Partida Rol por web

Esperó un tiempo para que observarais el hall y disfrutarais de las vistas que este os ofrecía antes de hablaros.

-"¿Les gusta? Los cuadros son originales que han estado perdidos durante muchos años y, los adornos dorados, están hechos de oro, nada de bañados o de pirita. Si os fijáis en esta puerta que tenemos al lado, que es donde se celebrará la subasta, está hecha completamente de madera de Nogal, cada vez una madera más complicada de encontrar. Poder entrar a este hall es todo un lujo, tanto por su valor monetario, artístico e histórico como por las personas que se reunen en él."

Tras otro breve periodo para que volvieses a disfrutar del entorno, ahora con más conocimiento del mismo.

-"¿Tiene el catálogo que le enviamos o quiere que le demos otro?"

-Oh, madera de Nogal -repite Laurana con un ligero movimiento afirmativo de la cabeza-, eso es tener buen gusto...

La elfa parecía fijarse más en los tontos detalles que comentaba la recepcionista, pero realmente estaba buscando rutas de escape o bien por dónde podrían venir los problemas. Seis ascensores y otro que podría servir como montacargas...

-Ahora entiendo la seguridad. Es muy importante proteger bien tanto objeto de valor, ¿verdad? -añade la elfa intentando sonsacar más sobre la seguridad del sitio, más allá de lo que ve- Si toda la seguridad se concentra aquí... ¿Qué pasa con el resto del lugar? ¿No le preocupa que un día vengan a atracarles y esté usted trabajando?

Miró de reojo a uno de los guardas antes de responderte.

-"¡Oh! No puedo darle detalles sobre la seguridad del lugar, pero por supuesto que la seguridad no se centra sólo aquí. Pueden estar completamente tranquilos, tenemos que proteger tanto al propio hotel como a todos sus clientes y, en este caso, invitados. Entonces, ¿que os parece si seguimos la visita?"

Parecía que ahora que había pasado todo el trago del arma estaba mucho más relajada y su sonrisa parecía hasta natural.

Después de la metedura de pata con llevar el arma, y menos que legal con su permiso en regla, prefiero permanecer callado para no incrementar sus sospechas sobre que no somos los usuales asistentes a las subastas.

Me dedico a observar las distintas cosas expuestas aunque también observo los distintos pasillos.

Puede que no seamos los únicos que estemos fuera de lugar. Nuestro patrón nos ha entregado un credistick para comprar el cuadro pero algún otro podría haber venido a robarlo directamente.

Me parece reconocer a alguien pero las palabras de la recepcionista a mi compañera Laurana me hacen girarme para contestarle. – O si desde luego.

Cuando vuelvo la mirada ya no veo a quien me había parecido reconocer.

Cuanto antes dejemos de tenerla encima menos posibilidades de que sospeche mas y revisen si han sido ellos quienes nos han invitado.

Cuando Alan le responde, os da una tableta con el número 41.

-"Bien, antes de nada aquí tienen la tableta con el número que les corresponde. Lo único que tienen que hacer es levantarla cuando quieran subir la puja. La subida está estipulada dependiendo de la cantidad por la que se esté pujando en ese momento. A mayor cantidad, mayor será la subida."

-"Sigamos con la visita."- empezó a andar por la sala. Mientras pasabais al lado de los cuadros os comentaba alguna cosa de ellos, como el autor, el título y, a veces, alguna curiosidad del mismo. Termináis girando en unos de los pasillos que llevan a la piscina. Al llegar, podéis observar que no hay nadie en ella.

-"Esta es la piscina climatizada. Podrán entrar en cualquier momento. Ahora mismo no hay nadie, pero mañana por la mañana se llenará de nuestros invitados más célebres."

Les dejó un rato observarla. También tenía adornos dorados, pero en vez de cuadros tenía murales, sin duda porque la humedad del ambiente estropearía la pintura. Os fijasteis en el techo y era todo completamente de cristal, así se podía aprovechar la luz del sol y que también hiciese las veces de solarium.

Volvisteis a la sala pero y fuisteis a otro pasillo. Llegasteis a una sala, casi tan grande como el hall, con el mismo estilo pero que disponía de una barra, mesas con sillas y algunas mesas de billar. Esta sala estaba llena de gente bebiendo y/o jugando.

-"Esta es la sala de ocio. Aparte del billar tenemos juegos de mesa, como el ajedrez, por si desean disfrutarlos. Esta sala siempre tiene gente, así que si se aburren, no duden en venir que siempre habrá alguien dispuesto a tener una cordial charla con ustedes."

Volvisteis a la sala y esta vez os subisteis al ascensor. Llegasteis a la séptima planta y os dirigió hasta dos puertas que ponían "suite 3 y suite 4".

-"Estas son sus habitaciones."- os entregó una llave magnética a cada uno. -"Tienen todos los gastos pagados hasta el lunes, así que disfruten de todas las instalaciones del hotel. Les dejo aquí para que se pongan cómodos y disfruten de la velada. En una hora se abrirán las puertas de la subasta y podrán pasar, no se retrasen ya que en media hora se cerrarán. Una vez empezada la subasta nadie podrá entrar, así que si salen habrá terminado para ustedes. Si tienen cualquier duda, cualquiera de mis compañeros, o yo misma, se las resolveremos lo más rápido posible."

-"¡Ah! Se me olvidaba, también tenemos una sala de baile, siguiendo uno de los pasillos, sólo han de buscar el cartél con una pareja bailando y seguirlo. Al igual que tenemos una sala de cine, aunque hoy permanecerá cerrada. Mañana reanudaremos los pases, aunque no me han informado de la cartelera. Y, el primer piso son unas instalaciones para ejercitarse. Mañana no hay monitores, pero estarán abiertas por si quieren pasarse. Que disfruten de su estancia."

Se quedó observandoos por si teníais alguna duda.

Apenas reconoces a nadie, pero observando al resto de invitados distingues a Marcus, que o no se ha dado cuenta de vuestra presencia o disimula perfectamente.

Laurana coge la tableta y la sujeta con las dos manos contra su pecho, como si fuese una colegiala con su carpeta.

¿Hasta el lunes? ¿Pero qué coño...?

-Disculpe... ¿Pero la subasta no acaba hoy? ¿Por qué nos alojan a todos hasta el lunes? -pregunta Laurana mientras se fija en la gente de alrededor- ¿Se puede saber por qué, eh? -añade Laurana con un toque de bajos fondos que nada le pega a la actitud que intentaba interpretar como mujer de alta alcurnia.

Estaba a punto de darle las gracias por acompañarnos a la recepcionista.

Cuando las palabras de Laurana me dejan con la boca abierta.

Me quedo mirándola temiendo que de un instante al otro reclame la presencia de los agentes de seguridad para examinar nuestro datos.

– Laurana, ya nos ha dicho que podemos abandonar la subasta en cualquier momento.

Mirando a la recepcionista intentando distraerla. – Le agradeceríamos el catalogo ya que por lo que ha dicho la subasta se realizara en distintos horarios y no en una sola sesión.

-Disculpe -dice Laurana con una sonrisa-, es que tengo una cita *súper* importante mañana con una persona y por un momento pensé que no podría asistir, qué cabeza tengo... -añade intentando quitarle hierro al asunto.

Se quedó un poco sorprendida por la reacción de Laurana. Pero rápidamente se sobrepuso a la situación y mantuvo su sonrisa ensayada.

-"¡Oh! No. Disculpen, creo que me han malentendido. La subasta será hoy, pero con la invitación para la subasta tienen todos los servicios pagados hasta el lunes. Pero claro, no están obligados a utilizarlos. En especial si tienen otros asuntos que atender. El catálogo, cuando bajen a por la subasta pídanlo a uno de mis compañeros, o a mí misma si me ven, y estaremos encantados de darle uno."

-"Bien, les dejo. Les deseo una magnífica estancia."

Se dio media vuelta y se alejó hacia el ascensor por el que habías subido, que aún permanecía en el piso, hasta que finalmente perdisteis su imagen cuando las puertas se cerraron.

Ves algunas caras bastante conocidas Seattle, dueños de grandes corporaciones y alguna que otra estrella. Te das cuenta que los invitados son de lo más selectos. Además, distingues a Marcus, que o no se ha dado cuenta de vuestra presencia o disimula perfectamente.

Intento hacer ver que estoy acostumbrado a todo esto.

– Quieres ir a la habitación hasta la hora o vamos a cenar alguna cosa antes de la subasta. No creo que pueda permitirme otra vez de cenar en un sitio a sí con una compañera.

Deberíamos llamar a nuestros compañeros pero podrían estar siendo monitorizadas las llamadas. ¿Sino porque bloquean las comunicaciones que no suministran ellos?

-Sí, bueno, lo que prefieras... ¿Tú tienes hambre? -le dice Laurana a su compañero con una sonrisa e intentando continuar con la actuación.

Tenemos que simular y no podemos quedarnos todo el rato esperando delante de la puerta.

– Seguro que encontramos unos platos exquisitos pero tendremos que moderar la bebida no gasten luego mucho dinero. – mientras le sonrío indicándole el letrero que indica por donde se va al restaurante.

-Vamos entonces, gracias -le responde a Allan por dejarle paso a la señorita.