Partida Rol por web

—Ja-ja —dijo sin gracia alguna, mirando a Clarke—. ¿Tengo cara de pija capitalista con siete iphones en los bolsillos? Me cago en la hostia, joder. Para eso tienes a la rubiales. —Hizo un gesto hacia Catherine—. ¿Ves? Ella te deja su cacharro.

Se quedó mirando hacia el edificio que acababan de abandonar, pensativa.

—A lo mejor Emma se enrolla y nos dice algo cuando salga —valoró—. Ella sabe la hostia de cosas.

—No tengo siete iphones.—replicó ligeramente indignada ante las palabras de aquella mujer.—Tan solo tres...—murmuró por lo bajo mientras apretaba un poco las manos. Razón no le faltaba, aunque no se consideraba excesivamente capitalista.

—Espero que nos digan algo. Ha sido muy raro ¿No os ha parecido? Lo del príncipe...—comentó y no terminó la frase. Miraba a sus compañeros sopesando si habrían visto o no algo extraño. Seguramente no. 

—Pues si tienes tres, la repartición está bastante clara, uno para cada uno, así nos podremos comunicar si nos separamos en algún momento—respondió a la rubia y acto seguido empezó a buscar "Keith Anderson" en Google, Facebook, Instagram, LikedIn y Twitter.

Ashley asintió convencida a lo que decía el profe de gimnasia.

—Está la hostia de claro. Uno para cada uno y así nos comunicamos. —Echó un ojo por encima del brazo de Clarke—. ¿Qué? ¿Encuentras algo? 

Luego, los miró alternativamente.

—¿Y vuestros sires de qué palo van? ¿Son unos cabrones o son gente legal? Porque lo mismo nos pueden echar una mano, joder.

—¿La repartición?—preguntó a la vez que pestañeaba, sorprendida de escuchar aquel vocablo en la boca de... aquel hombre con esa pinta tan complicada.—Bueno, da igual, sí...—dijo pensando que se limitaría a comprarles un móvil de última generación a cada uno y ya estarían contentos con aquello.

Agachó un poco la cabeza ante pregunta sobre su sire.

—Bueno... yo creo que nos ayudaría pero es que... para ella esto iba a ser muy sencillo. No deberían habernos puesto... esos impedimentos, no sé. Podría preguntarle, claro.

Mientras Clarke empezaba a hacer aquella búsqueda, el teléfono de Catherine le vibró en la mano. En la parte superior pudo ver la notificación y leer el principio del mensaje. El contacto que lo enviaba era Christine Myron, la misma mujer que había acompañado a Chatherine al interior.

Keith Anderson: Toreador. Está escondido en la galería de arte de su ghoul, «El hambre de los sentidos». Tardad un poco en traerlo, no seáis descarados.

Pasaron algunos minutos antes de que cualquiera de los vampiros presentes saliera. La primera en hacerlo fue Esther, la mujer que había acompañado a Ashley un rato antes. Parecía que salía algo molesta. Al verlos allí plantados detuvo sus pasos e hizo un gesto con la cabeza, saludándolos.

—Epa —los saludó—. ¿Qué, ni idea de por dónde empezar, no?

Al ver salir a Esther, Ashley hizo un gesto de saludo con la cabeza, similar al de ella.

—Ya ves, pero ni putísima idea. Este está buscando en las redes sociales. —Señaló a Clarke—. Pero estamos jodidos como no salga nada. ¿Tú conoces a ese tío, de qué palo va o dónde cojones vive?

Clarke hizo una búsqueda rápida en internet escribiendo el nombre de aquel pavo. Antes de darle a "buscar", se planteó cómo contestar a la pregunta de la pizzera, pero como no tenía clara su respuesta, decidió hacer como si no la hubiera oído. Una vez clicado el "enter", no tardó mucho en encontrar algo. 

Catherine se ajustó la montura de las gafas con el dedo índice tras la pregunta de aquella pelirroja mientras se encogía de hombros. Ella no tenía ni idea de quien era ese, o al menos no lo recordaba en aquellos momentos. Se fijó en el hombre que trasteaba con el teléfono, confiando en que él encontrara un hilo del que pudieran tirar.

—Solo necesitamos un peldaño. Recorreremos la escalera entera con solo un peldaño.—les aseguró confiando en sus capacidades y un poco también en las de sus compañeros.