Partida Rol por web

La primera ráfaga que dispara Trebek hace caer a unas pocas criaturas, no tantas cómo esperaba abatir. Enfadado por fallar en su cumplimiento como fuego de apoyo del grupo Trebek, retrocede cuando sus hermanos empiezan a disparar, tras cruzar la puerta de barrotes que Wolfram había abierto. 

Las criaturas no parecían haber notado ese hecho por que empezaban a amontonar-se sobre sus propios cadáveres a medida que caían y avanzaban. El hecho de que se amontonaran facilitó el trabajo de eliminación de las mismas. Con la puerta aún resistiendo, Trebek volvió a probar suerte con el bolter:-Vamos no me falles esta vez.-le dice a su arma, para dar-se ánimos. 

El hermano Leinad daba signos de recuperar las fuerzas, Wolfram le ayudó a incorporarse junto con el bibliotecario para retroceder ya que estaban demasiado cerca de los barrotes que de momento parecían contener a esas criaturas, fuera lo que fuesen. Mientras tanto, el hermano Korvin seguía sin aparecer, el tecnomarine se empezaba a preocupar ya que no estaban tan lejos del punto en el que se separaran anteriormente. Así mismo, decidió abrir el comunicador para asegurarse de que seguia entero.

- ¡Korvin!¿Se puede saber donde te has metido?¿Estás entero? -berreó por el comunicador mientras Cole y Trebek hacían picadillo a esos esbirros del caos.

Mis hermanos me necesitan, cualquier escuadra necesita a todos sus miembros. Es por ello que avanzo aprisa, sin usar el teleportador para no revelar mi presencia.

NeNecesito verla situación antes de actuar.

Estas criaturas habían cargado contra nosotros con mas velocidad de la que hubiese pensado de unas criaturas en este estado de descomposición, por suerte los barrotes que el hermano Wolfram había forzado anteriormente ahora hacía un cuello de botella por el que nuestros enemigos no podían pasar. Sabiendo que no tendríamos tregua una vez pasaran, mis hermanos y yo mismo descargamos nuestras armas contra esta horda de criaturas.

- ¡Atrás inmundas criaturas!. 

Una vez mas concentro las energías en mi interior y otra serie de zarcillos de fuego salen desde mi mano hacia las criaturas de la disformidad. 

Avanzas tan deprisa como puedes, sin ayuda de tu teleportador, hasta que alcanzas la metálica puerta abierta. A la derecha de ésta una placa dorada en la pared reza: Sanatorio - Sala médica.

Alzas la vista hacia dentro de la habitación, y la oscuridad es total. Sin embargo, gracias a la visión nocturna que te proporciona el visor de la celada ves que tus hermanos están a poco más de media docena de metros delante tuyo, tras una ligera rampa descendente, en posición de ataque, mientras que el pasillo al que han accedido continúa después durante un buen trecho de metros.

Frente al grupo formado por tus compañeros, hay un muro de barrotes que se atraviesa por una puerta, también de barrotes, que actualmente se encuentra entreabierta. Más allá de este muro, a derecha e izquierda se van abriendo pesadas puertas en el metálico pasillo (Todo el lugar es metálico, y no hay ninguna ventana o similar al exterior), hasta alcanzar otro muro de barrotes idéntico al de acceso por este lado y que brinda paso a una última puerta, colocada de frente a vosotros.

No sabes cómo estaba el lugar antes de la llegada de tus Hermanos, pero actualmente es una verdadera sangría. Una docena de extrañas criaturas se agolpan contra los barrotes con sus brazos estirados tratando de alcanzar a tus hermanos. Se trata de seres humanoides, pero con graves deformaciones que los hacen parecer más bestias que hombres.

Tras estas diez criaturas que aún se mantienen de pie y que chillan y gritan queriendo alcanzar inútilmente a tus compañeros, más de una treintena de cadáveres, mutilados como si hubieran sido el horrendo fruto de una explosión, inundan el pasillo con sus vísceras y su sangre. Por su parte, todos tus hermanos parecen enteros, e incluso Leinad continúa con vida, y parece encontrarse mejor.

En ese momento se abre el comunicador, es Wolfram, que parece no haberse percatado de tu reciente llegada:

 - ¡Korvin!¿Se puede saber donde te has metido?¿Estás entero?

-Justo aquí, Wolfram.- digo desde la puerta, al a que acabo de llegar.

Observo la sala, los cadáveres y los deformes que se agolpan. A juzgar por la cantidad de muertos, no son peligrosos. No para nosotros.

-¿A qué tanta urgencia? Pensé que estábais en algún apuro.- espero que hubiese "algo más" ahí que se haya marchado o esté enterrado en cadáveres y yo no vea. Renunciar a investigar las presencias en el bosque para venir a matar simples criaturas deformes es un desperdicio de recursos. ¿Cuantas de esas harían falta para tumbar a un solo Marine? Si es que pueden, no parece que tengan nada capaz de atravesar la ceramita. A menos que haya algo que aún no sé, que es posible.

Leinad estaba dolorido, pero terminó de tapar los agujeros de la armadura y se dispuso a mirar el auspex para indicar algo a los compañeros mientras intentaba mover el hombro, para analizar y saber de su "operatividad". No quería adelantar noticias a los compañeros pero pensaba que en breve podría empezar a ayudar.

Sea lo que fueran esas criaturas parecía que caían con cirts facilidad y el puño firme de los marines del emperador. Sea como fuere estábamos a punto de frenar a esos engendros tocados por la disformidad con eficencia y diligencia. -¡Seguid así hermanos! Jaleé mientras disparaba una ráfaga con mi arma.

El bólter pesado de Trebek siguió disparando. Las deformes y grotescas criaturas se dieron cuenta de su error y, trepando por paredes y techo, trataron de buscar refugio en las habitaciones de los laterales huyendo entre aullidos y chirridos. Sin embargo, su huída resultó en vano pues ninguno logró escapar. Un gigantesco charco de sangre avanza por el suelo hasta alcanzar vuestras botas magnéticas.

Ahora, cuando todo queda en silencio y los únicos ruidos son los sanguinolentos gorgoteos de un par de agónicas criaturas, más muertas que vivas, alcanzáis a percibir la magnitud de la sangría. Sus cuerpos deformes no podían soportar los proyectiles bólter, y menos sin protección, y la agresaiva masa, lejos de tratar de alcanzaros atravesando la puerta que Wolfram había dejado entreabierta se agolpó contra los barrotes convirtiéndose de esa manera en picadillo de bólter.

Sin embargo, lo bueno es que ninguno de esos horrores logró dañaros, y Leinad había, por fín, conseguido recuperar la movilidad de su brazo y se encontraba casi en perfectas condiciones físicas.

Dada vuestra situación, ahora tenéis la oportunidad de seguir adelante por este ensangrentado pasillo, revisando el lugar y la puerta que se encuentra más allá del segundo muro de barrotes, o bien regresar ya que Leinad no necesita tratamientos médicos adicionales. Sin un superior al mando, la decisión es vuestra...

Al fin llegaba el hermano Korvin, no parecía demasiado preocupado pero Wolfram al fin conseguía respirar tranquilo después de comprobar que seguía intacto.

- No puedes desaparecer de ese modo Korvin -increpó el tecnomarine algo sobrepasado por la situación- ¿Dónde quedó la coherencia de escuadra? -apelando a la misma instrucción que todos habían tomado para llegar a ser Caballeros Grises- Nunca, en ningún caso puede irse uno solo de los hermanos por su cuenta y riesgo en medio de una misión, mucho menos en una misión de evaluación como esta, donde analizan cada uno de nuestros movimientos y contabilizan cada uno de nuestros errores como equipo. Cualquiera de esos errores puede llevar al fracaso de la misión e incluso el exterminio de la escuadra al completo. En este caso, hemos sido capaces de contener la amenaza, pero esas criaturas no dejaban de salir de esas celdas como si de un portal de mas allá del espacio disforme se tratara. Teníamos al hermano Leinad herido, la retaguardia descubierta...

No salían las cuentas de todos los errores que habían cometido, en caso de ataque desde un segundo punto de la basílica la cosa se podría haber puesto fea. El comportamiento y la falta de método del hermano Korvin era inaceptable en una escuadra con tanta preparación y el tecnomarine no iba a dejar pasar por alto esa falta de disciplina.

-Y un lider de escuadra desaparecido y sin comunicación. Una escuadra de combate no funciona por democracia, Wolfram, resulta obvio. Y a ninguno se nos ha dado la autoridad para liderar al resto, por lo que localizar al Justicar es prioritario respecto a...¿A qué? ¿Qué hacéis aquí aparte de avanzar a ciegas con un hermano herido y otro explorando? ¿Sois incapaces de mantener la posición dos míseros minutos mientras uno se cura y otro comprueba la última posición conocida del Justicar? Salvo que os haya traído aquí algo insoslayable, y si es así no he dicho nada, ha sido un movimiento absurdo. Estas cosas pasan cuando no hay una autoridad clara, todos hacemos lo que consideramos mejor. Designemos a alguien ahora de manera temporal y punto. Tú mismo, Wolfram, si te ves capacitado y no interfiere con tus tareas como tecnomarine.

Dudo que esas criaturas hubiesen supuesto un problema siquiera para uno solo de nosotros, en cualquier caso no lo puedo saber. A fin de cuentas no las he visto en acción y nunca se sabe con los poderes ruinosos. Pero...no lo aparentan.

-No hay rastro del justicar fuera. Detecté dos presencias en el bosque, en la linde, pero no tuve tiempo de investigarlas.

El apotecario ni se había percatado de que un hermano no estaba con ellos. - Menos mal que ha regresado.

Miró el auspex y resintonizó todos los aspectos y modificaciones que podía darle, en pro de localizar al justicar y si había algo más por los alrededores. - Miraré el radar.

Mientras, en su casco tenía la presentación del estado de salud de todos los compañeros, así que revisó a todos, por si necesitaban de su ayuda como médico de combate. Ya está bien de practicar con mi brazo.

Estaba claro que necesitaban un líder, ya fuera electo, o porque sus capacidades así lo indicaban, daba igual que por combate, por liderazgo y carácter ... o porque sí, pero era esencial tener alguien que arrastrase la unidad hacia delante. El no tener el escalafón claro en estos momentos era un problema, incluso más que las babosas masacradas que se acababan de encontrar. La democracia como gobierno podría estar bien para la población, pero en estos momentos, para nosotros, Hermanos de Batalla, era un gran enemigo y la principal pega a resolver en estos momentos. De todas maneras Leinad se concentró en intentar localizar en el "aparatito" algún problema o al propio Justicar. Mientras, comprobó el estado de todos los Astartes que le acompañaban.

-No estamos aquí para discutir. Ni para hacer lo que nos plazca ni lo que creamos correcto. Es nuestro bautizo de fuego y aunque nuestra misión haya fracasado aun quedan presencias que eliminar. Al menos purificaremos este lugar y lo haremos como una escuadra de combate. -Terminé diciendo por el comunicador. Miré a Korvin el primero.
-Puede que pienses que buscsr al Justicar es la prioridad. Pero dejar un enemigo indeterminado a nuestra espalda es peligroso. Por razones obvias, si el justicar ha caído en combate y Leinad se dispone a extraerle la semilla, si nos ataca en ee momento estamos en desventaja, si nos vemos superados por el enemigo y tenemos que recular hasta la basílica, tendríamos al enemigo dentro, podría seguir, pero no procede. De todas fornas, si la escuadra sigue adelabte, como miembros de la escuadra seguimos adelante. Porque somos hermanos, y no nos dejamos a nuestros intereses. Cuando limpiemos la zona y ya no haya presencias demoniacas en este olvidado planeta podremos buscarle. Antes es temerario y está fuera de lugar. Creo que en esto estamos todos de acuerdo. -Acabé de hablar y me giré a comprobar el estado de la tropa, parece que Leinad está lo suficientemente bien como para continuar, con un poco de suerte no perderá el brazo. Pero de repente me vi en una escena muy familiar.
La escena sangrienta acabó por devolverme a la nave, al momento de mi premonición. Y lo peor de todo es que la escena estaba ocurriendo tal y como lo había visto. Lo que hacía que me replantease que nuestro curso de acción fuera el correcto. Pero es difícil de decir, pues hasta ahora todo lo que hacíamos parecía lo correcto, pero a mi me daba la impresión de estar "rompiendo sellos".
-Antes de que se nos encargara esta misión tuve una premonición, y por alguna razón, creo que estamos sie do nosotros mismos los que convocamos al demonio en vez de evitarlo. Cuando tiramos la vidriera creí escuchar un "Gracias", como si los cristales rompiéndose en mil añicos me lo estaban agradeciendo. Ahora, de pie sobre los restos y la sangre de esas patéticas criaturas... empiezo a ver las coincidencias de mi visión con la realidad que tenemos enfrente.
Niego con la cabeza y observo que no quede ninguna otra criatura más a la que puroficar de una mísera existencia tras haber sido tocada por la disformidad. Tras eso vuelvo y miro a la escuadra.
-Acabemos con esto, la convoquemos o la evitemos. Acabemos con esto y busquemos al Justicar. Ese es el camino a seguir y nuestra misión en estos momentos.

-Todo eso son suposiciones, Cole. No digo que no tengas razón, hermano, pero tampoco yo estoy equivocado. Por eso decide un líder, no el grupo, rara vez hay un solo punto de vista y un solo camino.

Sus últimas palabras me hacen reír levemente, para mi mismo, por la ironía de las mismas.

-Me tilda de temerario y quiere invocar a un demonio. Uno que sin duda será poderoso. Y sin saber si disponemos de los medios para exterminarlo si se da el caso. Debemos impedir que el sello se rompa. Enfrentarlo, sin más información, debe ser la última opción.

No dudo de su visión ni de que lo que dice sea cierto. O al menos el lo crea cierto ¿Quién sabe con esas visiones? Nunca son sencillas de interpretar. Ni siquiera los más preparados para ello lo legran siempre. Y esos no somos nosotros.

-¿Qué más viste hermano? ¿Cómo podemos impedirlo?...O derrotarlo, si se llega a eso.

No me da miedo morir a manos de lo que sea que se libere. Sino fracasar y dejarlo libre. Por nuestra culpa.

El diagnóstico realizado de tus compañeros te indica que prácticamente todos están enteros, sin un rasguño. Sólamente Cole está ligeramente magullado, aunque no ves ninguna fractura ni en el cuerpo, ni tampoco en su armadura.

El hermano Ikegar miraba la pantallita con atención, y pareció que algo había encontrado, ya que sintonizaba los reglajes cada vez de una manera más fina, como si hubiera detectado algo y estuviera aprovechando ese extra de cobertura.

Mientras jugueteaba con los controles comentó: - Hermano Cole, ¿Te acercas y miro tus daños? Era normal que atendieran a su salud si el médico de la unidad se lo pedía, sobre todo si no estaban haciendo algo más urgente, como pelear o lo que fuera, pero también tenía la posibilidad de estar ocupado y Leinad no saberlo. Había estado demasiado atento a su brazo, y además, ahora, mientras jugueteba con la pantallita, ... podría pasar por alto en ellos. Sus sentidos estaban más en el Auspex que en otro sitio.

Vencer a las apariciones residuales de una magnificas siervas del Emperador no hacen mas que llenarme de un enorme desaliento, que había podido mancillar estas luminosas almas y transformarlas en esta horrible aparición. Fuese lo que fuese había sentido un ligero toque cuando estudiaba a las criaturas que nos acosaban.

- Hermanos parecemos novicios, el único que gana con la desavenencia en esta escuadra es el enemigo. Señalo a los restos de las sororitas. - No es una conjetura lo que a vuelto estos despojos contra nosotros y su impronta psíquica resuena en estas paredes. Sin el justicar somos culpables de nuestros fallos y de nuestros aciertos, por ahora estamos encargados de traer la luz del Sagrado Emperador a este lugar.

Para esta misión puede que una escuadra mas compenetrada estuviese en mayor disposición de lograr su objetivo pero eramos la que estaba aquí y debíamos resolverlo.

- Sea como fuere tomemos esta misión como una misión de reconocimiento y exterminio, sala por sala limpiamos la corrupción patente. Una vez terminemos busquemos al justicar, creo que tiene experiencia para saber si puede o no iniciar una misión él solo.  

Miro a Leinad antes de acercarme a él. Mi herida no es de importancia, pero si se presta a tratarla tampoco me voy a negar. Mejor estar al 100%, pues vendrán combates. Eso lo tengo claro.
-Sólo es el golpe de una caída. -Añado informando del origen de la herida.
Escucho las palabras de Korvin y de Zorael. Con el bibliotecario no podrìa estar más de acuerdo, de hecho son mis mismas palabras las que salen de su boca, pero las preguntas de Korvin me hacen retrotraerme al momento de la premonición. Y el mismo desasosiego que hizo que abriera los ojos en el oratorium me invade en estos momentos hasta que termino por negar con la cabeza.
-Mi visión constaba de dos lugares y un mismo demonio. Nos mirábamos fíjamente, en la primera estaba en un páramo desolado mientras mis botas se manchaban con sangre que cubría el suelo. En la segunda, una figura del emperador, en un entorno imperial, se resquebrajaba mientras sonaba un repiqueteo de metal contra piedra, y bajo la luz de una vidriera se desmoronaba brotando de ella litros de sangre, como si de un geiser se tratase. Eso es todo. Nada que ayude a saber el camino a tomar.
Espero a ver el resultado del tratamiento del apotecario, y después, sea como fuere, asiento con la cabeza e inicio la marcha.
-Purifiquemos esta basílica y encontremos al Justicar. Zorael, ¿Alguna idea, o presentimiento? de qué estancia debemos explorar a continuación?
Si no hay preferencia, me vale cualquira. Pues habremos de tomar todas antes o después.

Aunque te concentres tras la última pregunta de Cole -cosa que puedes hacer, claro-, lo cierto es que eres consciente de que la energía del inmaterium corre con tanta fuerza por todo el lugar que te resultará casi imposible deducir nada más allá de, en cualquier caso, saber que existe alguna presencia en la zona.

Aun así, eres libre de intentarlo y, con suerte, percibir algo nuevo.

Estaba viendo que no era tan fácil en campaña curar a la gente. Empezó por retirar la placa y examinar la zona afectada. - Primero tendré que diagnosticar. De todas maneras estaba prestando más atención al auspex que al herido. - Bueno, abollado nada más.