Partida Rol por web

Si no consiguen apartar la nave del planeta la van a hacer estallar. No creo que me entere si fracaso.

Continuo liberando presión de las zonas más recalentadas. No parece que de momento estalle nada...

Los pocos indicadores activos y que no se apagan con los zarandeos de los impactos de los asteroides muestran que aunque a un nivel crítico en el que los refrigerantes no podrán contener la salida del contenido del reactor, la acción de Jeremy ha sido suficiente como para que la nave se desvíe del vector del pozo gravitatorio del gigante de gas y hayáis entrado en la órbita de su satélite.

Aun con esto, la cara del capitán no da ninguna muestra de triunfo ni logro, pues no sabéis si la nave podrá llegar a salvo a la superficie de la luna...

La computadora agoniza. Hans como puede reúne los datos dispersos y dañados para proporcionar la información del vector adecuada para que el capitán, blanco tanto por la tensión como por sus heridas controle la caída en barrena hacia el satélite.

El tracalateo de las tuberías repletas de refrigerante y plasma, y el crujido metálico de las tuberías apunto de estallar reverberan por toda la sala de máquinas. Finalmente, la aguja que ha ido bailando arriba y abajo durante tus reparaciones ha llegado a la zona roja del dial, mostrando que poco (o nada) se puede hacer ya para impedir que se produzca una fuga fatal del contenido de los conductos...

Bueno, hasta aquí hemos llegado.

Hablo por el comunicador, mientras tomo una decisión:

Hans, capitán. Los motores no van a aguantar. Espero que hayan podido hacer algo, porque voy a desconectar todo lo que pueda antes de que estalle.

Comienzo a apagar todos los sistemas, menos el de soporte vital, empezando por los motores.

Las luces (muchas de ellas apagadas o fundidas por la sobrecarga) empiezan a desaparecer de los diales y a oscurecer la sala de sistemas. La Duquesa empieza a cerrar los ojos mientras se precipita hacia el asteroide.

Aún así, muchos de los conductos, ya al rojo, no pueden soportar la tensión, y mientras Ron cierra las válvulas, varios remaches salen disparados y el contenido de la tubería, en forma de vapor invade la habitación.

El silencioso morir de la Duquesa cuando se van apagando sus sistemas culmina con una potente explosión en el lateral de sus motores mientras se precipita hacia la superficie del sátelite SV-2802.

Ya sin esperanzas de controlar la carcasa de la nave, el capitán, aferrado a los mandos y pálido como un muerto, susurra en sus ojos entreabiertos mientras cabecea moribundo:

- Y todo por una ap...uesta...esp...ero q...q...que me perdonen....

La computadora me manda impulsos de feedback, el dolor recorre mi mente como una descarga eléctrica, pero mi voluntad se impone al caos y al dolor. Consigo recomponer vectores y cadenas de información  de la agonizante computadora para ayudar al capitán en sus esfuerzos de pilotar la nave. 

El capitán se tambalea. Desde el puesto de Hans, le parece ver cómo un hilillo de sangre gotea de la comisura de sus labios y da cabezadas intentando mantenerse estable para hacer una última maniobra. Sin embargo, un brillo en su mirada muestra la extrema concentración para llevar a cabo su tarea: la leyenda del capitán que moribundo condujo su nave.

Aquí ya no pinto nada, pienso mientras abandono la sala.

Se ha hecho lo que se ha podido.

Retrocedo por el camino hacia el puente de mando. No creo que sirva de nada, pero tampoco me apetece esperar solo a que la Duquesa se estrelle.

La puerta del puente se abre y aparece Ron, con su ropa manchada de grasa y refrigerante. La cabeza del capitán cae inerte sobre su hombro derecho, aunque sus manos siguen agarradas a unos mandos inútiles ya. Antes de que pueda sentarse, la superficie del asteroide ocupa todo el visor.

En unos segundos que parecen horas todo parece detenerse. El ruido del impacto queda amortiguado por el taponamiento de los oídos debido a la presión y durante todo ese tiempo la nave se tambalea violentamente al entrar en contacto con la superficie.

El impacto estremece la nave, la consola golpea mi pecho y mi cabeza aunque consigo proteger esta con los brazos, el caso es que  el golpe que recibo me hubiera causado un severo traumatismo de no se por mi blindaje , que redució el impacto del golpe, dejando lo en solo una buena hostia en la cabeza y un torso contusionado.