Partida Rol por web

Yreth, con un excelente movimiento, digno de sus habilidades, abre la puerta de golpe. Esta incluso sufre daños graves. Si miráis dentro, solo veis una cama de matrimonio, bien adornada con edredones bordados, grandes almohadas que incitan a caer sobre ellas con un pequeño obsequio sobre cada una, una rosa roja y un buen puro. Aparte de esto, podéis observar que la habitación es igual de lujosa que la de Heimer, salvo que, como supondréis, está acondicionada para 2 personas. Y al pie de la cama, hay 5 maletas de tamaño considerable y 2 neceseres.

En cuanto intento abrir una puerta veo que esta cerrada, voy pegarle una patada en la puerta ..., y escucho una explosión.

-Continuemos.

Digo esto mientras avanzo hacía el otro lado de las habitaciones(gran salón). 

-Esto es una locura Dae, ¿cuantas habitaciones hay en esta nave?… Ni siquiera recuerdo que nos asignasen una.- Yreth se estaba desesperando, para el aquella daga no significaba nada, solo era un arma mas. – Piensa, seguro que han colocado las armas en algún sitio.- Seguramente habría una armería o almacén.

Aquellas ideas se transforman en imágenes que se suceden a la mente de la muchacha

-Vamos a pensar... cabe la posibilidad de que, como no nos han indicado nuestro número de habitación, no tengamos ninguna de estas habitaciones... sería más rápido buscar algún almacén o armería como tu has dicho...- retiré la mano de mi barbilla y coloqué ambas en la cintura mirando a mi alrededor -A la entrada a parte de los baños, había otra habitación allí, si no tenemos lugar donde dormir no creo que se llevaran las armas demasiado lejos... y además sería revisar solo una habitación más...-miré a Yreth y sonreí levemente antes de dirigirme a todos los pesentes.

Después de un largo silencio cambié mi postura poniendo ambas manos en la cadera y mirando pensativa el pasillo y a todo lo que había en él. 

-¿Y si las habitaciones fueran exclusivamente para los ricachones?- dije de pronto sin medir mis palabras -en ese caso nuestras cosas no estarían en ninguna de estas habitaciones... Heimer ha recuperado sus cosas por lo que hemos podido comprobar... yo quiero recuperar las mías...- miré primeramente a Mutombo y pensé que con su fuerza bruta seguramente él no llevaría armas y seguramente no tendría que buscar pertenencia alguna y después miré a Uri de arriba a abajo que hasta ahora se había quedado inmóvil viendo como nosotros, desesperados, íbamos de un lado hacia otro. Me acerqué a él y le puse las manos sobre los hombros y le zarandeé ligeramente. -Eh...¿Estás bien chico?- le miré a los ojos con preocupación pues no es normal que después de todo lo que habíamos pasado él estuviera tan tranquilo. -Vamos a ir a buscar nuestras cosas a una habitación que está en la entrada del dirigible... ¿tienes algo que quieras recuperar? ¿Vienes con nosotros?- dije con voz dulce pero lo bastante alta como para que los otros me escucharan.

Te diriges a la segunta puerta de las habitaciones (según entendí), intentas abrirla girando su pomo, pero ves que está cerrada a cal y canto. Mientras te quedas preguntándote qué hacer, oyes cerca de tu posición una voz de fémina como si hablase con alguien más.

"¿Y si las habitaciones fueran exclusivamente para los ricachones? En ese caso nuestras cosas no estarían en ninguna de estas habitaciones... Heimer ha recuperado sus cosas por lo que hemos podido comprobar... yo quiero recuperar las mías..."

Daelire se dirige a Uri, una vez que ésta lo zarandease y terminase sus proposiciones, Uri, que hasta ahora aparentaba ser un ser inanimado por su falta de movilidad y ausencia de comentarios salidos de su boca, cae al suelo con la misma rigidez que se mantenía de pie. Al caer al suelo, observais que este se rompe como una estatua de cerámica, quedándose hecho añicos y polvo.

Veo la desaparición de Uri, y me quedo muy sorprendido. Simplemente digo ...

-Pero queeeeeee.

Yreth cavilaba las palabras de Daelire, cuando esta misma se acerca al muchacho mudo por voluntad.

Al principio no reacciona el cuerpo del muchacho se había pulverizado apenas hacia contacto contra el suelo. Aquello le parecía tan fuera de si que no lograba entenderlo, su mente anudo aquel hecho a la sombra que les había instigado.

Pocos segundos desde que estalla el muchacho cual estatua de cerámica. Aferra a Daelire por los hombros y la aleja del muerto atrayéndola hacia si. Observando lo que quedaba del muchacho comenta.

-Ya es tarde para intentar nada…- posa sus ojos en el muchacho de piel negra.- nosotros iremos donde comento ella- hace un gesto con la cabeza tras ese ultimo vocablo, indicando a Dae.- Intenta regresar al comedor quizás Heimer y la otra muchacha estén por allí nosotros regresaremos lo antes posible-

No esperaba que aquel muchacho hiciese caso de sus palabras y tampoco espero una respuesta.

-Vamos Dae…- justo entonces arrastra ligeramente a la muchacha y se propone ir a lugar sugerido.

Te suena a una voz conocida, a una de las chicas que conociste en el comedor al principio de la aventura.

-Mutombo, duda durante unos segundos, no sabe que hacer, pero al final decide dejar a sus compañeros y ver si puede hacer algo para que la nave no caiga.

Continuo hacia el gran salón.