Partida Rol por web

Bretus expone muñecas y tobillos, así como el cuello para que lo desencadenen. Estaban atados por las cinco extremidades en un cuarto que no tenía ventanas.

En cuanto estuvo libre, empezó a moverse para salir. Para hacerlo solo tenía que buscar el ruido de la cruenta batalla que se tenía fuera.

Seguramente ya habrían llegado hasta la caravana al cuerpo a cuerpo, de no ser así, poco podía hacer el semi gigante.

No tenía ganas de quedarse a esperar que la caravana se convirtiera en una gran bola de fuego.

Bretus tenía claro cómo iba a salir de allí, con los vencedores. Y aun no sabía cual iban a ser ese grupo. Sin duda, dependería mucho de para quien tomara él la sangre.

Salió en cuanto pudo de la celda, nadie lo seguiría, o eso esperaba. Total ya era libre, al menos por el momento.

Tenía pensado subir rápido hasta la última cubierta de arriba, no iba a bajarse y ser blanco de los atacantes, para que con mala suerte lo mataran los elfos, o con buena suerte, al matar a los elfos, lo mataran los esclavistas.

No, primero decidiría que grupo tenía las de ganar, y luego machacaría al contrario. No le daba ninguna lastima.

Una vez resuelto el conflicto, tendría que ver cómo salía vivo de aquel pozo de arena. Porque los Elfos seguramente no lo consideraran una buena carga. Se alimentaba por cuatro de ellos.

- Visto lo visto, me acerco a ayudar a liberar al resto mientras subo a la cubierta superior para avistar por donde llega el ataque, para ver a los asaltantes, hacia dónde se inclina la balanza del combate y dónde anda el jefe de la guardia, es decir, si está combatiendo o no.

Parecía que aún tenían algo de tiempo antes de que los elfos abordaran la caravana, debían haberle prendido fuego a distancia, con flechas o algo parecido. Sorak tomó nota del detalle de las ballestas, si los elfos aún estaban a tiro lo mejor era abatirles cuando antes.

- Voy a por esas ballestas - dijo el gladiador, y salió de la celda justo detrás del semigigante buscando la cubierta de fuego.

Un gran número de elfos armados con antorchas y armas de hueso en su mayoría rodean la caravana

Tus compañeros lo han entendido perfectamente, tuerto... Tus armas están en cualquiera de las cubiertas de fuego. Llevate al indeciso contigo...

Dice señalando al otro humano.

No me hagais perder el tiempo

¡¡Ua vuuriestraski uporikisiuricioneski!!

El mul subió a toda prisa hasta la cubierta de fuego, recogió una ballesta y se dispuso a abrir fuego contra los asaltates. Pero en cuanto miró a través de la abertura sólo vio elfos, ni siquiera fue capaz de contarlos, aunque no necesitó hacerlo para darse cuenta de que la batalla no se decantaba a su favor.

- Maldita sea... si entran estamos perdidos - dijo entre dientes.

Demasiados enemigos y demasiado pocos defensores, al menos que él hubiera visto, la cobertura de la caravana era un punto a tener en cuenta pero en poco tiempo el fuego acabaría con las defensas y entonces estarían vendidos... Bajó la ballesta y se la colgó al hombro, cogió un puñado de virotes y se dirigió a toda prisa hacia la cubierta del conductor, donde parecía que se concentraba el fuego.

Esperaba que hubiera algo para apagar el fuego, aunque no se le ocurría nada mejor que agua, a pesar de su evidente valor. Su vida estaba en juego en aquellos momentos, no podían dejar de hacer aquello para evitar morirse de sed más tarde, si no sobrevivían a aquella no habría un después. Si los soldados no habían subido agua habría que ir a buscarla en la bodega de carga.

Ya libre, Hidem estaba un poco perplejo. No sabía que hacer. Sale de la celda tambaleándose y cegado por la luminosidad. Kavan me agarra del brazo y me hace moverme. Entonces comprendo. No me esperaba nada bueno si los elfos lo cogían.
- No nos cogerán vivos, Kavan - le guiña un ojo - ¿a las ballestas?
Hidem sube las escaleras hacia la cubierta tendrían una sola oportunidad.

- Bajo a donde están los demás

- Bajo desde la explanada superior, sonrío a Bretus y me dirijo hacia Kavan - ¿Crees que si hablo con ellos podremos salir de esta sin bajas? Son elfos, al igual que yo

Ya habeis oido al tatuado... a vuestras posiciones Kavan se encogio de hombros traduciendo las palabras del capataz y acompañando resignado a Hidem, a las ballestas...por el desierto, rogaba que hubiera mas armas que esas disponibles o iba a desperdiciar municion como un idiota....

Intentalo amiga mia  asintio Kavan a las palabras de Derian puede que logremos salir de esta mejor que con estos esclavistas detras nuestro pero por si las moscas mantente cerca del gigante...solo por si algo sale mal...

- Asiento a las palabras de Kavan - Voy a subir a la parte superior, para intentar buscar con la mirada a alguien que pueda aparentar el jefe de los incursores - Y dirigiéndome a Bretus - ¿Vienes? - Subo con él, si no viene también subo arriba. Busco como dije y, encuentre a alguien con esas características o no, me dirijo a ellos con voz potente - Helo kasama, patigilin , kapayapaan! Di sa pagitan lahat ng ka, sino ay Tuga Dai? I´m hfel gaya ka! Ako would maibigan sa magsalita kumuha kanya* - mientras ´barro´ a todos los elfos ocn la mirada para que se sientan partícipes también de mi discurso

Todos observáis como los elfos se mueven, como si de una bandada de aves se trataran, en una coregrafiada sincronia.

Como el ir y venir de una duna al viento se aproximan y alejan de la caravana lanzando antorchas y lanzas.

Su abrumador número les garantiza el éxito, no hay proyectiles suficientes en toda la caravana para detenerlos.

En la maravillosamente aterradora coreografía un grupo de elfos se escinde del resto. Pese a que el tamaño del grupo no supone una merma importante en la tribu, al menos dos docenas de elfos se dirigen a la entrada de la caravana.

La guardia se empieza a poner nerviosa...