Partida Rol por web

 Tras mi recepción y volver a mi lugar, iría viendo al resto, la verdad que mas de uno era bueno en ello lo cual me hacía sentir aun mas seguro, usualmente es un punto crucial las recepciones, junto con los bloqueos o los remates, pero lo cierto es, que si el balon no sigue en juego es un problema y en eso destaca esta parte del entrenamiento. Lo que quizas lo hizo resaltar mas fue cuando Taka-chan diera un manejo mas que bueno de aquella habilidad, haciendo a su vez uso del dramatismo que podía darle aquel grito que demore bastante en traducir, no sabía casi nada de español pero si me provoco una risa.

 -Eso estuvo bien Taka-chan.- Aunque no dejaría de reirme, cada cierto tiempo, pues me hacía pensar que con lo enérgico que era, bien podría ser un personaje de algún anime de genero spokon, o hasta shonen.

 Tras ello no paso mucho mas, ya llevabamos un buen rato entrenando y podía sentir como se volvía pesada mi respiración así como ya las esperables gotas de sudor se fueran haciendo presente en mi rostro, brazos y piernas, incluso un poco en la ropa. No estaba en mal estado físico, pero tampoco era como aquel par de monstruos y lo malo de notar aquello es que los nervios comenzaron a surgir. Por fortuna, o desgracia, la entrada al gimnasio de una nueva chica que por su nombre y aspecto se notaba que era otro extranjero mas pisando la cancha; me distraería lo suficiente como para observarla por un rato y lo cierto es...que estaba de acuerdo con el libero. Incluso era mas alta que Steffie lo que me termino por obligarme a mi mismo a mencionar lo que estaba pensando sin cuidar mucho quien tuviera cerca mio en ese momento.

 -Megata no kyojin....eso quiere decir que ya tenemos al colosal y a la femenino.-

 Así como no contuve las palabras, tampoco lo haría con el ademan de acomodarme las gafas, aunque siendo deportivas esto no era necesario, ya estaban ajustadas per se.

 Dejaría mis bromas por el momento, pues ni bien anunciaran el siguiente entrenamiento, volvería a mi actitud sería y centrada, asegurando de mostrarme atento ante las palabras de Takashi-senpai y a lo que sería el primero de los remates, el de aquella chica que no tenía experiencia según había dicho y el resultado fue mas que decente. Aunque ella no parecía estar muy entusiasmada.

 -Nice kill.-

 Un poco de apoyo moral nunca estaba de mas cuando ella pasar cerca, pues yo me aproximaría a ser el siguiente. Me pondría en posición y buscaría el punto correcto para el remate aunque no salio tan bien como hubiese querido. Si pude alcanzar el punto exacto donde debía golpear, pero por querer intentar una travesura, seguro habría sido lo suficientemente evidente como para que Takashi se percatara de mi farol con aquella finta. En lugar de mandarlo con potencia al fondo, apenas y lo haría superar la red con el balón para obligarlo a correr, cosa que hizo mas que bien.

 -Taka-chan esta atento...tch, la próxima vez hare lo mismo.- Si de momento no podía vencerlo con habilidad lo haría con juego psicológico al anunciarle mi próximo tiro cuando me volviese a tocar, a ver si es capas de recordarlo y manejar la duda en su mente si mentía o no. En fin, regresaría con los demás, aprovechando que eramos probablemente los últimos en volver a participar, sería una buena oportunidad para tomar un respiro y hablarle a Arumi-san

 -No dormiste bien anoche Arumi-san?.- 

- Suelo jugar de central, ya sabes, juego a los ataques rápidos y los bloqueos - le comenté y, sin más preámbulos, el tal Taka-chan, del cual pensé que se tomaba demasiadas confianzas, aunque las pasase por alto, inició un nuevo ejercicio de entrenamiento dando la explicación pertinente ¿Acaso era el el entrenador?

Aquel ejercicio me debía servir de calentamiento para el brazo y las piernas, hubiera preferido hacer alguna recepción antes o un ejercicio más de bloqueo en la red, pero tocaba rematar y aquello era lo que iba a hacer.

El ejercicio de ataque incluía una recepción y me debería servir para ganar la posición.

Levanté la bola de aquel colocador sobre su cabeza y esperé para ver la trayectoria de la pelota, preferí no pedirle ningún tipo de colocación, todavía no nos conocíamos, ni yo sabía como dejaba el balón sobre la red, ni el conocía mi forma de entrar. Cuando vi el balón salir de sus manos inicié la carrera para el salto. Uno, dos pasos, juntamos el pie retrasado con las rodillas flexionadas y balanceando los brazos para ayudar al cuerpo a saltar y me levanté para alcanzar la pelota en un punto cómodo para el remate.

No miré tampoco donde debía tirar, nadie había dicho que debía evitar que Taka recibiera. La bola salió como un tiro desde mi mano, cayendo con velocidad hasta donde se encontraba el recibiendo. Sin mucha dificultad la pelota se levantó desde su antebrazo y la tomé en mis manos después de pasar por debajo de la red y colocarme de vuelta a la parte de atrás de la fila.

Shintaro repitió el ejercicio que ya había sucedido tres veces antes que lo realizase el. Levantó la pelota con los antebrazos como pudo con las técnicas que había aprendido, esperó a la colocación de Nagi e intentó realizar el salto de remate tan bien como pudo.

Desde fuera se podía ver su inexperiencia, en vez de saltar hacia arriba, saltó hacia adelante que, aunque había calculado bien el punto de salto, no le prevenía de caer, peligrosamente cerca de la red. El brazo del remate quedaba por encima de su cabeza sin llegar a estar bien armado, lo cual haría que el remate fuera fuerte, pero ni controlado, ni tan fuerte como podría llegar a ser.

La pelota cayó en los antebrazos de Takashi que se lo devolvió de forma limpia.

Steffi se sentó en cuclillas y suspiró. Estaba bastante oxidada. Sentía que el hábito y las habilidades estaban ahí, pero era un poco como si su cabeza recordase cómo se jugaba al voleibol, pero su cuerpo tuviese problemas recordando cómo moverse acorde a ella. No había tenido ningún fallo clamoroso, y poco a poco iba recuperando los gestos y la técnica, pero tampoco se le había dado especialmente bien. No había sido precisa ni en el saque ni en la recepción, y a pesar de que se consideraba en buena forma, lo cierto es que el intentar seguir a Dante y a Mitsuya la estaba cansando rápidamente. Su pecho se levantaba y bajaba en esa posición, y notaba el sudor corríendole por las sienes y acumulándose por todo el cuerpo. ¿Cómo podían tener tanta energía?

Sus compañeros van pasando. Arumi golpea con poca convicción, pero aún así consigue meterla. Esa chica debía de tener un talento atlético natural, la alemana no ve otra forma de explicar cómo puede haber conseguido hacerlo tan bien sin nada de experiencia. Y parece ser competitiva no, lo siguiente. Eso la hace sonreír. En su país la gente tiende a esforzarse mucho por hacer bien lo que sea a lo que se dedique, es una cualidad que aprecian. Y será útil si realmente quieren crear un equipo competitivo.

Araraki intenta una maniobra de distracción. Es una idea muy buena y demuestra rapidez mental, pero por desgracia la finta le sale muy telegrafiada y Mitsuya le recibe. Schade...*, murmuró. Le habría gustado que entrase. Shintaro casi se come la red, lo que la hace encogerse involuntariamente. Cuando era más novata, se había comido la red un par de veces. No es nada agradable. Aun así, logra sacar un remate decente.

La chica nueva se adelanta. Parece decidida y confiada en si misma. Habla con soltura, y por como se mueve parece tener práctica. Y es alta. Mein Gott, Steffi ya se consideraba a si misma una gigante, pero esta chica la hacía parecer del montón. Y no es solo que fuese alta, tenía una constitución y unos... eh... atributos a juego. El remate le confirmó sus sospechas. Había sentido desde allí la potencia, aunque al faltar colocación, Mitsuya había reaccionado con buenos reflejos y la había devuelto.

Y entonces, la joven alemana sintió algo encenderse dentro de ella. Quizás fuese su propia frustración por no haber hecho aún nada destacable. Quizás fuese su orgullo al verse finalmente el el ejercicio que le correspondía a su posición, o quizás fuese un chispazo de espíritu competitivo al ver a la enorme chica nueva, pero sintió un calor en el pecho y un cosquilleo en los miembros. Se levantó, se dio un par de palmadas rápidas en el trasero como solía hacer en los partidos para centrarse y corrió hacia el puesto de recepción, flexionando las piernas y colocando los brazos a los lados.

El saque llegó. Vio claramente a donde iba, se posicionó de modo que el balón quedase un poco de lado entre Nagi y ella, y juntando los brazos, ejecutó una recepción perfecta.

¡Toh!

El balón salió, rápido y a la altura justa, hacia el peliblanco. En cuanto vio que iba en dirección buena, echó a correr hacia la red. Con un vistazo rápido antes de saltar, vio como Nagi la colocaba, a una velocidad acompasada a la de su paso y una altura perfecta sobre la red. El tipo podía ser un idiota desagradable, pero tenía que concederle que sabía colocar con una precisión impecable. Steffi saltó en el aire, extendiendo el brazo ante ella y doblando la espalda, armando el brazo de ataque y fijando la vista en Mitsuya, que se prepara para lo que sin duda piensa que será un cañonazo al cuerpo.

Pero Stefanie no está pensando enviarla a donde espera. Ya tiene el punto exacto en el que quiere ponerla, y no es ahí. Sabe que es difícil poner un remate en un lugar sin verlo. Pero difícil no es imposible, y que mierda, ella también quiere lucirse con algo.

¡HUAAAAAAAAAGGH!

Su cuerpo se dispara como un resorte en el aire, pero en el último instante, antes de disparar el brazo armado, Steffi da un aventón de cadera y se pone escorada en lateral. La mano golpea con un chasquido el balón de lado. La bola sale disparada como un misil a ras de red de nuevo, pero esta vez no falla. Mistusya reacciona con unos reflejos de gato y ya está extendiendo un brazo para que le golpee de cualquier forma y lo levante, pero el balón zumba en el aire unos centímetros demasiado lejos y golpea el suelo de la pista casi en la misma esquina de banda, pero dentro.

"¡SÍ!"- piensa a la vez que aterriza. Es el primer movimiento que le sale realmente bien en el día de hoy, y el corazón le late a toda velocidad de pura alegría, como una niña en un parque de atracciones. Teufel **, se había olvidado de lo divertido que puede ser hacer algo que simplemente disfrutas, y lo bonito que es que te salga bien. Con una sonrisa de oreja a oreja, la chica se mete bajo la red y trota para ir a recoger el balón mientras anuncia alegremente "Ya voy yo a por ella, tú sigue con los demás" a Mitsuya.

-¿No dormiste bien anoche Arumi-san?.- 

Al contrario, he dormido perfectamente, lo que me ha sentado mal es despertar. Dijo mientras sonreía al chico de pelo azul.

¿Qué opinas de todo esto? Susurró para que solo el chico pudiera oírla. Lo de que la beca sólo era una excusa para que jugáramos con el equipo y todo eso...

-Un mal despertar siempre puede joder tanto como no desayunar.- Recitaría una de las frases de mi abuelo, de tanto que nos la había dicho a mi y mi hermano, que era imposible no pensar en ello cuando alguien hacía una mención al respecto.

 Aunque ante las palabras de Arumi-san me llevaría a adoptar una postura mas pensativa con mis manos y brazos, así como una expresión acorde a ese sentir. Solo por un momento antes de responderle en el mismo tono de voz.

 -Pues si considero que fue deshonesto, pero ciertamente, gracias a la beca puedo estudiar en esta universidad...y el volleyball me gusta, al menos desde mi perspectiva es un ganar ganar.-

  Me quitaría las gafas un momento para masajear la zona entre mis cejas por un momento y de paso revisar que no se hubiesen empañado los cristales, ya saben mantenimiento básico y rápido.

 -Que tal ha sido esta experiencia para ti? te gusta este deporte?...Aunque lo mejor siempre se vive en la cancha con un oponente real.- No negaría mi expresión que pese al cansancio, si me estaba divirtiendo, pero de solo pensar en pisar de nuevo la cancha en un partido oficial, era cuanto menos emocionante. -Sería una lastima si no te quedaras, se nota que tienes talento.-

Lo que no entiendo es... Seguía susurrando al chico pero esta vez sus palabras se vieron interrumpidas por el remate de Stefanie...

Guau, eso ha estado impresionante. Aplaudo un par de veces mientras miro como va a por la pelota la gigante alemana. Si ella se girase en la dirección de Rumi podría ver como sonreía mientras aplaudía.

Durante el ejercicio no hubo alguien que lo hiciera mal y todos tuvieron un desempeño bastante aceptable para quienes estaban en un rango amateur, la primera en actuar fue Saiko quien con una actitud poco activa dio un buen salto, demostrando su capacidad física, pero con un golpe que dejaba mucho a desear para alguien que practicaba un deporte de contacto físico. Aun así, la chica comenzó a sentir dolor en los brazos, hombros, piernas y pantorrillas, a pesar de tener experiencia en el Karate la verdad es que un ejercicio de tanto cardio y esfuerzo físico a un nivel de saltos y posicionamiento era algo diferente. Mitsuya por su parte solo le dedico una mirada de decepción, aunque tampoco es que a la joven le importara demasiado lo que una mirada de un hombre pudiera representar, el pelinegro realmente esperaba más de la chica, tenía talento físico, sin embargo, asumió que más de alguno no buscaría quedarse en el club hasta pensar bien el contexto del porqué estaban ahí y la poca información que había entregado, tampoco es que tuviera una forma de motivar como dinero o competencia, quizás Nagi sí, pero no podía obligar en lo absoluto a ayudarle con ello.

Quien siguió fue Tetsuo, le aumentaba las energías, sus ánimos hacia Saiko y el “nice kill” le hicieron sentir que estaba en un verdadero equipo causando que él también repitiera la misma frase. -¡Nice Kill! -Dijo ahora con una gran sonrisa mientras se posiciona para recibir el remate de Tetsuo, mantuvo baja la postura y en el momento en el cual Nagi tocó el balón con los dedos el pelinegro dio un pequeño saltito permitiendo que pudiera reaccionar casi al instante para donde fuera que lo enviase, para su sorpresa el chico tomó la decisión de hacer una dejada causando que el muchacho se lanza hacia adelante y pudiera recibirlo con cierta dificultad. -JA! Necesitas más que eso para vencerme Tetsu-chan -Le quedó mirando con tranquilidad mientras esperaba a que el próximo turno fuera un desafío similar. 

Katherine fue un resultado similar, un tiro directo a los brazos del muchacho aunque con ella hubo una interacción distinta, Nagi le dedicó unas palabras algo sosas. -Puedes golpear más arriba y ser un buen arma. -El peliblanco giró levemente el rostro para mirar de reojo a Saiko, al parecer aún tenía cierto interés en la chica. -Ella aún está bloqueada. -Haciendo referencia a un personaje sin desbloquear, por la mente de Nagi solo pasaban temas de videojuegos, ahora mismo tenía poco y nada dentro de su arsenal a usar. 

No hubo más espacios para conversar, la siguiente en la línea luego de una neutra participación de Shintaro fue Stef. Ahora mismo era un enfrentamiento más que rescatable entre la rubia y el pelinegro quien con una enorme sonrisa alzó los brazos hacia los costados como si estuviera buscando cubrir todo el abanico de posibilidades dentro de los remates de Stef. Por un momento todo se volvió lento, como si alguien hubiera puesto la velocidad en 0.5 y cada paso contaba en aquella jugada, incluso Nagi parecía haber tenido un cambio cuando vió los movimientos de Stefanie, sus ojos se abrieron de par en par mientras tocaba el balón con los dedos y lo elevaba soltando un casi inaudible. ^{-Ahora 75%}. -Lo había sentido, un porcentaje de victoria alto gracias a la acción de la chica, la colocación fue perfecta, aprovechando la velocidad, el salto y la fuerza de Stefanie quien no dudó en rematar el balón, el golpe se sintió en el pecho de todos los presentes causando que el resultado les llenara el pecho con un orgullo, su compañera había logrado vencer a un Takashi Mitsuya que se había lanzado con todo su cuerpo y velocidad hacia un costado quedando tirado unos segundos y colocando una rodilla en el piso mientras se levantaba cruzó miradas con una orgullosa Stefanie.

El ambiente de pronto se intensificó, tanto para la rubia como para los demás miembros del equipo de voleibol, Nagi se encontraba desbordando un aura similar a cuando hizo el saque en el primer ejercicio, mientras la chica se iba el peliblanco alzó la voz por primera voz. -Hazlo igual en el siguiente, Stefanie. -Por primera vez llamaba por su nombre a alguien, quizás por el hecho de que fuera un remate y su colocación pero aquello se sentía como una tremenda victoria. Aquello era lo que el voleibol podía transmitir. 

Sin embargo, la sensación más confusa fue la mirada de Mitsuya, quien esbozaba una enorme sonrisa a la par que se levantaba, su mirada cruzó con la de Stef quien trotaba hacia él para ir a buscar el balón que cayó tras de él. -Nice Kill… -Pronunció con su tono de voz juguetón de siempre, sin embargo sus ojos estaban en modo batalla causando que todos sufrieran un leve escalofrío en sus espinas dorsales, era la victoria de Stefanie sobre Mitsuya pero el espíritu de lucha se había activado, sensación que motivaba aún más a la alemana.

Stef se giró al oír las palabras de Nagi. No tanto por la sorpresa de que dijese algo, si no por el hecho de que era la primera vez que le oía pronunciar su nombre, al completo. Otro sonido atrajo su mirada, y vio a Arumi sonriendo mientras aplaudía brevemente. Les dedico a ambos una sonrisa. Había un poco de satisfacción en ella- el orgullo de haber hecho algo bien-, pero principalmente, era una sonrisa de felicidad. Asintió, respondió con un "Sí" y siguió corriendo, sintiéndose ligera.

Por una parte, sentía como si ese remate hubiese sido una forma de afirmarse, una forma de vencer las dudas de sus padres y las que ella misma tenía. Una reafirmación de que podía hacer cosas. Pero por otra, era simplemente la adrenalina del momento. Esa claridad de mente y de visión que experimentas cuando tu cuerpo se mueve en sintonía perfecta con la mente, caminando y saltando sin que haya un pensamiento que lo guíe, cuando tus ojos pueden ver incluso lo que solo recuerdan.

Es como el escenario. Ese momento en que tu personaje conecta contigo y puedes sentir lo que él siente aunque sea una persona totalmente distinta a ti y lanzarlo hacia el mundo. Ese momento en que sientes sin verla la mirada del público y sabes que sus ojos están clavados en ti, esperando tu reacción y que, por una milésima, o una millonésima de segundo, todo lo que ven y sienten es a ti, y que guardan el aliento esperando a ver lo que haces. Ellos te dan alas, y tu las usas para darles toda esa emoción que llevas en el pecho.

Por esto es por lo que estudió teatro. Por esto es por lo que vive.

En ese momento sus ojos se posan en los de Mitsuya, y la intensidad de su mirada hace que el corazón le vaya más rápido aún. Siente frío en la nuca y el vello se le eriza. Pero no es miedo. Es la reacción de su cuerpo a un nivel animal y primario, al sentir el desafío de otra persona. En inglés lo llaman el reflejo Fight or Flight. Lucha o huída. Y ahora mismo, sintiendo la intensa voluntad del muchacho volcada en ella, Stefi, aun sabiéndose inferior en técnica y forma, está más que preparada para llevar la lucha a donde haga falta. Sonríe de nuevo, y asiente. Sabe que la entenderá sin necesidad de más.

Si quieres guerra, la vas a tener.

Pasé tras Nagi después de recoger la pelota y le dediqué unas palabras como respuesta.

- La próxima vez fíjate donde llega mi mano, ahora me he acomodado a tu colocación, pero la próxima saltaré para que veas donde tienes que poner la pelota - le advertí.

Pensé, en ese momento, que el que todavía estaba bloqueado era el, aunque en realidad pensaba que lo que estaba bloqueado era la dupla entre el y yo. Hasta que no llegásemos a entendernos en la red no íbamos a poder realizar jugadas complejas, no era mi primera vez en un equipo, no era mi primer colocador o colocadora. Ambos estábamos desubicados como compañeros, pero en aquel momento yo no pensaba en ello, tampoco me apetecía que alguien que debía estar perdido tácticamente, como yo, estuviera dándome lecciones en una posición en la que me movía como pez en el agua.

Al venirla las sensaciones del pasado siente una sensación dolorosa, como una espina clavándose en lo más profundo de su mente. Odiaba recordar. Odiaba el pasado.

Lo que importa de verdad es el presente y que las acciones en el mismo lleven a un buen futuro.

Cada vez que llegaban aquellas dañinas sensaciones no paraba de recordarse las palabras del psiquiatra. Cada vez que recordaba su vida en España le asaltaba el malestar, empezaban doliéndole los músculos y luego la cabeza.  A pesar de lo que dijeran terceras personas o lo que Rumi quisiera creer, su futuro ya estaba condicionado, daba igual lo que hiciera, la gente siempre la iba a tratar como una paria, como a una apestada. Incluso su familia de Japón la tratarían diferente si llegaran a enterarse de lo que la había traído en realidad a aquel país tan distante.

Su cara y su pose eran las mismas que cuando felicitaba a la germana, tan solo se podía encontrar una diferencia si se observaba con atención, unas lágrimas se acumulaban en sus ojos amenazando con caer por sus mejillas, rápidamente Rumi las secó con la manga de su jersey, era toda una experta en no dejarlas salir.

El entrenamiento parecía que iba a durar un rato más de lo que Rumi había calculado y también era bastante más duro de lo que había podido adivinar así que habló a todos los presentes:

Lo siento, pensé que podría entrenar con la ropa habitual pero me equivocaba, he traído un chándal y si me dan unos minutos me lo pondré lo más rápido posible.

Hizo un gesto a Dante en señal de respeto y se retiró hacia donde se encontraba su mochila, la recogió y entró en los vestuarios.

Como había prometido no tardó más de tres minutos en volver a salir y volver a la fila para un segundo remate.

Comencé a ver las performances de mis compañeros de equipo y me vi gratamente sorprendido en los ataques.  No era extraño que fuera lo que mejor dominaban, ya que en general era lo que cada jugador novel quería aportar.  Pero aún así, era grato saber que había varias alternativas.  Eso sería bueno para mi espalda, ya que no tendría por qué exigirme tanto en esa zona, y podría colaborar más desde otros roles.

Nagi parecía aún mejor de lo que esperaba, debía pulir su técnica pero, si lo lograba, podría tener una carrera en esto.  Quizás incluso como profesional, con la disciplina y el entrenamiento físico necesario.  Tendría una charla con él luego.  Mitsuya, por su parte, parecía ser algo desequilibrado.  Eso no me daba una buena espina, ya que el volley es un deporte muy psicológico.  También debía hablar con él.

Hey! ojos locos... Dije, acercándome al líbero y poniendo una mano en su hombro.  Una jugada a la vez... Te levantas, te sacudes el polvo y el pasado no existe.  Eres nuestro principal defensa, no puedes permitirte que tu mente se tambalee, y tienes una mirada de psicokiller que espero que solo sea estética...

Festejé particularmente el ataque de Steff.  Excelente, creo que podrías ser la solución a nuestros problemas.  Dije, aunque evitando el contacto físico que había tenido con Mitsuya.  Sabía que aquí no tenían el mismo tipo de costumbres que en mi país, y no quería terminar pasando por algún tipo de pervertido.  Aún así, levanté la mano esperando un "high-five".

Luego asentí a Saiko cuando habló de cambiarse de estilo.

Después de lo que había sucedido con el saque, pensé en no atacar, pero no pude resistir la tentación.  Crucé la red desde donde estaba hasta la zona de ataque, y pedí permiso.

Si me permiten, creo que voy a intentarlo.  Dije, y le lancé el balón al aire a Nagi.  Ese segundo, en el que volaba por el aire mientras me abría a hacer mi carrera me resultó eterno.  Era la primera vez que atacaba desde hacía meses, y lo hacía frente a personas cuyo respeto quizás perdería si no lo hacía bien.

Mis gestos técnicos fueron perfectos, en un pazo y dos, luego el impulso con mi pierna derecha más adelantada, el momento de estar suspendido en el aire y dejar cruzar el balón por delante de mí para impactarlo con toda la potencia de mi brazo, espalda y cadera.  Mi cuerpo se sintió vivo como antes, y un brutal estruendo en el gimnasio fue la música perfecta para un ataque que fulminó el suelo dentro de la zona de ataque rival, a unos dos metros de la red.

Volví a tocar el suelo con mis piernas y, no sin algo de dolor, me puse de pie con la sonrisa de un niño al que santa le trajo su primer bicicleta.

Señalé a Nagi con esa misma sonrisa y dije: Mierda... sí que eres bueno, viejo... Creo que después de eso debería pedirte matrimonio, o comprarte un yate, o algo así...

Solté una carcajada y miré a Mitsuya.

No te preocupes... no tenías nada que hacer al respecto.  Dije, previendo que podría generar otra reacción algo loca en él.

Cuando el italiano le habló de tal manera el pelinegro alzó la mirada como si fuera un gato y le respondió de inmediato con una rapidez mental tremenda. -¿Qué pasa Gigante Roto? -Pronunció con total inocencia ya volviendo a la misma personalidad de siempre, al parecer aquello solo había sido algo del momento. -Aja~ Aja~ Hujum~ -Pronunció con bastante tranquilidad mientras se llevaba la mano hasta el mentón. -¡Bien dicho! -Claramente no había tomado demasiado en cuenta al chico mientras continuaban con los ejercicios. 

El resultado fue mejor de lo que habría esperado, el remate de Dante fue perfecto y la colocación de Nagi también. El remate de Rossi fue perfecto por decirlo bajo, al parecer el ambiente que se estaba forjando en aquel entrenamiento estaba dando sus frutos, estar rodeados de tal intensidad había llevado al ex jugador y ahora manager del equipo a su mejor estado mental y poder rematar una colocación perfecta para alguien de su tamaño, la altura había sido en su punto culmine permitiendo que toda la palma pudiera golpear el balon, Mitsuya no pudo recepcionar ni aunque hubiera estado con otras dos personas para poder cubrir aquellas zonas, el remate había sido perfecto y la dupla había logrado una jugada tremenda. El pelinegro no parecía tomar en cuenta las palabras de Dante pero le gustaba bastante que pudiera dar un enorme aporte en cuanto a la técnica. La reacción de Mitsuya fue diferente a la que Dante podría haber esperado debido a que se emocionó por el resultado y no dudó en mirar hacia el peliblanco quien no parecía buscar la mirada de su contraparte, ignorando a Mitsuya. 

Nagi tampoco parecía impresionarse demasiado el golpe pero no por una mala razón más bien era el hecho de que Rossi era un jugador que no estaba para jugar todo el partido, quizás por lo mismo lo había considerado “roto” desde un principio, si tuviera que decir cual de todos es un arma el italiano por seguro sería una de ellas pero era una mellada que debía usarse con cuidado o podría ser la última vez. Algo similar pasaba con quienes no podían rematar como deseaba, el hecho de ver las cosas de una forma diferente le hacía pensar solo en las mejores probabilidades de éxito, no era diferente de un videojuego. 

Mitsuya en tanto seguía emocionado por el desempeño de los dos últimos jugadores, sin demorar devolvía los balones para que el ejercicio continuará, todos pasaron unas cuantas veces más y el tiempo pasó volando. Sin mirar el reloj ya eran las 19:00 hrs con pocos minutos más, se habían pasado 4 horas entrenando en el primer día y todos estaban sudando, Mitsuya y Nagi incluidos aunque la intensidad de la respiración variaba bastante, el setter no parecía en absoluto cansado o si lo estaba sabía disimularlo muy bien y la verdad es que se debía a que poco había corrido, aún no lograban descifrar del todo pero siempre parecía que el balón le llegaba prácticamente a las manos, apenas se había tenido que mover en todos los ejercicios. No así Mitsuya quien se había movido de un lado para otro sin parar, mientras los demás descansaban este aprovechaba de limpiar el piso y recoger los balones, su respiración era agitada pero mantenía un ritmo constante que le permitía continuar con esa intensidad. La que menos cansada estaba era Katerine quien había llegado tarde. -¡Eh bebes~! -Pronunció con un tono amable aunque la mayoría no entendiera. -Ha sido un excelente primer día y dejaremos el entrenamiento hasta aquí. ¿Les parece? Podriamos haber seguido un par de horas pero es viernes y estoy seguro que quieren ir a beber algo Jajaja~ -Nagi había aprovechado el tiempo para ir hacia su mochila, colocarse una toalla en el cuello y sentarse con una Switch a jugar Pokemón Escudo/Espada. -Sois libres de iros, nos veremos el lunes. Pero primero tengo dos peticiones que hacerles. -Levantó dos dedos de la mano derecha para ejemplificar. -Darme sus números de teléfono para que puedan comunicarse unos con otros y lo segundo es que tienen la posibilidad de quedarse en algún dormitorio de la universidad. He hablado con el director y me ha brindado habitaciones cercanas al gimnasio y las clases. Aunque claro, no es una obligación. -Finalizó dando pie a que los chicos pudieran retirarse a sus hogares. Aún estaba con intriga de saber quienes dejarían el club y la universidad, y quienes serían los que se quedarían.  

Rumi se fue directa a los vestuarios, recogió sus cosas y se acercó al grupo de nuevo con la mochila colgada del hombro derecho, el tren estaba a punto de llegar a la estación y si lo perdía debería esperar una hora y media al siguiente.

No me sé el teléfono todavía, es nuevo de hace unas semanas, así que si me dais el vuestro puedo daros una llamada y así lo tenéis guardado, si os parece bien claro. 

 No alcanzaría a preguntarle a Arumi-san sobre a que se refería, por que había dejado la frase en el aire, que el estruendo y la misma magnificencia con la que Steffi-san habría rematado ese balon fue como si fuese una especie de agujero negro, solo que este en lugar de tragarse la luz o planetas cercanos, lo hacía con la atención de todos los presentes, incluyendome a mi mismo por supuesto.

 -Steffie-chan nos vengo a todos!!!!.- No me perdería la oportunidad de animarle e incluso aprovechar para lanzar una pequeña puya hacía Taka-chan, o incluso generar un poco de lazos, de sentimiento de compañerismo entre todos, o almenos entre los que nos estabamos apoyando.

 Pero dicho aquello podría ser una buena oportunidad de retomar la charla que estaba teniendo con Arumi, o al menos eso pensaba hasta ver en ella una mirada en sus ojos que reflejaba determinación y sus palabras siguientes fueron suficiente como para terminar de comprenderlo. Quizás podríamos retomar la charla en otro momento, y mi clásico ademan de ajustarme las gafas con un dedo, sería el acto previo a volver a adoptar la misma seriedad que habría mostrado hasta el momento. Me limpiaría el sudor de la frente con el brazo y retomaría el ejercicio por todo el tiempo que durase.

 Lo inesperado sería la intensidad con la que el recien derrotado pelinegro mostraba su espiritu competitivo, ni siquiera Nagi podría quedarse libre de mostrar aquella aura de monstruo, esas que no se ven pero si se sienten, que con solo mirar a los ojos muertos del albino o la explosión volcanica de Taka-chan, ambos podían mostrar su experiencia y su hambre de triunfar; esa resolución que habían solamente mencionado hasta hace unas horas atras sobre conquistar las ligas universitarias, ahora si podia decirlo aunque como un murmullo casi inaudible.

 _{-Estos monstars van en serio...-}

 También vino el limpio e imponente remate del entrenador, o mas bien del encargado de las prácticas, que si bien, los anteriores mencionados no parecían tan "afectados" como con el remate de la alemana, para alguien que siempre ha mirado el ámbito profesional desde fuera y que nunca llego muy lejos en la escuela media o el instituto, aquel remate había sido simplemente asombroso, incluso el eco generado por el impacto del balón contra el suelo me provocaba escalosfrios. Llevándome a hacerme una simple pregunta en mi mente: "¿Podre recibir un remate asi?" e inmediatamente, una respuesta vendría tras de si "Quiero elevar ese remate".

 Para cuando finalmente hubiésemos acabado la práctica, hasta los mas veteranos parecían haber sudado la gota gorda. Incluso Dante quien habría logrado unos remates asombrosos o incluso Takashi que habría sido quien realmente habría corrido y saltado mas que todo el equipo junto, finalmente se le agotaba la energía al monstruo y su contraparte mas serena y fría, osea Nagi. Incluso así, Taka-chan mostraba su animo como si realmente fuera aquel que se encargaría de mantener nuestras emociones siempre corriendo, al pedirnos nuestros números de teléfono, siendo una vez mas la primera en hacer o decir algo, Arumi-san.

 -Yo no podre quedarme de momento en los dormitorios Taka-chan, tengo un hermanito menor al que vigilar, esta en esa edad.-

 No es que yo fuera tantos años mayor que el, pero el mocoso sabía como sacarme canas.

 -Intercambien numeros por bluetooth, es más rápido así.- Activaría la opción en mi teléfono para compartir mi contacto a los dispositivos cercanos, con eso el mismo podría figurarles en un aviso en los teléfonos de todos para aceptar o no que se agregase aquel contacto a sus listas. Ya cada quien era libre de aceptar aquello o no, al menos Taka-chan podría tener el numero como lo había pedido.

 -Que les parece organizar una salida mañana en la noche? podríamos aprovechar para conocernos mejor y tener mejor sincronía en la cancha si compartimos momentos así.-

El poco tiempo que había podido aprovechar del entrenamiento había sido bueno, las sensaciones resultaban cómodas y, al menos el colocador, era de lo más competente, a pesar de que le faltaba esa sincronía con todos los atacantes. El resto también se las apañaba bastante bien, aquel equipo parecía tener potencial.

Mientras Taka iba hablando y daba por terminada la sesión, yo me dedicaba a realizar estiramientos para evitar lesiones en el futuro.

- Entonces, ¿todo el papeleo que he tenido que hacer para la habitación de la residencia ahora ya nada? - pregunté - Espero que estén las habitaciones en el mismo dormitorio en el que yo ya estoy - comenté.

La verdad es que me daba un palo terrible tener que cambiarme de dormitorio, pero era verdad que, cuanto más conviviera el equipo entero, mejor sería la compenetración en el campo.

Recité mi número de teléfono en voz alta.

- Crea un grupo y que todos veamos cuales son los teléfonos de los demás - recomendé -. Podéis guardarme como Kat - sonreí.

Entonces el chico japonés de las gafas propuso hacer una salida nocturna la noche siguiente.

- Bien, me apunto, así podremos conocernos un poco más, que he llegado tarde - comenté.

Shintaro permaneció en silencio mientras los otros hablaban.

- Yo tampoco me sé mi número de teléfono tendría que mirarlo - confesó -. Luego os lo digo.

No dijo nada tampoco acerca de las salidas ni de su traslado a los dormitorios que "compartiría" el equipo entero. Sin más preámbulos se dirigió a la salida del pabellón, no era aquella la dirección a los vestuarios y a las duchas, pero parecía que Shintaro se las apañaba mejor haciendo las cosas a su manera.

Yo no tengo un teléfono con bluetooth, ni tengo whatsapp. Tampoco tengo redes sociales ni esas cosas, lo siento. Arumi sonrío pese a que todo lo que estaba ocurriendo la entristecía enormemente. 

Cuando Katherine dijo su teléfono la hizo una llamada perdida. Bien, hecho, ahí tienes mi número compártelo con los demás si no te importa. Me tengo que ir que pierdo el tren.

Dicho aquello se giró y se fue a la carrera.

Mitsuya reaccionó rápidamente cuando Saiko pidió mejor el número de cada uno y estaba apunto de darlo pero Tetsuo había ofrecido mejor usar los bluetooth para conectarse con los demás, lo analizó como una mejor idea y rápidamente se giró hacia él mientras le respondía ante su situación en relación a las habitaciones. -Uhm~ Claro Tetsu, no esperaba que todos aceptaran desde un inicio pero si lo ideal es que pudieran mudarse para poder aumentar el trabajo en equipo. Pero ya veremos eso. -Mantuvo una sonrisa mientras sostenía con el brazo derecho y el hombro uno de los traperos para limpiar el gimnasio. 

Shintaro decidió irse sin la necesidad de dar el número de su celular, Mitsuya intento hablar pero no pudo decir nada, tampoco es como si pudiera obligarlos a hacer algo que no quisieran pero se preocupaba por cada uno de ellos, al menos dentro de lo que podía. -Vale Vale~ Me gusta esa forma de pensar. -Se alegró de la propuesta mientras obtenía el celular de Kat, Saiko (gracias a Kati) y Tetsuo, aunque solo pudo añadir al grupo a la primera y el último debido a que Saiko no poseía, le causaba mucho interés e incluso le quedo mirando unos segundos mientras continuaban conversando. -Ya podremos organizar todo para mañana, me asegurare de que el callado también vaya. -Nagi no parecía decir nada, seguía en su mundo.

-Hay dos sectores con Dormitorios, los que he pedido yo son los más cercanos pero los demás suelen estar al otro lado del campus, aún así si necesitas mudanza puedo encargarme de ello. -Dijo con una enorme sonrisa. -Oi~ Saiko-chan. -Le aviso mientras ella ya emprendía camino hacia la salida, le lanzó una bolsa con un balón para que se lo llevara. -Recuerda, los entrenamientos que pidió Belle Mere. -En un inicio era lo único que podía hacer si los hiciera o no dependía netamente de ella. -Todos intenten llevarse un balón. -Aunque uno ya se había ido sin uno. 

-Creare un grupo para que podamos hablar todos, ante cualquier cosa pueden contar conmigo, no dudare en ayudarles. -Cerró los ojos mientras Nagi le hacia el favor de guardar un balón en una bolsa de cuero para que pudieran llevarlos consigo, aunque algunos ya tenían su propio balon como era el caso de Dante, sabía que al menos él cumpliría con el entrenamiento e incluso haría más que ello. -Ha~ Por cierto, como somos el primer equipo deportivo en la historia de la universidad podemos elegir nuestro nombre y logo, así que decidí que los nuevos miembros tomaran la decisión, siento que si lo conversan entre ustedes podemos llegar a un buen camino. -Culminó.

Acto seguido Mitsuya comenzó a limpiar con bastante rapidez el lugar, corriendo de un lado a otro el trapeador para lograr terminar lo más rápido posible, se podía notar en su respiración y rostro sudado que estaba algo cansado pero su energía no había disminuido en lo absoluto, aún así cada vez que alguno decidía hablar el muchacho se acercaba para poder entablar conversación. 

 Algo que me sorprendía en si, no era que el monstruo estuviera aún con energías para limpiar, sino que no hiciera que sus "kouhais" lo hicieran por el, aún así mi costumbre ya estaba forjada desde hace años, por lo que no le dejaría solo con la tarea de la limpieza, quitar la red y guardar los balones. 

 -Me encargaré de la red.-

 De hecho de los únicos que esperaba, por sus nombres, aquel compromiso de mantener el orden, fueron los que primeros salieron disparados o se entretuvieron con otra cosa, como una consola, aquello era molesto pero no dejaría que me afectará, poner malas caras el primer día no era mi estilo. Por lo que solo despediria amablemente a los que se fueran, procurando no retrasarles. 

 -Podriamos hablarlo mañana o antes de la próxima práctica.-

 No iría a las corridas de un sitio a otro como Takashi-san, ya había quemado mucha energía y sentía una ligera sensación de tensión en mis músculos, me lo tomaría con calma aunque eso me llevaste a ser un poco más lento, aunque el recoger los balones y ponerlo en la cesta si podría ser un ejercicio suave, si las lanzaba dentro de la misma como si fuera una colocacion o una recepción desde arriba.

 -Aunque se me viene a la mente Sendai Demons...tengo que trabajarlo más pero a qué suena imponente.-