Partida Rol por web

Has notado que el demonio pretendía meterse en tu cabeza, pero, aún en combate cerrado, has conseguido mantener la calma e impedir que el ente demoniaco accediera a su psique. 

Este mundo ajeno a la voluntad del Sagrado Emperador y de la física natural, bullía de energía de la disformidad, y como tal que demonios aparecieran por doquier era normal. Nuestra fé, y nuestras fuerzas, deberían ser suficientes como para marcar la diferencia. Una ráfaga de energía golpea mi mente, pero se desvanece antes de poder tocarla. - Gi'zgoth'djugruc'kul, os niego a vosotros y a vuestra existencia, solo la luz del Emperador prevalecerá.

Las garras de uno de los demonios pasan cerca de mi brazo, son mis reflejos nacidos del entrenamiento los que evitan el daño.- Aparta sucia criatura, no oses tocar mi armadura. Sin apenas apuntar, disparo con la pistola de plasma ... agotando los últimos disparos.*

Sin perder tiempo en pensar en porqué la última vez había fallado al convocar la energía de la disformidad, centro mi mente e intento llamar de nuevo una ráfaga de energía que fortalezca a mis compañeros, pero una vez mas se escapa de entre mis dedos.

Al comentario de salir, el apotecario contestó sin dudar: - Sin temor. Dio un golpe con la palma en el arma que portaba para dejarla lista y se dispuso a seguir los pasos de su Hermano de Armas y compañero en esta misión.

Empiezo a ver el juego del demonio. Intenta retenernos hasta convocar los suficientes secuaces como para superarnos, su táctica cobarde me enferma y me irrita a partes iguales, el único lugar al que podemos enviar a este engendro del mal es al olvido del que nunca jamás debería haber salido. Si he de caer, me aseguraré de llevarme conmigo al mal que aquí nos ha confinado. -¡Mantenedor la presión y avanzad!

La única forma de conseguir acabar con el engendro demoníaco era atacarle directamente. Uso la teleportación para llegar a su espalda y meterle un mandoble de mi espada al maldito no nacido.

Al teleportarte a la espalda del demonio, ves con claridad como lo que sobresale entre sus homóplatos, y que hasta ahora no habías conseguido ver de forma clara, es la empuñadura de una oscura espada alojada profundamente en su espalda. Esto debía ser lo que Trebek indicó al comienzo del combate. 

Algo en tu interior te llama a cogerla, pese a su tétrica apariencia. Es una sensación extraña que parece estar obligándote a ello....

Fulgura con un tono verdoso. y su oscura empuñadura está formada por pequeñas calaveras hasta llegar a la guarda que parece estar fabricada a partir de dos huesudas manos. 

Las pequeñas y grotescas criaturas deformes os rodean rápidamente mientras Gi'zgoth'djugruc'kul ríe siniéstramente en el interior de vuestras mentes. No obstante, pese a su número, son torpes y apenas tienen fuerza como para llegar a dañaros. 

Desenfundando su espada némesis y dejando que su pesado bólter quede colgando, Trebek arremete contra uno de los demonios que le acosan, atravesando su pequeño cuerpo de lado a lado, y dejando un nuevo cadáver a vuestros pies.

Como reacción al ataque, Cole desaparece entre un haz de luz azulada para aparecer tras el gran demonio, mientras que Korvin golpea dos veces sobre dos de los demonios menores, acabando con uno de ellos. 

Por último, pero no por ello menos importante, Zorael fracasa en su intento de invocar un poder psíquico, debido principalmente a la perturbadora presencia de Gi'zgoth'djugruc'kul, pero sí tiene éxito descerrajando un disparo a quemarropa sobre uno de los molestos demonios menores, aunque éste tiene demasiada suerte y consigue evitar el disparo de la pistola de plasma. 

Sin embargo, el hueco dejado por Cole es ocupado por varias de las criaturas que se lanzan sobre Korvin con intención de golpearle, así como la pareja que acosan a Trebek y Zorael. 

- ¡Vamos hermanos! -Grita Korvin, mientras trata de desembarazarse de las dos criaturas que le acosan-. ¡Para esto fuimos Elegidos! ¡Por el Trono Dorado de Terra! ¡Por el Emperador! 

El gran demonio no consigue evitar que Cole le golpee con su espada némesis en una de sus extremidades, pero Gi'zgoth'djugruc'kul apenas muestra interés en el Caballero gris que tiene a su espalda. 

En vez de ello, el Heraldo del Quinto alza sus huesudos brazos hacia el cielo, y ante vuestros atónitos ojos se forma una ardiente tormenta sobre las cabezas del grupo formado por Trebek, Zorael y Korvin.

En cuestión de segundos, la violenta tormenta descarga sobre el grupo una furiosa lluvia ardiente que abrasa la carne como si de ácido se tratara, derritiendo los tejidos carnosos y abrasándoos dentro de vuestras armaduras, que poco pueden hacer para evitaros el daño. Los demonios menores que quedaban con vida son calcinados por la lluvia, que derrite su carne hasta dejar los huesos a la vista.

No obstante, aunque Cole ha conseguido eludir la tormenta de fuego al estar cuerpo a cuerpo con el Gran Demonio, observa como, de las grietas del suelo continúan apareciendo nuevos demonios que, esta vez, parecen querer tomarle a él como su objetivo...

Mientras que la energía psíquica que yo conseguía encontrar, era un remedo de los que podía convocar en el mundo material, Gi'zgoth'djugruc'kul, no tenía ningún problema para canalizar su poder y desatarlo sobre nosotros. Las llamas que convoca, lamen nuestras armaduras sin apenas dañarlas, pero ese no es su objetivo, su objetivo son nuestras almas, almas que rugen de dolor cuando el fuego del infierno las impacta.

- Diabólica criatura, no cederemos. Aprieto los dientes mientras experimento el dolor de ser consumido por un chorro de prometiun ardiente. - Prevaleceremos. El ataque de la criatura se lleva por medio a sus secuaces, entre que se formaban mas y no, apunto y disparo contra la figura del gran demonio. 

En el momento en que ambos os ponéis manos a la obra para descender por el enorme coloso, su voz ruge con fuerza:

- Fallo crítico en el núcleo central. Fuga masiva de energía del reactor. Posibilidad de explosión, 70%. Desactivando funciones no primarias. 

...

- Desactivando sistema motriz. Posibilidad de explosión, 60%.

.... Los ruidos de engranajes en continuo movimiento cesan.

- Desactivando escudos y sistema de armamento. Posibilidad de explosión, 35%.

..... Se escucha un zumbido que va decreciendo hasta desaparecer. 

- Desactivando monitorización y sistema de videovigilancia. Posibilidad de explosión, 25%.

......

- Desactivando sistema de voz.......

De pronto, por si lo que acabáis de escuchar no fuera poco, vuestro intercomunicador se abre, y os entra una trasmisión entrante: 

- ... Justicar Leehan al habla ... -Se escucha un jadeo, seguido de una fuerte tos-. Me encuentro en el bosqu... bosque. Si puedes escucharme, Hermano Leinad, necesit... -vuelve a toser-, necesito atención médica urgente. Sufro varias heridas de diversa índole. No puedo moverme. Posibles enemigos en las...

La conexión se corta.

Tras las palabras del Justicar, Wolfram posa su brazo sobre el hombro del apotecario, y comenta sus pensamientos: 

- Debes ir, Hermano. Yo me quedaré a ver si consigo que esta Maravilla no explote y nos lleve a todos por delante. Además... quizá sea la única fuente de energía disponible para tratar de solicitar evacuación...

- El bosque...

- El justicar...

- Enemigos ...

Su misión era la salud, su interés la ciencia. No podía permitir que el Justicar pereciera impunemente. Además, si lo hacía, tenía que recuperar sus glándulas progenoides. Tenía que existir la posibilidad de una herencia por un hermano perdido. Asintió al comentario del Hermano que le pedía ir en ayuda de otro Hermano.

Enseguida tomó el cacharrito que tenía las pantallas. Con él se podría guiar para buscar contactos, como hizo al principio de la misión con aquellos "perros del caos". Mientras corría, mirando la pantalla que le indicaba la ruta a seguir, preparaba el narthecium para tenerlo listo y reaccionar enseguida para poder estabilizar de emergencia al Justicar, y que además, pueda hacer frente, no solo a enemigos y luchar también, sino, además poder reaccionar, escapar si fuera necesario y de paso, aumente la posibilidad de sobrevivir de ambos y poder, en nombre del Sagrado Emperador, seguir propagando la humanidad, su palabra y su Ley.