Partida Rol por web

Creo que ya soy mayorcita para ir sola hasta el aeropuerto. Además son las... miro mi reloj... las 8, quedan más de 4 horas y con ir un par de horas antes es suficiente. Tengo tiempo de leer mi contrato tranquilamente. dije mientras miraba mi contrato y lo leía concienzudamente. Tras unos minutos en silencio y sin haber terminado de leerlo.

Miré a Sarcozy interrogante... como cuando quería algo.

Me puedes pedir un helado??? o algo fresquito? estoy seca. dije soplando y odio el café. dije haciendo una mueca.

Estaba mucho más tranquila y serena que anoche, ya no me dejaba dominar por la pasión o el arrebato. Aunque mis ojos y mis manos deseaban jugar un rato sin duda. Pero esta vez controlaba mejor la situación. Sin embargo, él parecía más desesperado.

Sin esperar la respuesta, seguí ojeando y leyendo mi contrato, sobretodo miré y leí y releí la letra pequeña. Parecía todo correcto, pero aún así no me fiaba, en varias ocasiones me la habían jugado, pero no volvería a caer.

No me importaba tenerle allí esperando que yo lo leyera, ni que me mirara de arriba a abajo mientras lo hacía, tenía una capacidad de concentración muy buena, pero dejaba que alguna que otra mirada insinuante de soslayo apareciera para añadir juego al asunto. Eso si, parecían naturales e improvisadas... nada más lejos...

Sarcozy apreto el boton del intercomunicador y cuando la voz de su secretario sono, él contesto de inmediato.

¡Vayan a por un helado!

La secretaria pregunto de que lo quería y Sarcozy, sin muchas ganas de continuar con el juego respondio sin dejar a mirar a Ellie.

De lo que sea.

Y dejo de pulsar el intercomunicados, y se borro la voz de la secretaria. Cruzo sus brazos y su mirada se situo justo debajo de la cara de Ellie, donde los pechos comenzaban. Y es que aúnque no podía ver nada, la insinuación de esos bustos le estaba produciendo un hormigueo ne las partes bajas. Ellie estaba muy tapada cosa que le sorprendio, pues las mujeres con un cuerpo tan insinuante como el de ella, preferían mostrarlo para llamar la atención del macho dominante que pasa por su lado. Pero ella no parecia de ese tipo de mujeres.

Aún así, continuo intentando adivinar de que color tenía la ropa interior mientras ella leía y levantaba la vista de vez en cuando hacia él.

Fresa! dije al tiempo que veía como se iba cabreando mi nuevo jefe.

Era el momento de dar otro paso.

Muy bien, dije terminando por fin de leer el documento y cerrando sus páginas.

Dónde firmo? no lo decía tanto por el lugar en el documento, que era obvio pues indicaba mi nombre, sino por la mesa llena de papeles y ahora de dos vasos de plastico tapados y migajas de los ricos croisants que me había zampado mientras leía.

Encontré un hueco, aunque realmente lo había divisado hacía tiempo, me acerqué para firmar apartando un poco los papeles. Bien, aquí mismo. Tomé una postura algo forzada apoyando solo los brazos sobre la mesa, agaché la cabeza y firmé, mientras ofrecía una jugosa vista a mi nuevo jefe.

Mientras Ellie firmaba, Sarcozy jugaba nerviosamente con un boligrafo sobre sus dedos, mientras no quitaba ojo de encima al escote de ella. Tenía un busto voluminoso y hermoso, aunque poco se dejaba ver, bastantese dejaba desear.

Cuando Ellie termino de firmar, Sarcozy recogio los folios de sus manos y desvio la miradda para disimular, lo justo como para que se diera cuenta que la estaba mirando, pero no tanto como para aparentar ser desagradable.

Una sinrisa complise afloró en sus labios.

Bienvenida al equipo.

Comentó de forma tranquila.

Si necesita algún vehiculo para ir al espaciopuerto, me lo dice y lo tendrá en la puerta al momento. ¿Necesita alguna otra cosa antes de salir?

Pensaba que al menos me acompañaría hasta allí. Ya que no quería que perdiera el vuelo, ¿no? dijo con sonrisa y gran picardía. Podemos charlar y celebrarlo de camino.

Se quedó allí, de pie, mirando a su Director, esperando una respuesta.

Como siempre era directa y serena, no necesitaba inmutarse para cortejar a nadie y mucho menos para serlo ella misma. Dominaba perfectamente la situación.

No. Un no a tiempo era siempre una cama segura. Aún así a Sarcozy le hiso gracia la propuesta.

No puedo. Tengo muchas cosas que hacer, y entre ir al espaciopuerto y volver a mi oficina, perdería 3 horas. Está bastante lejos y el trafico no es tampoco muy fluido estos últimso días. No entiendo que es lo que está pasando. En cuanto a celebrarlo, lo podemos celebrar cuando regrese.

Y le guiño un ojo. Ahora era el momento de atacar. Quedaba poco tiempo, y no probaría lo que escondía entre las sabanas de su apartamento, pero quizás cuando vuelva, fueran directamente a él. Todo era cuestión de tiempo.

Es cierto, no sé qué le pasa al tráfico últimamente. Dejar con las ganas a alguien así era muy arriesgado, pero ahora no se podía hacer mucho más. Aunque no me gustaba que se negaran a contar con mi compañía, asi que no devolví gesto alguno al guiño de ojos de mi jefe.

He de irme pues. Nos veremos a la vuelta. Espero el informe de mi guardaespaldas en mi hotel de Heimburg. Le di la mano amablemente y sonreí para despedirme. Cuidese. Hasta pronto.

Había sido sin duda divertido tontear con el jefe, pero era peligroso ponerlo en mi contra, así que dejé una coletilla antes de cruzar la puerta y sin volverme a mirarle.

Su esposa tiene mucha suerte. fingí que tenía ante mi a un fiel esposo, pues desde anoche sabía que no era así. Pero sin duda tendría más ganas de verme a la vuelta.

Sarcozy le devolvió el saludo a Ellie con la mano a la vez que se levantaba presipitadamente.

En el momento que esté allí el guardaespalda recibirá el informe, no se preocupe.

Mientras Ellie se dirigía a la puerta, Sarcozy se alizo su traje para no tener arrugas mientras seguia con la mirada la cadera de ella. De pronto se dio la vuelta y le recordo a su mujer.

Posiblemente, cuando vuelva, mi mujer pueda tener 15 años menos de los que tiene ahora.

Y un guiño de ojos como despedida. Sabía bromear con esos temas, sobretodo con mujeres juguetonas como aquella, que solo querían tontear y nunca ir a la cama.

No entendí muy bien sus palabras, pero no iba a preguntarle.

Seguí mi camino al taxi y le pedí que me llevara al espaciopuerto.

Allí busqué mi puerta de embarque y esperé que llegara la hora de subir. Apenas llevaba una maleta pequeña con ruedas que pude gestionar como equipaje de mano y un bolso grande.

Necesitaba concentrarme en mi trabajo, así que saqué mi libreta con anotaciones que había realizado en el taxi de camino y la revisé. Después anoté alguna más y comencé a divagar en cómo entrarle a Coleman. Sería dificil y habría de ser rápido antes de que otro periodista diera con él.

El espaciopuerto está repleto de gente que camina, corre y duerme en cualquier rincon de este, esperando a que su hora de embarque llegue, o bien, regresante de algún viaje. En las grandes pantallas colocadas colgando del techo se puede ver que el viaje de Luna a Heimburg que está esperando a Ellie ha comenzado a embarcar, por lo que debería de encaminarse hacia su puerta de embarque para no perder más tiempo.

Ellie recoge sus cosas y se encamina a embarcar, no adora precisamente los viajes en nave, pero una vez llega a su destino se olvida de ese mal rato.

Comprueba varias veces la puerta de embarque y se pone en cola suspirando para que el viaje se le haga muy muy corto.

Poco a poco la cola avanza a una velocidad bastante rápida y eficiente. Al poco tiempo, ya camina por la nave con paso apresurado, arrastrando la maleta con las ruedas.

La nave es imponente, y dentro posee unas instalaciones de lo más lujosas, cosa que sorprende a Ellie, pues para un viaje de trabajo, esto era demasiado, más bien parece un crucero de lujo, ya que como bien puede observar, tiene piscina crimatizada, varios restaurantes y bares, casino, cine, teatro y varios lujos más.

Pero lo primero es lo primero, y es soltar el equipaje. Y cuando camina en dirección a su habitación, una zona donde están todas las habitaciones, le sorprendente cruzarce con un cantante de rock famoso, Nick Courney, que camina tranquilmante por la nave.

BUFF!!! esto no tiene nada que ver con mis últimos viajes... creo que esta vez si que me gustará viajar en nave interplanetaria... GUAU!!! hablo sola conmigo misma entusiasmada por mi buena suerte.

Voy de camino a mi cuarto para dejar las maletas y por supuesto cotillear todo lo que pueda cuando veo a alguien que me suena.

Como soy así de directa, me quedo mirando a sus ojos maquillados... de qué me suena este tio tan raro!!! que sea cotilla no es lo mismo que ser maleducada, así que le sonrio mientras la miro e intento recordar su nombre y ubicarlo en mi memoria.

El hombre se paraen seco y le responde con la mirada es evidente que se ha dado cuenta que ella se le ha quedado mirando.

¿Perdona? Le pregunta a Ellie.

¿Quería algo?

Disculpe, soy un poco desastre con las caras, nos conocemos??? sonrio más si cabe y me acerco para hablarle más de cerca.

joer que tio más raro!! pero me suena mucho. Debe ser cantante o actor o algo famoso fijo.

Nick Courney...

Le gustaba que lo reconocieran, le agradaba que las chicas guapas se le quedasen mirando, normalmente siempre le pedían un beso, un autografo o algo, sobretodo las adolescentes, pero una mujer madura como aquella, quizás lo estaba reconociendo por algún disco que supuestamente tendría alguno de sus hijos, sobrinos o lo que sea.

Tomo la mano de Ellie y se la beso de un modo clásico. Y era hasta cómico, pues sus pintas no decían para nada que era cómico, pero ya se sabe que muchas veces los famosos visten y se peinan de una manera muy lejana a como él es. Simplemente por marketing.

Quizá me conozca de temas como... Walking in the air, The dark sun,...

Y solto una sonrisa. Sabía que aquella mujer posiblemente no conociera ninguno de esos títulos.

jajaja... cantante eh!? lo siento no reconozco ninguno... con su sinceridad innata... cielo... menudas pintas... jajajaja... Un placer entonces. Sigue luchando mucho, puede que haya escuchado algun tema tuyo sin saberlo.

le hago un gesto de adiós con la mano y me voy a mi cuarto. No me gustan esas pintas... el negro es tan tan.... negro... pero aún así pediré un tema suyo cuando pueda para ver de qué va.

Nick Courney al ver como se despide Ellie, él hace lo propio y se dirige hacia su habitación, deseando encontrarse algo por el camino.

Llego a mi camarote y dejo todo en el suelo, me tiendo en la cama y miro al techo.

Bueno... veamos qué nos depara este viaje.

Estaba quedandome casi dormida cuando tocaron a la puerta.

Toc, toc.

SI? pregunté levantandome de golpe por el susto.

Aquí tiene su pizza... jajajaja se oían una risas fuera...

Pizza? No he ped... no terminé la frase cuando abrí la puerta y vi a un grupo de quinceañeros salir corriendo y poner cara de yo no he sido.

ahhhhhh suspiré... quién los pillara otra vez... refiriendose más a los 15 años que a los 3 chicos.

Cerré la puerta de un portazo y miré el cuarto apoyada en la puerta.

qué pequeño! si me quedo aqui mucho rato me dará claustrofobia.

Me di una ducha y me cambié de ropa. Salí a ver qué podía encontrar por la nave y hacer tiempo para la hora de comer.