Partida Rol por web

Hidem se lamentaba de su suerte. De pasar la mayoría de sus días con Sharim, lo más parecido a un padre, a tener que soportar esos tratos vejatorios y convertirse en simple mercancía. Aunque el tiempo debía convertir su cólera en resignación, apretó los dientes por la rabia contenida. Debería estar acostumbrado, siempre el mismo juego, pero ahora se sentía muy enfadado. No iba a cometer el mismo error del día anterior de hablar para darle el gusto a esos matones de tres al cuarto, nó. No iba a darles el gusto.
Observó la escena del semigigante y pudo oír su amenaza. No pudo reprimir una leve sonrisa, el guardia debía de estar asustado a juzgar por sus ojos sobresalientes, parecían saltar de sus órbitas. Estaba cansado, tan sólo quería que acabara aquello.

- ¿Necesitais, buen señor, a una persona que se haga cargo de la casa o que os ayude en asuntos del arte del comercio? - Dejo un margen de suspende para continuar, con tono de voz melosa y firme, embaucadora, para que vea que cuando menos se llamar la atención del comprador, en este caso él mismo lo ha notado - Seguramente tengais a gente muy competente, pero yo no me considero corta en esos menesteres y, un agente más trabajando para vuestra casa no esté de más. No tengo más que a mi misma y sin embargo hice que os fijárais en mi, como podeis ver mi señor...

Vaya, esta chica tiene un pico de oro...penso Kavan dejando que los esclavistas apreciaran lo que era; desde luego no era su mejor momento y con mucho prefiriria estar marchando junto a un grupo de guerreros de la ciudad pero.....en fin, esclavo era hoy...despues...bueno...

A kavan se le escapo una sonrisa aviesa camuflada con un frotamiento del parche del ojo.

Nadie ha dicho que los esclavos hayan de ser sumisos.....

Esperaba que pudieras ofrecer otros servicios tambien

Comenta mientras se aproxima.

Al llegar a la altura de la elfa toca su pelo... y lo huele

Ummm, el hedor de la esclavitud. No te preocupes tendrás el lugar que mereces en mi hogar

El comerciante señala a la elfa y realiza un desagradable gesto facial...

Seguidamente habla suavemente.

Señor, no le quisiera importunar... pero los negocios llaman y las oportunidades son escasas como la brisa del desierto.

Me encargare de que se la preparen especialmente.

Una maliciosa sonrisa enmarca la cara del adulador.

Me parece que si tus habilidades mercantiles, son igual de buenas que el control que tienes sobre tu mercancía, este trato me saldrá muy barato.

Bufa el noble mientras gira su cabeza al mercader

Sorak había visto la representación que había surgido de la Elfa que había viajado con el parte del camino. Parecía que era cierto lo que se decía que su lengua era tan afilada como una espada, y que lograrían vender a su madre por algo de agua o acero. A pesar de todo, vio la expresión del Noble y del Mercader y podía imaginarse el futuro que le deparaba a esta joven.

A pesar de todo espero en silencio, el Semigigante se las gastaba como uno típico de los suyos. A los humanos parecía que no les fuera nada con ellos. Y el no era mas que una mercancía para futuros combates o como guardián de su futuro señor. Se mantenía al margen de la situación, pero a pesar de ello no podía dejar de prestar interés y manipular las argollas de pelo que le mantenían sujeto. Tal vez si las fuera forzando poco a poco, cuando surgiera la oportunidad podría liberarse.

Buen viaje chica, esa mente tuya es mas afilada que ninguna espada.....sonrio Kavan sabiendo que muy probablemente era la ultima vez que veia a la elfa; que visto lo visto sabia mas que cuidarse por ella solita

Clavale algo puntiagudo cuando nadie mire por mi ¿quieres? bromeo con una risa silbante esperando su turno en la cola de los esclavos; ya llegaria su momento; alguien necesitaria un guerrero, alguien capaz de algo mas que menear una espada y descuartizar al enemigo y entonces tendria la posibilidad de ganarse su libertad...hasta entonces paciencia; la paciencia del desierto...que no espera a ningun ser....

Parece que iba a seguir siendo mercancia. La chica tenía ya dueño y sentía lástima por ella. no sabía lo que le deparaba el futuro pero no quería estar en el pellejo de la elfa, un juguete al capricho de ese noble arrogante, un mero objeto de posesión y una exclava sexual, así era la vida en Athas.

Ahora debía pensar en su cuello. ¿cuál sería su destino? ¿La arena, siendo un mero espectáculo de habitantes ignorantes y haciéndose un prestigio como gladiador? ¿O una casa noble como simple sirviente atado a los caprichos de su estúpido señor? Su futuro era bastante incierto, de eso no había duda. Miró a sus compañeros. No se les veía preocupados, pero seguro que lo estaban. Miró las cadenas que lo exclavizaban y sintió rabia por la impotencia.

Tenemos trato mercader, envía a estos esclavos a los corrales de mi casa.

Su dedo señala, a la atractiva elfa, el brutal semigigante, el silencioso mul, el humano tuerto y el humano de tez oscura.

Enviaré a un escriba para terminar con la transacción.

El noble se gira y sus esclavos se afanan en acomodarlo y mantenerle fresco. Su paso enérgico no permite replica alguna.

El sonriente mercader replica

Si lord Txala...

Ensombreciendo su faz en el justo momento en el que este se vira.

Segundos más tarde se dirige a la elfa y al semigigante.

Tu, meretriz elfa y tu cerebro de boñiga. Tenéis suerte de que el dinero me sea necesario, en una situación mejor. Tu -señalando al semigigante- no te atreverías a levantar la mano y mucho menos amenazar a mis hombres y, tu zorra -escupiendo las palabras- si no fuera por lo que paga el viejo verde de Txala por ti dejaria que mis hombres se divirtieran contigo y luego te azotaría hasta que perdieras la piel. LLEVAOS A ESTA MIERDA DE MI VISTA... solo quiero ver la cara del rey en las monedas que me pagaran por ellos.

La noche después de la venta los compradores os trasladan al área de transporte y os encierran en un corral de piedra y hueso. La caravana es enorme y esta tirada por dos grandes bestias reptilianas¹. El carro, con enormes ruedas de piedra, es lo más parecido una fortaleza rodante.