Partida Rol por web

Vademécum del mal

Un extraño ejemplar - Escena de Juego

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07/02/2020, 10:04
Valerio Buendía

Me sobresalto cuando tira el vaso al suelo. Pero tiene el efecto positivo de que me quita a mi las súbitas ganas de beber. No hace falta ser un personaje de Conan Doyle para darse cuenta de que, si se han llevado el libro ese, debían saber a lo que venían. Desgraciadamente no estaban en el comisariado, y no iba a ser posible arrestar a todos los que tuvieran conocimiento del libro y registrar sus casas con un pelotón de regulares.

¡Cálmese! -le espeto- Respire y cuéntenos lo que ha pasado y si ha podido identificar a alguno de los atacantes: Si iban armados, cómo iban vestidos, color de piel, acento...

Me acuclillo a recoger parte del destrozo para no pisar nada. 

- ¡Virginia! -grito intentando todavía hacerme con la situación- ¡Llame al portero y que avise a la policía! ¡Más le vale haber visto algo!

Se me pasa por la cabeza que esta clase de cosas, en África justificarían el registro de todo el bloque y aledaños, y el arresto de todo el que tardase más de quince segundos en abrir la puerta. Hay algo refrescantemente simple en la forma de hacer las cosas del ejército: que es sencilla y fundamentalmente incorrecta, menos cuando le suena la flauta al burro. 

 

Notas de juego

He estado a esto de ponerme a hacer de Holmes, pero mejor no le robo el papel a Marro ¿no?. XD. Yo ahí dejo lo mio, e intento tratar el problema como un policía militar improvisado. 

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07/02/2020, 13:08
Virginia Echagüe

Acudo con don Belgrano, ayudándole lo más eficientemente que puedo, tratando de no parecer una mula de carga.

Cuando veo el percal me sale un lamento aunque es más por el cataclismo en la biblioteca—¿quién recogerá todo esto?— que por el estado de salud del jefe.

—¡Ay qué desastre!

De hecho, Ramiro parece suficientemente entero como para echarle teatro —¡Ala!—. Cuando estrella el vaso ya estoy por allí y entorno los ojos como si me fuera a salpicar.

Me sorprende gratamente ver al militar agachándose a recoger. Pienso que es de origen humilde y que la vida le ha llevado hasta aquí. Luego lo estropea todo con su tono imperativo y podría decirse que hasta amenazante. Me tienta decirle "¡Y si Julián no ha visto nada qué, va a aplicarle usted la ley de fugas, mi general?" Pero no doy la talla de chulapa y además, no sé por qué, me hace gracia. Quizá por su planta resolutiva, que me parece que tiene algo de infantil. Y me sorprendo sonriéndole.

Asiento, le pongo una cara cómplice de "vaya tela" y obedezco sus órdenes como buen soldado.

Vuelvo hacia el rellano con idea de avisar al portero. No hará falta gritar mucho. Estoy convencida de que tiene la antena puesta. No seré muy precisa con el robo, no vaya a ser que Ramiro no quiera dar explicaciones sobre el dichoso libro.

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07/02/2020, 14:16
Valerio Buendía

Notas de juego

A tiros acabamos XDXD

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07/02/2020, 16:27
José Alfonso Marro Gambin

Debemos tranquilizarnos. - Dijo el sargento Marro. - Todos. - Miró a Ledesma y acto seguido a Buendía. - Lo importante es que que no ha habido que lamentar víctimas. El robo, se resolverá, Ramiro, pero para eso debemos saber que ha sucedido. ¿Lo entiende? - José trataba de usar un tono calmado. Sabía que pedir paciencia a la víctima de un robo como aquel y siendo algo tan valioso como lo era el objeto del robo para Ledesma, era casi un imposible, pero tenía que hacerlo, pues a gritos, empujones y lanzamiento de vasos, no iban a avanzar ni un ápice. - Ramiro, por favor, necesitamos que nos cuente lo que ha sucedido. Cualquier detalle, como bien ha dicho el señor Buendía, puede ser importante. Empiece por responder a las preguntas que ha formulado Valerio y díganos cuantos eran y hace cuanto que ha sucedido todo... 

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07/02/2020, 16:33
Dr. Jose Maria Rocavila

Me dirigí rápido hasta la biblioteca al escuchar los apremios de los que se habían adentrado en la vivienda. Al llegar a la biblioteca mirando alrededor se me cae el alma a los pies y no puedo ahogar una exclamación.
- ¡Vaya desastre!
Accedo a la biblioteca intentando no pisar nada aunque es complicado. Apenas llegó hasta Ramiro ya le han desatado y se dirige hacia el mueble de la entrada. Perece que no estaba muy necesitado de mis atenciones o ha encontrado otra medicina a su juicio mejor que mis cuidados

En el instante que estrella el vaso contra el suelo me sobresalto y reparo en un busto de Agusto en el suelo resquebrajado, en ese momento no puedo evitar una mueca de rechazo. Pero su turno será para más tarde, miro de nuevo a Ramiro y acercándome a él le intento calmar.

- Tranquilícese Ramiro no creo que sea recomendable tanta excitación tras el ataque. Venga aqui a sentarse. - Le imploro acercándome una silla que he recogido del suelo.
- ¿Cuéntenos que libro se han llevado? ¿Quién ha sido?

Notas de juego

  1. Licencia concedida, esa era mi intención en el fondo.
  2. No tengo claro si a tiros o en el catre. Veremos

 

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07/02/2020, 17:54
Virginia Echagüe

Notas de juego

A tiros empezaremos, acabaremos peor.... :-)

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08/02/2020, 17:44
Ramiro Ledesma

Después de que la joven Virginia echara un vistazo a la biblioteca (y se preguntara para sí, tal vez de forma inconsciente, si le tocaría a ella arreglar ese desastre), volvió sobre sus pasos para alertar a Julián. Ésta pegó una sonora voz, sin concretar demasiado, vociferando sus nombre. A no ser que el portero tuviera problemas de audición, seguramente la habría oído. Tal vez tardaría un pequeño rato en subir.

Tomás Belgrano quedó tendido* en el recibidor, despierto pero aún convalenciente, con los sentidos aún turbados. El caso es que ahora el doctor, tras interesarse por Ledesma, le ofreció una silla. Don Ramiro había escuchado bien a Valerio y a Jose Alfonso, que querían practicar interrogatorio enseguida.

El libro... unos dineros... -decía balbuceando-. Tras sentarse y resoplar unos instantes, comenzó a contar la versión de los hechos:

Veamos, hace poco os escribí el telegrama que, como veo, llegó a vuestro poder, y por ello estáis aquí -aquello era obvio-. He de confesar que hice un descubrimiento bastante especial. Adquirí de un librero de aquí de Madrid un libro en latín, no sé si saben de mi afición -Virginia sabía de ello bastante bien, pues estaba harta de mirar documentos y dibujos en tal idioma preguntándose por lo raro de los gustos por las lenguas muertas de su jefe, las cuales no le había visto practicar nunca con nadie-, y ese libro es, precisamente, la razón de vuestra venida (lo que quería mostraros), y precisamente lo que me han robado. Ese libro no tenía título, tenía un lomo negro en piel de carnero y creo que se encontró durante la guerra, por lo que atrevo a prejuzgar -seguía explicando-. Es el Necronomicón -entonces hubo un silencio-. Sí, es un libro de magia ritual, ya saben, una de esas falacias para explicar mitos modernos... pero muy interesante. El caso es que hace una hora Tomás y yo esperábamos a que viniera el muchacho de la tienda de comestibles, pero se presentó un tipo fornido diciendo que era un representante de un librero antiguo.

Ramiro se levantó, y comenzó a caminar aquí y allá, en medio del desastre de la biblioteca.

Cuando entró ví como el tipo dejó inconsciente a Tomás con una porra, y luego entró otro detrás. Eran dos, en realidad, y enseguida me vieron y vinieron a por mí. Uno era tipo grande, como les digo, con acento andaluz, y otro más elegante con el pelo muy blanco. Tras golpearme, maniatarme y rebuscar por la casa, dieron con mi preciado tesoro. Y al mirar su lomo parecían conocer el libro, porque lo nombraron erróneamente... "Metronomicón", decía uno de ellos. Luego el otro pareció corregirle: el "Necromicón", añadió -detallaba Ledesma-. El caso es que los dos me insistieron en que no me harían daño, y cuando tuvieron el volumen que yo mismo tuve que darles, buscaron en mi caja fuerte, allí mismo -señaló con la cabeza la puerta de una cajita empotrada en la pared, ahora abierta y desvalijada-, y se llevaron billetes de treinta pesetas... ¿Tomás ha despertado?, ¿dónde está?

Notas de juego

*Entiendo que ahora nadie está con él.

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08/02/2020, 23:40
José Alfonso Marro Gambin

- Tranquilo Ramiro, el señor a Tomás está bien. Un tanto aturdido, pero bien. - Le respondió ante su aparente principal preocupación. - Se que igual es un poco violento,  pero si queremos dar con el culpable, necesitamos  toda la información posible.  Cualquier detalle puede ser clave.

El sargento Marro rebuscó en el bolsillo interior de su gabardina y extrajo una pequeña libreta y una pluma.  Abrió por una página en blanco y comenzó a anotar algunos detalles.  Principalmente sobre los rasgos físicos de los adelantes, como acerca de ls apariencia y contenido del libro.

Ramiro, cuénteme más sobre la apariencia de los asltantes. - Le pidió. - Tendríamos que hablar con ese librero que le vendió el tomo y... - Se llevó la mano al mentón.  - ¿Ademas de nosotros, invitó a alguien más que no haya comparecido? ¿Quién más sabía que había adquirido el libro?

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09/02/2020, 10:52
Dr. Jose Maria Rocavila

Mirando como Ramiro caminaba de un lado a otro de la habitación pisando algunas de las cosas que había por el suelo en la habitación. Con su excitación actual ni siquiera era consciente de que había todo tipo de libros y objetos por el suelo. 

- Yo mismo atendí a Tomás cuando llegamos. Le deje consciente junto a Virginia cuando vine a verle. Como veo que usted se encuentra mejor voy a ver como sigue su mayordomo.

Dirigiéndome a todos los presentes y mientras me dirijo hacia la puerta para seguir el pasillo al encuentro de Tomás.

- Alguien me puede ayudar para acomodar al señor Belgrano en un lugar mas cómodo.- Fijando la vista en Ledesma -¿Quiere que vayamos a ver como se encuentra?

Antes de salir de la biblioteca me vuelvo para mirar el desastre y no puedo evitar emitir un nuevo resoplido, aunque intento reprimirlo para no recordar a nuestro anfitrión el desastre pero no puedo contenerme.

- Debería calmarse Don Ramiro y no seguir pisando las cosas que hay por el suelo.

Salgo en busca de Tomás para ver como se encuentra.

Notas de juego

Virginia acompaño a Tomás, lo que no tengo claro es hasta donde.

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09/02/2020, 22:34
Valerio Buendía

- Yo mismo le ayudaré, Doctor. -Digo, sintiéndome algo culpable de haber dejado al pobre mayordomo tirado como una colilla. 

Mientras salgo de la biblioteca para ayudar, añado:

- Ciertamente, el librero es la mejor pista: salvo que Ramiro le haya contado lo del libro a alguien más... es el único que pudo informar a los cacos sobre él... ¡Quiera Dios que no le hayan sacado la información a golpes!.

Pues hemos llegado tarde. ¡El ejército español, siempre llegando justo demasiado tarde! -Me digo amargado mientras intento ser útil para variar. - Al menos esta vez no ha muerto nadie.

Ayudo al doctor a levantar con cuidado al pobre Tomás, y sigo sus indicaciones sobre como hacerlo: me consta que la forma de mover a un herido importa, lo he leído. También pienso en todo el bien que un hombre con la cabeza tan fría como Rocavila haría en un hospital de campaña... con medios, claro.

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10/02/2020, 08:19
Virginia Echagüe

Me doy cuenta de que he dejado a Tomás* como un fardo y adopto una postura profesional, de disimulo, mientras le atienden.

Me acerco a Ramiro y en un gesto que pretende ser de una camaradería fresca e infantil para él y de un descaro escandaloso para el resto me saco la pitillera del bolso, me pongo un cigarrillo en la boca y lo enciendo para luego dárselo.

—Toma, jefe.

Le miro a los ojos escrutándole. Menudas lecturas. Luego giro la cabeza, para señalarle a las "fuerzas del orden". Le hablo un poco entre dientes, pero no tanto como para que no me oigan.

—Creo que te has citado con los amigos adecuados.

Notas de juego

(*) Pretendía haberlo dejado en la biblioteca pero puede haberlo descargado por el camino, tranquilamente :-)

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10/02/2020, 13:55
Ramiro Ledesma

Sí, ehm... -entonces comenzó a hacer memoria-. Un tipo alto,con barba..., el de la porra. El otro, quien me ató, era más bajo, y llevaba una boina rojiza, granate. Y éste llamó al de la porra "Desi". Desidero, tal vez. Tampoco me fijé mucho, pues me asusté demasiado... ¡maldición! -se lamentaba el polifacético amigo-.

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10/02/2020, 13:56
Director

Quedaron allí, entonces, Ledesma, Virginia y Jose Alfonso, estos dos últimos escuchando las ínfimas descricipones de lo que había pasado, y oyendo una vez más la versión de los hechos de Ramiro, mientras se fumaba el cigarro que le habían brindado. Valero y el doctor Rocavila se volvieron a interesar por el mayordomo Tomás, y allí acudieron, hasta la entrada, y los llevaron a un sofá del comedor, donde lo tendiron retirando previamente los objetos sobre él desperdigado.

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10/02/2020, 13:56
Tomás Belgrano

Me alegro de que esté bien -refiriéndose a su jefe-, esos dos entraron y miren... ¡miren cómo han puesto todo! ¡habrá que denunciarlo! ¡Auuuchh!! -su cabeza le dolía enormemente-. Ustedes... ¿son los amigos de don Ramiro? -preguntó-.

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10/02/2020, 13:57
Director

El librero que me vendió el ejemplar es Honorio Lafuente -decía Ledesma aún en la biblioteca-, en la Gran Vía. Virginia ya ha estado allí, ¿verdad? -se refería a cuando la había mandado a buscar, un par de veces, algún que otro raro ejemplar-. Eso sí,el libro tenía en la primera página, escrito con una letra casi infantil: "Propiedad de Javier D." ¿Me ayudarán a recuperarlo? ¿Dónde está Tomás? ¡Tomás! -y se levantó, yendo al salón donde su mayordomo estaba tendido-. La que te han preparado, Tomás.

Notas de juego

Reitero: aunque se digan cosas en otra sala, lo pongo público para que lo sepáis todos. Creo que de momento son menudeces que podéis contaros unos a otros en el transcurso de una sala a otra :)

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10/02/2020, 13:57
Tomás Belgrano

Ya lo sé jefe... -respondía tendido con la mano en la cabeza-. Mal rayo les parta.

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10/02/2020, 14:50
Valerio Buendía

- ¿Tienen teléfono, o mandamos al portero a avisar a la policía? -digo ahuecándole el cojín a Tomás. 

A priori, la policía debería poner cierto esfuerzo en esto: una agresión a un burgués respetable y el robo de un valioso incunable. Además de haber de por medio un compañero y un oficial. Miro a mi alrededor mientras hablo, en busca del susodicho aparato, esperando interna e inconscientemente que no hayan destrozado algo tan caro. Me recuerdo amonestadoramente que el teléfono es mucho más reemplazable que el libro.

¿Se lo parecía a él, o Ledesma parecía esperar que lo solucionasen ellos?... a ver: sería un buen cambio respecto a su rutina habitual, pero no creía que a Marro le fuese a parecer bien que se metieran de por medio. Y la autoridad civil es... la autoridad civil.

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10/02/2020, 15:21
José Alfonso Marro Gambin

Podía ayudar a Ramiro con aquello, pero la investigación tendría que llevarla la policía de Madrid. Al fin y al cabo, estaban para eso y él no tenía jurisdicción allí. No obstante, colaboraría en lo que hiciera falta, aunque tampoco estaba muy seguro de que podía aportar él que no pudiera hacer la policía o no fuera a hacer ésta.

Tranquilícese, don Ramiro. - Le dijo Marro. - Como bien dice Valerio, lo primero es poner al corriente de lo sucedido a las autoridades. Ellos se encargaran de la investigación. Estoy seguro de que son gente competente y de que más pronto que tarde darán con el culpable y recuperaran el tomo.

Estaba seguro de que diciéndolo aquello no iba a tranquilizarle, pero no le quedaba más remedio que intentarlo. Por otro lado, estaba también bastante seguro, que por un delito como aquel, que pese a ser un robo con intimidación y hallanamiento de morada, no iban a poner tampoco demasiados medios para encontrar al culpable. Menos con tan pocos datos. Quizás, le convendría contratar a un investigador privado. Se lo comentaría, pero cuando estuviera más tranquilo.

Notas de juego

El último don Ramiro tiene la cara muy acartonada y marrón...

Edit: Cierto, muy cierto!

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10/02/2020, 19:36
Dr. Jose Maria Rocavila

Mientras llevamos a Tomás hasta el sofá me vuelvo a interesar por su salud y le tomo las constantes vitales para comprobar que a pesar del gran golpe que se ha llevado se recuperara pronto. Contestando a sus preguntas

- Si somos sus amigos, este es Valerio Buendía militar como ha podido comprobar y yo soy el doctor Rocavila socio como don Ramiro del Casino de Madrid.

Una vez en el sofá y comprobado que todo esta en orden excepto un gran dolor de cabeza me intereso por si nos puede decir algo de los asaltantes.

- ¿Ha podido ver a sus atacantes antes del golpe?

Mientras estamos junto a Tomás en el sofá llega Ramiro e intento que se siente junto a él. Aunque los atacantes han sido menos duros con él no le vendrá mal reposar un poco. Mientras se sienta le aseguro que haré todo lo que este en mis manos para ayudarle con el libro.

- ¿Quién mas conocía que usted había adquirido el libro? 

Parece que tanto Valerio como José Alfonso están muy interesados en llamar a la policía aunque Ramiro cabecea como si no estuviera muy contento con tal idea. Dirigiéndome a Marro le digo:

- Usted tiene mas experiencia en estos menesteres. Quizá halla algo en la biblioteca que nos ayude a encontrar a los causantes de tal desbarajuste.

Cuando menciona al portero recuerdo que Virginia le llamo hace tiempo y todavía no ha subido.

- Parece que el portero no sube, quizá alguien debería ir a buscarle.  

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11/02/2020, 08:40
Virginia Echagüe

—A sí, en la Gran Vía, sí, claro.

Parece que insinúa que lo resolvamos nosotros. Me doy cuenta que todo esto ha animado mis nervios. De pronto mi mente científica aflora.

a) No quiere hacer escándalo del asunto. Al fin y al cabo es un libro de magia negra o algo así.

b) No se fía de la eficiencia de las autoridades. Cosa que no me extraña.

c) Por un oscuro motivo.

Con paso indiferente me acerco a la biblioteca a ver el entuerto. Lo primero que quiero ver, y supongo que será relativamente fácil, es la sensibilidad bibliófila del asaltante. Examinando qué ha roto y qué no puedo imaginarme si es un simple gorila que no distingue un incunable de una novela por entregas o si es un exquisito coleccionista que nunca arañaría la tapa de un ejemplar único de gusto sublime mientras que se explayaría mutilando un libro muy aparente pero sin valor real y de gusto cuestionable, como tantos hay ahora en las estanterías de los ricos.