Partida Rol por web

Claro, claro. Haces todo eso y ayudas a la gente porque eres una hermanita de la caridad.

Clint dijo eso mientras se comia otro canapé. Luego miró a los demás.

Perdón. Lo he dicho en voz alta. Fallo mio.

No era el único que pensaba así, por suerte, ya que Nat tampoco había podido aguantarse de hacer comentarios. Lo cual era lógico. A este se le veía el plumero desde lejos, no tenía que ser uno un prodigio para darse cuenta.

Pero vamos a ver. ¿De verdad estamos sopesando esto? Si hay una amenaza mundial lo que tiene que hacer la Tierra es unirse en un frente común, no postrarse ante un imperio. Aunque fuese el de los Estados Unidos. Somos mejores que eso, por favor.
El megalomaniaco este de purpura os está vendiendo la moto con eso de la tecnología. Tenemos a Tony Stark, y seguro que a otros genios, que nos pueden ayudar contra ese "bombardero" que viene. Del cual sólo tenemos su palabra de que son de los malos. A ver, quién se hace trillones de años luz de distancia sólo para volar un planeta que no conoce.

Aquí hay algo más.

Yo digo que le demos la patada a estos dos.

Más de uno en la sala se le había quedado mirando.

Vaya. He vuelto a hablar en voz alta. Hay que ver cómo soy.

—En la Tierra ya no se coloniza Kang, eso ya pasó. Me alegro que se venciera a Hydra en el futuro, pero la pregunta que todos tenemos es la misma. ¿Qué ganas con esos acuerdos Kang? Inviertes mucho y no nos aclaras que pretendes ganar. No desprestigiamos posibles aliados, pero hay muchas dudas y pocas certezas en tus palabras. Queremos a la Presencia para interrogarlo y que responda ante las autoridades estadounidenses.

El presidente Obama le había dejado claro que no podía hablar por los Estados Unidos, pero para Steve el pedir y tantear a aquel extraño ser extraterrestre era bueno. Así podrían valorar hasta que punto estaba implicado en los deseos de negociar o si simplemente buscaba avasallar. El Capitán no era partidario de mostrarse tan efusivo y agresivo como Clint, pero le venía bien que fingiera ser el poli malo. Todo aquello era una prueba y cualquier reacción que pudieran observar sería positiva. Cualquier pequeño detalle que consiguieran sería un pequeño foco de luz y les ayudaría a saber donde pisar.

—Además ¿por qué ahora? Hemos tenido problemas grandes en el pasado y no han aparecido a ayudarnos hasta ahora.

Los chitauri, Ultrón, Hydra y nunca había aparecido nadie a prestarles ayuda.

El agente siete desvió la mirada hacia Natasha tras su provocación pero tras un cruce de miradas prefirió mantenerse frío, de manera que fue atendiendo a las diferentes provocaciones pero ahora dirigidas hacia Kang.

El tirano carraspeó, claramente conteniéndose. A la vez, surgían murmullos entre los representantes norteamericanos y de hecho miraban al presidente Obama pidiéndole intervenir. Sin embargo este no parecía tener esa intención sino que estaba atento a vosotros y no hacía ningún gesto para que os detuviérais.

Kang apretó los dientes.

- No entendéis que en el universo hay multitud de civilizaciones bélicas y no vais a poder pararlas todas. Los chitauri vinieron con su ejército pero yo vine buscando una adhesión voluntaria. Por desgracia mi desconocimiento acerca de vuestro mundo me hizo equivocarme acerca de los valores de su país. Esa Presencia con la que acabé colaborando no era digna de confianza pero vosotros sí lo sois. Tenéis que entender que vuestro país es una federación pero ese modelo no es aplicable a gran escala. Yo les garantizo progresar bajo mi mandato. Dominar el sistema solar a cambio de ceder parte de su soberanía militar la cual administraría yo, con el fin último de proteger el Imperio al que perteneceríais también.

Miró hacia Josh Connor.

- Me marcharía y dejaría al Agente como mi representante. Él es un hombre de honor como yo. Y como el héroe original aquí presente. Han empezado a ganarse mi respeto así que espero que nos podamos entender.

Después miró a Natasha y a Clint con una mirada despreciativa, indicando de alguna forma que ellos dos estaban excluidos de ese respeto por sus continuas intromisiones.

- Se les acaba el tiempo. Pero como les indicaba al llegar, podemos luchar juntos contra esa amenaza. Yo os puedo llevar hasta esa nave y así podemos derrotarla desde dentro, ustedes, el Agente Siete y yo.

Sonrió de una manera retorcida porque no parecía saber hacerlo de otro modo.

- ¿No es esa una clara declaración de que estoy de su lado para proteger su mundo? Pero no se confíen que ya sería la segunda vez que fuerzas extranjeras llegan hasta aquí y seguro que no queréis que eso siga sucediendo. Por eso creo que es necesario que os integréis en mi imperio. Si me rechazáis entonces estaréis condenados. Así pues, les ofrezco ese regalo. Salvaros del bombardeo y luego podremos volver a sentarnos a negociar vuestra adhesión. U os podéis quedar esperando a que venga una tercera oleada de invasores.

Un aviso en tu auricular te indicaba que intentaban comunicar contigo.

- Miss Natasha. Su conocido el señor Sergei Petrov nos ha enviado documentos clasificados de la república popular china. Indican que están movilizando su tecnología de última generación para destruir una amenaza espacial. El señor Petrov está siendo custodiado por el ejército de EEUU en la actualidad, señorita Natasha, por lo que no sé si la información proviene realmente de él. Me ha proporcionado una dirección url por si quiere entablar conversación digitalmente.

La directora de análisis de la CIA parecía hacerle indicaciones al presidente, le decía algo con los labios, algo como "no tenemos más opciones, es una oportunidad para ganar tiempo. Tenemos que aceptar.".

El presidente parecía bastante convencido de eso también pero de momento no miraba a nadie sino que parecía darle una última pensada.

Claaaro. Desconocimiento de nuestro mundo. Ya. Y nosotros nos lo creemos. Seguramente usó a la Presencia para probarnos. Para ver si le podías detener o no. Y como ha visto que sí que podemos le hemos acojonado y quiere probar la vía diplomática. Que yo diría que éste tío la emplea sólo como último recurso.

Así que la opción es arrodillarnos ante tí, o morir contra lo que sea que nos viene encima. Algo de lo que nisiquiera tú, con todos tús adelantos y conocimientos del futuro sabes.
Por faaaavor.

Miró a los demás. En especial al capi, y luego al presidente. Y una vez más echó de menos a Furia.

Señor Presidente. Sea sensato. Este tipo es sólo fachada. Incluso no me sorprendería si la nave que viene es suya. Nosotros podemos llegar por nuestros medios. Podemos frenar esa cosa. Deje que se lo demostremos. Luego ya le daremos la patada a Kang.

Había visto a la Directora Carter, pero no quiso hacer ningú comentario sobre lo que proponía. Bastante había caldeado ya las cosas.

No quería hacerlo, no quería intervenir pues no era él quien podía hablar con la determinación que pensaba hacerlo, pero temía que el presidente cediera, que sintiera el peso de toda aquella situación y flaqueara por miedo. Prefería ser él el que cargara con aquella decisión que quizás fuera imprudente, pero a sus ojos era la mejor. Habló tomando la iniciativa, luego si todo iba bien tendría tiempo para afrontar las consecuencias.

—Vienes aquí y nos amenazas, veladamente quizás, pero tu mensaje es claro, unirse a ti o que nos aniquilen, no dices cuando ni quién, pero sí que pasará. Ya nos lo dijeron con anterioridad, nos lo dijo Loki y le vencimos a él y a su ejército, los chitauri. No vamos a condenar toda la libertad de la Tierra por la posibilidad de un incierto futuro que tú nos vendes. No haremos eso.

Steve fijó su mirada en Kang, él era la cabeza de aquella proposición y hacia él iba su respuesta. Quería que lo supiera, que tuviera claro que su propuesta no era aceptada de forma firme, no en aquellas condiciones y nunca en aquel lugar.

—Si llegara el momento en el que se presentaran esos enemigos que tú nos predices, lucharíamos como hemos hecho siempre, no es la primera vez que la humanidad ha vencido a alguien que quería conquistarlo todo y acabar con la libertad. No será aquí donde nos rindamos y nos entreguemos, elegiste un mal lugar Kang mira mi máscara, esta A no es de Francia.

El hombre de extraña indumentaria al escuchar las palabras de Halcón y después del Capitán se levantó del asiento, pero primero pareció mirar a Clint, enfurecido.

- Sucede que eres un estúpido. Un hombre indigno que no tiene honor. Temeroso de luchar en las cortas distancias e incapaz de apostar por una alianza. Un inútil. ¡Y no tolero la inutilidad, si por mi fuera te fulminaría aquí mismo!

La actitud de Kang tomó por sorpresa a los presentes. Incluso el Agente 7 y Carter miraron como si no entendieran bien lo que sucedía.

- Y tú Capitán América, lo que quieres es condenar a tu especie ¡eso es lo que haces! Este es vuestro fin. Podíais haber llegado hasta lo más alto pero vuestros ridículos ideales os destruirán. Eres débil. El Agente 7 es un guerrero capaz al contrario que tú.

Kang de pie y dando gritos pareció resultar una imagen que causó estupor en el presidente Obama el cual hubo de levantarse también pero el tirano ya se había dado la vuelta.

- Intenten salvar al mundo, Vengadores. Será su perdición.

Ya no parecía querer decir nada más e iba en dirección a la salida. El Agente 7 entonces os miró un poco aturdido y se fue tras él. Ya habían abandonado la sala de reuniones cuando los representantes de Norteamérica trataron de liberarse de la estupefacción y el presidente Obama tras tratar de recomponerse os miró.

- Traten de salvarnos, Vengadores. Con este tal Kang no creo que tengamos posibilidad de acuerdo.

Recibí la comunicación entrante de JARVIS sin mover un sólo pelo, como si nadie hubiera hablado conmigo, pues no quería que nadie se percatara de ello.

Al levantar la vista hacia la agente Carter, pude observar cómo parecía dispuesta a aceptar lo que decía ese maldito Kang.

Las palabras de Clint me hicieron sonreír, pues la verdad es que más o menos dijo lo que yo misma estaba pensando, que aquello no me gustaba nada, pero claro, en aquel momento tenía muchas cosas en la cabeza.

Me puse en pie prácticamente de un salto cuando escuché a Kang hablar de aquella manera a mis compañeros, dispuesta a ponerme a pelear en aquel momento en caso de ser necesario.

- Menudo gilipollas. - Tuve que decir en alto cuando se había ido.

Eso sí, al darme cuenta de que lo había dicho delante del presidente sonreí un poco avergonzada.

- Perdón Señor Presidente.

Acto seguido llevé la mano a mi oreja y hablé con JARVIS.

- Explícame qué es eso que me estabas diciendo. Pásame la URL al móvil.

Saqué el móvil del bolsillo, centrada en lo que estaba haciendo, aunque cuando me di cuenta de que seguramente lo que estaba haciendo había llamado la atención de mis compañeros me expliqué, mientras cacharreaba en el móvil.

- JARVIS ha llamado hace unos momentos para decir que China está movilizando su armamento más avanzado para luchar contra alguna clase de invasión alienígena.

Lo del mensaje de Petrov lo omití hasta ver con mis propios ojos qué era.

- Recibí una comunicación que se identifica como proveniente de vuestro aliado Petrov, pero veo pocas posibilidades pues él está retenido por el servicio de inteligencia, al menos oficialmente.

Repitió vuestro asistente. Acto seguido te indicó una dirección "bwsecurecomm.com" en la que en teoría podrías chatear con la persona que suministraba esa información.

Ante la declaración de la viuda negra casi todos los miembros del gobierno dirigieron la vista a Natasha, incluyendo el presidente.

- Señorita. Eso suena bastante grave. Si tiene una fuente fiable necesitaríamos todos los datos posibles. Si los dos países tratamos de resolver este problema por separado quizás acabemos empeorando las cosas.

Me dispuse a acceder al chat en cuestión, aunque claro, si ya era complicado fiarse de alguien mirándole a la cara, hacerlo vía chat, la cosa aún lo complicaba bastante.

- Aún estoy tratando de averiguar de dónde procede la información y si podemos fiarnos. Deme unos minutos, por favor.

Yo no era ni una máquina, ni una mutante ni provenía del futuro, y aunque era una mujer y podía hacer varias cosas a la vez, iba a necesitar un poco de tiempo para averiguar lo que estaba sucediendo.

Clint iba a hacerle un buen corte mangas a Kang mientras le mandaba a paseo, pero se marchó demasiado rápido para que pudiera hacerlo.

Pues no ha estado tan mal la reunión. Por un momento creí que la fastidiaríamos.

Se rio ante el insulto de Natasha. Sobretodo para relajar la tensión que había creado. Pero cuando comentó lo de los chinos sacudió la cabeza.

Ya han llegado qué raro. Supuestamente aun tardaría un poco y nos daría tiempo a prepararnos.

Se acercó a su compañera para ver qué era lo que trasteaba mientras le preguntaba al jefe del equipo.

¿Y bien Capitán? ¿Qué hacemos? Le pedimos a Tony una nave espacial y volamos hacia lo que se nos viene encima, o la esperamos aquí. O vamos a repartir a China. Dicen que está genial en ésta época del año.

No tenía nada más que hablar, el tiempo de parlamentar había acabado y desde ese momento el siguiente paso que iban a tener estaba claro. Como era costumbre en aquellas situaciones no había tiempo que perder, debían actuar rápido y no tenían margen de fallo. Escuchó a sus compañeros y al Presidente antes de hablar.

—No se preocupe Presidente, lo tenemos controlado. Lo primero que tenemos que hacer es ponernos en contacto con el resto del equipo y saber como va su misión ¿puedes ponerte con ello Clint?

No había delito en mentir a su presidente si era por un bien mayor o eso quería creer. Se giró buscando con la mirada a la persona que necesitaba para la siguiente parte de su plan, extendió su brazo derecho y su dedo índice para señalar a la mujer rubia que estaba con ellos y dijo.

—Usted Agente Carter va a tener que acompañarnos.

No quiso decir más al respecto y a pesar de que sus palabras fueran amables, el tono que usó fue imperativo, para dejar claro que aquello no era una sugerencia sino una orden.

La mujer había recogido sus cosas y puesto en pie. Se mantenía cerca de la zona que ocupaba Obama, como hacían los demás allegados. La contundente frase de Steve causó que le mirara sorprendida, tardando un par de segundos para después sonreir amigablemente.

- Capitán, me encantaría acompañarles pero tengo que atender a mi trabajo. Si lo que tiene es un plan podemos hablarlo, en efecto.

Sonrió con confianza. Parecía no estar dispuesta a dejar que el Capitán la manejara como parecía haber intentado.

Pudiste apartarte un poco y usar uno de los ordenadores para acceder a la url, la cual llevaba a un simple chat en blanco. Tan sólo había que elegir un nick para conectar, después de introducir una clave que te suministró JARVIS.

En la lista de presentes había un tal Petrov. Enseguida comenzaron a aparecer caracteres rusos en pantalla.

- Señorita Viuda Negra. ¿Es usted?

Esperó unos segundos antes de poder responder.

- Su conexión parece venir de Washinton DC así que asumiré que es usted. Soy un amigo de Petrov. Espero conocerla en persona algún día pero ahora no le puedo dar más detalles sobre mi persona. Él se puso en contacto conmigo después de que Los Vengadores le liberaran. Les estoy muy agradecido. Tengo noticia de ese peligro que se aproxima por el espacio y por lo que he podido averigüar los chinos pusieron en marcha un plan y un tanto kamikaze. Se lo quiero transmitir con la esperanza de que le sea de utilidad a usted y a su equipo y porque podría ponerles en peligro. Han previsto lanzar suicidas al espacio, al más puro estilo japonés. Pondrán armaduras en órbita con sus propios pilotos, buscarán el objetivo y explotarán, con potencia nuclear. Y si tienen éxito lo venderán como armaduras pilotadas remotamente. Tan sólo quería darle esta información. Puede comunicarse conmigo usando este canal.

—Agente Carter quizás me entendió mal o me expresé de forma incorrecta, pero no estaba preguntando o sugiriendo que nos acompañara, estaba afirmando que nos va a acompañar.

La mirada del Capitán América se mantuvo fija en la mujer con la que hablaba mientras sus musculosos brazos se cruzaban en torno a su amplio pecho.

—Usted elige la forma de hacerlo Agente Carter, pero si sirve de algo la sugiero que coopere, es lo mejor.

- Sí, soy yo y me pillas justito hablando con el presidente. - Respondí aunque si sabía donde estaba, seguro que tenía bien claro que estaba en La Casa Blanca.

No tenía ni idea de quién podía ser este hombre, pero fuera o no fuera amigo de Petrov, lo que me estaba contando me había dejado con la boca abierta.

- Estos chinos están todos locos... - Le respondí al hombre misterioso. - Gracias por la información. Te debo una. - Aunque me parecía que si él me estaba dando la información era porque habíamos puesto a salvo a Petrov, por lo que seguro que era él quien se sentía en deuda conmigo hasta aquel momento.

Era el momento de contarles el plan absurdo a mis compañeros, así que levanté la vista del aparato.

- Parece ser que el plan de los chinos es mandar armaduras al espacio y hacerlas estallar, pilotos incluidos, cuando estén lo suficientemente cerca de lo que viene. - Que tampoco tenía demasiado claro de qué se trataba.

Eso sí, en aquel momento todo el que había en el despacho oval podía ver mi gesto de perplejidad.

- No tiene ningún sentido que nos fueran a pasar esta información y no sea cierta. El que la manda ni pierde ni gana nada diciéndolo.

Por supuesto Clint confiaba en la información recibida por Nat. No tenía sentido dudar de ella después de todo lo que habían pasado juntos. Pero lo cierto es que el plan de los Chinos dejaba mucho que desear.

Y yo que pensaba que nuestra idea de abordar la nave que se nos viene encima tenía fallos. Estos chinos están locos. Si es la mitad de duro de lo que dice Kang no lo van ni a arañar. La única opción va a ser por dentro.

Miró un poco extrañado al Capi cuando se puso duro con la Agente Carter. No le veía mucho sentido a que nos acompañara, o a que perdieramos tiempo con ella habíendo tanto por hacer. Pero él no era el lider. Ni quería serlo tampoco, la verdad.

En fin. ¿Qué vamos a hacer?

La mujer ante la insistencia de Steve negó con la cabeza.

- Señor Capitán América, tengo muchas cosas que coordinar. Por favor déjeme seguir con mi trabajo.

Ignorando por completo su intento de orden trató de seguir a lo suyo, momento en el que Natasha hablaba de aquél plan chino. Allí seguían estando varios de los altos mandos del gobierno los cuales se inquietaron. El presidente entonces trató de tomar la palabra.

- Van a ponerles en peligro, Vengadores. Creo que tendría que hablar con ellos y pedirles tiempo para que ustedes puedan intentar resolver esta crisis. No creo que nadie más pueda hacerlo en este momento.

El presidente se fijó en los tres.

- Díganme qué necesitan. Tenemos esa nave plateada pero habrá que repararla. Y si la señorita Carter les puede ayudar creo que lo hará encantada.

Esas palabras hicieron que la mujer torciera un poco el gesto.

- Claro que lo haría, señor Presidente. Tendría que delegar sin embargo mis tareas y está todo el mundo muy ocupado.