Partida Rol por web

Raf se encuentra tan dubitativo como lo está Clive, sin saber si lo que el hombre ha querido decir es que deben actuar -y, en ese caso, sin perder tiempo, supone- para que el futuro que todos desean llegue a convertirse en presente, o que simplemente su presencia allí ya garantiza ese resultado, tal como había sido "visto" por aquella civilización.

Durante los instantes de silencio antes de que Clive pregunte algo que pueda sacarles de dudas, Raf repasa rápidamente la situación. Allí están ellos, con el cubo entre las manos y sin trazas de los otros. Además, el enigmático personaje no ha querido contestarle con una respuesta directa. "La tríada se juntará. Si no hacéis nada, es lo que vimos que ocurrirá".

Deseoso de que la Tríada se junte, pero sin tener nada claro si deben hacer algo para conseguirlo, el indio deja pasar el tiempo -el tiempo, dichoso tiempo- esperando la nueva respuesta del humanoide, con el disparo que han escuchado recientemente haciendo que sus miradas fugaces hacia el túnel por donde entraron sean más nerviosas y repetidas.

Jeremy parecia confuso, no sabía muy bien que hacer. Aunque a estas alturas ya se podía esperar cualquier cosa, Ver a Marc en ese lugar hacía que su mente fluyera a toda velocidad intentando atar partes de la historia que no tenían sentido. aunque ver esa transformación, tampoco tenía ya ningún sentido.

Dudó unos instantes. si atacaba se podía poner en la línea de fuego entre Marc y la persona que había disparado.. pero nunca estaría tan cerca de su objetivo si no lo hacía. - oh, oh... porque en esta mierda de sueño no me llevaría mi pistola? - piensa con una mueca un poco cínica. Y acto seguido se avalanza sobre Marc para clavarle el objeto en su cuerpo.

Todo sucede demasiado rápido. Georgi, traumatizado por la visión actual, es incapaz de hacer más que apoyarse contra la pared, mientras restos del hombre muerto resbalan por su torso. Sus ojos enloquecidos miran hacia el suelo, incapaces de fijar la vista en la transformación que está sucediendo a su lado.

Frente a la acción de Jeremy, Marc reacciona rápido, con una risa diabólica en su rostro. Se siente superior y actúa como tal, haciendo uso de sus rápidos reflejos para evitar el ataque mortal de Jeremy. El brazo del hombre, sujetando el arma venida de aquel lugar misterioso, pasa rozando a Marc, y este con presteza extiende la recién aparecida extremidad, que se enrosca en el brazo de Jeremy. La masa negra y fría retuerce la carne del hombre, hasta que los huesos bajo la piel crujen. El brazo de Jeremy se dobla en una posición poco ortodoxa, e incapaz de hacer fuerza con el brazo, deja caer su arma al suelo. 

Smith observa la escena con más frialdad que nunca. El rostro del agente es una máscara de hielo, de la cual ningún sentimiento escapa. Observa como Marc rompe el brazo a su compañero sin inmutarse, y con calma espera el momento adecuado para actuar. Alza su arma hacia la cabeza de Marc y aprieta el gatillo.

El silenciador hace que el sonido quede amortiguado. La bala abandona el arma y surca el aire casi en absoluto silencio, pero el "¡Splat!" que le sigue cuando impacta en el objetivo hace que hasta el impasible agente dibuje un cierto desagrado en su rostro.

La fuerza del disparo empuja a Marc hacia atrás, y con él arrastra a Jeremy al suelo. La mandíbula de Marc cuelga hacia un lado, y su cráneo presenta una horrible deformación allí donde la bala ha impactado. Los ojos del hombre todavía se mueven enloquecidos, mientras se debate por levantarse del suelo. Su extremidad todavía sostiene con fuerza el brazo inerte de Jeremy.

Helen trata de reaccionar antes de que Marc tenga tiempo de reponerse, e intenta rematarle mientras se encuentra todavía en el suelo. Jeremy, sin embargo, dificulta el disparo, y con poco ángulo la mujer es incapaz de acertar en el blanco. La bala impacta a pocos centímetros de Marc y se pierde en la oscuridad del pasillo por el que el hombre ha llegado momentos antes.

El hombre observa a Clive con intensidad. Sus ojos, profundos como el espacio exterior, sondean la mente del hombre. A continuación se clavan en el científico, que ha permanecido en silencio esperando a la respuesta del recién aparecido.

- Debéis comprender que el tiempo es complejo - dice, tratando de aclarar el por qué de esta misteriosa conversación -. Mi presencia aquí es una alteración que roza los límites de la realidad. Cualquier cosa que se salga de lo que yo pude hacer acabará por romper mi tejido y todo lo que vimos, toda esperanza, puede perderse para siempre.

Hasta el momento, nada de esto responde a Clive. Paolo se muestra ansioso frente al lenguaje críptico del hombre, pero permite al hombre contestar antes de interrumpirle.

- El objeto que portáis ha impactado contra algo en su camino hacia vuestro planeta. Eso rompió con todo lo que vimos, estuvo a punto de suponer el fin, pero el camino volvió a trazarse poco a poco. Primero, uno de vosotros abandonó a sus compañeros - dice, con los ojos todavía fijos en Raf -. Después, otro de vuestros compañeros no llegó a morir cuando debía hacerlo. Aceptó una oferta en el umbral de la muerte que nunca debería haber aceptado. Aquello casi acaba con vuestra misión.

En este momento sus ojos miran hacia el infinito, observando una escena distante con atención.

- Tres personas escaparon de un edificio del que no había salida, como esperábamos, pero sin la preciada carga que allí aguardaba. Sin embargo, vuestro hogar en el espacio próximo acabó por salir de su cauce habitual y se precipitó sobre la Tierra. Eso cortó la vía de vuestros compañeros, y esta alteración causó un ruptura espacio-temporal. Por motivos que desconozco y no pude ver, acabaron de nuevo junto a vosotros.

Sus vista, que se había fijado en otro lugar esta vez, se torna hacia el pasillo por el que habéis venido. En este momento el sonido de otro disparo llega hasta vosotros, cargado del temor a lo que puede haber ocurrido.

- Y una última vez, algo ha sido distinto - dice, inalterado por el sonido de la bala -. Una vez unidos, os habéis separado. Las consecuencias de ello, todavía no las sabemos.

Y tras responder a la pregunta de Clive con una claridad que no había mostrado hasta ahora, permanece inmóvil, observando el pasillo por el que aquellos que salgan victoriosos del enfrentamiento aparecerán tarde o temprano, como si fuera capaz de ver lo que allí está sucediendo.

Jeremy tiene las mandíbulas apretadas muy fuerte, el dolor es casi insoportable. nota como el tentáculo de Marc, (si es que todavía le puede llamar con ese nombre) lo tiene atrapado. su brazo derecho ya no responde a sus directrices y se mueve como si se tratara de una marioneta.

Pero lo que más le asusta es esa mirada de prepotencia de la criatura, que le mira con una sonrisa. Y entonces, como si de un fotograma se tratara, se descubre en el suelo. Un fuerte golpe le ha impactado en el hombro, cuando el peso de la criatura se lo ha llevado consigo. Jeremy no entiende muy bien que ha pasado, su mente parece estar en una nube y en su visión y entendimiento solamente existen dos seres, él y esa dichosa criatura.

Por alguna razón la criatura parece estar aturdida per su brazo sigue atrapado y le duele horrores. Sin saber que hacer mueve la mano intentando deshacerse del abrazo terrorífico. entonces su mano izquierda roza el objeto, e inconscientemente lo agarra con fuerza.

- Vamos, joder!, vamos! -  piensa - Muere cabron!!!! - grita Jeremy lleno de adrenalina, mientras le acerca el objeto, todavía llameante a la cabeza de la criatura

Jeremy y Marc se enzarzan en el suelo. El primero estira el brazo todo lo que puede, alcanzando con los dedos el arma que ha utilizado anteriormente, una especie de emisor de calor. Marc, todavía dolorido por el impacto de la bala. se trata de revolver para evitar que Jeremy alcance su objetivo. Dos dedos rozan el arma, tres... Un último empujón y la mano del hombre se cierra en torno al objeto que ha traído desde el misterioso lugar en el que apareció.

Con un grito descarga con toda la fuerza que le queda el arma sobre Marc, presionando en el pecho del hombre. El objeto se calienta rápidamente, y el brazo de Marc aprieta todavía más fuerte intentando romper la voluntad de Jeremy. Sus esfuerzos son vanos, y el objeto se abre paso a través de la ropa y la piel, llegando hasta lo más profundo de Marc. La carne se derrite allí donde el calor se concentra más, y una masa negra gotea sobre el suelo de la habitación.

Marc emite un último alarido, y queda inmóvil en el suelo. En el centro de su cuerpo, un agujero le atraviesa de lado a lado, rodeado por carne quemada y un líquido informe que burbujea bajo él. Jeremy, agotado, se precipita hacia un lado, con el brazo ya libre inmóvil en el suelo.

Helen, apoyada contra la plataforma donde hace poco estaba el cubo, sonríe ligeramente. Parece que al final hay alguna esperanza. Allí donde los hombres recién llegados yacen, el tercer cubo reposa en el suelo, alterando los colores de su superficie y llenando la sala con sus tonos. Smith suspira y se acerca hacia el objeto.

- Es momento de continuar.

Dice la mujer desde su posición, pero ella no se mueve junto a Smith. Georgi, todavía absorto, no se hace consciente de por qué. Smith, sin embargo, de un rápido vistazo se da automáticamente cuenta de lo que ocurre. Jeremy, desde el suelo, tarda algo más en cerciorarse del detalle que se le había escapado con el curso de la acción.

La mujer ha dejado un charco de sangre en el suelo, y el rojo líquido sigue abandonando poco a poco su cuerpo desde un costado. Helen, con el rostro ligeramente pálido, se deja caer aún más sobre el pedestal donde minutos antes vuestros compañeros habían apoyado el objeto que habéis transportado desde tan lejos. La bala disparada anteriormente por Marc había impactado de lleno a Helen, y la mujer ha utilizado todas sus fuerzas en seguir ayudando todo lo posible. Ahora hasta formar las frases sin tartamudear le cuesta. Smith se dispone a ayudarla, pero la mujer levanta una mano.

- No, Terence. Hay que terminar con esto cuanto antes. Vuestros compañeros... necesitan el tercer cubo - dice señalando hacia Jeremy.

Han sido pocos días, pero de una intensidad suprema. Terence duda unos segundos, pero con una sonrisa Helen vuelve a indicarle el camino hacia el cubo. El hombre suspira, y se acerca hasta el objeto, tendiéndole una mano a Jeremy.

Sudores corren por la cara de Jeremy, y su pecho se mueve a una velocidad inusual invadido por toneladas de adrenalina. Finalmente se incorpora y se apoya sobre una de las curiosas paredes para observar el cuerpo inerte de MArc. Su mano sigue agarrando el objeto, tan fuerte, que podría jurar que lo iba a romper.

Sus ojos dan una visión por la sala, pasando por los compañeros que quedan, así como por el cubo que yace en el suelo. Pero finalmente su mente vuelve a funcionar y le manda un aviso desesperante. sus ojos vuelven a donde está Helen, para confirmar, de forma horrible, el charco de sangre que yace a sus pies.

Jeremy, después de guardarse el objeto, empieza a desplazarse por el suelo con su brazo bueno, el otro sigue el cuerpo como si fuera un cadaver de serpiente. Lentamente, muy lentamente. Los esfuerzos y la desesperación hace que piense que se ha movido kilometros, pero en realidad solamente unos centimetros de su posición inicial. - No.. no...  - piensa desesperadamente, cuando una mano se letiente delante suyo. Mira hacia arriba y ve a un hombre. En este momento no sabe quien es ni le reconoce, aunque por su cara determina que no es un enemigo

- Helen... ayuda a Helen..  - balbucea... mientras intenta incorporarse poniendo un pie en el suelo.

El tiempo pasa, sin que Raf tenga claro qué debe hacer. El hombrecillo se ha decidido a extenderse algo más en sus explicaciones, pero el indio sigue sin sacar el agua clara.

Nunca ha sido un hombre de acción, más bien de reflexión. Pero el sentir que siguen allí parados, sin hacer nada y, sobre todo, sin saber qué deben hacer, si es que deben hacer algo, está consumiendo sus nervios. Mira a su amigo el cubo, que parece tranquilo y eso consigue templar un poco su impaciencia.

- ¿Y los otros dos cubos? -vuelve a insistir en su pregunta.- Suponíamos que uno estaría escondido aquí, en esta caverna...

Respecto al otro, Raf teme lo peor. "Tres personas escaparon de un edificio del que no había salida, como esperábamos, pero sin la preciada carga que allí aguardaba."  Además, el contacto de Helen tampoco ha dado señales de vida, así que la esperanza de que el tercer cubo llegue hasta donde están ellos parece sostenerse únicamente por la aparente confianza que muestra el hombrecillo en que la reunión de la Tríada se hará efectiva.

Smith tiende el brazo a Jeremy, ajeno a lo que el hombre dice. Aún aturdido por el combate, Jeremy se sostiene a duras penas, y necesita aferrarse durante unos segundos del brazo de Smith, hasta que consigue recobrar el equilibrio. Mientras se levantaba, balbuceó unas palabras, a las que el agente hizo caso omiso. Helen, al otro lado de la habitación, sabe que levantarse ahora sería peor. Mira hacia Georgi, que permanece desde hace un rato inmóvil frente a los cadáveres, incapaz de haber reaccionado y como si no se hubiera siquiera percatado de la transformación y la muerte de Marc. Gira entonces ligeramente la cabeza hacia Helen, y la observa apenado. Todavía afectado por el shock, se acerca hacia la mujer. Hasta que llega a ella, la expresión del rostro del astronauta ruso es tan ambigua que nadie tiene la certeza de qué va a hacer. Bien podría observar sus heridas como romperle el cuello. 

- ¿Y bien, Georgi? - pregunta Smith tenso, dispuesto a lanzarse hacia el hombre si se le ocurre hacer algún movimiento inesperado hacia Helen. Con cuidado ayuda a Jerremy a apoyarse contra la pared para tener ambas manos libres, en caso de necesitarlas.

Georgi se agacha despacio hacia la mujer, y extiende ambas manos hacia ella. Las sitúa junto a la herida, que sangra abundantemente, y presiona ligeramente. La mujer emite un grito de dolor.

- Tranquila - dice Georgi como respuesta -. Todo acabará pronto.

Helen le observa sorprendida. La voz del hombre se ha dirigido hacia ella como si no la conociera de nada, carente de todo sentimiento. Sin embargo, la siguiente frase la deja helada.

- La herida es muy grave. En unos minutos ya no sentirás nada. Con instrumental adecuado quizá podría hacer algo, pero aquí, en estas condiciones, morirás.

El médico, sin esperar ninguna reacción, se gira hacia sus compañeros, olvidándose de Helen, evidentemente inconsciente del impacto que sus dos frases hayan podido tener en la mujer, que a pesar de imaginar su destino, no esperaba tal crudeza de un compañero.

- Sigamos - añade, como si ya se hubiera olvidado de Helen -. Tenemos trabajo que hacer.

Sin esperar a la reacción de sus compañeros, se dirige hacia el cubo que transportaban los hombres que han irrumpido en la sala y espera a que Smith le ayude a levantarlo. Para él, parece como si Helen hubiera desaparecido de la sala.

El hombre observa al científico indio como si su pregunta viniera de un niño insistente, que no es capaz de comprender las palabras de su padre. Sin embargo, se toma unos segundos como ha hecho cada vez que ha hablado, y responde tranquilamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo.

- Ambos están muy cerca. El presente lo encontraríais volviendo sobre vuestros pasos, el pasado os aguarda más adelante.

Sus ojos, mientras decía la frase, se dirigen primero hacia el camino por el que habéis llegado, y después, cuando se refiere al "pasado", hacia el camino que queda detrás suya, por el que ha aparecido minutos antes.

La pregunta esta vez la ha respondido con sencillez, y es probable que esto sea todo lo específico que el hombre va a ser. Tras contestar, vuelve a fijar la vista en vosotros, esperando alguna pregunta más por vuestra parte o algún movimiento para haceros con los dos cubos que faltan.

El mundo parece dar vueltas frente a Jeremy... un cadaver transformado en criatura, sangre por todos lados, Helen muriendo y un dolor que no para de aumentar a medida que la adrenalina va desapareciendo de su cuerpo.. - no.. no.. no puede ser... - balbucea.

apoyado en la pared, se desliza hacia donde está la chica. No acaba de entender las palabras del astronauta, pero sabe que la cosa no pinta bien.  cuando consigue llegar al lado de la mujer se deja caer de rodillas a su lado, mientras le coge una mano - Helen... - Le susurra esperando que ella abra los ojos y poder perderse en ellos.

Clive permanece en silencio tras escuchar hablar al hombre desconocido. No porque sus palabras resultaran confusas, sino porque no estaba seguro cómo obrar a continuación o qué preguntar. El recién aparecido parecía presto a responder sus dudas, de una forma más o menos confusa, pero hasta el momento no habían debatido sobre el significado de lo que habían escuchado. Pronto habría que tomar una decisión, y lo primero era agrupar los tres cubos.

- Por lo que he entendido - comienza, rompiendo el silencio que se había apoderado de la sala -, uno de los objetos lo hemos dejado atrás. ¿Cómo de lejos? 

Por lo que ha dicho el hombre, tendrían que desandar el camino ya recorrido, pero no ha especificado cuán lejos está el cubo. "¿Quizá estaba en la mansión? ¿Puede que nos hayamos precipitado al entrar directamente aquí?".

- Antes de seguir adelante, creo que deberíamos conseguir ese segundo cubo. Cuanto más nos adentremos en este lugar, más tardaremos luego si tenemos que volver sobre nuestros pasos.

Claro, que la otra opción podría ser seguir adelante, encontrar el tercer cubo, y luego salir de esta cueva para tratar de dar con el segundo. Siguiendo el tren de pensamiento, Clive pronunció sus pensamientos en voz alta.

- ¿O creéis que deberíamos avanzar y tratar de dar con el tercer cubo?

Mientras esperaba la opinión de sus compañeros, se repetía lo que el hombre les acababa de decir. "El pasado os aguarda adelante; el presente volviendo sobre vuestros pasos. El cubo de Raf ha mostrado varias escenas del futuro... ¿Los otros mostrarán el presente y el pasado? En ese caso, ¿cual será más práctico ahora mismo?".

Por otro lado, parece que hay que cambiar algo del pasado, pero Clive todavía no está seguro de qué, y no parece que el hombre sepa exactamente qué.

Jeremy, agotado y con el brazo entumecido, se mueve despacio, paso a paso y apoyado contra la pared. Helen, con la vista baja, le escucha acercarse hacia ella.

Cuando el hombre le dirige la palabra, ella levanta la vista despacio. Sabe lo que va a ocurrir, las palabras directas de Georgi, que se muestra ausente y atareado observando el cubo, tan solo refuerzan el temor de la mujer, que a pesar de ello, trata de mantenerse estoica.

- Venga, Jeremy. Todos sabíamos que había riesgos - tose, y respira con dificultad. A pesar de ello continúa hablando -. Hay demasiado en juego, no os retraséis por mi. 

Georgi continúa como si no se enterara de lo que ocurre a sus espaldas, y hace un gesto a Smith para que le ayude con el cubo. El agente le observa sorprendido y le indica que espere. Evidentemente, el astronauta ruso no es consciente de lo que está pasando. Por alguna razón, su cerebro parece encontrarse en otro lugar. Mientras espera a que Smith considere adecuado ayudarle, se sienta apoyado contra la pared, y empieza a jugar con los restos de sangre que forman un charco a la entrada de la sala. Helen vuelve a atraer la atención de Jeremy y Smith.

- Escuchadme - dice con dificultad -. No podemos dejar que ellos ganen. Mirad, han traído el cubo que estaba en sus manos. Quizá detrás de estos hombres vinieran más. Si os quedáis aquí... - tiene que hacer una pausa antes de continuar -. Si no seguís, quizá todo esto sea en balde. El resto del equipo espera más adelante.

Helen apoya una mano sobre su herida, por la que ya ha perdido mucha sangre. Sus movimientos son cada vez más lentos, aunque su mirada sigue siendo tan fuerte e inquisitiva como siempre. A pesar de su estado, sigue siendo una líder nata.

- Yo esperaré aquí. Cuando acabéis... - pausa para recuperar el aliento -. Cuando acabéis podéis venir a por mi. Yo aguardaré a vuestro regreso.

La mujer respira profundamente y tose nuevamente. Se inclina hacia atrás, y suelta la mano de Clive, que todavía se la aferraba fuertemente a pesar de su delicado estado. Sus ojos se dirige hacia Smith y finalmente hacia Clive. Pestañea despacio, y esboza una sonrisa que intenta ser tranquilizadora.

- Aquí puedo recuperar fuerzas... No os preocupéis.

Señala con la cabeza, pues se encuentra demasiado cansada para levantar el brazo nuevamente, hacia el cubo gemelo del que vosotros traíais y a Georgi, que observa abstraído como sus dedos se tiñen de rojo mientras la sangre de los hombres muertos resbala por su mano y cae en pesadas gotas al suelo de la sala, formando de nuevo parte del charco de líquido carmesí.

- Ayudadle... Seguid adelante.

Mierda!.. no!- exclama Jeremy... - ahora no joder..  piensa. - Smith, traer ese cubo, .. - Jeremy se gira hacia donde el cubo espera a que sea movido -Venga!, - le grita.. mientras una lagrima involuntaria le corre por la mejilla - Vamos!!.. eres capaz de enviarnos a otro mundo.. eres capaz de enviarnos por el tiempo!!!... haz algo!.. sálvala!.. mandala a cualquier sitio que se pueda recuperar.. vamos!!! - le grita desesperado al cubo

- Si volvemos atrás, -opina Raf- tal vez pongamos en peligro el cubo que ya tenemos.

Por las palabras del hombre tranquilo -ambos están muy cerca- y la dirección en que sus ojos se han movido al decirlo, Raf sospecha que el ruido del disparo y la llegada de los desconocidos perseguidores que vislumbraron quizás tengan que ver con uno de los cubos que tanto echa de menos, el que el otro ha llamado "Presente". Si es así y los que iban tras ellos han traído consigo esa parte de la Tríada, sólo queda desear que sus compañeros hayan tenido éxito y que la visión de futuro que les sirvió de advertencia les haya dado la suficiente ventaja como para imponerse a sus perseguidores.

Confiemos en que Helen y los demás hayan tenido éxito en su enfrentamiento...

Raf duda si esperar un poco más a sus compañeros -la calma con que el extraño personaje se toma la situación así le invita- o continuar cargando con su cubo alejándolo del peligro y avanzar hasta donde imagina a "Pasado" aguardando la llegada de sus hermanos.

Smith sostiene con precaución el cubo, y trata de mostrarse sereno ante la reacción de Jeremy. Cuando acerca el cubo hasta él, Jeremy trata a la desesperada de conseguir algo con el objeto, exactamente igual en aspecto al que tenían Raf y Clive. El cubo permanece oscuro unos instantes, reflejando el dolor de Jeremy mientras observa impotente a Helen. La sangre de la herida de la mujer tiñe de tonos rojizos las paredes del cubo, que refleja con timidez la luz que se cuela desde la parte superior de la sala.

Entonces el objeto reacciona, al igual que ha hecho su gemelo anteriormente. Las paredes empiezan a vibrar de color, y al instante una escena toma forma desde el interior del objeto, reflejándose en las paredes e invadiendoos como si fuerais parte de la visión.

Varios hombres se encuentran frente a la entrada de la cueva, discutiendo qué hacer. Tras haber enviado un primer grupo con el objeto, otros cuatro o cinco hombres armados escoltan a un grupo de personas que cargan instrumental muy avanzado. Lo que sea que portan recuerda a Jeremy a los objetos que poblaban la sala en la que vio por primera vez el cubo. Parecen los sistemas que el equipo de Marc utilizó en el centro de investigación para extraer información del cubo. Tras discutir el orden en el que entrar en la cueva en la que os encontráis ahora, el grupo se adentra con todo el equipo tecnológico. La visión sigue a los hombres hasta la oscuridad de la cueva, y se desvanece de las paredes del cubo.

Tras la visión, el cubo vuelve a su estado latente y la iluminación de la sala vuelve a su color habitual. Helen ha observado impasible, tratando de ignorar el atenazante dolor de la herida. Su mirada suplicante se posa en Jeremy, que todavía observa el cubo y a Helen esperando un milagro que parece no llegar. Sus ojos indican urgencia, y sin palabras parece estar intentando despedirse del hombre que no aparta su mirada de ella.

Smith posa su mano en el hombro de Jeremy, con urgencia y preocupado por la visión que acaba de mostrar el objeto. Si funciona igual que el de Raf, esa gente va a llegar aquí en poco tiempo, y no cree que con Helen malherida y Georgi catatónico puedan ser capaces de plantar cara. No necesita palabras para comprender los sentimientos de Jeremy por su amiga, y sabe que hay pocas opciones. Sin embargo, trata una última cosa:

- Jeremy - dice con tacto, en un tono suave y conciliador -. Cargad tú y Georgi con el objeto, yo llevaré a Helen con cuidado. Quizá no podamos hacer nada aquí, pero no vamos a dejarte a merced de los hombres que vienen hacia este lugar - concluye, mirando a la mujer.

Helen parece dispuesta a protestar, a recordar la importancia de la misión y lo necesario que es tener éxito, a toda costa, pero Smith no se lo permite. Le pasa un brazo por los hombros y pone a la mujer en pie, manteniéndola siempre sujeta y evitando que ella tenga que hacer cualquier esfuerzo.

- Vamos, sigamos adelante antes de que lleguen - concluye, todavía sin la certeza de que lo que hayan visto vaya a suceder, esté sucediendo ahora o no vaya a ocurrir nunca. Con Helen en pie, espera a ver qué decide su compañero.

La mente de Jeremy pare estar volando muy lejos del lugar, aunque su cabeza asiente a la propuesta de Smith. Sabe que hay muy pocas posibilidades de ayudar a Helen. pero quedarse ahí tampoco va aumentarlas, sino a disminuirlas.

Mira a Georgi - Vamos, cojamos el cubo -dice Mientras se aguanta se palpa el brazo herido. Seguramente poca fuerza va a poder hacer con ese brazo y GEorgi va a tener que llevar todo el peso del objeto.. pero hay que intentarlo.