Partida Rol por web

Al levantar al pequeño se interpone, pareciendo salir de la nada, haciendo que en tu sorpresa lo sueltes y se te escape.

Te impide el paso y te mira, amenazador, de frente.

-No amiga, drows y goblins no pelean...- Su voz es tétrica y tiene un dejo de sarcasmo.

Si miras a tu alrededor parece que has llegado a un barrio bajo, donde casi no ves humanos, más sino goblins y algún que otro gnomo o mediano.
Varios de ellos te miran, de forma poco amistosa.

-No nos metemos en problemas, no nos cusan problemas. ¿Entiendes?- Su ceño salta marcándote que esta diciendo más de que lo que dice. Y sus ojos apuntaron hacia lo alto, hacía barrios más altos, donde abitan los humanos.

-Deberías volver, aquí no hay nada que busques.-

Me dirigí al mostrador, le pedí un trago al tabernero y si tenia algo para comer, mire a mi alrededor todo estaba tranquilo, al fin un poco de descanso me dije.

- Tabernero! Una por favor y si tiene algo para comer seria bueno - Le dije.

Luego de un poco de descanso le pedí un poco de información al tabernero o con quien pudiera hablar para saber un poco mas del lugar.

- ¿Que me puedes contar de este lugar? - Le pregunte al tabernero.

Un efusivo goblin aparece de la nada y, sorprendida, suelto a la criatura. Corre y lo pierdo de vista.
Lo escucho y observo, con su postura y su voz amenazantes. Había olvidado qué agradable es este sitio...

-No estaba peleando, sólo quise hacerle una pregunta y corrió. Tampoco era mi intención terminar aquí... -le explico-. Así que puedes decirle a tus... amigos... que no es necesario saltarme a la yugular... -Observo a mi alrededor y sigo-. Por sus expresiones puedo adivinar que eso les agradaría... -le digo, sonriendo-. Ya me voy, ya me voy. Sólo intentaba averiguar más sobre esa tal caravana que tu amigo me nombró.

Giro sobre mis pies y comienzo a alejarme. Estuvo cerca... Lo que menos me interesa es meterme en problemas el primer día. Con un poco de suerte, quizás me detiene para darme alguna información antes de que me aleje.

La plaza del mercado.
El corazón de Hardcastle, ya que este fue construido para poder ser un centro comercial para todas aquellas caravanas que transportaban sus mercancía hacia las ciudades.

Más de un centenar de carretas puedes contar en el lugar. Puestos de venta de todo lo que puedas imaginar.
Comercio al por mayor, hombres arriando animales de carga y grandes cargamentos siendo movidos de una carreta a la otra.

Guardias de la ciudad dispuestos en las esquinas del lugar en parejas, en el centro sobre una pisoteada plazoleta apenas marcada por unos canteros atendiendo los reclamos de todos, por todo.

La tarde da un tono anaranjado a todo el lugar, y aquellas pequeñas cosas colgadas de los palos que sostienen los toldos de los puestos proyectan largas figuras en el suelo con su sombra.

La plaza del mercado.
El corazón de Hardcastle, ya que este fue construido para poder ser un centro comercial para todas aquellas caravanas que transportaban sus mercancía hacia las ciudades.

Más de un centenar de carretas puedes contar en el lugar. Puestos de venta de todo lo que puedas imaginar.
Comercio al por mayor, hombres arriando animales de carga y grandes cargamentos siendo movidos de una carreta a la otra.

Guardias de la ciudad dispuestos en las esquinas del lugar en parejas, en el centro sobre una pisoteada plazoleta apenas marcada por unos canteros atendiendo los reclamos de todos, por todo.

La tarde da un tono anaranjado a todo el lugar, y aquellas pequeñas cosas colgadas de los palos que sostienen los toldos de los puestos proyectan largas figuras en el suelo con su sombra.

Tras cobrarte una moneda de oro por la comida y la bebida.

Sus palabras sentidas, pero repetidas casi como si hubiera respondido muchas veces a la misma pregunta ya.
-El señor de la ciudad, Frego, contrata a aquellos miembros de ciertas organizaciones para guardar la ciudad. No tienes la apariencia de alguien para ese trabajo...- Medita mientras atiende a otros. Vuelve para servirte y continuar. -Eres joven y todo lo que puedo recomendarte esta en el centro de la ciudad, la plaza del mercado.
Este lugar es una parada para mercaderes y sus caravanas, sea lo que sea que busques estará ahí.

Mhm, conozco bien a los secretos callejeros: pueden ser ambiguos, pero nunca errados.

Son muchas las carretas, rostros y mercancías. El desgaste sobre la tribulación de encontrar más de lo que buscabas pero nada que nada que llame realmente tu atención.
Puede que lo que buscas no este en el lugar o si es que esta en el lugar no lo puedes encontrar.

Unas horas pasan y tu estomago resuena.

La situación en el lugar parece seguir igual, quizá ha atenuado la cantidad de personas comprando y vendiendo cualquier clase de objetos y se denota más aquellos que comercian al por mayor teniendo aun trabajo en descargar y cargar carretas.

La paciencia para la bùsqueda del conocimiento es como la leña para el fuego.

Teniendo un dìa productivo, me dirijo a la taverna a buscar algo de comida y a descansar, tanto de caminar, como de toda esta gente agolpada.

Llegando a la taberna te encuentras con un ambiente agradable, humanos, gnomos y medianos bebían y charlaban.

El tabernero, hombre del norte, cabello negro y tatuajes de marino en el brazo te saluda al entrar con un gesto de cabeza sin dejar de atender a los demás.

Al aproximarte a la barra puedes escuchar el final de la conversación que el tabernero tenia con un joven cliente. 
-...Todo lo que puedo recomendarte esta en el centro de la ciudad, la plaza del mercado.
Este lugar es una parada para mercaderes y sus caravanas, sea lo que sea que busques estará ahí.-

Mientras escuchas atentamente al tabernero un pequeño mediano entra por la puerta a lo que el tabernero saluda.

El mediano extrañamente vestido en negros atavíos portaba una mascara que no dejaba ver su rostro.

Mhm, la plaza del mercado?

Me acerco al tabernero y reposando las manos sobre una silla de la barra le digo

Temo contradecirlo, colega, pero vengo de la plaza a sabiendas de una caravana llena de monedas que nunca encontré. Quizás ya hayan partido hacia nuevos rumbos? - extiendo una moneda por el valor de varias pintas de buena cerveza- y si no es mucha molestia, le acepto un vaso de agua.

Me di vuelta y vi al mediano, me dio curiosidad por esa mascara que llevaba - ¿Sera muy feo? - Se me escapo una risa al pensar eso y enseguida me di la vuelta antes de que se diera cuenta, respire para calmarme y mire al tabernero con una sonrisa.

- Echare un vistazo por el centro de la ciudad, pero por ahora ¡sirve me otro trago! - Le dije la tabernero.

Me tome mi tiempo para descansar y disfrutar antes de partir a alguna aventura, pensé que podría pasar la noche hospedado en algún sitio y dirigirme allí a primera hora mañana y le consulte al tabernero algún sitio para quedarme.

- ¿Donde me podría hospedar por aquí?

-¡Sirve me otro trago!- Exclaman en la barra mientras él titubea.

El tabernero mira a la moneda y apoyando un dedo sobre ella va corriéndola sobre la barra hasta hacerla caer en su bolsillo -Solo puedo decir que una famosa caravana de "aventureros" ha llegado a la ciudad. "Caza recompensas", "saqueadores de tumbas", "mercenarios"... entiendes... y esta es un buen lugar para poder comerciar objetos extraños.- Te dice mientras sirve una copa con agua cristalina.

Vuelve a atender al joven de la barra que pregunta por hospedaje y contesta. -Aquí, 3 piezas de oro, cena, cama y un baño caliente.- Contando cada cosa que menciona con los dedos firmes en el aire.

El mediano enmascarado se acerca a la barra y le dice al posadero, reposando las manos sobre una silla de la barra.

-Temo contradecirlo, colega, pero vengo de la plaza a sabiendas de una caravana llena de monedas que nunca encontré. ¿Quizás ya hayan partido hacia nuevos rumbos? - Extiende una moneda por el valor de varias pintas de buena cerveza -Y si no es mucha molestia, le acepto un vaso de agua.- En un claro gesto sospechoso.

El tabernero mira a la moneda y apoyando un dedo sobre ella va corriéndola sobre la barra hasta hacerla caer en su bolsillo -Solo puedo decir que una famosa caravana de "aventureros" ha llegado a la ciudad. "Caza recompensas", "saqueadores de tumbas", "mercenarios"... entiendes... y esta es un buen lugar para poder comerciar objetos extraños.- Dice al mediano mientras le sirve una copa con agua cristalina.

Vuelve a atenderte para contestar tu pregunta. -Aquí, 3 piezas de oro, cena, cama y un baño caliente.- Contando cada cosa que menciona con los dedos firmes en el aire.

El sueño puede esperar. Que la noche le dé bondades., saludo. Bebo el agua para recobrar las energías, y me dejo engullir nuevamente por la muchedumbre y el sonido estremecedor de los pregones.

Vagamente escuche lo que el mediano decía, pero llamo mi curiosidad ya que venia de la plaza a la cual me dirijo, me acerque a el y me senté a su lado, con mi vaso en mano le pregunte - Justo me dirigía hacia allí, podrías ¿contarme un poco mas? - Esperando su respuesta alce mi vaso tome un trago, lo mire - Vamos, te invito un trago u otro vaso de agua - le dije con una sonrisa en la cara.

Antes de que viera tu gesto de compañía, bebe el baso de agua y se da media vuelta dispuesto a salir -Que la noche le dé bondades.- Dirigiéndose hasta la puerta. Donde se detiene un segundo al escucharte.

Saliendo por la puerta escuchas detrás de ti -Justo me dirigía hacia allí, podrías ¿contarme un poco mas?- Un muchacho en la barra te mira con una sonrisa en la cara. - Vamos, te invito un trago u otro vaso de agua.- Dice.

Alzo la vista al pelirrojo. Eres libre de seguirme, muchachito. Pero si es suerte lo que buscas, te recomiendo que sigas tu camino: lo que busco solo trae miserias.

Detrás de la máscara, esbozo una sonrisa invisible mientras giro hacia el mercado, atento a los nuevos pasos del pelirrojo.