Partida Rol por web

De los árboles detrás del repecho de terreno donde Lekion estaba mirando un fuerte rugido invade la zona. Los pájaros salen volando y después el silencio. Un enorme oso sale al descubierto y se queda observando al grupo.

Lekion da un par de pasos al frente mientras desenvaina su espada.

Bohemundo, Kitsu, conmigo. Los demás, estar alerta por si os necesitamos.

El caballo de Bohemundo se encabritó un poco al ver de golpe a aquella bestia, por lo que la orden de su jinete de apartarse y reagruparse junto a Lekion le resulto del todo cómoda para el animal.

- Si el grupo retrocede y no se le presenta hostil el animal no debería atacar.

Expresó el forrajero al respecto mientras esperaba una ultima decisión por parte del líder.

Estoy de acuerdo con Bohemundo. Sería un desperdicio de recursos y sangre el desgastarnos antes de llegar. Pero por otro lado...

Thessaly saca de los bolsillos de sus ropajes un polvo cobrizo.

También es un regalo de los dioses el que nos traigan una oportunidad para probarnos y ver de lo que somos capaz. Un entrenamiento. Un sacrificio para bendecir el grupo.

Thessaly avanza un par de pasos hacia el oso, quédandose ligeramente atrás de Lekion.

Un bautismo de sangre y hueso.

A Nehifile no le iba lo de atacar a bichos sin más. Bohemundo parecía sensato, así como el jefe Lekion, pero "la" Thessaly tenía ese frío en la mirada que cortaba como el hielo. 

Creo que aquí se va a liar, jejeje. Dijo para sí misma. mientras buscaba un ángulo beneficioso para sus flechas. La espalda de un oso era gigantesca cuando se ponía de pie. Desde lo alto de un árbol podría acribillarlo si se ponía hostil. Para no llamar la atención, se movería revoloteando. 

La cara de Lekion es sombria y no deja de mirar en todo momento al oso.

Espero que tengas razón, Bohemundo. Los dioses deben estar martirizándome. El último grupo lo perdí frente a dos osos y ahora me envian otro.

¡¡AGUANTAD FIRMES!!. Esperemos que se vaya.

El osos olfatea en vuestra dirección, se levanta sobre sus patas traseras para dejaros ver sus 4 metros de altura y vuelve a rugir enseñando sus grandes dientes.

El nervioso caballo de Bohemundo se impacientaba ante la presencia de un depredador tan temido, por lo que dada la naturaleza del enfrentamiento prefiere retirarse a la retaguardia para desmontar y preparar su lanza, visto que su nuevo grupo prefiere desangrarse contra un misero oso antes de llegar a su objetivo.

Ryouta desenvaina su Daisho. Con las dos armas cruzadas ante si observa al oso con calma.

Este oso... es enorme y no tiene sentido que malgastemos nuestras fuerzas en acabar con tan valiente animal. Decidme que hacemos.

El oso se deja caer sobre sus cuatro patas. Os lanza un resoplo, se da media vuelta y tranquilo, vuelve por donde ha venido.

Lekion se queda observando al oso como se aleja. Cuando ya hay bastante distancia dice.

Me alegro de que se vaya. Informaré lo antes posible en Aglate, es probable que haya que hacer unas partida de caza.

Bohemundo carraspeó y escupió en el suelo, quizas como forma de demostrar su consuelo, o quizas como parte de su carencia de carisma habitual. En cualquier caso volvió a montar su caballo y a enfundar la lanza.

- Continuemos pues.

Nehifile, tranquilamente se elevó para ver hacia qué dirección se marchaba el oso. Cuando ya no tenía mayor interés el asunto, resopló aburrida y se adelantó de nuevo, guardando el arco y la flecha. Las tripas le resonaron unas leguas más adelante. Volvía a tener hambre. Miró si había alguna fruta creciendo en algún árbol.

Tras la extraña situacion el joven Samurai se encoje de hombros y se dispone a seguir a los demas.

Nunca oi sobre osos tan grandes

Señor Lekion. Lekion-sama. No tendreis papel y carboncillo o pluma. Me gustaria llevar un diario de lo que ocurre aqui por si algun dia puedo volver a mi tierra.

Ryouta desenfunda sus armas y deja el arco a mano. Es mas posible cazar que pelear ahora mismo.

Es una pena, seguro que le podiamos haber dado una buena zurra a ese oso.

El grupo seguió avanzando por el sendero después del encuentro con el oso. Cada poco, Lekion echaba una mirada hacia atras, para asegurarse de que no les seguia semejante bestia. Unas pocas horas más de viaje y llegaron a la taberna de Joe el Loco, una posada de dos pisos en mitad del camino de madera, con unas vallas para retener al ganado en su parte posterior. Dentro. El murmullo de la gente se dejaba llevar por el viento.

Después de una larga caminata imagino que la bebida y la comida es algo que nos dará. ¿No, Lekion?

Thessaly busca una mesa disponible para tantos miembros para sentarse en cuanto la vea, agarrando bien a su pequeña zorra que gira nerviosa de alegría al ver a tanta gente. Thessaly tiene que esforzarse de verás para que el pequeño animal no se escape.

Una vez sentada ya desiste de su futil tarea, dejando que su familiar haga y deshaga a su gusto.

Lekion avisa a un jovenzuelo para que se haga cargo de todas las monturas y le da unas monedas.

Al entrar a la posada asiente a la pregunta de Thessaly y se hacerca a hablar con el posadero. Se sienta en la mesa. Tras unos minutos traen estofado de carne junto con jarras de cerveza.

Nehifile estaba cansada. Desde hacía horas que no comía y sus alas empezaban a parecerle pesadas. Cuando se cansó, dejó de volar y empezó a andar. Luego el andar pasó a apoyarse en su mulo Pegaso. Más tarde, casi sin darse cuenta, estaba montada encima de los bártulos. Y, por último, estaba echándose una cabezadita. Pero fue breve. Ya estaban llegando a la taberna de Joe el Loco. Así que, de repente, como si el cansancio no hubiera existido salio disparada hacia dentro. Se detuvo en la puerta y entró caminando, con las alas replegadas, aunque perfectamente visibles. 

Miraba como si no hubiera visto nunca gente o el viaje hubiera durado meses. Los ojos como platos, sin embargo, estaban pendientes sobre todo de una cosa: la comida. Las tripas empezaron a rugirle como un león en celo, la babilla empezaba a supurarle ligeramente de las comisuras de los labios. 

La bruja eligió una mesa, pero no fue hasta que Lekion pidió algo de beber y de comer, que Nehifile no reaccionó..

Y "pa" mí doble ración de pitanza.. No, triple. Si no, "d´aquí" a un rato estoy "desmallá". Dijo mientras llegaba volando a la mesa y se plantaba en el sitio más cercano a las cocinas. Por experiencia sabía que solía ser el lugar que antes servían. Cuando trajeron los primeros platos, la elvariel agarró los dos primeros y se los quedó, cubriéndolos con los brazos. 

Estos son de la "mua". Que "naide" manosee mi comida. Me "inrita" mucho. Su gesto, cogiendo un cuchillo con una mano y una cuchara en la otra, daba veracidad a sus palabras. Sin esperar a los demás, empezó a comer... bueno, engullir. Era curioso como la princesita hacía un ruido tremendo al comer. Con cada cucharada, metía a presión un buen trozo de pan. Y, casi sin respirar, daba un trago de la jarra de cerveza. Gruhommh... ñahmm... gloubh...

Ocupaba más parte de la mesa que nadie y miraba los platos de los demás. 

Eso te lo vas a "jalar"? No? Pues no lo tires, yo me lo "empiparé". 

Sus modales dejaban mucho que desear.