Partida Rol por web

Se acerca la medianoche y la carretera está más solitaria si cabe. Además, cuando la adrenalina termina de esfumarse, aparece el cansancio. Ojeando la guía de carreteras calculais que Fresno estará a unas dos horas todavía. Antes de llegar a esa ciudad hay unas cuantas poblaciones más pequeñas, algunas gasolineras (aunque llevais gasolina suficiente y eso ahora no os preocupa) y varios moteles.

En cuanto a la herida de High T, aunque en poca cantidad y pese a los esfuerzos de Shellby, no ha dejado de sangrar en todo el trayecto. Todo el asiento trasero está lleno de gasas manchadas y las pastillas no mitigan demasiado el dolor. Empieza a sentirse algo más débil y no tiene buena cara.

-Shell nena ... dame otra pastilla ... me vuelve a doler ... cada vez las palabras sonaban más débiles ... me notaba menos fuerte ... la herida no había parado de sangrar en todo el rato ... y el cielo estaba oscuro ... haciendo que la sensación de sueño fuera mas fuerte ...

Los ojos se me entrecerraban y cuando los abría podía ver a Shell a mi lado ... limpiando la herida ... aún me escocia, a pesar de que me la había limpiado ...

-¿Ya debe quedar menos para llegar no hermanos?

La voz de T ya no era tan decidida y autoritaria como siempre ... se sentía débil ... y eso lo notabais ...

Me giro hacia atrás al oír la voz y al ver a T me dirijo en un susurro a Ray.

- Tio, en el próximo pueblo para. Si no buscamos un matasanos ya, T se nos muere. Tendremos que arriesgarnos.

Joder, la cosa empeoraba, no podía hacer nada, maldito el día que no es escaqueamos del colegio cuando hacían el cursillo de primeros auxilios...

No quiero darle otra pastilla, no quiero que entre en somnolencia, el dolor le mantendrá despierto...

T, no puedo darte más pastillas cariño, lo siento, no puedo... lo miro unos instantes mientras niego con la cabeza...

Después me giro hacia Tony y Ray... Parad en cuanto podáis, sigue sangrando, joder, no se como parar la hemorragia intento sonar tranquila...

W-Ray asiente mientras se remueve en el asiento, claro síntoma de cansancio.

Como respondiento a vuestra llamada, tras un cambio de rasante aparecen las luces de un pueblo bastante grande. "Tulare", reza un cartel que veis poco después a un lado de la carretera, iluminado por los faros del coche.

La interestatal atraviesa la población, y empezais a ver las primeras casas. Por suerte, no teneis que buscar mucho. En la misma carretera, junto a una cafetería que permanece abierta, hay un pequeño hospital.

Todo está muy tranquilo. Apenas veis a un médico y a un par de policías tomando algo en el interior de la cafetería, y a un hombre en pijama que sale de urgencias sujetando a una anciana con dificultades para caminar.

- Mierda. Mirad a ese par de polis. Mejor que paremos un poco más adelante y que vayan Shell y T al hospital. Que digan que se han visto envueltos en un atraco o algo así. Bueno... al fin y al cabo es la puta verdad...

-Joder hermanos ... un hospital no!! Ademas ... hay dos polis!! digo asomando la cabeza un poco por la ventana ...

-Nena ... diles que no puedo ir a un Hospital ... debe haber algun curandero o algo ... aquí me preguntarán!! JODER!! No quiero ir al puto Hospital!! AUUUUUUUUUUCH!!! grito al hacer un pequeño movimiento debido a los nervios ...

Me quedo mirando a Shell ... ella es la lista ... seguro que encontrará alguna otra solución ...

Vamos nena ... te necesito mas que nunca!

La idea del hospital no parecía buena con los polis en la puerta, pero joder, T necesitaba ayuda...

Chicos, dadme parte de la pasta y para el coche a un par de manzanas...que llegue por lo menos a los 400 pavos los miro, hay seguridad en mi voz...

Intentaré traer un médico, confiad en mi...

Intentaré traer un médico, confiad en mi...

Como siempre ... Shell estaba un paso mas adelantada que los demas ... era lista ... la mas lista de los cuatro ... y con cada decisión lo demostraba ...

En un gesto rápido instintivo intente ponerme la mano en el bolsillo trasero del pantalón ... buscando la cartera ... pero el dolor en el brazo me lo impidio ...

-Nena ... coge mi cartera ... la tengo en el bolsillo de detras ... tenemos la pasta que nos dio el viejo anticipada ...

-Joder, hermanos. - niega con la cabeza - Nos estamos ganando cada uno de los malditos centavos que nos darán por este puto coche. - golpea el volante como rubricando sus palabras.

Cuando Shellby baja del coche con el dinero, conduce intentando no llamar la atención hasta girar la esquina un par de manzanas mas allá del hospital.

Es una calle donde el espeso follaje de los árboles anula casi por completo la luz de las farolas. A los lados hay edificios de cuatro alturas.

- Para por aquí, Ray. Tampoco nos alejemos demasiado. Si salimos del coche y vamos a tomar un café disimularemos un poco más que si nos quedamos aquí metidos, ¿no? digo mientra miro mi ropa para ver si hay rastros de sangre o pólvora.

Nada en las ropas de Tony delata en lo que se ha visto envuelto.

Embutida en mi cazadora intento disimular las manchas de sangre lo mejor posible, de todas formas no son mi principal preocupación, camino en silencio, con pasos rápidos y gesto contraído en mi rostro...

Ignorando a los dos policias busco con la mirada la puerta de urgencias o en su defecto, un médico...

Mientras W-Ray aparca el coche con Tony y High T en él, Shellby camina en dirección al hospital. Al pasar por la cafetería, un local de ladrillo rojo con grandes ventanales y un indio de madera en la puerta, se fija en que el médico que estaba tomando algo acaba de pagar en la barra y se dirige hacia la puerta del local.

Es un hombre de unos cuarenta y pico años, de pelo ralo y bastante flaco. Por su cara de sueño, parece no estar acostumbrado al turno de noche. Echando una mirada despreciativa a la entrada de urgencias, se detiene en los escalones y saca un paquete de Red Apples del bolsillo. Con un ágil golpecito hace asomar uno de los cigarrillos y lo enciende dando una larga calada.

Parece que por fin la suerte nos sonríe, un médico sin tener que entrar al hospital...con celeridad me acero a su lado, mi rostro se muestra grave, mis ojos algo llorosos, restos de sangre en las manos que me aseguro de que vea…

Gracias a Dios que le encuentro, por favor tiene que ayudarme, tiene que ayudarme por favor… mi voz se quiebra unos instantes, paso mi mano por mi cara, dejando un pequeño rastro de sangre…tengo un problema, tiene que ayudarme, ¿es usted médico verdad? la obvia pregunta hace que no espere respuesta y continué hablando…

Mi no…un amigo mío esta herido, no esta lejos de aquí…necesita un médico… no puedo seguir, las lagrimas empiezan a brotar…

Con menos desidia y desinterés del que podría esperarse dada su actitud, el médico presta atención a la dramática súplica de Shellby. Richard, pues ese es el nombre que hay impreso en la tarjeta que cuelga de su bata, mantiene sin embargo una actitud mecánicamente profesional.

-¿A qué distancia ésta? - da una calada saboreando el tabaco rubio - ¿Le has dejado sólo? ¿Permanece consciente? - el tono de su voz invita a pensar que todos los días ve chicas ensangrentadas cuyo novio agoniza.

- Bueno, mejor nos quedamos. No quiero dejar a T sólo.

Enciendo un cigarrillo y le alargo uno a T.

- Fúmate un cigarro, T. Mucho daño más no puede hacerte. digo intentando quitar hierro al asunto.

Espero que Shell encuentre a un doctor rápido...

Sigo representando el papel de chica asustada, señalo en la dirección del coche y luego un vistazo a los polis...

Está consciente, y no esta solo, esta con unos amigos...nosotros... me tranquilizo unos instantes...

Hice un curso de primeros auxilios, creía que serviría...pero...

-Gracias hermano ... sabes que me fumaria ahora ... digo con una sonrisa en el rostro esforzándome por no hacer notar el dolor que sentía ...

-Ahora me fumaria uno de esos cigarros de la risa hermano ... quizás me aliviaría un poco el dolor ... ¿no tendrás algo por aquí?

-No te preocupes, se pondrá bien.- el tono inexpresivo y el que lo diga sin haber visto al herido no ayudan a darle credibilidad a sus palabras.- Dame un momento que coja una cosa y me llevas hasta el coche.

Dicho ésto, apura una última calada del cigarrillo y lo tira antes de entrar en el hospital.
Un par de minutos más tarde, el médico sale con dos fornidos celadores que portan una camilla plegable.
El lleva también algo. Parece un maletín de primeros auxilios.