Partida Rol por web

Mientras el resto habla a mi alrededor quedo absorta en mi nota, quizás la irremediable verdad es que volveré a mi torre, lo cual me hace sentir apabullada y aterrada. ¿Cómo volver a claustrarme en ese horrible lugar después de haber visto tanto mundo? ¿Mi mejor opción es aprobar el curso y poder irme a otro “cuento”? ¿Qué le diré a madre si vuelvo a verla?

Cuando levanto la mirada veo que Blancanieves ha venido. Vaya, me he quedado tan pensativa que he perdido el hilo de la conversación y me he quedado fuera de todo. Me disponía a murmurar una disculpa pero tampoco quiero interrumpir así que me quedo en silencio mirando como hablan. Simba es elocuente como nadie hablando, parece otro hombre que el enfadado del salón, Ella me cae bien, me gusta cómo lo ha hecho. ¿Cómo me castigaría a mí para hacerme mejorar? ¿Tengo que portarme mal para dejar de ser la chica de la torre oscura? Sonrío de medio lado.

- Yo sí he leído tu historia, Bella – sonrío con cariño – pero no diré nada, tranquila – le guiño un ojo.

Quizás he leído las historias de todos pero no sé quienes son, Mérida no me suena por su nombre, Simba tampoco. O quizás las historias que yo he leído son diferentes a las de ellos.

Leí la nota de Meg y sonreí ampliamente pensando en las cosas deliciosas que podía tomar de la cocina para nuestro paseo. Mis ojos se abrieron de par en par cuandonla escuché decir que no era tan fuerte como yo pero por no interrumpirla no le dije nada aún.

Además Ludovic parecía estusiasmado con mi relato. El también era cazador por lonque entendía mi emoción y eso me gustaba.

- he perseguido venados también, soy muy rápida, aunque han sido más los que se han escapado que los que he logrado capturar. Pero eso no importa, con uno solo de esos basta para comer por semanas- me reí ante la mención del oso- yo no podría con un oso no aún, aunque si enfrenté a ese León de allá y salió muy mal, pero no voy a dejar que me intimide

Miré de reojo a Simba recordando como le había plantado cara ayer cuando se disculpó por lo que habia hecho en el comedor. Habría estado horas hablando sobre cazar con Ludovic, pero Megara se estaba presentando y yo estaba muy interesada en oir sobre ella.

Mi sonrisa se desvanece, una expresión seria se aloja en mi rostro, que pronto evoluciona a una de enfado. El buñuelo en mi mano se vuelve un montón de migajas al apretarlo inconscientemente.

- Maldito idiota, ya me decía mi abue que no hay que confiar en los hombres. Hasta ahora no he conocido a ninguno que valga la pena, mi padre nos abandonó y los hombres del pueblo nos llamaban brujas a mi abuela y a mi solo por vivir a nuestra manera. Les dolía el ego ver que mi abuela era capaz de sobrevivir sola en el bosque mientras ellos lloriqueaban por clavarse una astilla- di un gruñido como el de un gatito molesto y entonces caí en la cuenta de que Ludovic también era hombre. Lo miré con algo de vergüenza - perdón no lo decía por ti, tu me agradas porque eres el primer hombre que no se burla de mi al decir que soy cazadora. No quise ofenderte yo hablo de los hombres de mi pueblo.

Me puse de pie e impulsivamente abracé a Meg por la espalda, estando ella aun sentada.

- Eres una mujer fuerte y atractiva, no necesitas habilidades mágicas ni nada de eso para seducir a alguien. Y podrías vivir bajo tus propias reglas si quisieras, no dejes que nadie te haga creer lo contrario. Yo quisiera ser un poco más como tú- volví a mi asiento y recordé que tenía que hacer una pregunta- ¿Quién es hades por cierto?

La joven volvió a su asiento y solo cuando su culo tomó posición cayó en la cuenta de que no había pedido permiso para salir ni para entrar. Su madre era muy puntillosa con aquello así que imaginó su ceño fruncido y su dedo acusador sobre ella. Ya no había remedio

- ¿Que me he perdido? - miró a sus compañeros de uno en uno. Incluso a Simba, el cual debía admitir que le recordaba a Mor´Du. Imprevisible, agresivo y feroz.

- Bueno, yo vengo de Escocia y pertenezco al clan de los Dun Broch. Mi padre es el Rey Fergus, valiente guerrero que perdió una pierna a manos de un temible y gigantesco oso que habitaba nuestras tierras. Pensó que podia vencer a nuestra familia, pero se equivocaba - aquí sus ojos se clavaron en el hombre de pelo leonado antes de mirar a Aladdin. Iba a saltarse una parte y esperaba que él no dijera nada más

- Mi tierra es verde, fértil y enorme. Sus montañas son interminables y atraviesan las nubes y el aire es... puro, lleno de vida. Espero que algún dia podais conocerla - sonrió ya con amabilidad incluyendo a todos. - Ah. Me encontré con los fuegos fatuos, que fueron quienes me guiaron hasta aquí - ladeó la cabeza con un breve guiño de nariz.

- ¿Alguien tiene alguna pregunta? -

La princesa pelirroja volvió del aseo más calmada y se sentó en su mesa

Aladdin entornó los ojos tratando de recordar lo que se había estado diciendo en la mesa en ausencia de la pelirroja.

-Veamos, recapitulando...Bella vive en un sitio que se llama Campiña y su padre es inventor... ha leído historias que están basadas en  ¿nuestras futuras vidas?-esta última parte la planteó en tono de duda, puesto que seguía sin estar seguro de que había entendido bien todo aquello.-Nieves nació princesa pero vive con unos enanos en una casa en el bosque... Eh... Simba perdió a su padre y se fue a vivir lejos de su manada siendo adoptado por un jabalí y por una... suri...¿cata?-envió una mirada hacia el león, para asegurarse de que lo había pronunciado correctamente.-¡Ah, si! también conoce a un tal Rafiki que es una especie de mago muy poderoso que incluso ha logrado que pudiese hablar con su fallecido padre-Parecía entusiasmado con la idea de que hubiese otros con poderes tan impresionantes como los de Djinn-Por mi parte, no se ha dicho que tú no sepas-concluyó su resumen, en el que había tratado de dejar fuera los detalles más escabrosos.-Creo que no me he dejado nada importante-Se encogió de hombros

La princesa no confirma ni desmiente su relación con Gastón, se ha abstraído de la conversación, por lo que Simba queda con la duda y no se propone averiguarlo, quizás la respuesta se le presente de otra forma, pero solo espera que no se traduzca agresivamente en una disputa contra el cazador.

Bella comenta que los cuentos de sus historias han sido retirados de la biblioteca, Simba no tiene interés en leer su propia historia y saber que sucederá, si es derrotado por su tío, o será él quien lo mate. Su curiosidad por conocer más sobre la figura de la sirena se ve truncada. ¿Saber quién es Ariel? ya tiene esa información, pero si quiere averiguar en qué se puede convertir cuando no es humana, como es la anatomía de una sirena. Asiente a la reflexión que hace Bella sobre conocer el futuro.

Por último, reaparece la joven de los cabellos rojos, que le mira sin miedo y cuenta que es hija de un Rey, a quien una bestia dejó cojo a su padre. Simba se abstrae un segundo con las imágenes sangrientas del comedor, sus garras penetrando la carne ajena sin control. -Algunas bestias son bestias, y otras solo se defienden cuando es necesario. –dijo sin saber que quería hacer su padre con el oso. Si fue cazarlo, la respuesta del oso fue más que justificada.

Rapunzel era capaz de echar el tiempo atrás y se preguntó si su poder funcionaría también con los espíritus, o solo curaba heridas. No le preguntó a la princesa, pero Simba pensó que sería muy poderosa para el mundo de los espíritus, alguien de quien aprender cuando ella aprendiese. -Quizás algún día ella pueda ayudar a tu padre y curarle la pierna para que vuelva a andar bien. – se levantó y miró hacia la mesa donde tenía un asunto pendiente con Ruby y no quería posponerlo más. -Tengo que marcharme ya, pero os veré en otra clase o en la comida, quizás, ha sido una conversación interesante. – sonrió y miró de soslayo a Nieves, si quería regresar sin llamar la atención ahora era el momento.

Ya sin la cinta roja en la muñeca, el león se levantó de la mesa donde estaba sentado de forma provisional, prestándole el asiento libre de Grey a Blancanieves y regresó junto a los compañeros que le tocaron en un inicio en la mesa. A Simba se le veía tranquilo, con la mirada relajada, y la conciencia más en paz. Eso se notaba incluso en su forma de hablar con los demás.

Reapareció sin la cinta roja en la muñeca y al sentarse no tardó en dar las explicaciones oportunas a Ruby. Que le perdonase o no, era un asunto personal suyo y Simba no se iba a meter ahí. Nieves se había quedado con la cinta mientras se la sacaba de la muñeca y jugaba a enroscársela en su dedo.

Se sentó y miró a la cazadora pensando que palabras elegir para no menospreciar la promesa o acuerdo al que habían llegado el día anterior. -Nieves tiene tu cinta, ahora te la traerá. Le he pedido que me la quite porque no es necesaria, querías que la llevase para demostrarte que no soy una bestia. Bueno, tienes mi palabra de que no lo soy, entiendo que no me creas y no es que no me importe que alguien a quien he atacado piense que actúo solo por sed de sangre. Pero la realidad es esa, no me voy a convertir en león, de eso si puedes estar segura, no porque no quiera, sino porque no puedo. Ella me controla, y durante un tiempo no va a dejar que cambie de piel, aunque me sienta incómodo tratando de aparentar ser humano. –la verdad era esa, Simba había esperado el momento de contárselo usando una nota, pero recuperó su voz en la mesa de Rapunzel.

La princesa se había puesto de pie para irse, pensando que Simba se quedaría en la mesa, en el entretanto, Merida llega también y ella la saluda con un movimiento de mano, justo la mano en donde estaba enrollada la cinta que le había sacado al León. Se despidió de todos y se fue detrás de Simba, de vuelta a su mesa. 

Se sentó al lado de Simba y escucha lo de la cinta.

— entonces... ¿es tuya? — le pregunta a Ruby y se la extiende — aunque no sé si debiste sacártela Simba — levantó una ceja mirando a su compañero, pero suelta un pequeño suspiro y sus ojos van hacia la puerta — el profesor no me dijo nada si podría ir a ver a Wolf, aunque ya creo que debe estar lejos, dudo que podría dar con él — lo dice con algo de desilusión, apoyando su rostro en su mano, frunciendo un poco sus labios. 

El león guardó silencio y no respondió inmediatamente a Nieves cuando ésta le dijo que no debió sacarse la cinta. -Es una atadura y no me gusta sentirme atado a nada. Tampoco acostumbro a llevar objetos encima, visto con ropa por respeto, ya es suficiente para mí habituarme a vuestras costumbres... - por un momento se le vio tenso. -Si no me convierto, la cinta no se romperá y eso era lo que Ruby quería comprobar.

La princesa mencionó entonces a Grey y Simba pensó en su seguridad, extendió la desconfianza que sentía por Scar hacía él.

-Ten cuidado con el lobo. - le aconsejó a Nieves, mostrando esa preocupación por como reaccionase un animal que además de ser depredador, resultaba estar en el grupo de villanos. Tenía la voluntad de ayudarlo y Simba esperaba que pudiese hacerlo. -No está en la fraternidad de héroes. Tal vez las apariencias engañan pero la maldad nace en algunos casos de adentro y cuando la llevas en el corazón, el veneno se extiende y lo convierte a uno en la peor versión de si mismo. - aunque él no estaba en la de villanos y había demostrado ser poco héroe, veía la diferencia entre un corazón noble y otro impío.

Observé a Simba volver cosa que no me agradó, vi a Nieves venir tras él luego de que el león me explicara porqué ya no traía su cinta. Un sentimiento amargo se alojó en mi estomago. Fruncí el ceño dando un bufido al recibir la cinta de vuelta.

- Ni un solo día duraste con ella. ¿Así de débil es tu voluntad? - le mostré la cinta- esto no era una atadura, era una promesa y tu la rompiste

Simba había elegido el peor momento para hacer esto, sobre todo porque la historia de Megara me había recordado porque no confiaba en los machos de ninguna especie.

- Cuando era pequeña, solía robarme los dulces y pasteles que mamá cocinaba. Era muy egoísta y no me importaba si mamá tenía que venderlos o si eran para mis abuelos.- le hablaba a Simba directamente con una expresión muy seria bordeando la decepción.- Mi madre un día ya cansada me sentó y me mostró el daño que había hecho con mis acciones. Me sentí muy mal y prometí no volver a hacerlo. Entonces puso una cinta roja en mi muñeca y dijo que cada vez que fuese a actuar de forma egoísta observara la cinta y recordara mi promesa. Si en un mes no había vuelto a actuar así ella me quitaría la cinta, si en cambio yo fallaba ella jamás volvería a confiar en mi

Me di cuenta de que estaba interrumpiendo la conversación previa que teníamos antes de que Simba y Nieves volvieran, además no era un buen momento para la confrontación, decidí entonces llegar rápido a mi punto.

- Al final lo conseguí, durante un mes cumplí mi promesa pero fue muy duro para mi. Por eso solo te pedí una semana

Tomé la cinta y até con ella la nota que el día anterior me había dado Simba, tirando ambas a la basura. Al volver a sentarme mi semblante seguía inquieto pero traté de esbozar una sonrisa.

- Bueno... estábamos oyendo la presentación de Meg y haciéndole preguntas, faltabas tu Ursula

Le acerqué a Nieves el codigo del cazador por el que me había preguntado más temprano y que yo había anotado en una hoja.

Rapunzel: Yo sí he leído tu historia, Bella, pero no diré nada, tranquila 

Bella alzó la cabeza con sorpresa. No esperaba que nadie hubiese leído su historia, básicamente porque el concepto de "su" historia aún se le antojaba lejano y absurdo. Sin embargo, asintió con la cabeza. Si debía casarse con Gastón, al menos esperaba que los detalles que la llevaran a ello pudieran sorprenderla.

La princesa pelirroja regresó e hizo una pequeña y rápida presentación, antes de que Aladdín la pusiera al día.

Simba: Algunas bestias son bestias, y otras solo se defienden cuando es necesario.

 -Los animales nunca luchan sin motivo -asintió Bella-, quizás el oso sólo se estaba defendiendo. En cualquier caso, lamento lo de la pierna de tu padre, Mérida. Siendo tu tierra un lugar increíble y siendo tú una princesa, ¿qué es lo que deseas cambiar de tu destino como para estar aquí?

Lo apaciguado que regresó el león, que había estado hablando de Mufasa en la otra mesa, y de algún modo gracias a él, recordando sus vivencias espirituales, que quería conseguir estudiando magia, se fue al carajo cuando la reacción de la cazadora no fue la que él esperaba, al pensar que haría lo correcto quitándose la cinta y explicándole porque la inutilidad de mantenerle atado con eso. Escuchó la historia de Ruby y su madre que la reñía de pequeña por los dulces, se sintió incluso mal por unos segundos, porque entendió que la cinta tenía un significado especial para ella, pero mientras tanto no veía la relación que existía entre su egoísmo comiéndose todos los pasteles y la actitud de él, que había sido en esencia buena contándole la verdad. Nuevamente el león no entendía que había hecho mal, y esta vez tenía razones para sentirse confuso.

¿Preferirías que te hubiese engañado y la hubiese llevado una semana, sabiendo que no me voy a convertir en león? La acepté porque ayer no tenía modo de explicarme y decirte que no tenía sentido. – le respondió cuando ella le recriminó que había roto su promesa. Fue difícil para él mantener la calma y no saltar de un modo peor, la rabia se le concentraba en el estómago dándole vueltas, el calor de esa sensación aumentaba en su cuerpo y había subido hasta el pecho, y con todo eso el león solo quería romper alguna cosa para sacar su rabia hacia fuera y no que le comiese por dentro. Estaba muy rabioso.

¿Qué diablos quería esta humana? ¿Ahora tenía que pensar cómo satisfacerla y aguantar la atadura en su mano? Ya había hecho su examen de conciencia, era suficiente. Llevar una maldita cinta en la mano no valía más que su palabra y su sinceridad.

A esas alturas, cuando Ruby se levantó y tiró todo a la basura Simba no sintió nada, porque para él, esas cosas solo eran objetos y la verdad prevalecía sobre un mero artículo físico como una nota de disculpa que había salido de su pensamiento y corazón y la cinta con la que la madre de Ruby le hizo entrar en razón de pequeña para valorar su esfuerzo y ser consciente de su egoísmo.

Se levantó con la intención de irse, no podía quedarse ahí. Si Ella no lo tuviese bajo control, la rabia que sentía ahora Simba por la sensación de injusticia hacía él podría haber derivado en una conversión precipitada. Necesitaba que Ella siguiese vigilándolo o que alguien le explicase como evitar transformarse cuando la rabia en él explote. Esa sería la verdadera prueba del león, que Ella le diese libertad, le enseñase, y así ver su reacción, no la cinta de Ruby, que aunque fue colocada con buena intención, a efectos prácticos no servía en nada para ayudar a mejorar al león.

Dejo pasar unos minutos antes de comenzar a contestar las preguntas, para asegurar que todo el mundo ha tenido tiempo suficiente para formular las suyas. Antes de que Úrsula pueda hablar, Simba y Nieves vuelven a nuestra mesa. Tardo poco en recordar que, antes de irse, Simba me dio una nota con una invitación, cuanto menos, interesante, que debería contestar, pero mi humor en estos momentos es tan nefasto que no soy capaz de encontrar las palabras adecuadas. 

Además, pronto empieza una discusión entre Simba y Ruby acerca de una cinta roja que la cazadora le dio al león para simbolizar una promesa. Escucho atentamente, mientras decido si debería intervenir, y en favor de quien. Después de haber atendido a los argumentos de ambos, llego a la conclusión de que ambos tienen razón en parte. Me levanto, de la mesa, y recojo la cinta con la nota atada de Ruby, y se lo pongo en la mano de nuevo, acariciándola en el proceso. Cuando me enderezo de pie de nuevo para comenzar a hablar, intento suavizar mi gesto, aunque soy consciente de que aún se refleja el dolor de los recuerdos del pasado en él.

- Disculpad que me meta donde nadie me ha llamado, pero creo que ambos tenéis razón, en parte. - Me giro hacia Simba, y le miro a los ojos. - Simba, comprendo lo que dices, comprendo que no le encuentres sentido a llevar la cinta si, como dices, no puedes convertirte en león, pero esa cinta significaba algo importante para Ruby, ella misma te lo ha contado. Si te la querías quitar, y tenías motivos para ello, habría sido buena idea que se lo comentaras. A veces, los humanos le damos fuertes significados a algunos objetos, y comprendo que no lo entiendas dada tu naturaleza felina. - Me giro hacia Ruby esta vez. - Sé que ambos tenéis buenas intenciones, no dudo Simba vaya a incumplir su palabra, incluso si Ella no lo controla, pero ahora que ha recuperado su voz, quizá deberíais intentar llegar a un entendimiento, y acordar una manera de que lleve tu símbolo de una manera que os resulte satisfactoria a los dos. - Los miro a los dos. - ¿No creéis?

Me siento en mi sitio de nuevo, y suspiro.

- Simba, me gustaría que te quedases. Aunque me temo que no me siento con fuerza suficiente para repetir mi presentación, después de que responda a las preguntas, aún queda gente por presentarse. 

- me expliqué mal, no es la misma cinta que una vez me dio mi madre solo intentaba darle el mismo significado.

Sin ánimos de discutir o hacer un drama al respecto y viendo que Meg no se veía feliz, elegí poner paños fríos al asunto. Recibí con amabilidad la cinta y la nota de vuelta en mis manos y la guardé.

- Meg tiene razón, lo mejor será hablar de esto de forma más clara en otro momento ya que me temo no he sabido darme a entender. Ahora sería de mal gusto seguir discutiendo, lo lamento en serio

Por el bien del grupo y por la intervención de Megara que a mis ojos era mucho más madura que yo hice un último intento por traer paz a la mesa, aunque eso requirió toda mi fuerza de voluntad.

- Lamento si te hice sentir atado Simba, no era la intención. Espero sepas disculparme y entender que no pueda perdonarte tan fácilmente como los demás. Si quieres podemos hablar más tranquilos cuando acabe la clase, ahora realmente no quisiera que por mi culpa te fueras.- tomé la mano de Megara con suavidad- perdón si te interrumpí, ten esto te animará

Le di una galleta a Megara con chispas de chocolate para que pasara el trago amargo. Yo en cambio ya había perdido el apetito pero me esforzaba por mostrar una sonrisa para no causar más problemas

La sensatez de Megara consiguió que tanto Ruby como Simba se tranquilizasen. No esperaba que la humana a quien el león consideraba una alfa en otras lides interviniese de esa forma, así que ahí ganó parte de su respeto, viéndola como alguien inteligente capaz de mediar en una situación difícil, con la comprensión y madurez de quien entiende el valor de todas las posturas en un conflicto.

-Yo también lo siento. – dijo a continuación Simba colocándose a la misma altura que la cazadora, realmente disgustado y agotado por lo malo que se había creado en la mesa, no vino del otro lado para discutir. Estaba en otro punto después de hacer su trabajo de análisis con lo ocurrido y no era esto lo que quería. Para él Ruby necesitaba tiempo, y no tenía problemas en que se lo tomase y no le perdonase con facilidad, entendía el daño causado y estaba en su derecho.

-Creo que solo el tiempo y el conocimiento sobre mi y mis acciones, puede cambiar lo que sientes ahora Ruby, la desconfianza hacia mi es lógica, así que cuando quieras hablar conmigo, lo haremos. – la disculpa sobre mantenerlo atado fue acertada, no entendería que quisiera que la atadura siguiese en su muñeca, sabiendo que se siente mal, y le molesta. No importa si es una cadena, una jaula, el pelo de Rapunzel enredándose en él o una pequeña cinta, la falta de libertad daña al animal. Hay una diferencia entre causar daño conscientemente y causarlo estando fuera de si como fue el caso de Simba cuando se convirtió en bestia.

-Entiendo que algunos objetos para los humanos guardan mucho significado, aunque para mí eso sea ajeno. – le dijo a Megara, que le explicó algo que él ya empezaba a ver claro, dado el problema con el vestido de novia de la sirena, a quien ella también daba excesivo valor.

Finalmente, Simba volvió a sentarse, y se centró en escuchar a sus compañeros de mesa. -En otra ocasión puede que os hable sobre mi lugar de origen, y el motivo por el que estoy aquí. – había hablado mucho sobre eso en la otra mesa, como era su vida antes de perder a su padre, el territorio donde vivía con Timón y Pumba. Ahora mismo no quería ser él, quien llevase el peso de la conversación, necesitaba unos minutos de paz para terminar de serenarse, así que le vendría bien escuchar al resto y las preguntas que se formulasen.

la objeción de Simba sobre Grey fue recibida por la princesa con una ligera inclinación de cabeza, aunque internamente le causó gracia, pues era ligeramente semejante a la de Ruby respecto a él, además, sus ojos fueron a Úrsula, que estaba al lado de ellos, ella no estaba en la hermandad de princesas, pero ¿eso la hacía necesariamente malvada? Le sonrió e iba a agregar algo justo cuando comenzó la discusión entre Simba y Ruby que estaba escalando y por unos segundos Nieves creyó que el León aparecería y palideció aún más, pero Simba se comportó, aunque molesto, explicaba qué ya no podía transformarse y estaba controlado, pero para Ruby no era suficiente frente a la promesa que había hecho. Afortunadamente Meg había resuelto el entuerto con sabias palabras, la princesa, que se había girado hacia el León para detenerlo y hacerlo entrar en razón, agradeció a la griega por su sensatez.

— estuviste muy bien... — Nieves le susurró a Simba, felicitándolo por haber mantenido la calma y por haberse disculpado tras sus acciones que habían incomodado a Ruby, al final era un asunto de costumbres y de no entender la importancia de algunos gestos para algunas personas. La princesa suspiró, colocando su mano en el antebrazo del León y se incorporó a la conversación.

— sip, mejor sigamos conversando y no te preocupes Meg, como dije, luego conversaremos largo y tendido, ¿no es cierto Ruby? — les guiñó un ojo a ambas traviesas, además había leído el código del Cazador que Ruby  había dado, ella conocía parte de él por los cazadores del castillo, y comprendía el ciclo de la vida, en donde algunos debían comer a otros, y así. 

— ah, por cierto Simba, creo que somos más que nuestras hermandades, eso corre para todos, — simplemente acotó, cruzando sus dedos delante de ella, con ánimos de escuchar a sus compañeros y lo que tenían para contar. 

En mi llamado por ayuda inesperadamente ante mis espectativas alguien había respondido y aunque podría imaginarme cuáles fueron los motivos por los que aquel sujeto estaba motivado a asistirme en esto no los comprendía él estaba en la llamada fraternidad de héroes y yo en la de villanos,acaso no ve veía como un ser tan intimidante y lleno de maldad o acaso se trataba que era demasiado inocente incluso quizás muy valiente,pero sus motivaciones no eran de mi interés por el momento solo me podía sentir afortunado de que alguien me asistiera con esto.

Intentaba asimilar lo que el sujeto de quien apenas recordaba su nombre hacia (@Robin) incluso si tenía suerte podría pedirle que me enseñara todo lo posible acerca de los símbolos que hacía tenía mi total atención en cada uno de los minúsculos movimientos que su mano podría mostrar esa paz y esa nueva enseñanza de vida que estaba adquiriendo fue interrumpida por una voz que para mi desafortunada existencia quería evitar oír por el mayor tiempo posible ya que solo lograba hacerme enfadar ademas de recordarme las molestas muestras de afecto que había recibido constantemente.

Alguien como (@Ursula) seguía insistiendo a ayudarme incluso a comenzar con la orden de aquel sujeto que estaba enfrente pero no quería hablar con ella cualquier cosa que respondiera podría volverse una tediosa,molesta y estresante conversación simplemente desvíe la mirada un poco despues de verla fijamente a la cara y así poder continuar asimilando los numerosos símbolos que lograba ver,para mi fortuna aquella mujer se marchó aunque comprendía cuales habían sido mis propias motivaciones para mantenerme callado la de los demás presentes en la mesa era desconocida para mi simplemente salude como pensé debía hacerlo,que todos escucharan mi nombre mientras terminaba de "escribir" -Me llamo Scar y soy un león.

Una vez aquella mujer se marchaba de la mesa al ver que solo quedaban dos decidi seguir mejor las instrucciones que habían sido dadas previamente presentandome y despues podria terminar de "Escribir" mientras ese par me daban sus dudas de mi vida para resolverlas -Naci en la sabana soy el actual rey de las tierras del reino,en este momento- pense muy bien mis palabras teniendo en cuenta lo que nos habían dicho de nuestra ausencia -En el momento que me fui deje las tierras en el pésimo control de las Hienas unas fieras criaturas que cazan cada vez que se les antoja pero ya me encargare de ellos en su momento,mi nombre antes era Taká pero despues de una acción egoísta de mi parte a mi hermano mi padre me castigo con una cicatriz bautizandome como Scar.

Tome un poco de aliento antes de continuar no comprendía porque estaba contando estas cosas a unos desconocidos de los cuales apenas recordaba sus nombres pero no me importaba quería continuar quería desahogarme un poco -mi hermano Mufasa fue mi predecesor un ser arrogante de fuerza monstruosa que dio preferencia a unos sobre otros murió pisoteado por una manada de ñus- se pudo notar como afirmaba lo último con cierta alegría -Una estampida causada por su inmaduro y poco cuidadoso hijo que simplemente escapó para evitar morir y al parecer sigue siendo el mismo descuidado,no me sorprendería si alguien muriera por su culpa- afirme con una sonrisa mientras señalaba a Simba para que solo ellos dos pudieran ver mirando sus rostros esperando por las preguntas que quisieran hacer.