Partida Rol por web

Respiro tranquilo al ver cómo Ramón acaba con el último asaltante, parece que tendremos un momento de calma, aunque sea corto. Veamos cómo salimos de ésta... Encamino mis pasos para acercame al padre y comentarle lo que se me pasa por la cabeza, pero al ver su herida en la barbilla no puedo dejar eso a un lado.

- Joder Ramón... eso está más feo que mi hombro... ¿no prefieres curarlo?. - Me acerco a él preocupado, mientras registra la sala de mandos. - No estoy en uno de mis mejores momentos... pero podría contener la hemorragia aunque sea. De nada sirve luchar por intentar salvar al resto si mueres antes de salir del zeppelin.

Al terminar de hablar me acerco serio hasta él y poso una mano en su hombro. - Si caes nadie quedará vengado.

Ramón escucha con atención a Alain y advierte que tiene toda la razón.

- Maldita sea Alain, tienes razón. Estaba tan ocupado con esta mierda que ni siquiera me he parado a darme cuenta de lo mucho que duele esta herida - dijo señalándose la mandíbula; acto seguido se sentó en el suelo y añadió - adelante, doctor, soy todo suyo.

El viento silvaba al internarse en el zepellin a través de los agujeros de las ventanas y del suelo... un vistazo casual a través del mismo os estremeció, el mar de zombies no decrecía y ocupaba cada palmo del suelo tanto bajo vuestros pies como en cada calle, en cada tramo... culminaban el horizonte, sin detenerse.

Intento remendar lo mejor que puedo el mentón colgante del padre Ramón, pero los aullidos del mar de zombies que tapizan el suelo bajo el zeppelin no ayuda mucho a que me concentre. - Ramón... no sé si saldremos de ésta. En la vida había pasado por algo tan jodido... y créeme que he hecho demasiadas locuras. - Hablo con el cura más para calmarme yo que para hacerle ovidar a él que le estoy urgando la boca. - Yo tenía la vida que quería antes de que todo esto ocurriese, ¿sabes? Con sus riesgos y demás, pero era lo que deseaba... en cambio, ahora no hago más que maldecir lo que veo a cada paso que doy.

Al cabo de unos minutos, logro recomponer con éxito la segunda boca que tiene el padre. Parece que he logrado un milagro deteniendo la hemorragia y calmando el dolor con lo poco útil que había en el zeppelin. Si pone la lengua para abajo dentro de la boca es capaz de asomar por el orificio...

- Bueno padre, es hora de dar media vuelta y volver a por... - De repente, una idea que no se me había pasado por la cabeza me deja blanco. - ¿¡¡Quién coño está pilotando este cacharro!!?

- ¡¡ARRRGHHHHHH!! - gritó Ramón de puro dolor cuando Alain le arrancó la bala. Tras recomponerse, notó que el estado de su herida presentaba ahora mucho mejor aspecto - Joder, Alain, eres un artista. Gracias - dijo con toda la sonrisa que pudo hacer con su mandíbula maltrecha - entiendo lo que dices, yo nunca tuve una vida demasiado emocionante pero la verdad es que esta mierda me ha hecho replantearme todas mis creencias. ¿Tomaría las mismas decisiones que hace años si todo volviera a la normalidad? No lo creo...

A continuación, Ramón se incorporó y respondió a la pregunta del alterado Alain - Tranquilo hombre, creo que estaba anclado. Iremos a echar un vistazo de todos modos... toda precaución es poca.

Alain remienda el agujero de la barbilla del padre a la perfección, enrollandosela como si fuera un jugador de rugbi, y deteniendo la sangre que salía de la misma. Estaba claro que dentro de poco aquello solo sería una herida más.

El padre iba a responder cuando escuchais una explosión de proporciones bíblicas, aunque no es una explosión hecha con materiales o por causa humana. Es algo mucho peor, es algo tan brutal y a tal escala que sabeis a ciencia cierta que se debe de escuchar en todo el planeta.

El sonido os hace encoger el corazón: la tierra se está partiendo como un cascarón. Bajo vuestros pies y a lo largo de la calle se abren  brechas gigantescas que se tragan a cientos de aquellos zombies, al sonido aullante de la tierra partiendose por la mitad se le une algo parecido a una ballena moribunda que asociais rapidamente cuando veis como la enorme chimenea metálica se derrumba en forma de cruz contra la calle partida, el brutal golpe levantanta una nueve de polvo que tapa todo bajo vuestros pies, como si sobrevolarais una nueva marrón.

Y aquello es solo el prinicipio, escuchais a los edificios moribundos caer derribados bajo un llanto metálico, toneladas de metal retorciéndose como plástico mientras la tierra se parte.

Empezais a adivinar que a producido el exodo masivo de zombies, lo que os hace pensar que si donde os encontrais está sucediendo lo que veis...¿que habrá sucedido en el epicentro del que parecen huir?

Antes de poder dirigirse hacia ningún sitio, Ramón se quedó petrificado ante el desastre que había abajo: una enorme brecha se abría en la tierra, como si la naturaleza gritara al ser humano "ya está bien". ¿Supervivientes? ¿Zombies? ¿Zombies reconvertidos? Contra todo eso habían podido Ramón y los demás, pero aquello era distinto. Era el planeta el que quería deshacerse de ellos. El hombre dijo lo único inteligente que se podría decir en una situación así:

- Hostia puta...

El recordar que el zeppelin está anclado me calma por un breve instante, hasta que la Tierra se sacude en su letargo. Una gran brecha se abre en el suelo, tragándose zombies y edificios. El ruido que se produce es atronador y todo tiembla por segundos, incluido el zeppelin. El padre Ramón se queda pálido por el susto, pero yo me empiezo a reir tontamente, al igual que cuando superé la infección.

- Jaja... ja... jajaja... - Me llevo las manos a la cabeza, mirando el espectáculo que ocurre a nuestros pies. Gracias. - Jaja... por fin... por fin la Tierra se defiende... El planeta se rebela contra el hombre... Jajaja...

Vuelvo la mirada a Ramón y le hablo para calmarle. - Tranquilo padre, esto es bueno para nosotros... aunque deberíamos de sacar al resto del edificio, ¿no?

Observais por el agujero la cuerda rota que os ataba a la enorme chimenea... ahora el zepellin vaga solo, seguramente los que os habían abordado querían cortar vuestra única salida. Es irónico que eso sea lo que os ha salvado.

Bajo vuestro, entre los escombros... solo parece haber muerte. Realmente vuestros compañeros van a tener que ser realmente duros para salir de ahí.

- Me cago en la puta Alain, ¡estamos volando sin control! - dijo Ramón mirando atónito abajo - ¿Qué hacemos? ¡¡No sabemos manejar este jodido cacharro!!

Me quedo igual de soqueado que Ramón al ver que el zeppelin se ha soltado de la chimenea y que vamos sin rumbo sobre un mar de no-muertos. - ¡Joder padre, te dije que nadie estaba pilotando el puto globo!

Asustado, entro en la sala de mandos dispuesto a intentar estabilizar la aeronave, esperando que los controles no sean muy complicados. Mierda, mierda, mierda... ya no me gusta tanto que la Tierra se resquebraje... Paseo la vista por todo el panel de mando, buscando algún tipo de palanca o botón que deje el zeppelin en punto muerto sobre el aire. O algo parecido.

- Joder Ramón... tenemos que domar el zeppelin como sea... y luego hay que sacar a todos de ahí abajo. - Sobre todo a Layla. El recuerdo de la arquera se me clava como una espina en el pecho, acompañado del recuerdo de Robbie. Layla... no quiero encontrarme sólamente contigo en delirios y en sueños...

- Me cago en... - musitó el padre. Con presteza, Ramón se dirigió a la cabina con tal de domar a aquella bestia salvaje que tenían por vehículo. Nada más entrar en la cabina, apreció que aquello no sería como conducir el tren que les había sacado del matadero: los altímetros, las palancas y todos aquellos indicadores de presión y demás eran como chino para él.

- Esto... Alain, ¿alguna idea? - a continuación, Ramón se asomó a la ventana, tratando de agudizar la vista para localizar a sus compañeros. Si no podía conducir, al menos trataría de ser los ojos del conductor.

El zepelin empieza a ascender de manera casi imperceptible tras que el padre intenta controlarlo.

En uno de los momentos que el polvo se arrastra mecido por el viento ves en uno de los huecos que muestra lo que se esconde bajo el suelo, a Kyle y James, son apenas hormigas.

- Los veo... joder, ¡¡los veo!! ¡¡Alain, por lo que más quieras, intenta controlar este maldito cacharro y yo te indicaré su posición, he visto a Kyle y a James, tal vez el resto estén con ellos!! - Ramón fruncía el ceño para fijarse en la posición en la que tenía la certeza de haberlos visto. Era ahora o nunca para salvar a sus compañeros...

Mientras Ramón entraba, se cagaba en todo y se asomaba por la ventana para buscar a nuestros compañeros, yo registraba de arriba a abajo todo el panel de mandos en busca de la inspiración. Al cabo de un rato, y justo cuando el padre vió a los supervivientes, creo haberme hecho una idea clara de cómo funciona el cacharro:

- Hablando en plata, Ramón, no tengo ni puta idea de cómo pilotar esto. Pero creo que con el volante* podré virarlo para acercarme... y descender ya lo vamos haciendo poco a poco. - Así, agarro el volante con la mano buena y empiezo a darle vueltas en la dirección que el cura me señala. Espero llegar a tiempo a por tí, Layla.

Ambos fallais al intentar manejar aquel trasto, aunque no os queda ninguna otra posibilidad que no sea volver a intentarlo, ya que seguis elevandoos y subir a demasiada altura podría hacer que la presión hiciera estallar el globo.

Además de este problema veis como la tierra vuelve a proferir un sonido catastrófico, como si se estuviera partiendo a la vez que enormes columnas de lava aparecen en el orizonte, al principio son como geisers pero luego los enormes agujero de los que parecen brotar se convierten en enormes grietas que no paran de crecer creando muros de fuego de una altura de un edificio de diez plantas, una de ellas se dirige funestamente hacia vuestra posicion y la de vuestros compañeros, tragandose edificios y sustituyendolos por un muro de fuego.

La grieta portadora del fuego no avanza demasiado deprisa pero no tardará más de deiz minutos en tragaros a todos y escupir fuego sobre vosotros. Sí, puede que se desvíe pero ¿cuando os ha sonreido la suerte?

- ¡¡Maldita sea, subir es malo pero bajar es PEOR!! - gritó Ramón. Inspirado por el intento de Alain de manejar aquel mamotreto, y creyendo como se manejaba correctamente, el cura le arrebató los mandos y logró hacer descender el aparato, en apariencia, en dirección hacia sus amigos... si había corrido peligro antes con tal de salvarles, no veía por qué no continuar haciéndolo - ¡ayúdame, canadiense, creo que entre los dos podremos manejar este pinche trasto!

-¡Joder! - Grito cabreado a la vez que golpeo lo que yo pensaba que era el volante del zeppelin. ¡Mierda! El puto globo no sólo no ha girado sino que en vez de seguir descendiendo ahora asciende... ¡Mierda! Esto no hay quién lo controle... Estoy en un punto intermedio entre furioso y asustado, pues nada me sale bien hoy, además de que el mundo se resquebraja a nuestros pies y seguramente se trague a la persona que, según mis delirios y mi corazón, puede ser mi compañera en este infierno: Layla. Con la mente puesta en la arquera, reviso de nuevo el panel, buscando alguna palanca que logre invertir el ascenso del zeppelin. Vamos... ésta tiene que ser grande y visible...

Al final, me decanto por una palanca oscura de gran tamaño, pero justo nada más tirar de ella el suelo vuelve a crujir bajo nuestros pies. Curioso, me asomo al exterior, esperando ver cómo la tierra se traga a la horda de zombies. Pero lo que veo me deja helado...

- Me cago en la puta... - La boca se me desencaja al ver cómo chorros de magma brotan desde las entrañas del planeta. Esto no puede estar pasando... - ¡Mierda Ramón! ¡Esto no me gusta un pelo!... ¡Dime si el resto sigue ahí abajo, porque si no vamos a tener que salir por patas de aquí!