Partida Rol por web

Vaesen: A wicked Secret and Other Mysteries

Upsala Asilum

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14/11/2020, 21:57
Øystein Wergeland

Por fin el doctor se muestra de acuerdo con las razones de la visita. Conforme recorren los pasillos de los desdichados —más limpios y lúgubres que los de una prisión— la cacofonía de gritos de los pacientes invaden el recinto. El detective observó todo de manera metódica, sin pronunciar palabra alguna, con las manos en los bolsillos, aparentemente ajeno a la impronta que el lamento del espectro le produjo en lo más profundo de su ser. Los gajes del oficio.

Le agradaba que el coronel tomara la riendas de la conversación, pues le permitía estudiar con tranquilidad los gestos de su interlocutor. Finalmente llegaron al piso donde la señora Elfeklint se hospedaba, una zona silenciosa que sin embargo presenta la misma desolación que el resto del edificio.

Al ingresar en la habitación del paciente, el primer eslabón en la construcción de la nueva Sociedad, el detective esperó a que el joven doctor se alejara para luego extraer su pipa curvada de uno de los bolsillos internos de su gabán.

Hemos venido tan pronto recibimos vuestro mensaje —dijo llevándose la pipa a los labios— Un tiempo de mil demonios afuera —añadió distraídamente, como si la circunstancia pudiera mejorar un tanto la perspectiva de la anciana de su encierro voluntario en aquel sombrío lugar.

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15/11/2020, 17:07
Edwin James Niles

El mayordomo apareció en la estancia como una alargada y lúgubre sombra en la retaguardia de la comitiva que había acudido al asilo a entrevistar a Linnea Elfeklint.

Dejó el ejercicio de oratoria en los hombros del Coronel y de su amo. La monja, en cambio, parecía albergar una silenciosa pulsión asesina a juzgar por cómo le latía el corazón ante las palabras del propio doctor Frejd. No era un asunto de la incumbencia de Niles, en todo caso. Ya era mayorcita para saber a quién desear la Condenación Eterna.

El inglés notó una pérfida gota de sudor descolgarse desde su sien hasta alcanzar la quijada, algo de todo punto inaceptable en su británica estampa. Con disimulo y elegancia natural se secó con el pañuelo de seda que portaba siempre en el bolsillo de su levita. Por raro que pareciese, allí dentro sentía un calor difícil de soportar.

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15/11/2020, 18:07
Edwin James Niles
Sólo para el director

Demasiado humor para un médico que trata a dementes.

Demasiado sarcasmo en un maldito sueco. ¡Condenados nórdicos! ¡Bárbaros incultos!

Niles tensó la mandíbula y notó cómo sus colmillos marcaban la carne al punto de hacerla sangrar, haciéndole sentir un leve pero férrico sabor inconfundible para el mayordomo. Aquel médico ocultaba algo. Algo sucio. Algo innombrable.

Notó las punzadas en las sienes e inspiró profundamente como ya tenía ensayado desde hacía años. Debía mantenerse en calma. Alejar al Demonio. Alejar a la Bestia. Si perdía el control... No. ¡NO! No lo volvería a perder...

Y sin embargo, algo muy dentro de él y a buen seguro más aterrador que esa presencia que antes había vagado por la recepción del asilo, deseaba sonsacarle la verdad al doctor Niklas Frejd a golpes, hasta abrirle el cráneo para poderla ver en su interior.

Y era un deseo difícil de aplacar...

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15/11/2020, 20:25
Agnetha Löfgren

Sor, señorita, señora,... me daba igual como quisiera llamarme, más en una situación así, por lo que me limité a mirarle seriamente a los ojos con una mirada fría. Ni siquiera me molesté en contestarle.

—...

En estos momentos sólo buscaba saber qué ocurría en aquel Sanatorio y si el doctor tenía algo que vez.

En cualquier caso, decidí seguir manteniendo la calma y no acosarle a preguntas. Habíamos venido a hablar con la señora Linnea, y... ahora que por fin el doctor nos había dejado acercarnos a la habitación, no sería adecuado estropear la situación. Ya habría tiempo para eso luego.

Cuando el doctor se marchó, si es que se marchaba, entré en la habitación y observé en silencio la situación. Especialmente el estado en el que se encontraba la señora Linnea...

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16/11/2020, 21:26
Linnea Elfeklint

Linnea Elfekilint, la única miembro viva de la Sociedad, o de lo que al menos era la sociedad os espera sentada en un sofá ligeramente reclinado mientras mira por la ventana. El clima empeora por momentos: el viento se cuela por entre los pasillos creando una cacofonía extraña que se mezcla con los terribles lamentos y gritos de los demás pacientes. En este lugar iluminado por una sola vela os sentís masivamente inseguros.
Uno tras otro entráis en la habitación, y el último por cortesía o más probablemente por costumbre cierra la puerta que no termina de encajar del todo. De todas formas no queríais que nadie se enterase de lo que se va a hablar aquí.

Linnea tiene cara de preocupación y muestra cierto e inusual agotamiento. Sea lo que sea por lo que está pasando, o sus razones de estar aquí, están pasando su factura.
—Os ofrecería unas pastas o infusión visto el mal tiempo , pero esta gente tiene la mala costumbre de no dar caprichos a nadie, disculpadme.—

Linnea mira directamente a Niles a los ojos, al igual que un águila mira a su presa a cientos de metros mientras os habla y el vaho sale como pequeñas nubes de su ajada boca.
—Recordaba un número más amplio de gente, pero me tendréis que valer vosotros.
Gracias por venir de forma tan rápida, no estaba segura de si ya os habríais puesto en marcha con cualquier otro asunto importante.
Iré directa al grano, tengo una misión para vosotros y no va a ser nada fácil. Leed la carta de mi querida amiga Olga.—

Os enseña una carta que os pasa de forma temblorosa:

Pequeña Lillith!!
Apenas me recuerdas, ¿verdad?. Los años han volado al igual que las mariposas y dentro de poco cumpliré los setenta. ¿Pero quién los cuenta?
Desearía que el propósito de esta carta fuera para renovar nuestra conexión especial, que he echado de menos profundamente, y me gustaría poder discutir los extraños eventos que se han ido sucediendo en Gyllencreutz con el paso de los años y los que han quedado atrás presos de mis más preciados recuerdos. Y aunque todo esto es cierto, me temo que escribo por un asunto más importante.
Lillith, necesito tu ayuda. La situación es muy delicada en verdad, o de otra forma no te habría contactado. Asumo que aún vives en Upsala— ¿cómo ibas a abandonar nuestra querida ciudad?—
Actualmente resido en Mölle, una pequeña aldea de pescadores en el sur. Mis amigos y yo nos hospedamos en el Mölle Seaside Hotel. Debes venir y ayudarnos. No puedo contarte más pues temo que alguien encuentre esta carta y la lea primero. Debes ser tu, solamente tu ya que tiene que ver con nuestro Don especial y secreto, nuestra manera de ver las cosas, que nos unió hace ya tanto tiempo.
Trae todas las armas, herramientas y objetos extraños que puedas encontrar. Todo puede ser útil. Hasta entonces mis amigos y yo estaremos atrapados en el hotel. Es un problema que hemos creado nosotros, y sin embargo pese a todo, te pido ayuda.
Con amor, tu (ojalá) querida Oggo.

—Olga y yo eramos miembros las dos de La Sociedad a la que pertenecéis ahora vosotros si es que habéis realizado ya el juramento. Olga decidió seguir el camino de la brujería mientras yo me quedé aquí continuando el trabajo de todos.

Si a pesar de no tener contacto durante todos estos años, y la decisión que tomó en su momento, pide ayuda es que el tema es demasiado serio. Yo estoy demasiado mayor y además, ya no estoy en activo.—

Linnea, aguarda con semblante hosco y desafiante mientras espera una respuesta.

 

 

Notas de juego

La carta ha sido escrita por alguien que presiona fuerte la pluma y tiene una escritura gloriosamente etérea y ligera, con florituras excesivas que la hacen realmente difícil de lees a una persona moderna.

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16/11/2020, 22:51
Alvar Egil Björklund

A pesar de la evidente preocupación que muestra su rostro, la señora Elfeklint aún conserva la suficiente presencia de espíritu como para dedicarnos algunas palabras de cortesía que, si bien resultan vanas, al menos sí sirven para insuflar cierto aire de confort al ambiente tan hostil que reina en este sanatorio. Linnea no desperdicia el tiempo, revelando enseguida el motivo de su llamamiento: tiene una carta para nosotros, una misión de una amiga suya, Olga.

Tiene usted buena memoria, señora Elfeklint. En efecto, solo hemos venido la mitad de nosotros; los demás miembros de la Sociedad se han quedado en Gyllencreutz, atendiendo otros asuntos. —Por el momento, creo que será mejor omitir el hecho de que hemos recibido otra propuesta de trabajo hoy mismo. Doy un paso al frente, tendiendo la mano para recibir la carta—. ¿Me permite, por favor?

Como ya he hecho antes con la carta del padre Uddgren, leo la misiva de la tal Olga en voz alta, aunque no tanto como para que sea audible desde el exterior de la habitación. La letra es tan recargada que me veo obligado a ir despacio en mi lectura. Apenas he leído unas pocas líneas y ya ha quedado claro que Olga es otra antigua miembro de la Sociedad. Menuda sorpresa. Por lo demás, la carta es irritantemente poco específica: tan solo dice que Olga reside en Mölle y que está atrapada en un hotel junto a algunos amigos, presumiblemente otras personas poseedoras de la Visión, aunque eso no queda claro. Lo que sí queda clara en el escrito es la necesidad de armas y cualquier otro utensilio que pueda resultar útil para una misión de esta índole. Huele a peligro.

Faltaría más.

Al concluir mi lectura, Linnea confirma que su amiga también pertenecía a la Sociedad, pero que al contrario que ella, Olga emprendió la senda de la brujería. Vaya por Dios. Tiendo entonces la carta al detective Wergeland, sin apartar la mirada de la señora Elfeklint.

Parece un asunto delicado, aunque la falta de detalles hace que sea difícil juzgarlo —afirmo, torciendo la boca—. Dice que su amiga Olga «decidió seguir el camino de la brujería». ¿A qué se refiere exactamente? ¿Es algo que debiera preocuparnos? Y, ¿qué más piensa usted que deberíamos saber de Olga?

Hay otros asuntos sobre los que me gustaría preguntarle a Elfeklint, como por ejemplo el monstruo fantasmal que acabamos de ver en la primera planta de este manicomio, pero por ahora prefiero ceñirme únicamente a lo relativo al motivo por el que nos ha llamado.

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17/11/2020, 10:09
Edwin James Niles

El mayordomo apenas prestó atención a la carta. Permanecía atento a Linnea. Su respiración débil y quebradiza. Los lentos y acompasados latidos de su corazón. El ligero temblor de su voz. Una antaño eminencia en la Orden, consumida por el tiempo, un inexorable perseguidor que a buen seguro había marcado con su cincel el rostro de la egregia anciana. Podía sentirlo.

-Señora Elfeklint, sepa que mi colega, el señor Frisk, le envía cálidos recuerdos-, dijo con una leve inclinación de cabeza, cumpliendo su palabra para con el otro mayordomo.

-Señora, el frío en esta galería es... quite remarkable. La habitación, al igual que el edificio en general, rezuma un potente olor a abandono. A dejadez. ¿Os trata adecuadamente el personal de este asilo?-. Niles bajó la voz hasta convertirla en un cortante susurro. -El doctor Frejd, mostrando cierto recelo a nuestra visita, ha sugerido que nuestra presencia podría, de algún modo, alteraros. ¿Qué opinión os merece?

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17/11/2020, 23:13
Øystein Wergeland

Escrutó la misiva con gesto crítico. Escasa información podía extraerse de ella, como bien apuntaba el coronel. Tras analizar durante un instante la obtusa y onarmentada caligrafía de Oggo, procurando anticipar algo del caracter de su remitente, el detective, con una sombra de recelo en el semblante, ofreció la carta a la señora Löfgren. Se había pronunciado la palabra brujería en demasiadas oportunidades, y a juzgar por las expresiones feroces que la mujer había mostrado en otras ocasiones, aquello podía resultar peligroso.

Niles intervenía interesándose por el bienestar de la principal benefactora de la novel Sociedad. Como no podía ser de otra manera, el solícito mayordomo destilaba elegancia y tacto. Wergeland tenía algunas preguntas, pero de momento se las reservó para evitar atropellar a la anciana.

—Debo admitir que comparto las reservas de Niles respecto a vuestro actual refugio —acotó tras las palabras de éste último— ¿Está segura, señora Elfeklint, que no prefiere hospedarse con nosotros en el castillo? Ya puede comprobar que, a falta de un mayordomo, serían dos los que se preocuparían por usted. Y os aseguro que Niles es aún más diligente que el señor Frisk. Sería una fuente de gran regocijo para vos, mi señora madre solía reirse hasta bien entrada la madrugada con sus historias.

Notas de juego

Evito preguntar mucha cosa o hablar de la otra misión de momento para no atropellar :D

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18/11/2020, 09:43
Agnetha Löfgren

—¿Brujería?

No pude menos que santiguarme al instante.

¿Qué clase de persona optaría por el camino del diablo? Sólo un desquiciado mental. Además, como no podía ser de otra forma, en la carta mencionaban que habían creado un problema. Era lo que tenía jugar con magia negra y paganismo... ¿qué se cabría esperar de algo así?

Mis compañeros preguntaban sobre aquella misión e incluso se preocupaban por su estado en el sanatorio; así que yo, por mi parte, decidí centrarme en la otra carta.

—Discúlpeme —dije, tras carraspear—, pero justo este mismo día la Sociedad ha recibido otra carta en la que se solicitaba nuestra ayuda. Una carta de Oscar Uddgren. ¿No sabrá, por casualidad, algo sobre ello, verdad?

Dudaba que ambas misivas estuvieran relacionadas de alguna manera, por lo que cualquier información que pudiera darnos sobre ambas sería bienvenida... eso teniendo en cuenta, claro está, que realmente supiera algo sobre Oscar Uddgren y el asesinato del Vicario.

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20/11/2020, 18:47
Linnea Elfeklint

Linnea os mira con cara de sorprendida y se rasca el párpado cerrado de su ojo derecho con el dedo índice. Su ceja enarcada hace que las gritas provocadas por al edad en su cara se muevan con un ligero esfuerzo.
—Interesante, acabáis de llegar y ya tenéis dos encargos. Sois vosotros quienes debéis decidir la prioridad de cada asunto, y creedme, siempre que haya algo de sobrenatural de por  medio, va a ser urgente.
Sobre el señor Uddgren poco os puedo decir. Recuerdo vagamente haber tratado con él en el pasado. Un hombre de fe desde luego, aunque por entonces no tenía muy claro si el celibato era algo con lo que quería convivir, quizás el tiempo le haya cambiado. Creo que era Sacerdote or presbítero por entonces. Es un hombre en el que se podía confiar la existencia de...bueno, seres, y jamás nos juzgó por lo que hacíamos. Por mi parte solamente os puedo decir que si Oggo está en peligro me gustaría ir yo misma, pero mis viejas piernas ya no ayudan, mi mente está agotada y francamente, no creo que me quede mucho más tiempo en esta tierra.
Respecto a su oferta, señor detective, sobre volver al castillo, me temo que va a ser un rotunda negativa. Si estoy aquí es porque necesitaba salir de ese lugar. Demasiados recuerdos, demasiados objetos familiares. Me he ganado mi merecido descanso aunque eso signifique pasar el resto de mis días en este tugurio.—

Os mira a todos con cara solemne mientras el frío sigue recorriendo la habitación. Incluso podéis notar una leve corriente de aire fruto sin duda de la mala calidad aislante de las ventanas.
—El tiempo de Linnea Elfeklint ha pasado. El tiempo de los miembros de La Sociedad de mi época ha pasado. Os toca el turno a vosotros, las nuevas generaciones, los niños del mañana. Buscad a otros niños descarriados, ampliad vuestra organización, recorred el mundo y sobre todo, preparaos siempre para lo peor. Intentad no morir en el intento. Ahora, marchaos, necesito descansar.—

Linnea cierra los ojos de forma somnolienta mientras os dice con voz temblorosa las últimas palabras que tiene para vosotros hoy. Ignorando que todavía seguís ahí, cae en un profundo sueño.

 

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20/11/2020, 19:49
Alvar Egil Björklund

Me doy la vuelta hacia la hermana Agnetha, algo contrariado, cuando la oigo mencionar la otra propuesta de trabajo que hemos recibido hoy. Elfeklint parece sorprendida ante esta revelación, pero no molesta en modo alguno. Yo me siento igualmente sorprendido al saber que la mujer ya tuvo tratos en el pasado con el padre Uddgren de Fjällbacka; ¿qué motivos llevarían a la Sociedad al apartado pueblo? ¿Cuántos acontecimientos extraños han ocurrido allí? La descripción que Linnea hace de Uddgren se me antoja la de un hombre normal como cualquier otro, con conflictos con sus votos pero que a pesar de todo ha logrado llevar adelante su vocación. Es algo a respetar, creo. Su disposición a aceptar lo inexplicable resultará de lo más conveniente para nuestra misión.

La anciana rechaza tajantemente la oferta del señor Wergeland de trasladarse a Gyllencreutz. Demasiados recuerdos, dice. No me extraña. A mí también me costaría regresar a ese lugar si hubiese visto todo lo que sus ojos deben de haber presenciado, si hubiese tenido tantos años para asociar a esas piedras viejas y esos tablones crujientes todo el horror que Elfeklint debe de haber vivido, todos los amigos que habrá perdido. Estoy a punto de preguntarle por el tenebroso ser que hemos avistado en la recepción, pero entonces me doy cuenta de que la mujer se ha quedado dormida. Debía de estar exhausta. No me resulta difícil imaginarme el motivo: dormir más de unas pocas horas seguidas en este lugar dejado de la mano de Dios no tiene que ser fácil.

Buenas noches, señora Elfeklint —murmuro con suavidad, sintiendo compasión por la mujer—. Vámonos. Aquí ya ha quedado todo dicho.

Lentamente, abro la puerta para salir al rojo pasillo que nos aguarda al otro lado.

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22/11/2020, 20:33
Agnetha Löfgren

Me quedé perpleja cuando aquella mujer nos mandó irnos y, al instante, se quedó dormida. Más inclusive teniendo en cuenta el lugar en el que dormía y la presencia que habíamos visto momentos antes. Ella también tenía la visión... ella también podía ver. ¿De verdad prefería aquel lugar?

—Sí, vámonos —susurré tras las palabras de Alvar.

No había mucho más que pudiéramos sacarle a aquella mujer después de todo. Y, además, había algo que quería hablar con mis compañeros... por eso, antes de que nos expusiéramos de nuevo al contacto con el médico o la recepcionistas, me dirigí a ellos.

—¿Vosotros también habéis visto y sentido lo mismo que yo cuando veníamos al cuarto de la señora Linnea, verdad? —seguía hablando en voz baja, aunque mi mirada era fulminante—. El demonio está aquí. Deberíamos... hacer algo.

Y si queríamos hacerlo, ahora era el momento ideal...

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23/11/2020, 16:57
Edwin James Niles

Niles mantenía su posición en retaguardia. No manifestó opinión alguna respecto de la reacción de la señora Elfeklint. Para él, era palmario que el cuerpo de la anciana pedía tierra desde largo tiempo y se había resignado a morir en la soledad -y la oscuridad- de aquel lúgubre asilo.

La importancia del encargo que de modo nada subrepticio les había encomendado partiría al grupo en dos a buen seguro. La urgencia de las misiones que encaraba la Orden solía acarrear gran premura y la venerable Linnea se había encargado de depositar sobre ellos la carga de decidir quién se haría cargo de la petición de su amiga bruja, esa tal Oggo.

Para colmo el frío en el maldito asilo iba a más, como si el lugar fuese una lóbrega morgue en la que la demencia era la única salida. El grupo caminaba en silencio con pasos rápidos, como deseando salir de allí. Y fue entonces cuando la monja resaltó en voz alta una de las sospechas que pesaban sobre Niles desde el acceso a aquella prisión. La presencia. La entidad extracorpórea amorfa e invisible para los simples mortales que, sin embargo, era perceptible para ellos, como una sombra vaporosa flotando en el éter; o como un característico almizcle... El olor de lo fantasmagórico.

-El Demonio no suele dejar tarjetas de visita-, comentó el mayordomo con tono desalentador. -Los únicos que saben lo que realmente ocurre aquí están confinados en la peor cárcel de todas... Su trastornada mente. 

A Niles no le gustaba aquel lugar. Cuanto antes saliesen de allí, mejor.

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23/11/2020, 19:23
Alvar Egil Björklund

Mientras surcamos la roja y fría semioscuridad de los pasillos supuestamente destinados a los pacientes más pudientes, me vuelvo para escuchar las palabras de la hermana Agnetha y la respuesta que le da el señor Niles. Aunque la monja tiene razón en cierto modo, ahora mismo no hay nada que podamos hacer.

No hemos venido preparados para lo que hemos encontrado aquí —sentencio—. Haríamos bien en investigar y descubrir todo lo que podamos sobre lo que está pasando en este lugar, pero no nos precipitemos: actuar desde el desconocimiento solo lleva al fracaso. —Vuelvo a mirar al frente mientras continúo caminando a paso ligero—. Además, no olvidemos que hemos dejado a nuestra mitad en Gyllencreutz. Debemos regresar y explicar a los demás todo lo que sabemos antes de decidir qué hacer.

Y hay mucho que decidir. Empezamos por recibir una misteriosa carta de Fjällbacka y ahora tenemos tres frentes distintos por explorar. Y todos se nos han presentado a la vez.

¿Alguien cree en las casualidades? —pregunto, aparentemente de forma retórica, mientras me afano en llegar a la salida de este laberinto.

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24/11/2020, 18:15
Storyteller

Notas de juego

Resumen y vosotros me diréis qué hacéis.

De momento la llegada al Asylum ha sido cuanto menos extraña gracias a la presencia fantasmal que habéis visto en el rellano. El Doctor Frejd parece no saber nada sobre esa criatura. Linnea os ha pedido que acudáis a una misión potencialmente peligrosa para ayudar a una vieja amiga. Las condiciones del Asylum son más que cuestionables.

¿ Estarán protegidos por la ley o alguien con poder que les permita actuar así ?. Además está la nota que habéis recibido en el castillo y que os llevaría a la punta opuesta del mapa de la misión de Linnea. 2 misiones en un solo día, ¿ Coincidencia ?. Os estáis planteando investigar el Asylum y la presencia, pero, ¿quién va a establecer prioridades?.

Podéis seguir discutiendo aquí vuestros próximos pasos. Podéis volver al castillo. O si lo preferís, buscar algo de información adicional sobre esa tal Oggo, su paradero y demás en la biblioteca de la universidad de Upsala. Quizás el periódico local os pueda ayudar con notas de archivo. Recordad que una misión con éxito depende al 90% de cómo vayáis de preparados, y no solamente me refiero al equipo.

Sabiendo que tenéis a una emisaria de la orden de cristo en vuestro grupo, es posible que saquéis algo de información en la catedral. Como veis tenéis muchas opciones, así que pensad detenidamente lo que queréis hacer, y con quién vais si es que vais acompañados.

No obstante, podéis seguir con la conversación.

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25/11/2020, 23:51
Øystein Wergeland

El rostro arrugado y cansado de Linnea Elfeklint no hablaba sólo de su edad, sino de una larga vida de peripecias y desafíos. Al ver rechazada su propuesta, el detective no pudo sino reflexionar sobre la estoica fortaleza de aquella anciana mujer, que prefería la custodia en un lúgubre asilo a las comodidades del castillo. Algunos recuerdos son demasiado dolorosos, pensó observando de reojo a su espigado mayordomo. Sólo deseaba no terminar como ella. No, aquello no sucedería mientras conservara a Niles a su lado.

Entretanto la conversación derivó hacia la demonología, un tema poco interesante para el detective. La pregunta del coronel le trajó nuevamente al mundo de los vivos.

—Ciertamente, la casualidad suele ser el argumento de las mentes dormidas —aseveró juntando sus largos dedos— Pero me temo que de momento lo mejor es mantener la mente abierta y no descartar ninguna posibilidad hasta recabar más información. Con demasiada frecuencia nos forjamos opiniones precipitadas que luego amenazan con sesgar y alterar el curso de un caso.

Se volvió luego hacia Alvar.

—De acuerdo, Coronel, veamos qué opina el resto de la Sociedad en Gyllencreutz.

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28/11/2020, 22:39
Agnetha Löfgren

—Las casualidades no existen —contesté a la pregunta del coronel—. Sólo el señor guía nuestro destino.

En cuanto a la negativa a investigar y acabar con el demonio que atormentaba el asilo, me encogí de hombros, pero acabé accediendo a dejarlo «de momento». Mis compañeros tenían razón: cabía la remota posibilidad de que no fuera un demonio, si no un secuaz menor del infierno. ¿Cómo, si no, no nos había atacado nada más vernos? Aunque el demonio es impredecible, y le gusta atormentar con dudas las mentes de los débiles...

Volveré para acabar contigo... 

​​​​​​—Está bien —añadí finalmente—. Vayamos con el resto. 

Notas de juego

Siento lo corto del post. He tenido que escribir desde el móvil y esto es peor que la muerte a pellizcos xD

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29/11/2020, 09:14
Edwin James Niles

Niles asintió dos veces. La primera, a la reflexión de su joven amo. La segunda, a la afirmación de la hermana Agnetha.

-Escuché a un sacerdote inglés decir una vez que las casualidades son la forma que tiene Dios de preservar su anonimato-, comentó como quien no quiere la cosa mientras seguía al grupo en retaguardia a la salida de aquella cárcel para el cuerpo y la mente. -Es mi obligación prevenirles de que si bien el regreso al castillo parece el curso de acción más razonable, no lo es menos aprovechar este viaje. ¿Creen los señores y sor Löfgren procedente indagar en la catedral sobre el vicario? ¿O quizás una rápida visita a la biblioteca? Claro que puede que prefieran distribuir las tareas entre todos los miembros de la Orden una vez hayamos regresado al castillo. En fin... Decisions... Decisions...

Notas de juego

Suelo fiarme de los consejos del DJ.

Me es indiferente si lo hacemos nosotros cuatro o distribuimos la estrategia con el resto de los compañeros, pero creo que investigar la catedral, la biblioteca y el archivo buscando pistas del vicario muerto, de Fjallbacka, de la tal Oggo y del Asilo es recomendable.

Mensaje en Fuego Rápido para ver qué piensan los demás y avanzar ya hacia el castillo o hacia alguno de estos lugares.

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29/11/2020, 21:05
Alvar Egil Björklund

Mis compañeros continúan hablando mientras tratamos de orientarnos por el enorme edificio en busca de la salida. Me alegra comprobar que, a pesar de nuestras diferencias, reina la armonía, lo que suele traducirse en pocas palabras y un tono sosegado. La sugerencia de Niles de empezar a investigar por nuestra cuenta me hace intervenir de nuevo:

Creo que lo mejor será organizarnos una vez toda la Sociedad esté al corriente de nuestras nuevas asignaciones —opino—. El tiempo se aprovecha más cuando son ocho personas las que pueden repartirse las labores. Además, aún está por decidir si vamos a aceptar ambos trabajos, si vamos a llevarlos a cabo simultáneamente. Por mi parte lo tengo claro, pero no sería la primera vez que alguno de nuestros compañeros tiene una opinión diferente de la mía.

Eso es lo que yo entiendo por un comentario jocoso, y así lo hago con una leve, casi indistinguible inflexión vocal humorística que traiciona mi expresión inmutable.

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29/11/2020, 22:19
Storyteller

Como una leve brisa que se torna en un frío atroz una corriente de viento parece azotar el estrecho pasillo en el que os encontráis. No podéis evitar sentir una cierta presencia intimidatoria nada parecida  a la que emitía lo que habéis denominado como alma en pena. Esto es algo más, es algo que os infunde un miedo primigenio al que no estáis preparados. Algo o alguien no quiere que sigáis aquí. Por un momento el pasillo se queda en un absoluto color negro del que bailotean un tipo de sombras rojizas que os recuerdan al fuego mecido por el viento. Jamás olvidaréis vuestro primer contacto con sendos Vaesen que habéis conocido. Sin embargo esta presencia os recordará los peligros a los que se somete el mundo en el día a día y en el que la mayoría de los hombres son ignorantes. De pronto una mirada penetrante bajo las pupilas ambarinas y sesgadas cual felino os petrifica en el lugar. Una voz gutural os saca de vuestro ensimismamiento con un feroz y poderoso —!FUERA!.— Sus cuerdas vocales parecen no estar acostumbradas a este tipo de lenguaje y parecen rasgarse como la seda contra la roca afilada.Tan rápido como vuestro sudor frío aparece, la criatura ya no está. Quizás, solamente haya sido una advertencia. Otra gran duda a la creciente lista de preguntas que resolver es, ¿ Qué era eso y por qué tenía tanto interés en que nos fueramos?

Notas de juego

Tras este interensant encuentro ( cinemática todo, no hay que tirar ) entiendo que váis a querer volver al castillo. Si optáis por quedaros aquí a ver que diantres ocurre, sois libre de hacerlo, aunque os digo que es altamente desaconsejable.

Los demás jugadores se encuentran resolviendo una pequeña escena que ya os contarán cuando volváis para poner información en común. El tiempo de viaje durará en lo que terminan ellos, así que de momento podéis hacer narrativa libre hasta nuevo aviso ( y sí, podéis comentar libremente lo que acabís de ver )