Partida Rol por web

Nada más tocar a Uri éste se desvaneció en el aire, me costó un rato entender que había pasado y apenas me moví. Mis manos que deberían descansar sobre los hombros del muchacho estaban en el aire y las retiré lentamente mientras miraba asustada al montón de polvo en el que se había convertido. Entonces Yreth me cogió por los hombros y me apartó de allí, yo me dejé llevar pero no retiré la mirada del polvo que yacía en el suelo. No escuché las palabras de Yreth, solo sentí que me arrastraba con suavidad y yo le seguí. Por mi mente solo pasaban aquellas imágenes una y otra vez. No llegaba a comprender que es lo que había pasado y el único movimiento que hice, a parte de mover mis piernas mientras Yreth me arrastraba, fue agarrar fuertemente su camisa, por la espalda, provocando que se arrugara y que se ajustara a su cuerpo. 

Apenas fui consciente de que pasaba a mi alrededor hasta que llegamos al pasillo de la entrada donde me di cuenta de lo que mi mano estaba haciendo y solté la camisa de mi compañero. Agarrando con esa mano mi brazo por encima del codo y señalé con la cabeza la puerta de la habitación donde creíamos que estaban las cosas que buscábamos indicando con ello que quería que la abriera.

Llegáis al gran salón, ya habíais visto esa majestuosa estancia, pero parecía otra, estaba totalmente destrozada. En el centro del salón, veis un guapo joven, un poco descolocado. Os mira fijamente, algo desconfiado.

Borra el post que iba para Yreth y pon lo que está en Notas para los destinatarios que creas necesario:

Estás en el Gran salón, ya habías visto esa majestuosa estancia, pero parecía otra, estaba totalmente destrozada. Desde las puertas comunicantes con las habitaciones, ves aparecer a 3 personas. Un hombre de tez oscura, realmente grande, vestido simplemente con trozos de cuero. A su lado, un joven paliducho, pero hay algo que te inquieta en su mirada. Y por último, una muchacha, joven, con la mirada perdida, parecía trastornada por algo y era llevada por el chico pálido, quien la sujetaba por sus hombros.

Es un trio que por alguna razón, te inspira algo de desconfianza.

Escuché una voz conocida. Sabía de dónde venía, pero no podía abrir la puerta que quería. Así pues, la iba siguiendo para saber quien era, y además, me habían mencionado. 

Te diriges hacia el Gran salón, viendo a 3 caras ya conocidas a tu izquierda, y un desconocido joven, en frente.

Solos a los de tu izquierda: Mutombo,Daelire e Yreth. Echas en falta a Abie y Uri

Me acerco al joven.

-Hola, ¿que ha pasado aquí?.

Apenas fui consciente de que pasaba a mi alrededor hasta que llegamos al Gran Salón donde me di cuenta de lo que mi mano estaba haciendo y solté la camisa de mi compañero. Agarrando con esa mano mi brazo por encima del codo me di cuenta de que aquella estancia que tanto había llamado mi atención al inicio de nuestro viaje estaba totalmente destrozada. Mi mirada se centra en un joven que estaba situado en el centro y nos miraba con algo de desconfianza. Me quedé mirándolo un buen rato de arriba a abajo confundida. Llevé ambas manos a mis mejillas pues las noté húmedas y fue cuando noté que unas pocas lágrimas habían caído de mis ojos sin darme cuenta. Nunca supe si era por ver aquel sitio tan hermoso destrozado o por todo lo que había pasado, cosa que aún no había entendido. Me sequé rápidamente la cara, miré como Mutombo se dirigía hacia el muchacho y en seguida me fijé mejor en él.

Zahariel se quedo observando al trío que había llegado al salón de la Dama. La joven parecía ser la más afectada. El había visto los últimos sucesos y por propia iniciativa no había resuelto hacer nada. Pero la situación se estaba complicando a cada paso. Parecía que al final tendría que hacer algo si quería salir a bien de aquel viaje tan extraño. A pesar de todo no cejo de observar al trío, cuando vio que sus miradas se encontraban con la joven inclino la cabeza a modo de saludo cortes pero callado.

Levantándose para no parecer una amenaza se acerco a estos y mirando a los tres, observo a estos y se acerco para tomar la palabra.

- Perdonad, ¿habéis averiguado algo de la situación en la que nos encontramos ahora? – comenta el joven, su belleza es tremenda pero a pesar de ello algo en sus rasgos hacen notar mas que eso a simple vista. – Disculpad, soy Zahariel oriundo de Togarini. ¿Puedo acompañaros si me lo permitís?

Mi estado de ánimo era tan precario que apenas me fijé en el aspecto del chico que decía llamarse Zahariel. Tras su primera pregunta negué con la cabeza haciendo que mi pelo se moviera ligeramente pero no solté palabra. Mi mente estaba hecha un caos que enloquecería a cualquiera que estuviera dentro. Las únicas palabras que salieron de mi boca fue mi nombre en contestación a la presentación de Zahariel -Da...Daelire...- dije posando mi mano en el pecho para demostrar que el nombre que acababa de decir era el mío pues las frases completas no se formaban en mi cabeza.

Heimer venía de lejos escuchando voces conocidas. Ya no estaba perdido. Había encontrado a gente que conocía. Se dirigió hacía ellos y cuando llegó allí les saludo.

-Buenas tardes a todos. La verdad... es que os perdí y he estado todo el tiempo buscándoos.

El hombre estaba un poco cansado, pero no lo aparentaba. Parecía como si estuviera rodeado de una aura.

Al llegar al gran salón frente a ellos un chico resalta sobre aquella escena sobrecogedora que ilustraba el destrozado gran habitáculo. Aquel muchacho profiere un saludo con la cabeza, el cual Yreth se toma unos segundos el corresponderlo con un similar movimiento. No se esperaba tal acto en aquel momento.

Antes de poder contestar Daelire ya negaba y se presentaba o hacia un intento de ello. Iba a interrumpir aquella escena cuando una cara conocida reaparece.

-¡Heimer!...- Levanta una ceja - Al fin damos contigo. Curioso que cuando dejamos de buscarte apareces.- Aunque forzada una media sonrisa se vislumbra en su rostro.

-Hay algunas cosas que podríamos discutir luego, por ahora seria interesante poner rumbo a descubrir como podríamos evitar que esta nave se estrelle contra… contra lo que tengamos bajo nuestros pies- Sus palabras habían bajado el tono lo suficiente para que solo los presentes escuchasen.

-Si tenéis alguna idea soy todo oídos… -Sin embargo Yreth recordó algo- Me temo que antes debo… debemos recuperar algo-Aquella corrección la hizo mirando hacia Daelire.- Volveremos enseguida.-

El muchacho aferra la mano de Daelire y la arrastra consigo para continuar el camino que tenía propuesto antes de interrumpirlo en aquella reunión.