos de la fiesta de anoche y me quedé sorprendida al acordarme de que habíamos mantenido relaciones sexuales.
De lo que me acordaba seguro era de que había disfrutado mientras lo hacíamos.
Estaba muy cansada, así que me volví a tumbar en la cama, cerrando los ojos.
"Lo que hace el alcohol...", pensé para mis adentros.

|Mi habitación - cubierta - comedor|

Me desperte muy temprano, con un ruido que venia de mi ventana, me diriji hacia alli y vi a mi halcon picando en el cristal. Abri la ventana y le deje pasar, me di cuenta de que tenia hambre, no habia comido nada en el dia anterior me habia olvidado de ella. -Como siempre se alimentaba ella sola cuando estabamos en el internado.- Pense
Me vesti y me diriji hacia el comedor con mi mascota en el hombro, -me sorprendi al salir de la habitación y no ver nadie, estaran todos durmiendo.- Pense. A si que me diriji hacia el comedor rezando porque estubiese abierto.

Siento como los primeros rayos del sol me levantan y Victoria, la princesa, se despertaba con pereza y con jestos cansinos. Se me escapa una risa ironica y me empieso a cuestionar como esto fue posible que de una noche atroz y confusa pasara a una feliz y agitada.

Me pongo ensima de ella y digo - mejor vamos que ya es hora de empezar hoy tenemos mucho que hacer y te aseguro que no estamos en las mejores condisiones... -

Me termine de levantar veo a mi pequeño fenix, miro para los lados y encuentro su comida a una esquina de mi cama. Dandole la espalda a la princesa me agacho y cojo el alimento del animal para luego darselo y este poder estar contento.. Miro picaramente a la bella princesa y me meto en laducha para alistarme y estar preparado para ir a desayunar.