Partida Rol por web

Sabiendo que todo habia quedado mas claro, deje de al menos preocuparme por el tesoro, ayude a Wayne en lo que pude, aunque tambien me llamo un poco la atencion aquella arma, decidi investigar de que se trata.

-Hay que hacer esto rapido.

Es hora de irnos, pero aun quedan problemas caminando por ahi, es lo que me mantenia aun con seriedad, mas alla de haber encontrado algo.

-Rapido y con cuidado.  le conteste a Pep, mientras ayudaba a Wayne en lo que necesitaba.

Prestando algo de atención a Wayne ven que esta murmurando unas palabras como si estuviera tratando de recordar algo mientras miraba la espada.

Mientras terminaron de meter el tesoro en la mochila Wayne deja de revisar la espada sin sacarla de su funda. Gira su cabeza para mirar al paladín y luego sus ojos se posan en la moneda que corría por el suelo.

Mirando al gnomo sus ojos se pierden entre palabras... -Suerte. La suerte se pierde si no se comparte, es el secreto de la fortuna. Una simple moneda puede salvarte si la sabes conservar, eso es una fortuna; pero muchas veces el gesto vale más que cualquier tesoro. Un amigo, un aliado, un hermano, valen mucho más.-

Extiende el brazo que sostiene a la espada a Synh esperando que la tome. -Hoy todos somos afortunados.-

Finalmente, con la habitación vacía y el tesoro guardado, toma la mochila. -¿Listos?-

Wayne te da la espada esperando la saques de su funda. De hacerlo algo mágico pasara.

Esa moneda es especial, lleva el peso de un consejo y un buen gesto con ella puede llegar a ser mágico.

Me dispuse a recoger todo el oro que pude en mi bolsito sin cargar mas de lo que puedo llevar, y me comía la cabeza, pensar como ibamos a dividir esas piezas de oro...
- Va a haber que invertir rápido esto porque, está pesadito- bromee- ... Y no valle que los que mas puedan cargar mas monedas se queden eh- Dije en tono de chiste pero también como advertencia...

Escuché el consejo, y puse la mano derecha en mi bolsillo, sintiendo la moneda, la cual agarro, saco y miro sobre la palma de mi mano. -una simple moneda..- repetí, y volví a guardarla. -Ya es momento de irnos- dije con una sonrisa en mi rostro, esperando a ver igualmente si Synh iría a tomar la espada.

-Si señor Wayne, estamos listos- dije en tono cantado mientras comenzaba a caminar, me preguntaba qué nos depararía el futuro.

De la espada podia sentir poder, dude un momento y pense en las posibilidades de lo que podria suceder al tomarla.

¿Un poder mayor? Eso seria bueno, ayudaria de mucho en mi cruzada personal.

¿Una maldicion? No es un escenario tan bueno, mi mayor miedo es convertirme en lo mismo que se convirtio aquel a quien persigo, y estar del mismo lado y sirviendo a lo mismo, era lo que mayormente me hacia dudar.

Pero luego, entre recuerdos pense que no soy tan debil, pues la luz jamas me ha abandonado, de hecho me busco aun cuando habia sido yo quien la abandono, y con su ayuda nada me doblegara.

Extendi mi mano a la espada que Wayne tenia y decidi tomarla.

-Cualquier poder que posea esta arma, la luz lo purificara y lo pondra del lado de mi causa.

Al tomar la espada en su funda nada sucede.

Ts, nada interesante en todo esto... Bueno, claro esta, el oro, pero nada emocionante! Quizás Pep haya encontrado algo más que oro... O quizás podamos probar transmutar un poco de este... Hm.

Y bueno? Nos vamos señores? La caravana debería estar a punto de partir en momentos. Si me lo permiten, los puedo guiar con facilidad a la salida - Les dije con una mirada juguetona y confiada en el rostro, intentando a duras penas borrarme la sonrisa de los labios.

Sonríe por lo bajo mientras el paladin toma la espada... -Bien, es hora de que salgamos. Tú guías.- Concluye y tira de la funda del arma que aun sostenía.

Al sacar la funda y dejar el filo al descubierto, la habitación se ilumina gracias a la brillante hoja de la espada. Un estela del octavo color se desprendía de ella al moverse. Ni oxido ni herrumbre podía encontrarse en esta, más sino una hoja brillante como de un espejo reflejando luz se tratara y un filo muy pocas veces visto en una espada.

Una luz? Excelente, de esto era de lo que estaba hablando.

Con la espada en mi mano, tomo la funda, cambio la funda y espada que tenia anteriormente del otro lado, y coloco la funda de mi nueva adquisicion del lado principal, quiza todos se pregunten por que con esta nueva espada simplemente no me deshago de la anterior, pero nunca acostumbro hacerlo, siempre considere a las armas como compañeras en la batalla, inspiran mas confianza que las personas, y nunca me deshice de ellas asi como asi, decidire mas adelante que hacer con ella, o bien conservarla, pero estoy seguro que en este lugar de mala muerte no se quedara.

-Un segundo... ire a ver con que podemos encontrarnos, siganme pero no hagan ruido, necesito concentrarme un momento. A Wayne.

Me dirijo fuera de la sala a ver que sucede, concentrado, intento sentir que es lo que puede haber cerca nuestro, hay que estar preparado para todo.

Puedes volver a sentir las presencias malignas en el lugar. Siete puedes contar y saber bien donde están, cuatro de ellas se encuentran en el corredor del cuarto de baño y tres más casi llegando a la entrada por la que vinieron.

No sientes ninguna otra presencia más. Aquella aterradora presencia ya no esta.

-Justo lo que pensaba...

Rompo mi concentracion.

-Bien, tenemos un poco de accion por alli, tenemos cuatro en aquel corredor que parece conducir al cuarto de "baño" y otros tres mas que nos bloquean la salida, y si, me refiero a esqueletos, debemos pensar en que hacer, por lo pronto me ire preparando.

Tampoco veia mal el darle a la luz de esta arma que reposo por tanto tiempo algo de oscuridad que eliminar.

La magia puede encontrarse en cualquier lugar, una moneda incluso, pero a simple vista esto difícilmente se revele. A menos que brille como la espada de Synh o haga algo mágico. El conjuro de detectar magia podría revelar esto.
El cobre de la moneda puede usarse como material de ciertos conjuros. La moneda, como símbolo, puede ser el foco que canalice poder de alguna deidad de la fortuna. También tiene la cualidad de ser un intermediario físico de valores, teniendo el poder de ser cambiada por productos y servicios, por ejemplo, en este caso, un trozo de tiza.

La luz del bastón de Pep mengua hasta apagarse, linterna de Pip ya había consumido su aceite y su luz, Wayne se digna a prender otra antorcha y Synh ilumina su nueva espada.

Ahora se encuentran en la sala anterior a su primer pelea (3). Para poder regresar tienen que atravesar a los esqueletos del camino. Según Synh cuatro de ellos los estarían esperando en el cuarto de baño (2).
Tiene la ventaja de que el paladín haya podido detectarlos sin necesidad de alertarlos.

Hm, con que 4... Pep tuvo una idea interesante hace dos segundos, pero me voy a adelantar a él y contarselas. Que opinan si con mi hermano distraemos a los esqueletos y ustedes los atacan por sorpresa? Si todos somos sigilosos, se supone que no deberían durarnos ni dos minutos - Dije confiado

Dime Wayne, como esta ese brazo para apuntar? -Le pregunté en tono cómplice mientras reía por lo bajo, relamiendome de la idea que acababa de tener.

Intenté apurarme antes que el resto, pero creo que se me cayeron los componentes magicos en el apuro!

Miré a mi hermano preguntándome si debería tomar el crédito por una idea tan idiota -tengo otra idea también, algo un tanto sorprendente quizás- dicho eso, supongo que nadie esperaría que siga lanzando más bolas ácidas.

Guardé la moneda en mi bolsillo, pensando en qué haría con ella después, y seguía a mi hermano.

Igualmente creo que deberíamos abrirnos paso y salir- dije mirando hacia nadie en particular -no es algo por lo que me desviva el pelear contra esqueletos-

-Bien, a abrirse paso.

-Me adelantare hacia ellos, ustedes haganlos pedazos. 

Me lance hacia el primer esqueleto que vi, estaba ansioso por probar mi nueva arma, ansioso y curioso de saber que poderes posee, y esta era una perfecta oportunidad para probar si este brillo sirve mas que para decoracion y antorcha.

Con mi escudo y mi espada listos, me prepare para atacar mientras pensaba: -Veamos que tienes...