Partida Rol por web

Este año será el último curso en la escuela de magia y hechicería: Hogwarts, para algunos la mejor del mundo. Para ti... tal vez una oportunidad de introducirte en el mundo de la magia donde lo importante no es quién eres ni de dónde vienes, sino el talento que posees.

Aunque ya llevabas casi 6 años con la misma rutina no pudiste evitar sentirte nerviosa la noche de antes, asegurándote de tener todo lo necesario preparado, pensando si algo habría cambiado ese año, en tu ansiado patronus... Quizás eso era lo que más te mantenía desvelada: el pensar cuál sería.

Antes de que pudieras pensar más sobre el tema, el desagradable y estridente sonido del despertador (al menos en medio del silencio que reinaba en tu habitación) te sacó de tu duermevela, avisando de que era hora de ponerse en marcha.

Tu padre te llevó hasta la estación, despidiéndose de ti en la entrada, desde el coche. Siempre ponía como excusa que tenía tareas que hacer, pero con la misma excusa cada mañana de principios de curso podías imaginarte que la razón era no quería cruzarse con muchos de los padres magos de otros compañeros para evitar cuchicheos desagradables. Por lo que, sin insistir, te despedías de él y marchabas con todos tus bártulos en busca del andén 9y3/4.

No te había dado tiempo a distinguir ninguna cara conocida cuando de pronto alguien te dio unas familiares palmadas en la espalda.

Tras esas palmadas solo podía estar Kat, tu "contraparte" femenina, quien lucía una expléndida sonrisa nada más verte.

-¡Jackie! ¿Cómo estás? ¿Se ha dado bien el verano? Yo me he ido de acampada con los niños, ya sabes, a repartir galletitas y todo eso. Ha sido divertido, aunque no he podido guardarte ninguna, lo siento-. Kat era una persona que no podía mentir por mucho que se esforzara (en eso te recordaba a Will, aunque lo de ese chico era exagerado), por lo que sabías que con esa disculpa era sincera.

-¿Qué crees que daremos este año? Tengo miedo, ¿sabes? No sé si Lilly me seguirá queriendo igual después de todo el verano entre nosotras... Con los entrenamientos y los niños apenas nos hemos podido ver. ¿Tú que crees?- y ya se estaba rallando como de costumbre...

Jack se levantó de muy mala leche. Como siempre que no dormía bien. Fue a lavarse la cara para espabilarse. "¿¿Por que mierdas estoy tan nerviosa?? Ya he pasado por esto 6 veces más" Desde luego no estaba viendo su mejor cara en el espejo. Aunque tal vez devería dejar ver esa cara más veces y hacer que todos se cagasen encima. 

Como todos los años, fue a la estación con bastante antelación. Como todos los años, por el mismo motivo. No entendía la falta de huevos de su padre. "¿Que más da lo que piensen?" Suspiró, impaciente. Estar sentada en un banco viendo pasar muggles no era el mejor entretenimiento del mundo. Menos aun aguantar como le miraban raro por llevar una lechuza. Ni que fuera un dragón chino. Medio sonrió "Sería gracioso... Lástima"

Por fin abrieron el anden. Cansada de estar allí, atravesó la pared. Buscó a algún conocido. A Thomas, o bien a Roger... Llevaba todo el verano sin hacer nada y no podía negar que le apetecía un escarceo. Pero la persona que encontró fue Kay. O más bien ella le encontró. Puso carita de pena al escuchar lo de las galletas. Le salían muy ricas, seguramente debido a toda la práctica que tenía. -No se como aguantas lo de los scout- Dijo con pesar. -Suena a coñazo... Hacer galletas, nudos, coser insignias, cantar cutreces- No llevaban ni un minuto juntas y ya le estaba intentando pinchar. Pero no hizo mucho caso, pues enseguida empezó a rallarse... Le puso una mano en el hombro. -Tranqui, estará bien. No es malo que  os dediquéis tiempo a vosotros mismos- Marcó un puñetazo en su cara. -¿Como lo llevas?- Refirindose a las artes marciales

-¡Prometo que te haré galletas en la escuela! A lo mejor encontramos ingredientes interesantes. 

Kat no perdía su sonrisa mientras hablabas, sacudiendo la cabeza en gesto negativo ante la mención de los scout. -No hay forma de que me aburra con esos niños. Deberías probarlo algún día- sabía que seguramente rechazarías su invitación, pero siempre te ofrecía aparecer en la siguiente juntona por si cambiabas de parecer. -Además, se aprenden cosas bastante interesantes. Hacer nudos, cantamos canciones, comemos alrededor de una hoguera, juegos de orientación... Espera, ¿has llamado cutreces a eso?- te miró con falso enfado. Siempre tratabas de pincharle por lo que estaba acostumbrada a tus respuestas bordes.

En cuanto trataste de tranquilizarla con el tema de Lilly asintió con la cabeza lentamente, como si no terminase de estar muy convencida. De pronto, el amago de puñetazo hizo que se espabilara de repente, abriendo los ojos y parpadeando como si hubiese despertado de un sueño, ensanchando su sonrisa. Cogió tu puño extendido y te atrajo hacia su dirección mientras se echaba hacia un lado y marcaba un codazo entre los omoplatos. -Entrenando, como siempre. Quiero saber defenderme cuerpo a cuerpo, independientemente de la magia.

El silbido del tren interrumpió las diferentes voces que recorrían el andén 9^3/4, haciendo que Kat deshiciese la llave.

-Creo que deberíamos ir subiendo. No te preocupes, yo seré tu entrenadora personal- te guiñó un ojo con complicidad. Desde que os conocéis habéis estado disfrutando de vuestras pequeñas luchas por ver quién ganaba a quién. Al principio ganaba Kat por su experiencia, pero no tardaste en acostumbrarte y empezar a ganarle, aunque casi siempre empatabais. Aun así, Kat disfrutaba con su rol de entrenadora.

Era el momento de subir al tren con destino a Hogwarts.

Su idea no era mala. Generalmente, un mago sin varita era como un pez fuera del agua: Inútil y mas muerto que vivo. A más de uno pillaría por sorpresa con una buena patada en la cabeza. Y por ese motivo ella también se había interesado en aprender. Le tocó un par de veces la mano en señal de que le soltara, que había ganado con esa llave. No le apetecía hacer el paripé allí en medio. 

El tren silbó estruendosamente. Señal de que había que ir subiendo. -¿Vamos?- No parecía que Kat estuviese pendiente de despedirse de nadie, por lo que no tenía reparos en ir pillando sitio. No le apetecía de compartir cabina con ninguno de sus indeseables compañeros.

-¡Claro! Seguramente lleven a Lilly directamente a Hogwarts algún día de estos. Según me dijo tenía algunas movidas y no podría venir los primeros días... Una lástima- se encogió de hombros como si la cosa no le importase gran cosa, pero podías ver en sus ojos castaños una profunda preocupación (y posiblemente mil ralladuras).

Esperó a que subieras al tren para ir tras de ti, esperando que eligieras sitio. Conocía tu incomodidad al estar rodeada de demasiada gente, por lo que prefería que abrieses el camino antes de hacerlo ella. No sabía muy bien por qué, pero atraía a las personas como si fuera un imán. Incluso con los pocos que pasaron por vuestro lado cruzaron saludos con Kat.

No los viste venir, pero había una persona que te había visto en el andén y no tardó en acercarse al sitio que habíais tomado arrastrando a otra persona con ella.

Lyra apareció con una enorme sonrisa, arrastrando por la bufanda medio deshecha a un destartalado Will. Parecía que el chico se había levantado algo pegado de tiempo y se había vestido con prisas. Al menos se había acordado de no dejarse las zapatillas de estar por casa.

-¡Hola chicas! ¿Podemos sentarnos? ¡Claro!- no dudó en responderse a sí misma, instalándose frente a Kat. -Os he visto de lejos en el andén, pero con todo el ruido que había no había quien llamara vuestra atención... Así que he enganchado a Will y aquí estamos- ensanchó sus sonrisa al finalizar la pequeña narración de cómo había actuado de "detective".

-¿Cómo habéis pasado las vacaciones? Yo he estado suuuuúper aburrida. Deseaba que se acabasen de una vez. Es casi más tortura estar con toda la familia en una habitación enana de un hotel por vacaciones que ir a Hogwarts. Por lo que, para mí, ¡comienzan las vacaciones!

Ni siquiera se preocupó de arreglarse la bufanda cuando Lyra le soltó. En su lugar, esperó a que la chica tomara asiento y entonces se sentó él, frente a Jack. -Yeiiii- una de sus habituales saludos con una amplia sonrisa. Parecía muy complicado que dijese un "hola".

-Ya sabéis cómo es la pequeña Lyra, si se le mete algo en el coco no hay quien le haga cambiar de idea- dio unas palmadas en la cabeza de su compañera de casa mientras ella le miraba con los mofletes inflados.

 -¡Oye! ¡A mí no me digas nada! ¡Algún día creceré...!- era cierto que aparentaba bastante menos edad de la que tenía. -Además, por lo menos en mí se ve adorable y soy igualmente útil independientemente de mi estatura. Tú eras un canijo hasta hace poco, pero sigues siendo un cabeza de chorlito.

Will se rió por el enfado provocado en Lyra, pero no tardó en entretenerse con otra cosa. En este caso, el transportín de su mascota. -¿Cómo está mi pequeño Wiskas? ¿Estás a gusto, pequeñín?

 -Ese gato es cualquier cosa menos "pequeñín"- dijo con una ceja alzada.

Era cierto que el gato de Will era de un tamaño poco común, más grande que cualquier otro gato que hubieses visto, pero no era raro sabiendo que era una criatura mágica, algo diferente a los gatos de los muggles.

No se sentó... Se dejó caer en el asiento, ocupando casi todo ella sola, Kat se sentó en el de enfrente. Aun no había acabado de acomodarse cuando apareció la pequeña Lyra, con toda su energía y arrastrando a Will, como de costumbre. Apenas tuvo tiempo de hacerle hueco cuando esta se sentó. Por suerte su pequeño tamaño le permitía sentarse en media plaza. En vista de eso, Jack siguió ocupando la media restante.

-A mi se me han hecho cortas- Respondió después que Lyra. -Y eso que solo me he dedicado ha tocarme las narices- Probablemente los tres acompañantes de Jack serían los únicos magos en entender la expresión. -Además de ver a mi familia- Por su familia se refería únicamente a la de su madre. -Se creen que voy a una academia privada a norte de Escocia... Lo cual no es del todo mentira... Ah, y también estuve con mis amigos no magos- No le gustaba mucho el termino muggle para referirse a gente más o menos cercana, pues le parecía despectivo. Resopló. -Están todos enganchadísimos al teléfono viendo gilipolleces y chateando con otras personas- Sonrió. -Me pregunto si un expeliarmus les haría soltarlo...-

El tema de conversación no tardó mucho en cambiar. El "gato" de Will cobró protagonismo. Ciertamente era descomunal para un gato. -Así es mas abrazable- Le contestó a Kat. -Y siendo Will... Si fuera tamaño normal lo perdería- Bromeó. -Pobre animal... Lo que le espera...- Se inclinó para hablarle directamente al gato. -Tienes que tener mucha paciencia con el. Recuerda que tiene que comer al menos tres veces al día, dormir y bañarse... Especialmente si ha hecho una de sus escapadas-

El "gato" había estado ignorando la conversación, al menos hasta que Jack le dirigió la palabra. Levantó la cabeza mirando con sus ojos de color esmeralda fijamente a los de ella, moviendo ligeramente las orejas al percibir su voz. Tras sus consejos lanzó un suave y largo maullido tras el cual dirigió una mirada penetrante en su dueño. Se notaba quién cuidaba a quién...

Will se encogió de hombros ante el intento de Lyra de picarle por su altura. -Puede, pero ahora seguro que soy más alto incluso que Jack- te miró con una animada sonrisa -aunque tendremos que esperar para saberlo. Yo he caído bien y no pienso levantarme hasta que lleguemos.

 -Realmente asusta ese vicio que tienen los muggles al móvil... Aunque debo decir- sacó el suyo con sonrisa culpable -que no les culpo. ¡Estos cacharros son una revolución! Hasta puedo ver las series que me he dejado a medio...- su mirada se había perdido en el infinito mientras perduraba una sonrisa boba en sus labios.

 -Hombre, hay que ser realistas. El desarrollo tecnológico afecta tanto a magos como a muggles se mire por donde se mire.

El chico ya había sacado su cuaderno, el famoso diario en el que Newt Scamander anotó todo lo que había conocido sobre los animales del mundo mágico, y había comenzado a ojearlo como hacía siempre. No parecía muy interesado en las nuevas tecnologías.

Sin embargo, al oír hablar de su Pluffy no pudo evitar levantar la vista para mirar a Jack y después corresponderle al gato con su misma mirada. -No sé si lo perdería o no de ser más pequeño... Lo que sí es verdad es que sin este pequeñín me perdería mucho más de lo que ya hago- acarició su cabeza con suavidad, haciendo ronronear al minino. -Está claro que cuidarme no es nada fácil... Pero me alegro que le recuerdes que me bañe: muchas veces se me olvida y luego es mi hermana la que me echa un rapapolvo del quince.

 -¡Pero si eso te pasa también en clase! ¿Por qué te crees que te echan muchas veces? Estás con algún animal apestoso ¡y luego inundas con esa peste a toda la clase!

Kat se rió sin intentar disimularlo. -¡Eso a mí no me lo dicen!

Will les sacó la lengua y volvió a intentar enfrascarse en su libro.

Resopló tras las palabras de Kat. Si era cierto que Jack también se echaba ratos con el teléfono, pero en comparación... Ni lo tocaba apenas. 

Rió tras las palabras de la pequeña Lyra. Sin duda dio en el clavo. Sin embargo, Will no le dio más importancia más allá de sacarle la lengua, para después volver a enfrascarse en su cuaderno. "Cada cual con lo suyo" Pensó. Tal vez no fuera un teléfono, pero desde luego que el vicio de Will por el cuaderno de su abuelo no tenía nada que envidiar al vicio al móvil. 

Como cada cual parecía estar a lo suyo, Jack se quedó un rato mirando por la ventana, apoyando el codo en la repisa de la ventana y la cabeza apoyada a su ve en el puño, pensando en a saber que rayadas mentales.

-Oye Will- Dijo al rato. -Si existen los hombres lobo, ¿significa que los vampiros también? Tiene que molar ser un vampiro inmortal.... ¿podrán hacer magia como nosotros?- Esa última pregunta la lanzó al aire

Automáticamente tras la pregunta de Jack, el joven Scamander levantó la vista clavando en los ojos azules de la chica los suyos verdes abiertos como platos. -Me sorprendes, joven Jaqueline- anunció con una voz que trataba de imitar la de Yoda.

Parecía que su pregunta le había tomado completamente con la guardia baja, además de que había llamado tanto su atención de forma que terminó cerrando su cuaderno para centrarse todavía más.

-¿Sinceramente?- terminó dando un breve resoplido, pero por su temblor de manos se notaba el nerviosismo que corría por sus venas, quizás pensando en una nueva criatura a la que investigar. -Supongo que de ser ese alguien un mago podría seguir utilizando la magia. ¿Recuerdas a Lupin? Hace tiempo que se retiró de Hogwarts, pero podía utilizar magia y era un licántropo, por lo que imagino que con los vampiros pasará lo mismo.

De todas formas si alguien se hubiese cruzado con un vampiro quizás no viviese para contarlo. Ya sabes... que lo conviertan o usarlo de comida... En fin, los hombres lobo son más fáciles de mezclar entre la "gente normal"- puso las comillas con los dedos, exagerando la puntuación de "gente normal" -siempre y cuando no haya luna llena. Mientras que los vampiros, si lo que cuentan es cierto, no podrían salir a la luz del sol. Sumado a su antinatural palidez y ojos brillantes... Uhmm... Y si atacasen a alguien ya sabrían que no sería una bestia, se correría la voz. Uhmmm...- se quedó un rato ensimismado, con la vista clavada en la nada.

Lo que tengo claro es que no serán de esos que brillan- una divertida sonrisa hizo aparición en sus labios en ese momento, al imaginarse a esos vampiros que se hicieron tan famosos en la gran pantalla. -Pero, oye, si algún día te animas a ser un vampiro, cuenta conmigo para estudiarte.

Sus últimas palabras armaron un pequeño revuelo entre las compañeras de viaje, quienes intercambiaron miradas y risitas, aunque Will no parecía enterarse.

Ocultó su sorpresa al ver que había conseguido que Will dejara el cuaderno para contestar a su pregunta. Más aun cuando la respuesta fue tan eufórica. El muchacho no parecía ser consciente de como se podrían interpretar sus última palabras. Ni aun con la risilla de Lyra y Kat. Jaqueline vio ahí una oportunidad para divertirse a consta de su empane.

Pasó de mirar distraidamente por la ventana a mirar al chico. Una mirada divertida, juguetona... -¿Ah, sí?- Arqueó una ceja. -¿Y que te resultaría más curioso de estudiar? ¿La anatomía? ¿Las capacidades físicas? ¿O tal vez las mejores zonas del cuerpo humano donde morder para chupar sangre?- Esperaba ansiosa la inocente respuesta de su amigo

-Supongo que todo un poco- respondió sin esfuerzo, como si fuera algo evidente. -Según los mitos físicamente deberían ser más fuertes, además de tener unas necesidades fisiológicas algo diferentes, por lo que doy por hecho que tiene que ser interesante estudiar a un vampiro al completo. En el caso de existir, claro- aclaró con aire divertido.

Para Will era extraño estar hablando tanto tiempo durante un mismo tema, aunque parecía que su atención estaba completamente enfrascada en lo vampírico. Nunca antes se había planteado de la existencia de estas criaturas, pero ahora parecía tener una viva curiosidad sobre el tema. -Y sin duda buscarían un sitio de donde sacar tanta sangre como necesitaran en el menor tiempo posible. Así que... ¿cercenarían miembros?

 Lyra le miró con una mueca que se podía describir sin dificultad como un "¿tú eres tonto?" mientras meneaba la cabeza de lado a lado. -Un poco bestia, ¿no? Lo normal es buscar una arteria que lleve la sangre con suficiente presión como para que no cueste succionar.

Will se quedó pensativo con los ojos ligeramente entrecerrados. Parecía que se había quedado dormido cuando de repente un hipido lo sacó de su ensimismamiento. -*Hic* Pues *hic* es posible *hic* que tengas razón- trató de aguantar el aire para parar ese hipo, pero era especial y esas cosas no funcionaban. Ya se iría cuando quisiera.

 -Siempre tengo razón-. Los orificios de la nariz se el ensancharon ante este alarde de orgullo de la muchacha.

Todavía con el hipido de Will como acompañamiento, notasteis cómo el tren iba frenando. ¿Ya habíais llegado? Si mirabas por la ventanilla se podía apreciar que estabais en medio de ningún sitio. Entonces, ¿qué había ocurrido?

*Piiiiiii* Se anuncia a todos los pasajeros que no se alarmen. Estamos ante una parada de emergencia. No abandonen sus asientos *Piiiiii*.

Pese al mensaje que se había escuchado por los altavoces Will se puso en pie, ya sin rastro del hipo. -Voy a ver lo que ha pasado- su curiosidad podía resultar un arma de doble filo en algunas ocasiones. Se puso en pie y se escurrió como un pescado por los pasillos del tren, saliendo del mismo sin que nadie reparase en él.

El tren frenó estrepitosamente, cortando toda conversación.  -¿Ya hemos llegado?- Preguntó extrañada. No hizo falta respuesta. Solo necesito mirar por la ventana para ver donde estaban: En medio de ningún sitio. Will, sin preguntar ni esperar a nadie, salió de la cabina a ver que había pasado. Jaqueline se levantó para salir detrás de el, pues bien sabía que no había que dejarle solo. Tras asegurarse de que lo llevaba todo (Varita), atravesó la puerta y fue en la misma dirección.

Lyra y Kat habían pegado sus narices a la ventana para tratar de ver lo que ocurría fuera.

Mientras, Jack había decidido seguir los pasos de Will sin demasiado éxito. Aunque el chico había conseguido traspasar la puerta del tren sin ningún inconveniente, Jack notó cómo una mano la cogía por el hombro con firmeza. Tras ella se encontraba Lizardnose, el guardián. La joven maga no sabía si había estado todo el tiempo en el tren o había llegado hacía un momento, pero en sus ojos podía leer un profundo cansancio y ¿tristeza? Antes de que pudiera hacer cualquier cosa un rugido ensordecedor rompió cualquier tipo de silencio existente, haciendo que el reptiliano entrecerrase ligeramente los ojos mientras su mano se cerraba con mayor firmeza para después aflojar un poco consciente de que podía hacer daño a la alumna. -Vuelve a tu ssssssitio, por favor.

Algo le agarró. Al principio, tiró con fuerza para zafarse, pero no dio resultado. Se volvió para ver que le agarraba. El guardián Lizardnose. Lo hacia con bastante fuerza, al principio, segundos después, aflojó. Se le veía triste... ¿Preocupado? Tal vez lo que estaba pasando le afectaba directamente...

Sea como fuere, no tenía pensado volver a su asiento y dejar a su amigo solo ante un posible peligro. -Suélteme señor Lizardnose, tengo que ir a por Will. A ese chico no se le pude dejar solo- Espetó. -¿Que está pasando?-