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Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Doce horas antes del amanecer—

Tras asentir a las palabras de Selin, Artur retrocede unos instantes, para quedarse observando las piedras del Círculo de Pen-Hir y, finalmente, negó con la cabeza, casi como si se respondiera a sí mismo.

- Reconozco esta estructura megalítica. En mi tierra natal he visto múltiples ejemplos, y casi todos ellos relativos en viejas leyendas y lugares de culto paganos, anteriores al cristianismo.- pone su mano en una de las piedras megalíticas mientras habla, pensativo- Casi siempre eran santuarios, puntos de reunión o lugares de ritos funerarios, pero también, todos ellos, eran lugares de poder. Obviamente lo que hemos sentido todos es una representación de dicho poder. Ahora bien, ¿de qué poder? Imposible saberlo. Cada uno de estos círculos es distinto, con el único nexo común de su poder telúrico y su capacidad para activar fuerzas mágicas. Entiendo que nada sacaremos siguiendo a esos perversos fuegos fatuos. Quizás seguir estudiando este círculo pueda dar más datos. Aunque para eso precisaré horas. Y no es posible saber si tendremos o no éxito.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Doce horas antes del amanecer—

Los fuegos fatuos se mantuvieron titilantes en el camino mostrado anteriormente, las olas seguían golpeando las rocas evocando sus gemidos al ambiente, el viento levantado aumentaba sensiblemente. Aquella sensación de vida pasajera que os había inundado momentáneamente se había desvanecido por completo, pero la de que os encontrabais en un lugar con poder permanecía. La misma tierra parecía contaros secretos inconfesables, pero tan bajito e indescifrable que no erais capaces de comprender.

No había otro fenómeno a resaltar, salvo la luna menguante que lamía las piedras dotándolas de un brillo níveo que se contagiaba al césped y al propio paisaje marítimo que podíais contemplar en privilegiada vista.

Tu estudio cercano de las piedras no te reveló nada especial, ningún detalle que resaltara sobre otro, pero conocías esa clase de conjuntos megalíticos que eran habituales por toda la región bretona. Antiguos santuarios, complejos funerarios, señalización de túmulos o lugares de poder.

Aunque para ti este conjunto es inusual, puesto que la forma de sus piedras son irregulares, no tienen la característica forma ovalada y tallada de los menhinres. Deberías pasar más tiempo investigando para sacar más.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Doce horas antes del amanecer—

Parece que poco a poco vuelvo a sentirme como antes, como antes de llegar a las piedras de Pen-Hir. Me giro lentamente hacia los fuegos danzantes, se mueven como invitándonos a seguirles y mientras, esperan, esperan pacientemente con alguna intención totalmente desconocida, esperan por nosotros. Nos habían demostrado su poder, el que residía entre estas piedras y ahora quieren que vayamos tras ellos.

¿Tendrían realmente algo que decirnos?

Doy unos pasos hacia una de las rocas y me agacho para observarla, mientras vuelvo a sentir la agradable brisa marina, con la muñeca seco el rastro de sangre que había dejado una lágrima que había recorrido mi rostro hace unos minutos.

-Sí, tendríamos que averiguar algo más de estas rocas y luego decidir que hacemos.- De reojo miro a los fuegos fatuos. -Si vamos tras ellos buscando posibles respuestas o decidimos seguir otro camino.-

-Aunque no sé si podremos sacar algo de aquí, no creo poder averiguar mucho mirando estas piedras y no creo que hallemos alguna respuesta en ellas sobre los que nos atañe, me resultaría extraño, parecen antiguas y todo esto es reciente, al menos los ataques.- Y esa era la razón que nos había traído hasta aquí, esas muertes, pero la historia parecía ser algo mucho más antiguo.

Sé que había dicho que no quería seguir el juego de esas criaturas, estaba dolida y sigo estándolo por las sensaciones que habían hecho despertar en mí, pero ahora me invade cierto pesar por creer que tal vez podríamos estar perdiéndonos la respuesta a algunas preguntas que nos planteamos.

Me incorporo y vuelvo a caminar hacia mis compañeros, los miro a través de mis oscuros ojos. -Vosotros conocéis mejor estas tierras y su cultura que yo ¿en qué podría ayudaros?- Pregunto mientras hago un gesto señalando las rocas, debíamos ir rápido y cualquier ayuda que pudiera aportar sería útil.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Doce horas antes del amanecer—

Farfullaba ajena a los demás mientras examinaba la piedra más cercana. Unos murmullos que a cada segundo denotaban más frustración. Hasta que se alejó unos pasos de aquella piedra, cruzando los brazos y con la mirada recorriendo cada una de ellas. Necesitaba más tiempo. Mucho más, ir una a una, pero no tenían ese lujo en ese momento.

Hasta que las palabras de Artur se filtraron en su mente.

Podemos probar a pasar un rato más estudiando las piedras. Tiene que haber algo. El problema es que no disponemos de todo el tiempo que necesitaríamos. Caminó en dirección a otra de las piedras, dando una vuelta a su alrededor y con una mano siempre en contacto con la roca. Si, los ataques son recientes, pero quien los comete parece ser bastante antigua. Si no encontramos nada relevante nos tendremos que arriesgar a seguir el camino de las lucecitas. Se asomó desde detrás de la piedra que estaba observando en ese momento para ver a la joven egipcia. Busca en las piedras, a ver si hay alguna talla extraña o algún símbolo que no debería de estar. Incluso en el suelo a su alrededor, tierra removida o alguna clase de rastro que pueda no ser normal. Nunca se sabe dónde se puede encontrar una entrada secreta.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Doce horas antes del amanecer—

Artur miró unos instantes a Maëlys y se acarició el mentón.

- Hay acuerdo en intentar encontrar más datos en estas piedras. Y también coincido en vuestras apreciaciones. Creo que incluso si no obtuviéramos más datos, con lo aprendido ya habría servido de algo este viaje. No obstante... no discutamos de lo que haremos en el futuro, cuando hay unanimidad en los actos para el presente.

Y sin decir nada más, empezó a indagar, más detenidamente, el círculo de piedras.

Si bien el estudio que dedicaste no fue en las mejores condiciones, acabaste por averiguar una particularidad de las piedras. Al margen de la posición circular que formaba el conjunto, todas ellas tenían marcas en la piedra de espiral en algún punto de su superficie. Reconocías esa marca de los antiguos pobladores, muy típico de los lugares de enterramiento, pero viste una acumulación de estas espirales se congregaban hacia el noroeste que daba al mar.

Las condiciones no eran las mejores, no lograste averiguar nada más relevante del conjunto de piedras.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Tanto Artur como Maëlys se quedaron estudiando las piedras del círculo, los fuegos fatuos, quizá aburridos por vuestro desinterés en seguir su camino, acabaron por esfumarse pasada una media hora dejándoos en plena oscuridad. El viento se levantaban aullante cada vez con mayor fuerza, sonido que se conjugaba con el romper permanente de las olas en las rocas de los acantilados cercanos.

La noche estaba tranquila, fría, acariciada aun por la luna menguante que ayudaba en la investigación de las piedras. A veces el sonido de un ladrido lejano, nada inusual, todo era, ¿cómo decirlo? demasiado tranquilo para lo que debíais investigar.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

- No he logrado sacar nada nuevo- reconoció Artur mientras se incorporaba, sin disimular en su voz un tono de fastidio- ¿Has tenido mejor suerte, Maëlys? De no ser así tal vez podríamos intentar realizar un último intento apoyandonos el uno al otro en nuestro estudio.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Los fuegos fatuos desaparecieron y la oscuridad volvió a ocupar el espacio que le corresponde, solo las titilantes estrellas permiten saber donde se separa la bóveda celeste de la tierra. Mis ojos tardan pocos segundos en acostumbrarse a la creciente negrura y tras escuchar las palabras de Maëlys me dispongo a buscar algún rastro por la cercanías, uno distinto al nuestro que pueda avisarnos de la presencia de otros antes que la nuestra.

-Claro, miraré.-

Empiezo a caminar rodeando el círculo de piedra, observando donde estas se funden con la tierra e intentando buscar algo diferente, por las palabras de Artur, parece que él no ha tenido éxito y quizás es que no haya nada que buscar más allá del camino que se nos había indicado.

Me apoyo con una mano en una de las rocas mientras con la otra sujeto mi preciada espada y me inclino para ver una vez más si hay algo más es esta piedra con la misma predisposición que la primera vez que miré una de ellas, la paciencia es una virtud.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Fue examinando una por una las piedras, y no tardó en encontrar algo fuera de lo normal, o no tanto teniendo en cuenta lo que ya sabía de aquella marca. Lo extraño era que iban en aumento de cantidad al acercarse a las piedras que se encontraban más hacia el acantilado.

¡¡He encontrado algo!! Exclamó para llamar al resto. Cuando estuvieron cerca les mostró el hallazgo No me extraña que casi se nos pasasen, cuanto más lejos del acantilado, menos hay. Si bien encuentro extraño como se concentran en cantidad hacia el noreste, las marcas en si no me son desconocidas. En la antigüedad, las gentes que poblaban estas tierras usaban estas tallas en la piedra para indicar lugares de enterramiento. Frunció el ceño y miro hacia el mar con una de sus manos aun apoyada en la piedra. Es como si… como si al estar más concentradas aquí, fueran un escudo. Eso o bajo estas piedras hay algo. ¿Que pensais?

El examen que dispensas a las piedras no te revela ningún trasiego reciente por la zona salvo el vuestro, hay pasos, pero antiguos que no dirías que tienen relación con vuestra búsqueda. Tu análisis de las piedras coincide con lo que ha anunciado Maëlys. Esas marcas en espiral presentes en todas las rocas, pero en mayor número en una de las piedras que daba a la dirección noroeste, al mar.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Estoy mirando las piedras y llegando a la conclusión que hay más espirales en una dirección en concreto, cuando Maëlys da un grito diciendo que ella ha encontrado algo, casualmente parece que es lo mismo que empezaba a creer, esas marcas llaman la atención y quizá puedan aportarnos algo más sobre este lugar. Me vuelvo hacia ella y la escucho, da algo más de información la cual ni me había planteado.

Camino hacia las piedras situadas más hacia el noroeste, observándolas con detenimiento, lo cierto es que a partir de aquí empiezo a estar un poco perdida.

-Si hay algo debajo debe llevar mucho tiempo y quizá sea mejor no perturbarlo, pero si fuera algún tipo de protección.- Avanzo hasta colocarme entre las piedras y el mar. -Estarían preocupados por algo que surgiera del mar, al igual que nuestra niebla y podría coincidir con lo que mencionamos antes, sobre algo o alguien muy antiguo, al igual que estas piedras.-

Me giro para observar de nuevo a mis compañeros. -Parece que si esto lo hicieron las hadas, también temían lo que pudiera salir del mar. Creo que me inclino más porque sea algún tipo de escudo como has dicho, tiene sentido.-

Dejo que la brisa meza mis rizos antes de seguir hablando, es agradable. -Pero seguimos sin tener mucho, quizás a esos seres danzantes sí les interesen nuestras intenciones y estén dispuestos a ayudarnos. Eso si realmente estas marcas son un símbolo de protección.- Vuelvo a mirar hacia la roca y recorro con mis dedos los surcos en la piedra de una de las espirales. 

Artur guarda silencio unos instantes y luego, menea la cabeza.

- Sigo sin ver claro la conveniencia de seguir a unos fuegos fatuos. Sin embargo... sí tenéis ambas razón en que pareciera haber algo aquí. Tal vez deberíamos intentar excavar esta zona. Nuestros ghoules pueden hacerlo mientras nos concentramos por si surgiera algún problema. Y tal vez Sir Eadwig estaría dispuesto a prestar su ayuda a tal fin.
 

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Me incorporo y miro hacia Artur. -Tampoco lo estoy yo, pero profanar este lugar no sé si es lo correcto, quién lo construyó lo hizo por algo y sinceramente, si hay algo debajo debería seguir ahí. A mí me preocupa más lo que pueda rondar los alrededores.- Digo con suavidad pero intentando hacer valer mi opinión. Para mí, fuera lo que fuera esto tenía un significado y destruirlo de esa manera me parecía un acto bastante reprochable sin haber hallado ninguna prueba que lo justificara.

-Podría adelantarme a observar y ver que nos espera si recorriéramos esa senda.- Digo mientras muevo las pupilas en la dirección por la que han desaparecido los fuegos fatuos.

Luego miro hacia Maëlys. -¿Qué crees que debiéramos hacer?- Si ella también pensara que hay que escarbar tal vez fuera yo la que estaba pensando de manera errónea, aunque de momento no tenemos nada y eso me disgusta, estamos perdiendo un tiempo en el cual se pueden estar cobrando vidas y es algo que no puedo permitirme.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Se rascó la cabeza algo indecisa, no tenía muy claro que debieran cavar en el lugar, además de que podría acarrearles más problemas de los que ya tenían. Tenía que reconocer que le parecía más adecuado seguir el camino que les habían mostrado con anterioridad aquellas luces, pero acabando en el precipicio tampoco veía a donde podría llevarles aquello.

No se…  Si pudiéramos encontrar una manera de hablar con ellas… comentó con los brazos cruzados pensativa y mirando hacia el acantilado. ¿Y si…? ¿Sería posible que exista una entrada? Dijo desviando la mirada hacia sus compañeros Es decir, las marcas se usaban en enterramientos y antes las luces nos indicaron hacia donde ir… Aunque que se concentren más en estas piedras de aquí es lo que me confunde… Se quedó en silencio unos instantes hasta que por fin tomo una decisión ¡Vale! Exclamo dando una palmada. Sigamos el camino que nos mostraron antes, prefiero arriesgarme a eso antes que profanar una tumba.

Círculo de Pen-Hir, noche del 30 de octubre de 1264

—Once horas antes del amanecer—

Eadwig asintió al comentario de Arthur, el silencioso caballero permanecía vigilante con la arma presta. No parecía muy versado en los asuntos esotéricos que estabais tratando, por lo que había preferido permanecer en silencio y a la expectativa. El viento seguía golpeando la zona, al igual que las olas contra las rocas del acantilado. La noche proseguía en su perezosa penumbra mientras seguíais decidiendo cómo proseguir.