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Vampiros

Capítulo 2: Encuentro

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18/10/2023, 10:25
Iris Salas

Iris ya estaba haciéndose a la idea que tenía que romper todo contacto con Cris empezando por borrar su número y devolverle la bufanda. Le gustaban los hombres peligrosos, pero aquel era demasiado hasta para ella. Ya veía su portal y se las creía a salvo pero entonces, sin haberle visto ni moverse, apareció delante suyo, bloqueándola el paso. Se sorprendió, pero ya sabía que a él le gustaba pillar a la gente desprevenida, aunque no supo cómo lo había hecho.

¿Cómo pretendía que no le tuviera miedo cuando él mismo estaba diciendo que ni podía ni quería dejar de matar, y que solo estaba con ella porque era entretenida? Pero, aunque le tuviera miedo, no pensaba que le fuera a hacer daño en ese momento, si fuera así seguro que ya se lo habría hecho por el camino. Entonces hizo algo que la sorprendió mucho más; la tocó. Sintió unos dedo fríos en su barbilla y ella levantó la mirada hacia sus ojos. Iris era una mujer valiente, quizás algo temeraria y no se dejaba acobardar fácilmente. Decidió que era el momento de dejar las cosas claras.

- No quieres que te tenga miedo pero sin embargo me dices que la vida humana no es nada para ti, que podrías matarme sin ningún remordimiento si esa fuera tu voluntad... Así es imposible que no te tema.

Te creo cuando me dices que estás maldito, porque veo que no eres feliz, o al menos no lo pareces. También siento que tú me tienes miedo a mí...- ahora fue ella la que acercó la mano a su cara lentamente por si él se apartaba como lo había hecho antes. Pero no lo hizo e Iris repasó con la yema de sus dedos su fuerte mandíbula, notando al instante la falta de calor en su piel.

La mujer abrió muchos los ojos, sin terminar de creerse lo que su sentido del tacto estaba notando. Deslizó la mano en una caricia por el costado del cuello para encontrar la carótida y buscar el pulso. Tragó con dificultad y su propio corazón se aceleró, pero no de miedo esta vez sino de emoción y curiosidad.

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18/10/2023, 10:27
Cristóbal Jardiel

Iris me echó en cara que, aunque le pedía que no me temiera, le había dejado claro que la vida de los humanos me daba igual y así era, y que podría matarla sin ningún tipo de problema si quisiera, cosa que también era verdad. Asentí.
-Me gusta jugar -Admití, sonriendole, por que pensase que decirlo en alto fuera a cambiar algo. Lo que sí me dio curiosidad fue que dijera que yo le tenía miedo a ella. Me confundió, ¿porqué le tendría miedo a una simple humana? ¿Por sus bromas sobre brujería? Con un increíblemente valiente gesto, alzó su mano para tocarme la cara y no se lo impedí, por lo general evitaba el contacto con los humanos en todo lo posible, pero estaba claro que intentaba comprobar algo así que miré como se acercaba su mano a mi cara y noté el ardiente tacto de sus dedos sobre mi piel, bajando hasta el cuello, donde antaño tenía la vena palpitante que mostraba mi corazón funcionando.
-No vas a encontrarlo -Le advertí, dejando que lo intentase igualmente. Me volvió a confundir su reacción. El sabor frío y picante del ambiente no desapareció del todo, pero una ola de sabor a dopamina arrastró con ese. Pestañeé mirandola. ¿Era feliz? No, no podía ser, seguía teniendo miedo y estaba tensa.
-¿No me tienes miedo? -Pregunté, muy muy sorprendido por eso, por que estaba tocándome sin casi nada de miedo, siendo aparentemente feliz por ese hecho y realmente no me lo esperaba.

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18/10/2023, 11:18
Iris Salas

La mujer, acostumbrada a tocar el cuerpo humano con firmeza y determinación, deslizó su mano suavemente de la rasposa mandíbula al costado del cuello, en una suave caricia. Lo hacía de aquella forma para no asustarlo y a la vez disfrutar de la ocasión. Tomó el comienzo del músculo esternocleidomastoideo que comenzaba debajo de la oreja y terminaba en el esternón y lo recorrió con delicadeza con su cálida palma hasta su paso cerca de la nuez de Adán.

En una persona normal, está se movería no solo al hablar, cosa que hizo cuando él dijo algunas palabras, pero lo también haría al tragar. Era inevitable y reflejo el producir saliva en la boca que debía ser tragada cada poco tiempo. Él no parecía necesitarlo. Tampoco encontró rastro de calor, y eso era ya impresionante. Solo le quedaba una última cosa para confirmar sus sospechas. Con el dedo índice y corazón buscó el pulso en la arteria carótida. No lo había. Él no había estado mintiendo.

Se le escapo un gemido de sorpresa y se olvido de respirar por un momento. Enseguida apartó la mano y retrocedió un paso. Lo justo para que él también la soltara si es que no la había apresado con firmeza. Una ola de sentimientos encontrados la golpeó en aquel instante; miedo, deseo, curiosidad y sorpresa.

Por fin se acordó de que ella sí que era humana y necesitaba aire en sus pulmones y respiró profundamente.- Tú, tú... ¡Es verdad!- lo dijo con admiración -¿Cómo puede ser posible?- Volvió a dar un paso al frente y se notó que refrenó sus ganas de empezar un examen médico a conciencia. La curiosidad estaba ganando terreno a los otros sentimientos. Ahora se la veía excitada con la posibilidad de investigar un mundo nuevo de posibilidades.

- Madre mía, Cris, ¡Tienes que dejar que te analice! ¿Es realmente vírico? Venga, seguro que no soy la primera que se le ocurre eso de hacerte pruebas.  Por lo que dices es contagioso. Por mordedura, me imagino... Podemos tratar tu problema de adicción, buscar una forma de que no pierdas la razón al alimentarte. Mejorar tu calidad de vida. Hay tantas cosas que quiero que me cuentes...-

Iris le sonreía, llena de ilusión y con la expectativa de poder ayudar a Cris con su "maldición".

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18/10/2023, 17:20
Cristóbal Jardiel

El estallido de emociones que desbordó a Iris repentinamente casi me aturulló por la pptencia que tuvo. Notaba miedo pero era la menor de las emociones que sentía. Pestañeé sin habermelo esperado, ain entender porque estaba tan entusiasmada. Me pidió analizarme, diciendo que no podia ser la primera, preguntó si era vírico y decidió que trataría mi adicción y la miré como si se hubiera vuelto loca. Levanté la mano, fente a ella, para que frenase un poco.
-No puedes atravesarme la piel con objetos humanos -Le dije antes de que empezase a intentar clavarme agujas o algo similar. Me pregunté dónde planeaba experimentar conmigo o qué quería hacerme, y por supuesto la curiosidad por ella no paraba de crecer.
-Pero adelante, intenta lo que se te ocurra -Le dije, mirandola entusiasmado, quizás tratar con una humana me devolvía algo de la vida que había perdido.

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18/10/2023, 17:28
Iris Salas

- Hoy ya se me ha hecho tarde y tendría que hacerme con algo de equipo... ¿A qué hora podrías estar disponible? Podría ir a tu casa si es únicamente el sol lo que te molesta... Alergia al sol, interesante... - se perdió en sus pensamientos un momento dándole vueltas a todo lo que le había estado contando Cris y que hasta entonces creía que era solo un cuento.

- Dime si quieres que vaya yo a verte o tú te vienes a mi casa, y la hora en la que puede ser. Esta semana tengo turno de mañana, entro a las 6 y salgo a las 2 de la tarde.-

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18/10/2023, 17:34
Cristóbal Jardiel

Iris no estaba en absoluto preocupada incluso por dejarme entrar en su casa, sugiriendo que si solo me afectaba el sol podía acercarme y me dijo hasta su horario.
-La verdad es que me lo pones muy fácil -Le dije, mirandola, sería una presa demasiado fácil. Puse los ojos en blanco -Te daré la dirección de mi casa, puedes venir cuando quieras -Le aseguré, suponiendo que eso sería lo más cómodo para los dos ya que podía venir cuando le viniera bien y no preocuparse de que yo apareciera a interrumpir nada de lo que hiciera. También me pregunté de dónde pensaba robar equipamiento para experimentos, siendo su primer día dudaba que pudiera acceder a nada, pero ya vería qué hacía, yo tenía dinero para comprárselo si veía que los experimentos eran divertidos.
-Puedes quedarte la bufanda -Le dije, al dar cuenta que seguía con ella -Hablamos cuando salgas del trabajo -Si tenía que trabajar, prefería que se fuera cuanto antes para empezar con los experimentos que su cabeza fuera capaz de idear lo antes posible.

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18/10/2023, 17:55
Iris Salas

- Si quisieras matarme ya lo habrías hecho, y soy consciente que puedes hacerlo cuando quieras, así que sería tontería volverme paranoica con eso. Si yo no puedo controlarlo ¿Por qué ha de preocuparme? Si pasa, pasa. Como un accidente.-

Se miró la bufanda, se le había olvidado que la llevaba puesta.- Pues sí, gracias me la quedaré, si eso me protegerá de otros vampiros, la pienso llevar hasta en verano- se rio, pero no bromeaba en absoluto. Aunque la llevara en el bolso. También habría que analizar cómo secretaba ese olor, si es que era el suyo corporal, aunque para eso necesitaría un laboratorio y alguien que supiera manejarlo. Esas cosas eran más complicadas, pero se podía empezar por cosas sencillas. Y lo principal; ayudarle a controlar su ansia de beber para que no hiciera daño a sus víctimas.

Tomó nota de la dirección cuando se la dio.- Bien estaré allí a eso de las 4.- Tenía que pasar por casa para comer algo, ducharse, cambiarse y luego de camino por una farmacia donde compraría un kit básico para ir empezando. No se iba a arriesgar a llevarse nada del trabajo en su segundo día. Quizás más adelante pero por ahora mejor no.

- Buenas noches, vampirico- Iris le esquivó sin tocarle para entrar en su portal, pero antes le regaló una última sonrisa y un gesto de despedida con la mano.

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18/10/2023, 17:58
Cristóbal Jardiel

Aunque planeaba darle la dirección durante su trabajo, acabé por escribirsela en ese mismo momento para que pudiera mirarlo mientras estaba en su descanso, que supuse que tendría en algún momento de la mañana. Inmediatamente me avisó que estaría sobre las cuatro y me encogí de hombros.
-Cuando quieras -Le aseguré, pues no tenía intención de preocuparme por ello. Parecía algo pensativa pero enseguida entró en su portal, despidiendose con la mano y diciendome vampirico, lo cual me hizo reir.
-Me hace gracia como lo dices con tu acento -Le dije, despidiendome de ella antes de marcharme hacia casa. Aproveché las zonas del parque para moverme rápidamente y no tardé ni cinco minutos en llegar. No había salido para nada como esperaba... pero ahora quería que fueran las cuatro.