Partida Rol por web

Las gotas de sudor se agolpan en la frente de Threkor Ohrin y de Arcam Romijnsen cuando entre ambos intentan mover el brazo de piedra que, junto con otros cascotes, sepultan el cuerpo sin vida. Finalmente, empujando con la espalda como si de un par de gastos hidráulicos se tratasen, consiguen levantar el brazo pétreo y desplazarlo a un lado. Seguido a esto, un fuerte estruendo a escasos metros muestra un montón de ruinas esparciéndose por la superficie, a causa del movimiento del brazo de piedra, y dejando al descubierto un oscuro hueco del tamaño justo para un individuo del que sale una nube de polvo.

Por otro lado, el cadáver ataviado con ropajes rojos muestra ahora, sobre su aplastado pecho, el bordado completo. Se trata de una circunferencia en la que hay dos manos separadas unos centímetros. Una aparece por la parte superior de la circunferencia, y posee una silueta visiblemente normal y corriente. Con el típico gesto de ofrecer la mano a alguien. La otra, aparece por la parte inferior, y se trata de una mano, con el mismo gesto, pero un rasgo llamativo salta a la vista de manera evidente. Sus dedos son más largos de lo normal.

Respecto al cuerpo sin vida, con un rápido vistazo se puede ver que el aplastamiento fue la causa de la muerte. Debe tener más de la mitad de sus huecos hechos añicos, así como las múltiples hemorragias internas que debió sufrir. Ahora sólo sirve de alimento para los carroñeros de la meseta.

La simbología de las dos manos te recuerda a las innumerables representaciones del mito de Prometeo entregando el fuego a los dioses, o más bien, de un intercambio divino. Dicho mito ha sufrido incontables variaciones hasta nuestros días, incluso en la cultura moderna, de mano de los seres extraterrestres ofreciendo un profundo conocimiento tecnológico y científico a los seres humanos.

Sin entrar en detalles, para ti es evidente el significado de dicho bordado, así como los acabados de los ropajes, que se repite de manera muy similar en todos los puntos del planeta a lo largo de la historia. Dirías que se trata de un miembro de algún tipo de liturgia, y el símbolo bordado con hilo dorado de su pecho deja a las claras la pretensión humana de encontrar una vía de comunicación divina con alguien o algo.

-Doctora Srinivasan -dije, levantando la vista del suelo del edificio-, no parece que la cabeza de la figura de oro se encuentre en esta sala, lo cual es extraño. -Pensativo, observé de nuevo la figura representada-. ¿Cabe la posibilidad de que la figura original tampoco tuviera cabeza*? ¿Que esta supuesta especie representada careciese de cabeza o que esta se hallase a la altura del tronco o muy pegada a este? Teniendo en cuenta la biología de las especies homínidas, esta teoría sería poco probable, pero no deja de ser una representación, por lo que, como ha sugerido la doctora, quizá se trate sólo de la representación mítica de una especie que nunca existió.

Al escuchar las palabras de Arcam y Threkor, no puevo evitar carraspear con la lengua. Que hubiera un cadáver que sólo llevase en las ruinas unas cuantas semanas no era un buen indicio. Alguien había pasado por las ruinas antes que nosotros y eso no era bueno. Pero, ¿quién? ¿Saqueadores? ¿Una empresa rival de Alma Máter?

-La estratificación de este edificio tampoco es la habitual, compañeros -le indiqué al historiador y al ocultista, a través del walkie talkie-. Puede que esto se deba principalmente a los derrumbamientos, aunque no estoy seguro de que sea el único posible motivo. Por cierto, Arcam, Threkor, ¿pueden describir la indumentaria del difunto? Es muy extraño que, tratándose de un posible chamán, haya marcas de vehículos. No es habitual que los nativos viajen en vehículos, pero tampoco le veo sentido a que un forastero occidental se desplazase hasta quí solo para realizar un ritual.

Se ve rota la escultura, Nathan, a la altura del cuello, si ha de haber tenido cabeza, rota al caerse, sólo es cuestión de encontrarla.  Busquemos la trayectoria que hubiera seguido al caer y desprenderse... -dijo, pensativa

La Dra. Srinivasan se acomodó un poco más en la montaña de grava mientras con los binoculares escaneaba buscando la cabeza escultural perdida en la zona que había dicho.  Sin dejar de mirar siguió diciendo:  No asumamos ninguna secuencia temporal todavía, Nathan.  ¿Siguen la dirección de las manecillas de reloj, o al revés?    -hizo un mapa para compartir con sus compañeros.   

No en toda cultura las secuencias de tiempo tienen la misma representación*, -todavía recuerdo cuando agarré una manga japonesa y la leí de adelante para atrás, ¡jajaj!  Cómo se reían de mi mis colegas de la Universidad de Tokio.

Sharada cambió de lugar para seguir buscando a ojos normales y binoculares.  Reparó en lo que dijo su colega sobre los estratos extraños de las rocas.

Nathaniel, ¿había algún récord de la existencia de estas ruinas ya?  No recuerdo haber leído de ellas.  Pensé que en esta zona sólo había restos de los primeros humanos y sus ancestros, ¡no construcciones de piedra de civilizaciones antiguas!   Se sentía como cuando los primeros arqueólogos occidentales descubrieron las pirámides mayas abajo de tanta selva, originalmente considerándolas "montes" en una región tan plana como un sartén.

Si los estratos no corresponden a lo que usted y yo hemos estudiado, eso podría significa que son más antiguos que las culturas de las que tenemos récord*.  Por ejemplo, -sacó su ordenador- comparémosla con las rocas con las que se construyeron las pirámides de Egipto, eso nos dará una forma fácil de saber si son más o menos antiguas que estas.  Y ...mm.. sólo cargando la base de geología de Alma Mater en este práctico disco...mm... podremos saber aproximadamente la fecha del marcador geológico de estas pieedras. hmm. -hablaba concentrada.  Luego, se quitó un mechón de pelo de la cara y miró a su colega a los ojos.

Si son más antiguas que las pirámides, le regalo una botella de Kallu o Tuba, al estilo tradicional de mis tierras en Kerala, o como lo toman en México, con cacahuate.  ¡Estaríamos frente a un descubrimiento mayor!

-En eso llegó el mensaje por walkie por parte de Threkor y el Dr. Romij.  ¡Por Ganesh! -se le veía preocupada.  Reagrupémonos por seguridad. 

Señor Nox. El símbolo es un círculo con dos manos. Una penetrando en el círculo por la parte superior como entregando algo, y la otra más extraña con los dedos inusualmente largos, penetrando por la parte inferior. Me recuerda a las representaciones sobre el mito de Prometeo, entregando el fuego a los humanos, pero en el grabado no hay fuego. Sólo la túnica es roja. Quizás simbolice fuego, aunque no lo creo.

Quedé a la espera de la respuesta del otro grupo, mientras miraba los restos para ver si se detectaba algún tatuaje extraño en el cuerpo o algún adorno en la piel como argollas o pendientes.

No sin poco esfuerzo pudimos apartar el Sr Ohrin y yo el pesado brazo de piedra, sin embargo, el trabajo mereció la pena. Miré la túnica, extrañado y maravillado al mismo tiempo. No era la primera vez que había visto símbolos similares. Durante mis estudios sobre civilizaciones antiguas, había visto patrones de ropa parecidos a aquel.

-Sin duda, esta persona pertenece a algún tipo de liturgia. Símbolos similares se repiten a lo largo de la historia, asociados a la aspiración de encontrar una vía de comunicación con lo divino –expliqué, a través del walkie y a mi compañero, mientras señalaba los bordados dorados-.

Mientras los miraba, me asaltó un pensamiento que me provocó un escalofrío.

-¿Es posible que estas personas fueran las que provocaran todo esto? Los movimientos geológicos que están ocurriendo en esta región no tienen precedentes, y esto clama a que aquí están ocurriendo cosas que la ciencia no puede terminar de explicar. Es posible que los rituales que acontecieron aquí fueran los propios causantes del seísmo. En ese caso, es posible que estas personas sí que fueran capaces de entablar conexión con algo superior.*

Me quedé mirando el hueco que se había abierto hacia las ruinas tras haber movido aquel brazo de piedra.

-Puede ser peligroso, pero creo que uno de los dos debería entrar a recabar algo más de información antes de reunirnos con nuestros compañeros, ¿qué piensa usted, Sr Ohrin?

Los dos arqueólogos tienen opiniones distintas acerca del material sobre el que están trabajando. Si la escultura tiene cabeza o no, la correcta cronología de las figuras de oro y la datación de los estratos geológicos provocan reacciones opuestas en ambos exploradores.

Me arrodillé junto al agujero e intenté vislumbrar algo en el fondo. Estaba totalmente oscuro y no veía nada, sólo el polvo que salía.

Arcam tenía razón, deberíamos bajar a investigar, pero no lo haría a ciegas de ninguna manera. Busqué uan piedra lo suficientemente grande como pra oirla golpear algo y la tiré en el agujero.

Esperé a escuchar el sonido golpeando el fondo mientras iba contando. 1...2...3

El túnel parece haberse formado durante el derrumbamiento, y por alguna caprichosa mano del destino, algunas rocas grandes cayeron, quedándose bien encajadas y haciendo el efecto de vigas, y de esta manera soportan el peso y dejan un hueco de paso bajo ellas.

Dentro, la escasa luz tiñe de una aura misteriosa todo aquello que tiene forma y volumen. Un aura que crea desasosiego, sobre todo al descubrir que en interior de aquella montaña de restos y escombros aún se aprecia la estructura de un lugar de culto.

El lugar parece mantener su estructura a pesar de los temblores. tiene repartidos por el perímetro diversas piras para iluminar, ahora apagadas, pero que dotan al espacio cerrado de un olor a carbón intenso. Satisfactorio, incluso, comparándolo con el hedor del cadáver en descomposición. La mayoría del espacio en las paredes está vacío, y el suelo está formado por grandes baldosas de piedra.

A la zona más apartada (1) apenas llega la poca iluminación que entra por los agujeros entre las rocas y el que habéis creado al mover el brazo de piedra. Se puede divisar una mesa grande con cierta elevación sobre el resto de la sala. La silla está tumbada, y la mesa parece apartada. Quizá, ante el terremoto, su ocupante quiso salir corriendo de allí. Detrás de ella, en la pared y semidescolgada, una gran pieza de tela roja con un símbolo dorado en ella. El mismo que el de la túnica. También hay algo escrito que no sabéis descifrar. A la derecha de dicho lugar, una pequeña puerta cerrada corta el paso hacia... algún sitio. En una de las esquinas, un par de puntos luminosos os llaman la atención.

Enfrente de esa mesa central, y más cerca vuestro, hay tres filas de bancos (2) de madera muy rudimentarios. Todos recubiertos de cascotes y polvo. Aparentemente, están vacíos.

El túnel por el que habéis accedido, y aparentemente, por donde el ahora cadáver, quiso escapar cuando el suelo comenzó a moverse. Frente a vosotros (3), una gran escultura con un brazo roto dama un aspecto solemne o intimidante al lugar, según el punto de vista. A pesar de que la figura presenta numerosas rajas aquí y allá, y algunos detalles no son ahora más que añicos, se distingue sin ningún género de dudas su imagen original: un ángel alado con una espada curva en una de sus manos. Debe medir unos cinco o seis metros de altura. La manufactura es buena, y la pose que representa la escultura es la de alguien amable y enérgico, pese a la amenazante espada que porta en el brazo que le queda al monumento. Su brazo desnudo (y roto) está en actitud de ofrecimiento. Su rostro parece regalar una sonrisa, aunque es difícil de dilucidar, como ocurre con la Mona Lisa.

En la parte izquierda (4) hay una puerta doble de madera, cerrada, aunque los desprendimientos han hecho que se forme un montón de piedras al otro lado y acabe desencajando las bisagras de la misma. Cuando ocurrió el desastre, debió ser una terrible noticia ver que la puerta principal estaba cortada. A ambos lados de la doble puerta hay unos estantes de madera con libros de un aspecto muy deteriorado. También hay muchos libros en el suelo, incluso con algunas páginas ya roídas por roedores.

Arcam y Threkor se miran sorprendidos por el hallazgo, sin saber por dónde empezar.

-No estoy del todo seguro en que la escultura esté rota, doctora Srinivasan -dije, observando la figura sin cabeza más de cerca-. Puede que la construyeran así adrede. Como humanos, tenemos a imaginar a otras especies inteligentes con la misma fisionomía que nosotros, quizá esta civilización concibiera la idea de unos antecesores recios, con poco cuello y la cabeza a la altura de los hombros. Es un tanto extraño que, de las cuatro esculturas, sólo una de ellas haya sufrido daños y que, por ejemplo, la de la mariposa esté intacta. Ya he examinado el suelo del edificio con detenimiento y no parece haya rastros de esa cabeza por ninguna parte.

Aun así, deslicé un dedo sobre la zona de la escultura donde debería hallarse la inexistente cabeza para percibir si la superficie del cuello de la figura era lisa o mostraba imperfecciones, lo que indicaría que la cabeza pudiera haberse roto o ser arrancada de forma brusca.

-Creo que deberíamos reagruparnos con Threkor y Arcam cuanto antes -dije, accediendo a la sugerencia de la doctora de reagruparnos.

Tenía que reconocer que la presencia de un cadáver tan reciente en el otro edificio me incomodaba. Aquel individuo había muerto hacía pocos días, al parecer durante los desprendimiento, y no descartaba la teoría de Romijnsen de que existiera un culto que hubiera acudido a las ruinas y, de alguna manera, haber provocado semejantes movimientos geológicos. No obstante, siempre había sido un hombre de ciencias, no de fe, por lo que dudaba mucho que hubieran provocado el seísmo mediante un ritual. No, era más probable que la tecnología del hombre hubiera sido la causante.

Señores, hemos descubierto algo interesante. Vamos a entrar a investigar y es posible que no haya comunicación desde dentro. Deberían venir hasta aquí, quizás necesitemos los conocimientos del señor Nox.
 

Entré en la sala poco a poco dejando que mis ojos se acostumbraran a la semi penumbra que reinaba en el lugar. A pesar de la poca luz, se podía distinguir la estructura del lugar y los destrozos que evidentemente había ocasionado el movimineto de tierras.

La estatua destruida en el centro explicaba como había muerto la persona de arriba. Seguramente había sido el último en salir y lo había pillado el derrumbe. La mesa de la otra punta con la silla tirada en el suelo, indicaba que seguramente nuestra víctima se encontrar en ese punto de la sala. Seguramente era quien estaba llevando a cabo el ritual y estaba demasiado lejos como para escapar a tiempo.

Aunque, ¿por qué no se escondió en la sala del fondo?

Eso era algo que deberían investigar después con más calma. De momento solo mirarían lo superficial para hacernos una idea de lo que había.

Primero me acerqué a la puerta de entrada al complejo (4) para ver si realmente estaba bloqueada al otro lado y si habría alguna posibilidad de limpiarla de escobros. Además, me acerqué a las librerías para ver qué tipos de libros había en aquel lugar. Un lugar como es con libros indicaba que era un sitio de tráfico de personas habitual, no un lugar en el que se reunieran de tanto en tanto.

Quizás incluso alguien viviera allí permanentemente y aquella puerta del fondo fueran unos aposentos privados. De momento necesitaban la ayuda del señor Nox. Quizás el fuera capaz de leer los símbolos de la pared

Miré hacia atrás para ver si el señor Romijnsen me había seguido.

¿Le dice algo la estatua? ¿Alguna representación de algún Dios conocido? Tiene la pinta de ser un arcángel, pero esa espada curvada no es la que llevaban. Al menos no es la que en la mayoría de representaciones se muestra.

Me quedo pensativo un momento.

Una representación de una criatura celestial de la religión cristiana en pleno corazón de África no sería nada extraño. La evangelización del corazón africano es algo conocido, al revés que la costa mediterránea que es mayormente musulmana.

Cuando deslizas la yema de tu dedo sobre la figura, la notas lisa como la superficie de una bola de billar.

Al deslizar la yema del dedo sobre la figura humanoide sin cabeza, me percato de que se encuentra lisa, sin ningún tipo de imperfecciones, como si se tratase de la superficie de una bola de billar.

-Doctora Srinivasan, acérquese -le pedí a mi compañera, emocionado ante el descubrimiento-. Mire, la superficie de la figura, donde tendría que estar la cabeza, es totalmente lisa. Puede comprobarlo usted misma. Toque si quiere. De haber habido una cabeza en la parte superior de la escultura, se percibiría un corte o fisura, pero es lisa, sin ninguna imperfección. Esto nos indica que la figura, por cualquier motivo, fue esculpida descabezada. Nunca antes había visto una figura como esta.

Tomo de inmediato el walkie talkie y me lo acerco a la boca para continuar comunicándome con Arcam y Threkor.

-De acuerdo, vamos para allá en un momento -declaré, con gran entusiasmo.

Sin más, decidí aguardar a la doctora Srinivasan para salir juntos del edificio y dirigirnos al encuentro con nuestros dos compañeros.

Seguí al Sr Ohrin por aquel extraño agujero temiendo en que en algún momento todo aquello se nos fuera a caer encima. Tras unos largos segundos encorvados, pudimos vislumbrar que el conducto se ensanchaba, desembocando en una magnífica sala que, a simple vista, parecía a salvo de derrumbamientos. Me enderecé, para salvación de mi espalda, y miré a mi alrededor. El panorama era sobrecogedor. Un ángel guerrero dominaba la sala con una mirada bondadosa, justo al lado de la que una vez fue la puerta de entrada. Al otro lado, un altar confirmó nuestras sospechas de que aquel sitio era un lugar de culto. Me fijé curioso en la puerta al lado del altar, que sin duda alguna conduciría a algún lugar interesante.

Mientras el Sr Ohrin se acercaba a la puerta (4), aproveché la ocasión para examinar yo mismo el altar(1). Examiné la mesa en busca de elementos importantes, que me indicaran qué tipo de religión era aquella. Quizás encontráramos elementos de la religión cristiana acorde al ángel central. Me fijé de nuevo en el símbolo, que también poseía el pobre hombre que no pudo escapar, y en las letras que había al lado, intentando identificar qué idioma podría ser. Tras examinar el altar, me dirigí a la puerta e intenté abrirla. Me fijé en ambos puntos luminosos y los toqué. Intentando discernir por qué estaban allí.

-Este lugar sin dudas está plagado de elementos interesantes –dije mientras me dirigía hacia mi compañero-. Como usted mismo ha dicho, esta enorme figura parece un ángel. A menudo se han pintado a los ángeles como guerreros de Dios, portando espadas destructoras del mal, aunque coincido en que la representación de esta espada curva es muy inusual. Quizás no estemos ante un culto cristiano como tal, sino algún derivado. Dependiendo de la antigüedad del culto, puede ser incluso el precursor de la religión cristiana tal y como la conocemos. Todo esto es digno de una investigación en más profundidad.

Si, vamos, por seguridad.  Sin embargo me gustaría iniciar una investigación sobre los estratos de piedras mientras tanto.  Déjeme les saco fotos rápido, me las llevo, y las analizo con la base de datos del ordenador portátil mientras estamos con ellos.  Un segundo. 

Threkor Ohrin se dirige veloz hacia la puerta doble de madera, pero procura zarandearla lo menos posible. Está casi desencajada de sus goznes, y en algunos lugares, la madera está quebrada permitiendo asomarse a los afilados cascotes del otro lado. Si la puerta cediese, se produciría un alud mortal en el interior de aquel lugar sagrado. Los libros del suelo, así como los que aún permanecen en las estanterías están escritos en algún lenguaje local desconocido para vosotros. Algunos de ellos tienen imágenes alegóricas a diferentes planos superiores, tratados de biología, o quizá simplemente narrativa. Aventurarse a juzgar el argumento por los dibujos tan dispares que tienen es muy arriesgado. Algo que sí llama la atención es que la mayoría están escritos a mano.

El misterio que parece gestarse en aquellas ruinas dota de una imagen amenazante, o al menos, vigilante a la escultura del ángel. ¿Qué veneraban los habitantes de las ruinas? ¿Veneraban al ángel como ser que les ofrecía algo, o era un ser violento, defensor o cruel? La mirada del rostro de piedra parece observaros desde miles de años de distancia mientras pensáis para vuestros adentros "Vamos, cuéntame tus secretos".

El Sr. Romijnsen decide ir a comprobar la puerta del otro lado de la sala, y está cerrada. No cede a sus empujes. La puerta no tiene ningún tipo de cerradura. Clavada a la altura de los ojos, una placa metálica tiene un par de frases escritas en algún lenguaje extraño. Están en letras grandes y rojas. El mismo que los libros que ha inspeccionado de cerca el Sr. Ohrin.

De repente, un sonido de algo caer detrás del Sr. Romijnsen, seguido de un aullido agudo, os pone en alerta y tensa vuestros músculos. Los dos puntos luminosos del otro extremo del lugar no eran sino el reflejo de los dos globos oculares de un babuino gelada. Quizá, buscando comida o simplemente curioseando, ha entrado a través de un pequeño hueco y luego no ha logrado encontrar la salida. Vuestra presencia lo ha puesto nervioso y salta sobre la mesa, tirando algunos objetos contra el suelo mientras enseña sus afilados colmillos. Mueve las manos haciendo aspavientos. Sabéis que es muy arriesgado hacer sentir arrinconado a un animal salvaje. Vuestros movimientos ahora deben ser muy medidos.