Partida Rol por web

Recordaba a Morgan, había sido uno de los candidatos escogidos al azar para el proyecto "convivencia 7.0" sobre la adaptabilidad en el Arca; durante 4 semanas fue expuesto tanto a ensayos clínicos como entrevistas, cuestionando la tesis del profesor Malthus que afirmaba que a más bajo nivel de la estación, nos encontraríamos con los sujetos más violentos y peligrosos, si bien los resultados del sujeto no habían sido concluyentes. 

- Querido, ¿no has escuchado bien al sub-oficial? el grupo principal está formado por militares humanos -entono de manera distinta "humanos" - Mortales. Nosotros - indico a todos los vampiros que hay en la sala- somos "civiles auxiliares" y vamos para aportar nuestra experiencia y puntos de vista, como ha dicho... Liam. Si tuviéramos que hacer algo - mueca divertida - el sub-oficial valorará si es oportuno o no, hacerlo. - No eramos los invitados protagonistas a una fiesta, eramos los acompañantes. - Así que, si sale todo bien, la campaña publicitaria será un éxito, en caso negativo nos echarán la culpa, ¿así mejor? - A veces una segunda explicación cala mejor que la primera en sujetos como Morgan, tan acostumbrados a presuponer un papel principal, inexistente, para justificar su trabajo. 

"¿Cuándo salimos?"  - Cuando nos den luz verde, nos estamos moviendo dirección al pecio desde que llegaron, estimo no tardaremos mucho.

Agatha debe ser la bromista del grupo, siempre hay alguien que hace el rol de animador o de payaso sin gracia. Ante el comentario me limito a ignorarlo pero su segunda pregunta si merece ser respondida.

-En las capsulas encontráremos material destinado al pertrecho, tanto ustedes como para nosotros.

 "¿Cómo piensan transportarla si vamos a entrar a pie, acaso vamos a arrastrar un cable largo hasta el pecio?"

-Cargaremos con tres baterías de antimateria, son livianas pero la llevaremos en un carretilla si eso es lo que le preocupa.

"¿Por qué razón debemos inutilizar las cápsulas de escape? 

-Es el protocolo, imagínese que al entrar hacemos el equivalente a atizar un avispero con cientos o quizá cientos de miles de cosas que ponen rumbo al Arca y no podemos avisarles. Una caza o nave superior es un blanco fácil pero las capsulas de escape son muy difíciles de acertar para un artillero, al igual que los brulotes o las minas.

Me resisto las ganas de hacer una mueca de desagrado, este grupo era irreverente y no perdian oportunidad para un broma o una condescendencia.  Empiezo a temer por la vida de su pelotón. 

Recibí un mensaje, me remango el brazo derecho para ver de que se trata y por primera vez sonrío. -Ya nos han dado la luz verde, en marcha, si tienen alguna pregunta más hagan la por el camino. Muchachos, rompan filas. - Tras eso nos ponemos en marcha hacia la zona de salida indicada.

Cuánto tiempo, Ágatha, me alegro de que estés en el equipo, siempre es un lujo tener a gente de confianza a bordo - la había ayudado hace tiempo por un tema de implantes, la discreción siempre ha sido una de mis habilidades y en eso la clínica ofrece unos servicios inmejorables.

Adam, veo que vas mejorando - indico los pájaros, los modelos - eres un auténtico artista, espero que realices un buen documental - con él había coincidido en unas conferencias precisamente sobre un pecio, ahora no recuerdo mucho cuál era el tema del que hablamos en concreto.

¿Qué tal, Morgan? te veo con buen ánimo - el chico tenía un carácter bastante desagradable cuando se enfadaba, así que, mejor mantenerlo estable y con buena predisposición - A ver qué nos depara esta aventura...

A Sarkis le guiño un ojo.

Me dispongo a equiparme. La doctora me dice que me ve de buen ánimo, ciertamente mi ánimo va cambiando segun las buenas o malas noticias que me estan dando. Ahora estoy algo emocionado, ya casi ni me acuerdo de mis problemas en el Nivel E. Al mismo tiempo estoy nervioso y siento remordimientos, deberé hablar con Sarkis tarde o temprano.

- Doctora, todo bien. Aunque no mejor que usted, supongo...

Me dirijo a equiparme. Cojo el traje militar, Clase 3 ¿eh? interesante. Una vez me lo he puesto reviso las armas a mi disposicion y entonces veo las cargas "Vulcan". Me lanzo a por ellas, no hay nada mejor. Una vez las he guardado en mi traje, admiro un momento ese rifle Gauss que está ahi, maravilloso. Por desgracia no soy diestro con las armas de fuego, ya me gustaría haber podido practicar, pero en mi vida ha habido otras prioridades. Así que agarro el hacha más grande que veo, que me pueda servir para cualquier cosa, como la palanca que llevo en mi mochila. 

Estoy listo para partir, me giro y me encuentro con la belleza de esa fotógrafa.

- ¡Ágatha! - Le ofrezco la mano para estrechársela. - Siempre es un placer tenerte cerca. Ve a echarle un ojo a los juguetitos que nos ofrece el ejército, puede que encuentres algo que te guste. Tu también Adam, apuesto a que no has visto un traje de estos en mucho tiempo.

Continuo avanzando y me planto frente a Sarkis, quiero afrontar ya la situación, almenos romper el hielo. Le miro a los ojos y le hablo en voz baja:

- Parece que tu y yo tenemos una conversación pendiente.

-Doctora -estrecho su mano con firmeza, quizás con la rigidez propia de mis pocas habilidades para lidiar con situaciones sociales -Siempre es un placer trabajar con usted -esbozo una sonrisa tímida mientras me echo un mechón detrás de la oreja, y la veo interactuar con los demás con una soltura que ya quisiera tener yo. Cuando la veo guiñarle el ojo a Sarkis me sonrío con picardía, míralo tú cómo rompe corazones.

Aprovecho para saludarlo -Sarkis, ¿Cómo estás tanto tiempo? -hubiera deseado mantener el tono sarcástico anterior pero la pregunta me sale con una mezcla de preocupación e interés, de pronto me doy cuenta de que de verdad me importa lo que le ha ocurrido, en cierta forma somos cercanos -Qué extraño es el destino que de todos los lados posibles nos junta en una misión hacia el frío del espacio.

Luego me veo interceptada por Morgan a quien también estrecho la mano con marcialidad -Sí, es bueno ver tantos rostros conocidos... y sumamente sospechoso-agrego por lo bajo, escucho sus comentarios sobre las armas con una expresión divertida en el rostro -Oh, estoy segura de que algo encontraré que me pueda servir -deslizo con una sonrisa lobuna de lado mientras parpadeo encantadoramente por unos segundos -Gracias Morgan -digo luego y me dirijo directamente hacia el rifle Gauss, lo examino y miro las cargas como toda la profesional que era. Como tengo la porra eléctrica y la pistola láser siempre conmigo, me adjudico otra pistola pero de balas comunes y un cuchillo*. Aunque yo sé que mi mejor arma son mis manos, me pregunto si los soldaditos de plomo lo saben.

Al salir le hablo a Adam -Hey, qué gusto verte -lo saludo por fin -Me gustaría que me hablases sobre tus "pajaritos" en el viaje -sostengo con tono amistoso.

Tras apartarme de A-Liam, a un lado de la cámara, me he mantenido en silencio escuchándoles sin más preguntas, pues muchas de ellas ya fueron previamente respondidas en mi reunión previa, y las otras han ido surgiendo como era de esperar.

El Patriarca ha sido bastante claro, no tenían la información, pero la conseguirá. Eso me debería bastar. Aunque no por ello, no dejo de pensar en que siendo ese el caso, significa que ésta misión ha sido apresurada. No les ha dado tiempo a ultimar todos los preparativos ni a tener toda la información de mano, estudiada y repasada una y otra vez.

Eso es mal asunto.

Probablemente algunos de esos militares humanos nos vean como intrusos que tratan de hacer su trabajo. Y sé como funciona eso, basta con que a uno le suceda, como para que los demás lo apoyen por mera lealtad o camaderia. Es posible que mi papel sea crucial para lograr esa unidad.

Asiento hacia Ágatha cuando me saluda sarcásticamente, y posteriormente a Adam cuando finalmente me reconoce.

Ahora es cuando hablan de las necesidades de grabarlo todo, Adam no me falla, y de la lógistica... por parte de Morgan.

Me pregunto si alguna vez se preguntó el cómo abordó la logística de nuestra relación.

Noto a A-Liam un poco saturado, pero mantiene el temple, me alegro por él. Le será necesario si sigue esa carrera. Yo sigo en silencio, mientras mi mirada se dirige hacia el único rifle de plasma de la sala, que reposa apoyado en la mesa que tengo enfrente.

Mis pensamientos vuelven a Morgan durante unos instantes, sin poder evitarlo, por más que me gustaría. Por fortuna, A-Liam da la luz verde para procederse a armarse, y Kassia me hace olvidar esos pensamientos hacia Morgan con su guiño, al que respondo con una mueca casi parecida a una sonrisa a medio dibujar y un asentimiento.

Luego, veo a Morgan hacer una especie de baile entre unos y otros, que le dirige lenta pero inexorable hacia mí. Me pregunto si fingirá que no pasa nada, o qué hará.

- Parece que tu y yo tenemos una conversación pendiente.

-Sí, debo tener tu contestador lleno de unos 103 felices cumpleaños. -la cuenta es exacta, el tiempo que no nos veiamos. Luego, dudando pese a todo, le añado- me alegra ver que sigues por aquí.

Aunque esas son mis palabras, no lo he dicho con la firmeza con la que suelo hablar. Se nota que hay emociones contradictorias. Le habría dicho más, pero no es el momento oportuno, además, Ágatha sale a mi encuentro preguntando por mí.

-Sarkis, ¿Cómo estás tanto tiempo?  -Qué extraño es el destino que de todos los lados posibles nos junta en una misión hacia el frío del espacio.

 Es en ese momento que me separo de la pared, y le hago un gesto para que me siga hacia la mesa, apenas unos pasos, mientras le respondo:

-No me puedo quejar. ¿Tú te encuentras bien? -la miro de arriba a abajo, un gesto innecesario porque unas heridas a un vampiro acabarán regenerandose, pero no deja de ser un reflejo de cierta inquietud. En esos momentos cojo mi rifle de plasma, y con la correa recorriendome el hombro, lo cargo- ¿Cómo te han ido las cosas "ahí abajo"?

Mientras me responde o se evade, me acerco a la armería, y tras ver que Morgan ya cogió las cargas, agarro un par de cuchillos, uno lo pongo en una funda en el cinturón y el otro lo escondo en la bota. Por lo demás, cojo una de las pistolas más punteras en tecnología militar, junto a dos cargadores y lo guardo a la pistolera en el lado opuesto al cuchillo de mi cintura.

Es en esos momentos, cuando me giro hacia todos, tratando de captar la atención de la totalidad:

-De todos a los que podían haber avisado, han reunido al grupo en que más confiaría -en esa parte hago un esfuerzo para no saltar deliberadamente la mirada de Morgan- hay experiencia en el trabajo en equipo y vuestros respectivos campos, la mera presencia del Patriarca nos indica la importancia de la misión. En una misión como ésta no se elige a los mediocres, sino aquellos que han demostrado que de verdad valen, o que tienen un potencial oculto que desarrollar. Demostremósles que nuestra especie es indispensable para el futuro. Bienvenidos.

Mientras ibamos a por el equipo, Paloma nos siguió desde una altura considerable para captarnos a todos. Desde esa perspectiva pareciamos heroes a la aventura. 

- Gracias, Kassia, pero yo no los diseño. - Le dije con una sonrisa. - Pero le transmitiré tu felicitación al artista. Yo solo los controlo y hago mis documentales. - Ella esperaba un buena documental de la misión. - Va a ser el mejor de mi vida... - Apenas podia contener la emoción. Esa misión podia ser trascendental para la sociedad vampirica. 

Me quedé con una buena pistola laser, y un rifle de asalto a juego. No era un experto tirador, pero mejor ir bien armado y versatil por si las moscas. Para el cuerpo a cuerpo ya tenia mis garras...

Al salir se me acercó Ágatha, interesada por mis pajaritos. - Son una maravilla, verdad? - dije orgulloso de ellos. - Gracias a ellos soy famoso casi en toda el arca. Al menos la parte que le interesa descubrir la Verdad en la red. 

En esas que Sarkis pronunció un buen discurso. Que Gorrión captó en un primer plano. Y Paloma tambien, sobrevolando de cerca para vernos a todos y captar nuestras expresiones tambien. Quedaria un montaje genial. 

- Tienes un don con la palabra, Sarkis. - Le dije aplaudiendo un par de veces y acercandome a él. - Creo que usaré ese discurso como entrada en el montaje final. Si quisieras que te hiciera alguna entrevista, podria hacerte famoso en toda el Arca. Estoy seguro! - A mi audiencia le encantaria. 

Los preparativos terminan y la sensación de verse con esos trajes negros por primera vez era extraña, cada uno podía interpretar a su manera la sensación pero lo que era seguro es que una mezcla de nerviosismo y emoción afloraba en el rostro de más de uno de los vampiros.

Los militares por su parte hicieron los mismo con las armas pero en silencio. Escasos minutos después llegaron las cápsulas de abordaje llevadas por vehículos de remolque y eyección, eran dos naves con la forma ojival con una gran punta metálica estriada para penetrar blindajes. No habia ventanas ni escotillas por las que observar el exterior

En el interior de estás capsulas habia el espacio suficiente para 10 asientos con arneses de sujecion de color gris. Estos forman un círculo al rededor de una mesa con panel. Haciendo cuentas, iban al rescate 10 en total y podrian volver hasta el doble si la misión era un éxito.  

Una vez todos dentro y la compuertas cerrada, los vampiros perdieron contacto con todo que no fuese ellos, la sensación de nerviosismo aumentó.  

Una voz robótica femenina sonó por el intercomunicador. -Abrochense los cinturones, cuenta atrás de sesenta segundos para la eyección. -Fue un minuto que se pareció una eternidad, nadie tenía experiencia en este tipo de naves, ni siquiera el explorador.

-Despegue en tres, dos, uno. Comienzo. -La sensación fue e lo más violenta, como si de verdad estuviesen en una bala y le hubiesen disparado todos se llevaron un golpe en algún lado de la cabeza.

Una luz naranja iluminó la estancia, creando un ambiente algo tétrico. -Trescientos doce segundo para abordaje. No se desabrochen los cinturones ni retiren arneses.

Nunca había estado en una situación parecida, ni de lejos, así que, no paro de mirar nerviosa hacia mis compañeros, así como a la nave en sí por si algo va mal. Cierro los ojos por ver si la sensación así es menos impactante, no logrando concentrarme en algo para evitar que el nerviosismo siga.

Ahhhh.... Suspiro, con emoción. A mi derecha tengo a Ágatha, mientras se inicia el despegue la miro:

- No pensé que llegara a montarme en uno de estos nunca, y menos usarlo para lo que se diseñó, atravesar blindajes. - Despegamos, el tirón me lleva la cabeza hacia atrás dándome un golpe con el respaldo, pero una sonrisa amplia se abre en mi rostro pues estoy muy emocionado. - ¡Disfruten del paseo compañeros, ahora mismo somos como una chincheta disparada contra la pared! - Y me dejo llevar por las sensaciones placenteras que me producen las fuerzas G golpeando mi cuerpo.

Cuando Adam me cuenta su plan de montaje y su intención de entrevistarnos, le dedico una sonrisa ligeramente abierta, mientras asiento con solemnidad:

-Eres el experto de comunicaciones Adam, confío en tu criterio. Si quieres entrevistarme, podrás hacerlo.

Es evidente que algo así puede ayudarnos a vender la imagen que el Patriarca desea vender. Además, aunque me siento como si no fueramos sinceros del todo, pues todos tenemos al puto monstruo de las galletas en nuestro interior, si es cierto que en el fondo de lo que nos queda de alma, todos deseamos lo mismo: Una Tercera Ciudad, dónde vampiros y humanos podamos convivir sin temor a ser asesinados unos a otros, mientras nos tomamos nuestras bebidas en paz, tranquilidad y lujos para toda la eternidad.

Es entonces tras éstas reflexiones cuando finalmente nos ponemos en la baliza de abordaje, y viendo el sistema circular, me hace recordar a un Consejo. Me pregunto si el diseño es casual, o intencionado. Y de ser eso último, me pregunto si es para facilitar la comunicación o para evitar impulsos homicidas a espaldas de nadie... especialmente porque a los que vamos a rescatar, probablemente no esperen ser rescatados por vampiros.

Pronto nos ponemos en marcha, tal como pacta la voz femenina, y pienso en los pajaritos de Adam. Probablemente a la velocidad que vamos y que no hayan asientos diseñados para ellos, se estamparían contra la pared de la nave desintegrandose al instante. Así que es probable que los haya guardado en un recipiente compacto (o que estén imantados para sujetarse a cualquier superficie*).

No veo a Kassia bien, porque tengo a Morgan y Agátha a mi derecha (me senté a su lado justo después de que tomara asiento, sin saber bien porqué) y  me tapa la visión. Pero diría que lo está pasando mal, a diferencia de Morgan que parece disfrutar.

-Ya lo estoy disfrutando- respondo serio a Morgan.

Por mi parte, estoy acostumbrado a ir en mi nave, pero nunca a estas velocidades, así que aunque es posible que esté mejor preparado para ello, no estoy completamente a salvo de ésta sensación de vértigo. Es entonces cuando miro al resto de mis compañeros, para ver como se encuentran en completo silencio, a la par que aprovecho la distracción para olvidar mis propios problemas.

-Mierda -aprieto los dientes y agradezco no tener un estómago funcional. El vértigo me revuelve lo poco que tengo de orientación, y puedo sentir, no sé si de verdad o pura ilusión, que la sangre se me arremolina en las venas. El comentario de Morgan logra arrancarme una sonrisa ahogada en un suspiro y me distrae lo suficiente como para poder asentar mi cuerpo, luego de eso ya comienzo a reírme -¿Te imaginas si nos reventamos contra el pecio? -inquiero entre dientes y una mirada de reojo -Menuda propaganda -y me sigo riendo.

Luego noto que la doctora lo está pasando muy mal, le ofrezco la mano en silencio por si quiere tomarla. Escucho la voz mecánica y monótona anunciar el abordaje en unos segundos que me parecen interminables, de verdad que el tiempo es relativo... -Y yo que pensé que íbamos a poder hacer una orgía mientras tanto... Qué aburrida se puso la humanidad de un tiempo a esta parte...

Al parecer a Sarkis le gustó la idea. - Cuando volvamos lo planearemos. - Le aseguré. 

Al notar el "disparo" de la nave protesté ligeramente, pero con entusiasmo. Ojalá pudiera pilotar una nave tan veloz. Seria increible! 

Me reí ante la mala idea de Agatha. - No creo, Ágatha. Esta... nave "balstica" esta bien diseñada. Y apenas noto turbulencias. - Decidí acomodarme y disfrutar del viaje. Aunque el comentario de Agatha aun me hacia reir... estrellarnos... ya. 

La situación se normalizó, en parte gracias a las bromas.  La luz naranja que iluminaba el lugar pasó a verde en señal de que no había de que preocuparse, aunque una voz en la cabeza les decía que era mejor estar sentado

En la mesa central de aquella angosta nave se encendió el panel y distintos haces de luz comenzaron a dar forma a lo que todos pudieron entender que era una parte del pecio: un amasijo de herrumbre y rocas colosal. La imagen solo era parcial pero suficiente para del tamaño de una pequeña ciudad de cualquiera de sus diámetros. También pudieron verse representados ellos mismos al alejar la imagen, ellos y la nave con los militares que iban a la par.

La imagen se mostró durante unos dos minutos hasta que la luz verde pasó directamente a roja. No hacia falta ser muy inteligente para saber cual era el problema: una docena de pequeños rocas, del tamaño de un vehículo cada uno, giraban y chocaban entre si a la vez que se dirigían en conjunto a interponerse en la trayectoria de su nave. La nave tiene la capacidad de atravesar frontalmente el casco de cualquier nave pero recibir un impacto lateral de una roca de cientos de kilogramos puede ser crítico.

La colisión era inminente.

Es enorme - impresionada por la magnitud del pecio - y antigua - la cantidad de interrogantes que me asaltan la mente, provocan que deje atrás cualquier estado mental de nervios y pánico. - Podríamos estar ante la cuna de la civilización, de la existencia, encontrar los orígenes de la vida...

No estamos solos en el universo - ¿y si hubiera alienígenas a bordo o criaturas de otra especie distinta a la humana? podríamos interaccionar con otras culturas, conocer otros modos de vida, ¿hostiles o pacíficos? ¿amos o esclavos? - No me parece que estemos en una misión de rescate sin más, parece que vamos a poder encontrar respuestas a muchos interrogantes antiguamente planteados. 

Todo ese conocimiento, ahí esperando...

- Será mejor que el conocimiento siga ahí fuera esperando, doctora. - Miro al resto y me incorporo. - Tenemos un problema, hay rocas grandes en dirección a nuestra trayectoria y podrian impactar con nosotros. - Busco un terminal, un punto de aceso o los controles de la nave. Algo con lo que poder acceder a sus sistemas y ver si podemos modificar un poco la velocidad de la nave para adelantar a las rocas o dejarlas pasar.

La imagen que se presentó ante mis ojos me hizo suspirar en un acto totalmente humano e inesperado, tenía una debilidad por la belleza, la misma debilidad que me había arrojado a los brazos de mi Sire en un primer momento. Pero no solo me sentía atraída por lo sublime en sí, sino especialmente por la belleza de aquello que no era enteramente perfecto y este pecio, con sus ruinas y montones de roca en claroscuro me producía una sensación intensa de expectativa por lo que podríamos hallar por un lado y una indescriptible conmoción interna por el otro, una sensación inabarcable de placer estético que me hizo permanecer inmóvil en mi lugar con la cara arrobada hasta que la luz roja borró aquella visión inefable de un plumazo. Abrí los ojos completamente, ya que los tenía entreabiertos, lamentando no tener mi cámara encima.

Las palabras de la doctora habían resonado en mi mente como una música de fondo elíptica e hipnótica. Una parte de mí se negó que esto fuera tan relevante como para encontrar la cuna de la civilización, pero ¡Demonios! Podía entender por qué mi compañera de viaje estaba tan emocionada con ese tren de pensamiento.

Me levanté como si estuviera accionada por un resorte -¡Maldición! -fue la exclamación que escapó de mis labios, traté de disimular la sensación de mareo que la visión me había producido -No se puede ni siquiera viajar en paz -acoté farfullando. Fui junto a Morgan para ayudar en lo que pudiera -No te puedo ser muy útil para la tecnología pero si tenemos que disparar a algo en eso sí que soy buena -le dije esperando órdenes.

Era peligroso estar de pie en una situación así pero prefería ponerme en acción y arriesgarme que esperar pasivamente la muerte.

- Wooow... - Dije, resumiendo todo lo que decia Kassia. La verdad es que me hubiera gustado tener a mis pajaritos activos para poder captar aquello. Tendria que valer con instantaneas de mis GOP. 

Al momento Morgan comentó lo de las rocas que se nos echaban encima y se ponia a buscar la manera de hacer algo para evitarlas. 

- Nunca he pilotado algo asi. - Basicamente eramos una puñetera bala disparada, dudaba que se pudiera pilotar la nave. - Pero si encuentras los controles, podria intentarlo... 

Observando el pecio más de cerca, a través del proyector de la mesa central, sólo veo un amasijo de metal muerto en un espacio igual de frío y muerte. Las consideraciones sobre las posibilidades de que haya vida que pueda sobrevivir demasiado tiempo en esas circunstancias, es lamentablemente baja.

Mis compañeros parecen emocionados, ante la posibilidad de encontrar vida alienígena, y esto me hace pensar en nuestros antepasados. Hubo una época, en nuestro planeta de origen dónde los humanos fantaseaban con los vampiros, de una forma absurdamente romántica. Me imagino la cara de ellos cuando descubrieron ser la cena de uno de los nuestros. Todo el románticismo se largó por la esclusa de residuos.

-El único interrogante que me viene a la cabeza respecto a los alienígenas, doctora, es si el sabor de su sangre diferirá mucho de la humana.

Más les vale quitarse ese idealismo de la cabeza, o me quedaré sólo. Por supuesto que también tengo preguntas, y una parte de mi corazón querría rebozarse en el fango del idealismo y el romanticismo, pero seamos sinceros siempre que la verdad aparece, el que anheló demasiado acaba llorando.

Mi hilo de pensamientos se interrumpe, cuando la luz se torna roja. Pronto les veo tomar decisiones que no deberían tomar.

Analizando la situación correctamente, las luces corresponden a los sensores de próximidad. Naranja cuando salimos del Arca, porque estábamos al lado del Arca. Verde en espacío vacio y rojo al estar cerca del pecio.

Es imposible que no se ponga rojo, porqué precisamente vamos hacía allí. Y es normal que tengamos restos por los lados.

La nave debe estar dotada de un control manual, pero nadie lo mencionó, por lo que es probable que alguién calculara la ruta teniendo en cuenta el movimiento en órbita del pecio. Eso no impide que yo también considere pasar al control manual de ser necesario.

El primero en liberarse y levantarse es Morgan seguido de Ágatha.

Eso hace una respuesta repentina en mí, que surge sin pensar. Me retiro el arnés y el cinturón, me planto ante ellos, y sin mucho esfuerzo debido a la aceleración en la dirección opuesta, les empujo con las palmas de las manos en ambos pechos hacia sus asientos.

Mirando a Morgan, esperando que haga lo que pido, mientras abrocho el cinturón de Ágatha pese a sus protestas, les comunico:

-Si nos impactan y vais sin el cinturón y los arneses, podéis morir.

Replico con seriedad. Luego me giro, buscando controles manuales:

-De eso nos encargaremos Adam y yo -luego le digo a la doctora- Doctora, aségurate por favor de que no se lo quitan.

Darle la responsabilidad de cuidar por la salud de ellos, debería ser positivo para hacerla olvidar sobre el peligro al que nos sometemos. La pobre ya tiene bastante con el traqueteo.

Si localizo los mandos, desabrocharé a Adam para que mueva el culo. Cómo explorador es posible que domine tanto o más que yo una nave. Sino es el caso, trataré de sentarme rápido y ponerme mi própio cinturón a tiempo. He corrido un riesgo al asegurarme de que Ágatha y Morgan no sufran ningún daño, y una parte de mí me maldice por mi estupidez.