Cuando Jasmin vio al enorme león apartando a las chicas se llevo las manos a la boca mientras gritaba, ante semejante bestia podrían estar ya muertas y la muchacha se levantó de un salto para ir junto a ellas siguiendo a Megara, por suerte al llegar pudo comprobar como ambas estaban vivas, aunque el aspecto de Ruby era realmente malo. La princesa se arrodilló junto a ella Megara y Nieves.

-Tenemos que sacarlas de aquí Megara, vamos, cojamos a Ruby entre las dos, Blancanieves ¿puedes caminar? Agárrate a mi, ¿vale? Vamos chicas, podemos hacerlo.

Jasmine paso su brazo por detrás de la espalda de Ruby y puso el otro en su cintura para ayudarla a levantarse, no sabía si la chica podría caminar pero estaba segura de que entre ella y Megara podrían sacarla de allí a la vez que Blancanieves se apoyaba en ellas para caminar también.

Mientras intentaba poner en pie a las dos jóvenes, su mirada fue a parar donde estaba aún el león, Aladdín llamaba su atención para distraerlo de su presa que al parecer era Rapunzel que ya salía volando de allí en un caballo alado, los chicos encaraban a Simba, y Jasmin temió por ellos ¿dónde estaba Ella? ¿y el conejo? ¿y las hadas? Tenían que sacar a las chicas de allí y pedir ayuda donde fuese.

Todo sucedió rápido, demasiado rápido. 

El comedor estaba destrozado, el león había atacado a las chicas, los hombres habían atacado al león. Ayudé a Rapunzel a subirse a... ¿qué era ese animal tan hermoso? las otras intentaban protegerse y huir. Y yo parecía una mera espectadora, y todo esto... por un pedazo de tela... Maldito león, el próximo traje de novia me lo iba a hacer con su pellejo. Miré el tenedor en mi mano. ¿Qué podía hacer? ¿qué haría Sebastián? Sebastián cantaría. 

A menudo imitado pero nunca duplicado Genio:  Vamos señoritas, dicen que la música amansa las fieras...

¡Eso era! O bueno era lo único que se me ocurría. Eso era una fiera. No tenía nada que perder. Tome aire y... 

MMMM-MMMM Wi-a-ma-ma-gue!!!!!!!

Dejé un instante para asegurarme de haber captado su atención. 

Golpeé mi pecho y dí una palmada para coger el ritmo. 

Awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, en la jungla la negra jungla, dormido esta el león, en la jungla, la negra jungla dormido está el leooooon. 

En la distancia ví como el señor Negro, muy Negro, empezaba a mover el cuerpo con unos aleteos muy extraños y comenzaba a cantar conmigo, como diría Sebastián era el turno de la solista. 

WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague... WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague...

Cerré los ojos y me dejé llevar por la música extendiendo abiertos mis brazos. Notando mi voz emanando poderosa de mi garganta, irradiando vida, llenando la habitación. Era el momento de caminar hacia el león. ¿estaría más calmado?

En la aldea, tranquila aldea, dormido esta el león, en la aldea paciente aldea, dormido esta el león.

WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague... WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague...

Ya no podía controlarlo. La música guiaba mis pasos, como había hecho años atrás cuando me enfrenté a mi padre. Y acompañada por el ritmo marcado por el Negro mis pies, se movían al ritmo de mi canto. ¿a esto lo llaman una bella danza? ¡Era maravilloso!

Ah-ah-ah-ah-ah-ah-ah A-a-a-ah, Ah-ah-ah-ah-ah-ah-ah A-a-a-ah, Ah-ah-ah-ah-ah-ah-ah A-a-a-ah

Me acerqué a las chicas, el león por el momento no estaba atacando, no sé si perplejo o si realmente amansado. Pero era el momento de sacarlas de allí. Me dirigí a ellas cuando canté. 

Hush, queridas, no temaís, queridas, el león duerme esta noche.
Hush, queridas, no temaís, queridas, el león duerme esta noche.

Y volví a encarar a la bestia. ¿estaba dormido? Por el abuelo Poseidón, espero que lo estuviera. 

WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague... WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague...

MMMM-MMMM Wi-a-ma-ma-gue!!!!!!!

El micrófono vuelve a recuperar el aspecto de una cuchara y mi sonrisa desaparece lentamente a medida que veo a todo el mundo abalanzarse sobre el iracundo machote enredado en el pelo dorado de la chica peli-ultra-largui (@Rapunzel).

- ¿Soltarlo? ¿Estáis seguros de eso? Creo que hay unos cuantos motivos por los que es una mala idea. ¿Qué tal si avisamos a un profesor? ¿o a Ella? ¿o a la policía? ¿o a un psicólogo?

Lo sueltan. Bueno, es un pasito hacia paz.

El señor Simba decide demostrar su agradecimiento transformándose en un bicharraco tan grande como Rajá, solo que con mucha más mala baba, y suelta un amable rugido que hace que todos nuestros calzoncillos se tiñan de marrón.

Sonrío tímidamente - Igual solo está intentando enseñarnos en su forma real como es disculparse en su cultura... - digo con poca seguridad en mi teoría improvisada.

De repente ¡ZAAAASS!!! ¡PUNCHH.CROOONCH!! la mano de la @Blancanieves se dobla en una posición imposible con mucha sangre por ahí; y la señorita de la capa Roja (@Ruby) recibe un golpe que la deja sin ropa, sin dignidad y sin toda la integridad de sus costillas. Me giro hacia el León y pongo mi cara más valiente...

Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!... - me detengo para coger aire y vuelvo a chillar durante un minuto más mientras todos a mi alrededor empiezan a hacer cosas valientes.

Los héroes hacen cosas de héroes (ole ahí mi amo). Las heroínas hacen cosas de heroínas. Las alfombras hacen cosas de alfombras mágicas. Los pegasos hacen cosas de... - ¡Por Alá! ¡es un pegaso! - digo maravillado por segunda vez en dos días.

Bueno, parece que se están llevando a las damas heridas. Ahora busca hacer pupa a la chica que habla con los peces (@Ariel) y la dama peli-ultra-largui (@Rapunzel).

Bien, vale Genio. No has sido enviado a la hermandad de "Héroes" por tus impresionantes pectorales. Es hora de ponerse a imitar al Rizitos de oro (@Hércules) y al amo (@Aladdin). Saco una jeringa con un liquido azul y que tiene un letrero que pone ("VALOR"). Me lo pincho en el brazo y me insuflo con el coraje necesario para ponerme delante de las dos mujeres y girarme hacia el León con una mirada desafiante.

- Cuidado príncipe Simba... tengo armas que no podéis ni imaginar- Digo con una voz grave, arqueando una ceja y con una sonrisa de satisfacción. Me meto una mano en el pantalón y saco con un movimiento rápido un arma:

Miro el arma de juguete un poco confuso y la tiro a un lado. Me meto la mano con decisión en el otro bolsillo y extraigo una nueva arma:

Abro los ojos y lanzo la espada de globos a un lado. - Maldita sea, lo tenía guardado por aquí... - digo metiendo las manos en los bolsillos y sacando diversos artículos: Pañuelos ilimitados, una paloma, montones de cartas de mago, un bocata, un carné de la biblioteca de Genios, un cangrejo que me pellizca...

Al final desisto y me giro a las princesas - Me rindo... no encuentro nada útil para enfrentarnos a esta bestia. Sólo se me ocurre una cosa. Corred y yo me haré pasar por la princesa de pelo ultra largui. - digo señalando a @Rapunzel.

Chasqueo los dedos y me convierto en una princesa exactamente igual que @Rapunzel. Tengo una laaaaaaaarga melena de pelo largo y dorado, tengo su mismo vestido, sus mismos zapatos, somos como dos gotas de agua.... bueno, excepto que yo soy negro, tengo barriga y las costuras de mi vestido están a punto de romperse por todos los lados... pero por todo lo demás ¡SOMOS IDÉNTICAS!

Me giro hacia el león y hago un gesto a las princesas para que huyan, pero mucho me temo que el León viene hacia nosotras y sin importar mi excelente disfraz, nos va a matar a los tres. - En mi cabeza parecía una gran idea. - digo como disculpa abrazándome a la persona más cercana y temblando ante el imponente león.

Cierro los ojos aceptando mi inminente muerte. 

Y de repente ocurre. Escucho una voz celestial.
Me giro atónito y veo a @Ariel entonando una preciosa canción. Comienzo a sonreír a medida que su precioso tono de voz se eleva más y más. Sin siquiera pensarlo, mi pie comienza a moverse al ritmo de la canción. Cojo aire en mis pulmones, me pongo a su lado y dejo que mi voz se una a la suya, haciendo los coros:

- Awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague, awimague... WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague... WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-wi-mague...

Aquello estaba pasando de castaño oscuro. Aquella zona del comedor era como una batalla en el mar del Norte, pero en un espacio tan reducido que temia que todos los involucrados salieran heridos. Y eso que algunos parecian tener poderes maravillosos mientras que ella era una simple mortal sin arco y totalmente inútil

Pero una cosa se le había clavado en la mente. Algo que habia dicho Rapunzel. Se pusó de pie en su asiento como un resorte y bajó de un salto para salir corriendo de allí en busca de ayuda de los que cuidaban de aquel lugar. Odiaba recurrir a su madre, pero cuando era necesario, lo era. Solo un adulto podria detener a aquel León desbocado sin dañarlo.

Mientras los cantos de la sirena y del genio reverberaban en el gran comedor, los rizos rojizos de la joven se perdieron tras la arcada de las enormes puertas.

Dia
Uno

hora 10:00

Érase una vez, en un salón de Muy, Muy Lejano, un montón de personajillos con dones extraordinarios revueltos como una madeja de lana. Confundidos, asustados y solos. Cada uno de éstos personajes eran un digno héroe o un altanero villano en su historia, pero en este salón son uno más entre un millón y a la vez una única y extraordinaria historia. ¿Qué podía salir mal?

A nuestros lectores les gustará saber cómo llegamos al desenlace de este capítulo que se ha embrollado de una manera extraordinaria. ¿Qué desencadenó el nudo de esta confusión? ¿Rapunzel desatando a la bestia? ¿Ariel confundiendo al león? ¿El león rasgando la mano de la rubia? ¿O quizás ofendido por la pelirroja? ¿Qué ha pasado en esta historia?

Bien, ahí donde lo veis, mis impacientes lectores, al animal furibundo, corriendo a por la rubia de melena kilométrica, tenemos que decir que era bueno y era noble en su universo. Pero ¿qué ha pasado aquí?

Aladdin, el corazón puro, de nuevo es el primer valiente en esta historia; el escurridizo y resolutivo ladrón se lía un mantel en el brazo y pretende llamar la atención del furioso animal. Mientras su alfombra le echa una mano. El león intenta apartarle de un zarpazo pero éste lo esquiva perfectamente.

El siguiente en demostrar su sorprendente valor es Gastón, mostrando una heroicidad inusitada en él, le lanza una jarra de café a la cara, el león lanza otro zarpado intentando apartarle, y aun a ciegas le da con la enorme zarpa, arañando su espalda y rasgando su camiseta. Desde luego Ella ha hecho bien en rodearle de héroes, ahí está, partiéndose la cara por la situación. Herido pero heroico.

¿Nadie va a parar al león?

Parece que no, en su mente solo hay un olor, un olor que devorar y destrozar. Un olor que masticar, el olor de Rapunzel, que corre intentando alejar a todo el mundo de ella.

¡Va a alcanzarla!

¡Un momento!

Jasmin y Megara, se acerca a Ruby y a Blancanieves, cuatro princesas de incomparable nobleza, arropándose, cuidándose las unas de las otras. Nadie se fijaría en ellas, todos miran al león pero. Pero están las cuatro para darles amor. O darse amor entre ellas, quién sabe.

Bien, el león. Sí.

¿Quién sino podía detener al león? ¡¿Tierra llamando a Herc?! ¡Un héroe vale lo que vale su arma! Las armas de Hércules son… él mismo.

Simba, aún no razonas, sigues siendo única y exclusivamente hambre de rubia, literal, peeeero cuando tus colmillos casi rozan la bonita cabeza de Rapunzel, notas un terrible dolor en la cola; tú que ya casi sentías un placer infinito al tener tu presa dispuesta para ti. Te ves lanzado contra una mesa, sientes el dolor en la espalda por el golpe y la frustración de nuevo. Y el hambre.

¡Entonces Pegaso aparece!

Esperemos que nuestros lectores estén disfrutando, qué épico parece todo ¿no? Al menos desde fuera, ahí dentro de ese salón se respira miedo en estado puro multiplicado por valor y grandes cantidades de coraje.

Hércules, levantas a la dama que necesita tu ayuda, la subes a lomos de tu caballo y la mandas a volar. Pegaso no sabe dónde está la enfermería, así que simplemente alza el vuelo y aleja a la chica del león. Rapunzel, te sujetas a la crin azul del caballo alado, procurando no caerte aunque no lo pones fácil porque no tienes ni idea de como estar ahí. El caballo mira raro tu pelo y te mira raro a ti, pesa mucho toda es pelambre ¿Qué clase de ser eres? ¿Desde cuándo una damisela pesa tanto?

Mientras Robin procura organizar su mente. Quiere cazar al león, sin sus flechas improvisa un arm: los cuchillos. Intenta organizarles a todos, trazar un plan rápido y certero para acabar con éste problema, su objetivo es matar al león a cuchillazos. Iba a hacerlo, estaba a punto de intentar lanzarse contra su flanco izquierdo cuando…

PAUSA DRAMATICA E INNNECESARIA

Escucháis todos la voz de Ariel, un canto oceánico, el olor a sal inunda el lugar, el suyo es un canto con cierto eco. Ah no, no es eco, son coros, Djinn se le suma. El genio hasta ahora había aportado sus ideas, brillantes ideas a la par que alocadas. Y es que aquí todos estamos locos, yo estoy loco, tú estás loca, todos nos rebozamos en locura. Ese genio me gusta. Incluso se postula para hacer de rubia inocente y negra. Casi me echo a reir al verlo, solo mis dientes se vieron en medio de la pared, riendo sin parar. ¡Pero volvamos al canto! A mí nadie me ha visto aún.

Ariel no estabas segura de que funcionara, jamás habías probado con un animal terrestre y tu canto de sirena, sin cola, sin agua, en este lugar tan seco y tan aireado. Tan raro, sin conchitas ni el profundo sonido mairno ¿? ¿Funcionaría? ¿Se propagaría bien tu voz por aquí? No tenías ni idea pero la percusión te estaba llamando, esa percusión del genio te decía que probaras y ahí que vas tu. ¡A cantar!

Al escucharla cantar todos os tranquilizáis, el miedo se rinde a medida que el león parece dormirse.

Y ahora, justo ahora entro yo en juego, que os he estado observando todo el rato, nadie vio mis ojos y mi excelsa sonrisa en medio de todo este barullo, pero ahí estaban. Eso era lo único que se veía. Nadie se fijó.

Cuando Mérida va a salir por la puerta, convencida de que ésto solo lo arreglan los de anoche, esperando que nadie mate al león en balde. Aparezco yo. Te sonrío, te guiño un ojo y con toda mi tranquilidad murmuro:

- No te vayas, la locura ha terminado. Tranquila.

Escucháis mi aplauso todos. Cuando la sirena para de cantar yo aplaudo. El león cae dormido al suelo. Roncando como un oso a los pies de Hércules, Aladdin, Robin, Djin, Gastón y Ariel, que le rodean.

Al giraros para ver de donde proviene el apluaiso me veis a mí, no soy el Conejo Blanco y desde luego no soy Ella.

Me acerco al león sin decir nada aún y chasqueo los dedos. En un instante Simba desaparece de la escena.

El muchacho árabe se dejó caer de culo en cuanto la adrenalina que inundaba su torrente sanguíneo empezó a diluirse. Parecía que al final la cosa había salido razonablemente bien para lo que habría cabido esperar. Había varios heridos, pero lo más probable era que en un lugar rebosante de misteriosas magias como aquel ninguna de aquellos zarpazos resultasen en secuelas o heridas permanentes y eso era un alivio enorme.

Aquella no era la peor situación a la que Aladdin había tenido que enfrentarse, pero encararse a  furibundo león adulto probablemente entraba en su top 5 de "momentos en los que casi me toca visitar a Allah"

Con los nervios aún a flor de piel, lo primero que hizo fue repasar la estancia con un rápido vistazo. La princesa estaba bien, el Genio tampoco había resultado herido y Abú justo en aquel momento empezaba a asomar la cabeza de debajo del mantel de una mesa. Aquello le hizo suspirar aliviado.

Ahora ya había llegado el momento de que  en su cabeza tratase de analizar todo lo ocurrido en tan poco tiempo, porque si algo había aprendido en su vida callejera era a atender a todo, quedarse con los detalles y aprender de ellos.

La primera sorpresa, obviando la transformación de Simba en un felino de 200 kg. con tendencias homicidas, fue la demostración de valor de Gastón. Podía parecer una persona engreída, egocentrista o desagradable, pero había dudado tan poco como él en lanzarse en un cuerpo a cuerpo contra el león y para colmo había salido mal parado por ello.

Luego había llegado el guaperas de cabello rubio. ¿como podía haber alguien tan fuerte? ¿tendría más fuerza que el Genio? Lo cierto era que la facilidad con la que se había desecho de Simba le pareció incluso injusta. ¿Como le ponían a él, un simple ladronzuelo, en la misma vara de medir de alguien con aquella fuerza? Las comparaciones eran odiosas... pero no cabía duda que aquello había marcado la diferencia para que nadie más saliese herido, algo que él mimso no podría haber logrado por lo que no dejaba de estar agradecido a Hércules por haber estado allí y haber actuado como lo hizo.

Y para acabar estaba aquella hechicera aparecida de la nada y que aparentaba poseer poderes ilimitados, puesto que a base de chasquidos había hecho desaparecer a la mitad del grupo. La muchacha  hablaba de forma enigmática y poco concreta, por lo que cuando ofreció la oportunidad de plantear dudas, no tardó ni un segundo en levantar la mano para llamar su atención.

-Eh... esto... ¡Señora!-meneó la mano -Soy Aladdin, de Agrabah-no tenía muy claro si debía presentarse o no, pero tampoco perdía nada por hacerlo- ¿Que le ocurrirá a Simba...? Quiero decir... no parecía ser consciente de lo que estaba haciendo-Aladdin se sentía realmente culpable por haber sido uno de los que intercedió para que soltasen a Simba y, si bien estaba dispuesto a pagar las consecuencias, seguía considerando injusto el culpar al chico de la sabana. Toda su vida había sido señalado y repudiado por la sociedad. A la gente del mercado solía darle completamente igual que Al y Abú llevasen 4 días sin probar bocado, o que hubiese estado viviendo solo en las calles desde los 8 años. Lo único que veían cuando cogía una barra de pan de un puesto era a una amenaza, a un malvado ladrón que merecía ser llevado a la horca por su vileza. Nunca nadie se había parado a preguntarle por que robaba, a ofrecerle una alternativa o símplemente a tenderle una mano amiga. Nadie hasta el Genio, si bien teóricamente estaba obligado a ello.

Por todo eso no podía si no verse reflejado en Simba en aquel momento. Sí, en un abrir y cerrar de ojos se había convertido en León y había estado a punto de comerse a dos o tres personas... eso nadie podía negarlo. él mismo lo había visto con sus propios ojos... ¿Pero acaso sabía realmente que demonios acababa de ocurrir? El camino fácil era extender el dedo acusador, sin duda, como habían hecho toda su vida con él.

-Yo fui el que sugirió a la chica que lo soltase cuando estaba bien agarrado- tragó saliva-... eso sí que lo hice estando en mis cabales, por lo que supongo que no tengo excusa,  pero él dudo que hiciese nada de eso voluntariamente...

Desvió la mirada al suelo a la vez que se frotó el brazo derecho, donde había tenido el mantel enrollado.

-El chico parece tener una maldición... ¿Sería justo castigarle por eso? ¿No es suficiente castigo...?-El muchacho era muy consciente de lo difícil que era tratar de solucionar todo aquello con simples palabras, pero lo cierto era que realmente pensaba lo que estaba diciendo. -Se llevaría al cadalso a un enfermo por el simple hecho de que podría contagiar a alguien? ¿No es acaso lo mismo?-preguntó esta vez de forma retórica. Era sorprendente que alguien aparentemente tan ingenuo e inocente hubiese sido capaz de sobrevivir tantos años a las duras calles de Agrabah, si bien podría ser el rencor acumulado hacia la propia sociedad el que le impulsaba a defender al agresor contra viento y marea.

Sin encontrar más argumentos para tratar de disculpar todo lo ocurrido, se mordió el labio inferior, esperando una probable reprimenda por parte de la hechicera o incluso de sus compañeros. Solo esperaba no ser expulsado. No al menos tan pronto.

Aunque la extraña mujer hace desaparecer a mis compañeras, sus palabras no consiguen hacer desaparecer la genuina preocupación que siento, lentamente me levanto del suelo, intentando entender todo lo que ha ocurrido. Hace solo unos instantes, Nieves y Ruby estaban aquí, ensangrentadas, y ahora han desaparecido sin más. 

A pesar de mi aparente valentía en el momento, cuando regreso a la normalidad no puedo evitar que la cabeza me de vueltas, y me cueste ligeramente mantener el equilibrio, sin embargo, necesito comprobar el estado de mis compañeras, ya tendré tiempo de pedir explicaciones acerca de todo esto.

- Yo quisiera ver a mis compañeras. Nuestro... peludo amigo no ha sido muy gentil con ellas, y, aunque no dudo en que estarán siendo bien atendidas, es posible que una cara más conocida las reconforte. - Dirijo mi vista hacia Jasmín, dirigiéndome a ella en concreto cuando vuelvo a hablar. - Si quieres venir, te espero fuera, querida.

Me encamino hacia la salida del comedor, una vez allí, miro hacia atrás unos instantes, y salgo.

Mi ropa y artilugios se esfuman en una nube azul en cuanto la extraña niñera que se mantenía escondida surge para llevarse al león dormido. 

Limpio mis uñas en la solapa con gesto de orgullo mientras me acerco al amo, hemos hecho un buen papel, y la verdad es que la canción nos ha quedado niquelada a la pelirroja y a mi.

- Muy ingenioso y valiente amo... - digo apoyándome en el hombro de @Aladdin con mi codo -  Como siempre cero preocupación por tu propia vida y siempre sacando ases de la manga. ¿Cómo no me habías dicho que te habías traído a Alfombra?

Disimulo mi pregunta mientras alzo las cejas y mis ojos se giran disimuladamente hacia @Jasmin, indicándole que debería acercarse a ella de inmediato... aún tiene mucho que explicarle. ¿A qué espera el piojoso? ¿A que le levante la princesa esa diosa Griega?

Luego me cruzo de brazos hacia la dama sin nombre que ha hecho desaparecer a nuestros compañeros y compañeras, con gesto serio y libero mi mente de preguntas.

- YO si tengo preguntas, oh "gran señora de pelo rosa capaz de hacerse invisible". Tres exactamente, ni una más, ni una menos.

La primera es... ¿Cómo se llama?

La segunda es... ¿Es posible que hayan provocado la ira de un héroe como Simba a propósito para ver como reaccionábamos o el chaval ha perdido la chaveta?

Bajo dos de tres dedos de forma lenta a medida que formulo mis preguntas, luego tomo aire para hacer la última con un tono alto y grave.

- y por último pero no por ello la menos importante: ¿Es mejor el helado de Strawberrycheese cake o el de Dulce de leche?

Conforme escuchaba a @Aladdin defender a Simba la rabia me ganaba, por lo que antes de hacer una idiotez, decidí dejar caer mis cuchillos al suelo.

Escúchame muchacho, esa bestia lastimó a mis amigas, casi mata a una de ellas, así que no me vengas con chorradas de maldiciones y demás idioteces.

La única razón por la cual no estoy haciendo una alfombra con su piel en este momento, es porque no tenía mi espada o mi arco a mano, pues de haberlos tenidos, ese gato estaría muerto ahora. - le increpo al árabe mientras lo fulmino con la mirada.

Ahora ya me creo eso de los cuentos, Hércules muchas gracias por salvar a Nieves y a Ruby, voy a ir a verlas a la enfermería y luego buscaré madera para un nuevo arco, ya que, con una bestia así en este lugar, no es buena idea andar desarmado.

Y no te equivoques Aladdin, si ese gato se vuelve a salir de control, no dudaré en matarlo para proteger al resto, pues de donde yo vengo, si tienes siquiera un instante de dudas ante el enemigo, tu cabeza acaba en una picota. - agrego bastante furibundo.

Disculpe señora, ¿Cuál es el camino más rápido a la enfermería?  Me urge ver a mis amigas y agradecerle a Gastón por su intervención. - agrego con calma.

Sonrío ante la actitud de Aladdin, que se posiciona en los zapatos del discorde y con toda su nobleza intenta defender algo que ni siquiera comprende. Asiento.

- Sé quién es cada uno. No es necesario que os presentéis. Simba tiene que hablar con Ella, como he dicho. Ella decidirá. Sí que hizo algo voluntariamente, hirió a Rapunzel voluntariamente, aunque más de lo que esperaba – observo al genio que también ha preguntado al respecto - todos visteis al sangre, así que no, nadie ha provocado a Simba, no me corresponde a mí explicarlo, lo arreglarán ellos. Desde luego es un héroe en su historia pero aquí no estamos en vuestro cuento, los buenos pueden convertirse en malos y viceversa. Aquí todo puede pasar, para bien y también para mal.

Luego miro a Robin durante un momento y me pongo seria.

- Cuidado, Robin, creer que tienes suficiente poder para quitar una vida te convierte en el malo de cualquier historia y te expulsa automáticamente de aquí. Pregúntale a Scar. Traspasar esa barrera no es propio de NINGÚN héroe. ¿Queda claro? – les miro a todos – los demás querían detenerlo y por eso estoy orgullosa de vosotros – miro a Robin de nuevo - así que si amenazas a alguien con asesinarle quedarás expulsado de aquí. No habrías podido matar a Simba porque yo habría intervenido. A quien ha salvado Hércules es a Rapunzel. – Suspiro, parece que no ha entendido nada – Blancanieves y Caperucita Roja eran un obstáculo en su camino, las apartó sin medir su fuerza ni sus garras. Perdió el control totalmente. El objetivo del león era la chica rubia del pelo largo, lo que me lleva a explicaros otro asunto…

Me llevo el dedo a los labios pensando cómo explicarles el tema de los animales.

- Bien, como ya habéis hablado, algunos de vosotros sois animales en vuestra historia. En situaciones de gran estrés el sello que les hace parecer humanos puede romperse debido a la fuerte energía negativa que acumula su bestia interior en ese momento, y vuelven a su forma original, el pelo rubio le contenía y al soltarle el sello se rompió, anuló su lado más "humano" y salió a relucir la bestia interior. Simba no era consciente de ninguno de sus actos cuando le soltó. Ya ha pasado todo, nadie tiene la culpa pero espero que aprendáis de todas las locuras que os vayan sucediendo aquí. Ésta ha sido la primera pero no será la última.

Luego miro al Genio de nuevo.

- Mi nombre es Cheshire, siempre estoy aunque no siempre me veis. – Sonríe de nuevo – y desde luego, Dulce de leche.

Y si no hay más preguntas, desapareceré poco a poco.

Mérida no podía apenas cerrar la boca mientras miraba a la joven que se había materializado delante de ella. Observó con  intensidad todos sus gestos y los dibujos de su rostro y escuchó todas sus palabras. Tenia que ser tan poderosa como la bruja que había dejado en su tierra. Quizás más.

Mientras aquellos utensilios de limpieza actuaban, ella intentó apartarse, pero pisó sin querer parte de lo fregado. No sabia donde meterse sin estorbar y mientras esquivaba y daba un pequeño saltito hacia atrás acabó al lado de Anastasia. Recordó que había hecho aparecer un precioso gato y le sonrió ampliamente.

Pero su sonrisa se congeló en una mueca de duda. Aquel muchacho de piel oscura siempre hablaba raro, pero.... - ¿que es un helado de stauberichis? - el resto de la frase se le atragantó por lo que simplemente se rascó el cogote confusa.

- ¡¡Espera, espera!! - extendió los brazos con enfásis al ver que aquella chica desaparecía - ¡¡dime como llegar a los jardines!! - necesitaba aire libre, verdor ante sus ojos, el canto furioso de una cascada... 

Cuando sus dos compañeras desaparecieron entre sus manos tras el chasquido de dedos de aquella desconocida Jasmin miró hacia todos lados, confusa y aterrada ¿qué demonios había sido eso? ¿a dónde había enviado a las chicas? La incertidumbre se apoderó de la muchacha que instintivamente dirigió su mirada hacia la mujer expectante de respuestas que poco a poco fueron disipando su desconcierto gracias a las preguntas que los demás fueron haciendo. Estarían en la enfermería, donde les curarían las heridas y Simba había sido enviado a reunirse con Ella, no sabía que sería del muchacho, pero aquello de que los animales que albergaban en su interior algunos de los estudiantes pudiesen descontrolarse y ocasionar escenas como la que acababan de vivir, hizo que Jasmin se estremeciera y por un segundo en su mente apareció la cara de aquel muchacho que había visto el primer día, ensangrentado y con mirada agresiva, estaba segura de que también debía ser un animal, y sin duda peligroso. Sin embargo Jasmin había vivido toda su vida con un tigre de bengala, que con ella podía ser más dulce que un minino y más protector que un fiel perro, por lo que intuía que toda “bestia” podía ser reconducida con amor, ¿sería aquello así o es que su Rajah estaba hecho de “otra pasta”?

Jasmin estaba sumergida en sus pensamientos cuando la griega la invitó a ir con ella a la enfermería. La princesa observó como Megara abandonaba el comedor para esperarla fuera, ciertamente le preocupaba el estado de sus compañeras, en especial el de Ruby, pero había alguien con quien había prometido hablar tras el desayuno, sería muy descortés por su parte dejarle plantado, aunque la situación fuese más que comprensible, sin embargo, los modales de la princesa no se lo permitirían.

Jasmin caminó hasta donde estaba Aladdin que había caído sentándose de culo en una de las mesas tras soltar la tensión acumulada, la princesa se sintió aliviada al comprobar que estaba bien después de todo, el muchacho tenía un gran corazón como pudo comprobar al escuchar sus palabras con Cheshire. La bonita joven se acercó hasta él y le dijo algo en voz baja mientras su mirada se desviaba hacia la puerta dubitativa.

-Vo….voy a ir a ver a las chicas – dijo aún algo nerviosa, - se que te dije que hablaríamos pero… bueno, ¿quieres venir? Podemos hablar por el camino o… podemos salir un momento fuera si quieres o… no se, ellas… me preocupan.

¡La conversación pendiente con la princesa!

Todo aquello había hecho que se le fuese completamente de la cabeza, y lo cierto es que no era para menos... Pero Jasmin sí parecía tenerlo en cuenta.

Aladdín abrió los ojos como platos cuando ella lo mencionó. Estuvo tentado a aceptar el ofrecimiento de posponerlo, pues lo cierto es que le aterraba el tener que afrontar aquella reveladora conversación con ella. Pero eso no sería más que seguir mintiéndole... y ella no se merecía tal cosa.

Aladdín negó con la cabeza -No, mejor te acompaño... me quedaría más tranquilo dadas las circunstancias...Y así podemos hablar...-En esa última parte su todo de voz perdió algo de fuelle, pero ya estaba hecho, no había vuelta atrás.

Aladdín abandona la estancia junto con Jasmin.

Aún lamía y saboreaba mis dedos disfrutando con total honestidad el alimento que había conseguido sin mencionar que muy a diferencia de cómo había llegado al lugar se me podía ver más calmado y de buen humor pero aún sin conocer de modales dejé mi parto en la mesa con todas las migas en la mesa,mire los rostros desconcertados de aquellos individuos que aún seguían ahí y solo pude empezar a aplaudir -¿Que les pareció el espectáculo?,ahí tienen al supuesto héroe les advertir que solo era un bruto no puedo creer que se le dejara vivir pronto volverá a hacer de las suyas y quizás la próxima tengamos víctimas- hablé de forma irónica y calmada aunque realmente estaba viviendo un gran regocijo Simba perdió el control y atacó a las hembra,las hirió,la confianza se quebró,habría rencor,miedo y en especial una oportunidad.

Pude ver que realmente las mujeres no eran una broma eran rudas y en lo personal algo atractivas pero ahora debía hablar con el único héroe que quedaba (@Hércules) so hablaba cuando todos estaban habría sido ignorado pero ahora tenía más oportunidades -Caballero Creo que debe informar a los de su- intentaba recordar esa palabra que aún era nueva para mi -¿Como la llamaron?, a si fraternidad aunque realmente no sé si tengo el derecho de decirlo pero debemos mantenerlo vigilando o podría causar desafortunados accidentes.

Ya con mi aparente y amable consejo debía centrarme en otra cosa con mi posible nueva aliada @(Anastasia) conseguir algo de información -Disculpe mi impertinencia pero podría ayudarme aunque no lo parezca yo también soy un león y desconozco sus leyes sociales ¿me podría ilustrar?- dudaba que los héroes me ayudarán pero tenía una pequeña probabilidad de recibir la ayuda de la hembra y en este mundo lleno de seres de gran poder debía conseguir adaptarme.