Partida Rol por web

[ Enfermería ]

Todavía me encuentro con Hëndel en la enfermería, contándole poco a poco todo lo que ha sucedido durante la anterior batalla. La mente de mi dragón vuelve a contactar con la mía en ese momento, para decirme que ya se encuentra bien, pero que tardará un poco en volver a ser el mismo.

- Pequeña, ¿cómo te sientes? - Le digo mientras paso una de mis manos por su rostro.

Mi querida Hëndel ha sufrido mucho durante la anterior batalla y es de esperar su reacción o su estado. Pero aquí estoy yo, para cuidarla y hacerle recordar que antes de su perdida de memoria, eramos inseparables...

[Pasillo oscuro]

Miré al desconocido no sin cierto asombro.  No parecía hostil, pero tampoco me había aclarado gran cosa.  Probablemente no sabía cuán perdido me encontraba...

"Lo siento eh..." - no me dijo su nombre, no sabía como dirijirme a él - "¿Quién eres? Es más, ¿donde estamos? No se como he llegado aquí...  Intentaba abrir una vitrina cuando de repente..."  Todavía estaba algo confuso.

Me acerqué más a lo que por momentos me parecía un hechicero.

Procuré encender la bola de cristal del bastón de mago que portaba para poder ver la escena con más claridad:

"Shirak"

|Enfermería|

Miré directamente a los ojos a aquel muchacho que me estaba acompañando. Sonreí al ver que se preocupaba.
- Estoy bien... Me duele un poco el cuerpo, pero eso no me duele tanto como no recordar lo que sentía o lo que pasó antes de venir...- dije, entristeciendo mi rostro-. Espero poder recuperar todos mis pensamientos... ¿Qué ha pasado exactamente?- le pregunté al muchacho, demostrando las ganas que tenía de saber y de entender por qué había tanta gente herida.

|EVALUACIÓN DE JUGADAS|

Fistandantilus consigue emitir algo de luz con su bastón, lo suficiente como para poder ver claramente lo que tenía delante.
El hombre que le miraba con las riendas del dragón amarradas, se puso una de las manos delante de los ojos para que no le molestara tanto la luz.
- Muchacho, ésto es un simple callejón sin salida... Nadie mejor que yo lo sabe- le dijo el hechicero, apartando por fin la mano, cuando vio que sus ojos ya no sentían dolor con aquella luz-. Si vas más lejos sólo encontrarás una improvisada cárcel, nada más. Y disculpa que no me haya presentado... Mi nombre es Jack y soy el exguardián de este lugar...- el hombre se puso a caminar hacia la salida, sin esperar a que el muchacho tuviera alguna reacción o dijera algo.

[Pasillo oscuro]

Corrí hacía el hechicero para hacerle una última pregunta:

"¡Jack, espera! - Estoy buscando a una persona.  Su nombre es Dana, domina la adivinación.  Seguramente has oído algo de ella, ya que llevas los cuerpos de nuestros enemigos".

No desistía en encontrarla, no obstante, era consciente de que el tiempo que pasara iba en nuestra contra.

[ Enfermería ]

Aún con la mano de Hëndel entre las mías, comienzo a contarle desde el principio todo lo sucedido. El internado, el ataque, el nuevo internado, el viaje en barco-castillo, el nuevo ataque, las muertes. Todo.

- Eso es lo que ha sucedido hasta ahora, cariño. Espero que lo comiences a recordar poco a poco, pero no te preocupes, yo estaré a tu lado pase lo que pase. - Le digo mientras le doy un beso en la frente.

- Menudo susto me has dado, pequeña. -

HABITACION (HILARY).

Estaba algo sorprendido en como habia cambiado el aspecto de Neith, mire a la chica(DANA), y me dieron ganas por un instante de aprender una tecnica o forma con la cual le pueda sacar todo su poder y asi poder ser apto de matar a todos los mocosos.

| Terrenos del Castillo |

Apilaba los cadáveres mientras mi mente estaba en la enfermería, con Farilynn y su forma de tratarme. Shen hizo mal en acercarse en ese momento a un Walgior irritado, preocupado y lleno de colera. No pude controlar mis maneras...
-No ocurre nada, solo estoy ayudando y ami propia manera. Si es con desprecio y exceso de furia pues mejor, estos enemigos no merecen otra cosa.-dije cortante, frio y extremadamente borde, sin mirarla a la cara y sin parar de apilar cadáveres.-En vez de hablar conmigo pongase a ayudar en algo útil.-el hombro que tenia herido me dolia a rabiar y no me extrañaría que estuviese sangrando y llenando la venda, pero no quise ni mirar ni hacer ver que me dolia.

| Zona de Entrenamiento |

Aquella atractiva hechicera sabia perfectamente como volverme loco... Aquel beso en el cuello hizo encender un fuego en mi interior. Con una sonrisa me acerqué a ella por detras, pasé mis manos por su cintura y agarré el muñeco que ella sostenia ayudandola a dejarlo clavado en el suelo, muy pegado a ella.
-¿De dónde eres, Cassandra?.-le susurré al oido con suavidad, dejando escapar mi aliento sobre el.-Necesito saber de donde vienen las hechiceras mas atractivas, sensuales y sobretodo con tal maldad y poder... No hay nada que me guste más que una mujer que sea capaz de aterrar a cualquier hombre con un simple chasquido de sus dedos...

 |Pasillo|

  Tras despedirme de Naida, me dirigí a dar una vuelta por el instituto para ambientarme un poco. Al fondo del pasillo oí una acalorada discusión, me acerqué  para saber lo que estaba pasando. Me encontré con la reina de los elfos -Hanless- que estaba hechandole toda la culpa de lo sucedido a un hechicero |Frank| que no parecia muy alterado. No consegui entender bien las razones pero oí algo sobre los lios de falda. Al verme dejaron de discutir, la reina se fue muy enfadada. El hechicero cambió de postura y me hablo con tono simpatico y amable, demasiado diria yo. Me sentí un poco extraña y decidí pasar del tema, al menos en ese momento.

-Holaa... si poco a poco me estoy adaptando, aunque no haya llegado en un momento oportuno - cada vez me convencia mas de eso - voy a seguir viendo esto un poco.

 Me despedí de el con una leve sonrisa. No me habia transmitido mucha confianza

|Pasillo oculto|

- Sí, he oído hablar de ella y la he llegado a conocer, pero es cierto que hace tiempo no viene a visitarme...- dijo Jack, parando su marcha, para agachar la cabeza con tristeza. De repente, la volvió a levantar y miró al muchacho inquieto (Fistandantilus) que había delante suya-. Así que, ¿ha desaparecido? Es una tragedia... Se han dicho muchas cosas de ella y de su amor eterno hacia una persona, pero dudo mucho que se haya marchado por eso... Se la han llevado a la fuerza, estoy seguro- comentó Jack, que comenzaba a retomar la marcha-. No te preocupes, intentaré averiguar algo... Sobretodo, saber si están haciendo algo por buscarla-.
Dicho ésto, el hechicero se marchó sin mediar más palabras con el muchacho, apresurándose por salir de aquel túnel y acudir en busca de algún alto cargo.

|Enfermería|

Sonreí ante las palabras de aquel muchacho, Sirius... Me gustaba que estuviera pendiente de mi, cuidándome tanto y ayudándome a recordar el pasado.
Lo cierto era que, cuando me había contado todo lo sucedido, había conseguido imaginármelo dentro de mi cabeza y eso me ayudó a refrescar la memoria. Sonreí.
- Creo que ya recuerdo algo...- dije, y sin más le di un beso en los labios, sujetándole la cabeza con mis manos. Ya me acordaba de lo que sentía por él antes de la batalla, y por fin entendía por qué me mimaba tanto. Me separé de él y le sonreí-. De momento ya te recuerdo... Es lo más importante, ¿verdad?- dije, riendo.

[ Enfermería ]

Siento el beso en mis labios y la alegría vuelve a mi ser.

- Hëndel, sólo necesitaba que recordaras eso... lo demás... lo iremos recordando poco a poco entre los dos. - Digo con una sonrisa que va de oreja a oreja.

- Cariño... ¿puedes levantarte? ¿quieres ir a dar una vuelta por el castillo? -

|Terrenos del Castillo|

Miré severamente al muchacho, aunque con una cierta furia contenida dentro de mi, que intenté controlar por todos los medios.
- Mira, Walgior... Pase lo que pase, no te da ningún derecho a hablarme así- le dije, severamente, frunciendo el ceño-. Que exista una cierta posibilidad de que vayas a ser rey no te da derecho a hablarme ni a tratarme como acabas de hacerlo, porque sigo siendo tu profesora y de mí depende lo que tú puedas a aprender. Y si consideras que mi trabajo es un trabajo inútil, dando clase o colaborando en estos casos, más vale que vayas corriendo a decírselo a tu gran amada- le dije, con una sonrisilla en mi rostro-. Si sigues con esa actitud, conseguirás quedarte solo- dicho ésto, seguí apilando cadáveres.

| Terrenos Castillo |

Escuché lo que Shen me decia mientras seguía apilando cadáveres. Al terminar de hablarme no la miré y seguí con el trabajo. Me daba igual lo que me dijese y guardé algun comentario en mi interior en vez de soltarselo en aquel momento, enrealidad no me apetecía discutir con nadie. Luego pensé lo de ser rey... ¿Yo? ¿Con Farilynn? Eso estaría por ver y tenía mucho que hablar con ella... Para empezar quería saber que diablos le ocurría conmigo.
Cuando terminase de apilar cadáveres iría a ver como se encontraba y si estaba mejor tendría una charla que necesitaba...

|Habitación de Hilary|

Miré a aquellas dos personas que acababan de llegar a la estancia, y les miré con tanto odio que podría haber quemado un bosque entero.
- No me importa... Pronto me encontrarán o lograré escaparme yo, y la furia que se desatará será tan mayor, que os arrepentiréis de haber nacido- les dije, apretando fuertemente los dientes-. Yo si fuera vosotros, intentaría escaparme y cambiarme de bando, ahora que estáis a tiempo... Vuestro líder no tardará en caer y os arrastrará a todos con vosotros-.

|Lugar de entrenamiento|

Reí a carcajadas, siguiendo con la colocación de las espadas y el resto de accesorios.
- ¿Para qué quieres saberlo? ¿Para ir a buscar a una mujer que sea más de tu gusto que yo?- le pregunté, con una sonrisa picarona-. Pues, como tú bien has dicho, soy una mujer que hace temblar a sus enemigos con solo mi presencia... Creo, que por mucho mundo que recorres, jamás encontrarás a una hechicera como yo, de eso estoy completamente segura... Así que, no te queda más remedio que conformarte conmigo o buscar otra mujer de otra raza- le dije, riéndome más aún. Aquel juego me encantaba y me gustaba que él me considerara tan poderosa, aunque no me hacía falta ningún crío para saber eso, pues lo sabía desde que permanecía viva en todas las batallas que libraba desde joven.
- Deberías buscar una chica más de tu edad, que te asegure una cierta estabilidad, ¿sabes? Aunque en el fondo eso podría distraerte de tus objetivos... Realmente, deberías estar enamorado y encaprichado únicamente de tu líder, aunque un momento de diversión nunca viene mal, ¿verdad?- le pregunté, guiñándole un ojo-. El entrenamiento de hoy va a ser muy duro y os lo pondré muy difícil, demasiado quizá... No descansaréis hasta que os desmayéis del cansancio, así que deberías ahorrar energías...-.

|Enfermería - Terrenos del Castillo - Enfermería|

Estaba ayudando a las enfermeras sirenas para poder curar a Farilynn, pero ésta ya parecía que se estaba recuperando debidamente...
De inmediato, la reina elfa mandó llamar a Walgior, y decidí que yo sería la mejor indicada para llamarle, mientras las demás enfermeras ultimaban los detalles de su medicación.

Acudí a uno de los ventanales y pude ver que Walgior se encontraba apilando los cadáveres, así que bajé a toda prisa antes de que se marchara de allí.
- Walgior, Farilynn me ha pedido que te hiciera llamar... Desea hablar contigo urgentemente- le dije, haciendo una pequeña reverencia con la cabeza. Era una de las que estaban totalmente de acuerdo con que Walgior se convirtiera en el rey de los elfos, porque demostraba tener coraje y eso era lo que necesitaba ahora mismo el mundo, un líder que transmitiera firmeza y coraje.
Sin más, me dirigí a toda prisa hacia la enfermería, para asegurarme de que las sirenas hacían correctamente su trabajo.

|Enfermería|

Me levanté de la cama, a pesar de que las enfermeras insistían en que no lo hiciera. Me empezaban a agobiar demasiado y lo único que quería era que me dejaran tranquila y continuar con mi trabajo.
- Ya está bien, por favor- ordené, pidiendo que me dejaran cierto espacio-. Me encuentro perfectamente... Helen, ¿ha llamado ya a Walgior?- le pregunté, a lo que ésta me afirmó con una reverencia, y yo asentí complacida. Empecé a colocarme el vestido y a arreglarme el cabello, esperando a que el joven acudiera.

| Zona Entrenamiento |

Menuda hechicera... No era una cualquiera, estaba claro.
-Nunca en mi vida me enamoraría de una mujer, lo veo absurdo e inecesario... No dudes ni por un momento que algo y menos alguien se puede interponer entre mi lider y mis obligaciones hacia el.-lo dije con firmeza, sin quitar mis manos de su cintura.-Respecto al entrenamiento... No vendría nada mal ir calentando, ¿no?. Si va a ser tan duro, no me gustaría lesionarme por no calentar antes...-le dí un pequeño beso en el cuello y sonreí con picardia.