Partida Rol por web

Viaje al corazón de la Hydra

Acto 3.0

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23/07/2013, 14:07
Debrah Anne Drake
Sólo para el director

[El cofre del hombre muerto]

El cofre del hombre muerto... YO JO JO JO la botella de ron.

Definitivamente, el mejor lugar para hacer amistades, ver mundo y cantar canciones era un lugar con un nombre tan piratoso como ese.

-Hoooola muuuundanos-canturreé al abrir la puerta. La luz no debía de ser buena para esa gente que entornaba los ojillos y siseaba como si le estuvieran amenazando com jabón.-Neeecesito manduca,bebercio, un maromo y algo excitable con lo que entretenerme mientras pienso qué hacer con mi adoraaaaable existencia-anuncié acercándome con un vaivén gracioso de caderas, muy al estilo "mami ha vuelto".
-Ah, sí claro, y Derpy necesita pis, pienso fosforito y algo inflamable, sí sí, luego sino no duerme bien-esbocé una sonrisa como si fuera más que obvio que Derpy estaba ahí.
No estaba loca... y no era peligrosa.
¡HE DICHO QUE NO ERA PELIGROSA!
-Fiiiiiu, aquí no llegan esos pesados del Consorcio Sanitario de la Pureza Indivisible, ¿eh? ¿les sacáis los ojos y los metéis en salmuera? ¿Habéis visto queeeee cantidad de llamitas había en ese edificio encantador?-dejé las bolsitas a mis pies, entre mi cuerpo y la barra, ahí estaban mis nuevos trapitos del Freshka, no iba a dejarles escapar- Es increíble, sí, sí, ¿habéis visto a Cocodrilo Sacamuelas?

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24/07/2013, 08:21
Siegfried Straufenberg

Algo de información había conseguido, así que agradecí al atlante los consejos y una leve propina que no haría ningún daño a nadie. Retorné con los demás justo a tiempo de oír la diatriba de Meyer y su despedida sin más. Por toda respuesta enarqué una ceja; no era un secreto que no había habido buena relación entre nosotros. Pero lo que más chocaba era que hacía poco, ¡menos de una jornada!, había sido él el que había dado la charlita sobre honor y deber en la celda... Desde luego eso reafirmaba mi idea que no tenía ni idea de qué hablaba cuando usaba tales palabras, le venían grandes.

El que se fuera con la detective Solís únicamente consiguió incorporarle a la lista mental de personas non gratas de las que no se dudaba en defenderse. Por su propia elección ya no podría acercarse a nosotros exento de riesgos. Que ahora él eligiera el camino del traidor no estaba exento de cierta gracia macabra, más después de su estallido en la prisión. Aquello sí consiguió arrancar una sonrisa del gesto adusto habitual.

Eso dejaba a Angela, Alpharius, Alkaid y posiblemente Leon como compañeros de viaje. Había que actualizar muchos comportamientos y formas, pero tal vez podría funcionar. Si tan sólo pudiéramos confiar unos en otros...- pensó acordándose de las grabaciones. Aquello sería la prueba de fuego, si las oían todos juntos se revelarían los secretos de cada uno, formando una especie de omertá entre ellos hasta las últimas consecuencias. Podría ser positivo o destruir cualquier posibilidad de vínculo.

Al parecer Angela había llegado a la misma conclusión, en un gesto altamente inusual en ella había ofrecido algo. Algo que llevaba años buscando y que ella sabía. No tenía claro si ofenderse por el silencio a pesar de saberlo o apreciar el gesto de revelarlo dadas las circunstancias. Finalmente asumiendo cómo era la Venecti me incliné más por lo segundo y con una inclinación de cabeza el gesto quedó agradecido, ocultando malamente el nerviosismo que generaba saber que tal vez resolviera por fin las dudas que le habían llevado hasta allí. ¿Y luego qué?

-Estoy de acuerdo con la señorita Della Nocte-con todo y con eso seguía siendo mi patrona-Tendríamos que ser capaces de confiar unos en los otros-miró alternativamente a los que había elegido mentalmente y que hasta el momento eran merecedores de confianza-Sugiero que tras ir al lugar indicado por el atlante para descansar nos reunamos con cierta tranquilidad y oigamos el contenido de las cintas.-miró a Leon en particular a modo de explicación-Todos juntos. La de todos. No se me ocurre otra forma de cimentar una colaboración entre gente tan dispar que esa.-se cruzó de brazos esperando reacciones-Si alguien tiene otra idea mejor...-

Notas de juego

Os dejo a todos marcados, aunque Meyer en teoría no está ya, Alandrian, Pierre y Waltz no tengo ni idea de dónde andan.

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24/07/2013, 16:47
John Botarrota

[El cofre del hombre muerto]

El hombre tras la barra se tomó unos minutos para estudiar a la extraña joven que parloteaba sin cesar mientras pegaba un escupitajo distraído a la jarra que sostenía en la mano, refregándola después con su trapo mohoso.

- Esas bolleras de Lesbos lo que necesitan es un buen polvo -masculló como quien habla del tiempo, antes de escupir nuevamente en su jarra. - Pero si te refieres a esa zorra de Kaimán Jane en particular...

Parecía que iba a continuar cuando algo distrajo su atención. Un hombre, a opinión de Derpy con cabeza de besugo, entró en el local, echó un vistazo forzando a sus pequeños ojos amarillos a acostumbrarse a la penumbra y sin más, se dirigió directo hacía la mesa de los jugadores.

- ¿Que vas a tomar? - El barman se volvió para mirarla, dejando la "reluciente" jarra sobre la barra con un sonoro golpe.

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24/07/2013, 17:09
Director

[Amarres]

- Yo estoy trabajando- respondió secamente Alpharius, a la pregunta del urso. La detective Solis y su improvisada escolta no eran más que un borrón que desapareció tras una esquina y ahora les tocaba decidir que harían a continuación. Waltz miró a Leon encogiendose de hombros, ahora dependía de él tomar el rumbo de su pequeño "equipo".

Alan por su parte, estaba feliz de estar en tierra otra vez. Bueno, algo así, al menos era un sitio donde había un bar. Y tenía la dirección. Le encantaba cuando los planes salían bien. Así que sin más, se encaminó a la mentada taberna sin prestar atención a nadie.

Ángela y su reducida escolta, mientras tanto, intercambiaron miradas llenas de significado. Tenían que discutir que hacer con respecto a Meyer y tenían que encontrar un lugar tranquilo para decidir que hacer a continuación. La pregunta era ¿Les convenía tener a los ursos pegados al trasero?

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24/07/2013, 17:19
A.M. Solis

[El Loro Feliz]

Los dos hombres interpretaron la media sonrisa enigmática de la detective como un "si claro". Sólía pasarle con los hombres. Y con algunas mujeres. Cualquier gesto por pequeño que fuera significaba "si claro". A menudo incluso la palabra "no".

Siguieron ese trasero despampanante hasta lo que parecía la puerta de lo que parecía una inocente pajarería. "El loro feliz", rezaba el cartel, que acompañaba el grotesco dibujo de un loro sonriente que habitaría por siempre jamás en sus más horrendas pesadillas. Dentro, una señora hecha de arrugas y con antepasados en Sonora atendía al público desde un taburete demasiado alto para su persona mientras se abanicaba con un pai-sho sin muchas ganas. El local estaba abarrotado de pequeñas jaulas con pájaros inquietos y sacos de lona con etiquetas en la extraña lengua de la República del Loto. El lugar apestaba a corral para aves y el calor era realmente sofocante.

Su acompañante saludó a la mujer, quien hizo una señal con la cabeza y les indicó el fondo de la tienda. La detective se deslizó hábilmente por la oscura y angosta tienda hasta descubrir una puerta tapada por un gran poster promocional de vitaminas para loros-lagarto. Al otro lado, el calor era aun más intenso y el olor no mejoraba para nada. Las paredes del pequeño cuarto estaban cubiertas de estanterías llenas de huevos de diferentes tonos y tamaños, y el lugar era bañado por una mortecina luz térmica de color rojo. Solis apartó el papel de periodico del suelo lleno de cagadas y tiró de la argolla de una trampilla inteligentemente disimulada. Una tenebrosa escalera de mano se internaba en las profundidades. Abajo, un cuarto aun más pequeño y con lo que parecian unas paredes talladas en la roca les recibió. Una pequeña bombilla de baja poténcia colgaba del techo y se mecía de vez en cuando por los movimientos de la luna. Además de esto, sólo había una pequeña mesa y cuatro sillas. Ella se sentó y miró a Meyer con su único y penetrante ojo.

- Si quieres hablar, habla. -

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24/07/2013, 17:41
Director

[El cofre del hombre muerto]

No le costó mucho, había indicaciones de neon por todas partes y el ruido de risas y vómitos parecia indicar una clara dirección, la del distrito de la diversión.

Alan se deslizó por el lugar sintiendose en su salsa. Prostitutas, licorerias, burdeles, bares... ¡Incluso había uno en llamas! Aquella era su meca. Y cómo el karma se había portado bien con él, decidió seguir la señales y plantarse en el local que había mentado aquel hombre-pez. El cofre del hombre muerto. No parecía muy animado desde fuera, pero por algun sitio había que empezar...

Detrás de la maltrecha puerta con marcas de puñaladas, había un pequeño local clasico con los típicos parroquianos habituales. Un hombre con cara de saber servir lícor de una botella con cinco X tras la barra y, vaya mira por dónde, la misteriosa chica desaparecida de la nave. Esa que le era extrañamente familiar.

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25/07/2013, 14:00
Lev "Leon" Y. Korolev

Así que a eso hemos llegado al final. A peleas internas, cada uno a lo suyo y tratar de organizar un plan para... ¿para qué? Esa es, sin lugar a dudas, una de las mejores preguntas que podía hacerme. Porque si no fuese por el destino de Estela, podría desaparecer en este puerto, subirme a una nave cualquiera y volver a empezar de nuevo. No creo que eso fuese una cosa demasiado complicada, dadas mis habilidades específicas para ese fin. Y si no, podría tomar una nave, librarme de sus ocupantes y marcharme tan tranquilo igualmente. Qué dura es la vida cuando estás enamorado...

-#Quieren ver lo que dijimos cada uno en los interrogatorios.# -Le comento a Waltz en nuestro idioma común. -#Para sentirse más unidos, o yo qué sé por qué.# -Le lanzo una mirada al frentebuque. -O podemos cada uno meterrnos en nuestrros asuntos y colaborrar igualmente. Digo, como otrra opción, sea o no mejorr. Perro también crreemos que la opción de irr al local es mejorr que muchas otrras. Así que podemos terrminar de hablarr de opciones allí. -Digo, con mi tono serio. -#Al menos quizá hasta les podamos sacar unas bebidas, en un local que ha dicho el pez. Es mejor que nada, antes de todas esas cosas que quieren sin ofrecer mucho a cambio.# -Termino, cambiando entre un idioma y otro como buen experto en negociaciones a dos bandas.

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26/07/2013, 11:52
Meyer Adam

-Mein gott.- Pronuncie por lo bajo, llevandome una mano a la nariz, el olor a excremento reptil-aviario era tan intenso que haria incluso al hombre con un estomago de acero, vomitar ante la imagen de unos huevos fritos por años.- Me importa poco lo que digan los paleontologos, considero como horrible una mascota capaz de arrancarte las mejillas a mordiscos y canturrear al mismo tiempo.

Por suerte, el escenario no iba quedarse ahi, y fui llevado ante una habitacion que aunque carecia de decoracion, destacaba en limpienza y simpleza, por lo menos ya no tenia que preocuparme por que se me cayera orina y plumas mudadas encima del uniforme.

-Eso hare, detective.- Respondi a Solis, aunque a diferencia de ella, me mantuve en pie, puesto no sabia si era cortes sin haber sido ofrecido antes.- Como dije ya en la nave, estoy dispuesto a ayudaros tanto como me sea posible, y creo que encontrareis mis servicios bastante utiles, siempre y cuando requieran de sigilo y sangre fria.- Aporte aunque no creia que fuera desconocido para ella, mi anterior vocacion a guardaespaldas.- Pero lo cierto es que no lo hago por completo desinteres, vereis, yo tambien necesito ayuda, mas de lo que me hubiera podido imaginar cuando este viaje empezo. Mi protegida, Lady Angela, no es... no es quien parece ser, o por lo menos alguien quiere que lo aparente. Incluso yo tengo dudas de lo que esta ocurriendo en realidad, proporcionadas por las pruebas otorgadas por el propio inspector que me interrogo.- Confese algo inquieto, mirando el joven Pierre ¿El habria notado alguna diferencia, o estaba convencido como yo, de que nuestra Angela era la verdadera?- Me veo envuelto en una telaraña de conspiraciones sin-sentidos, dando palos de ciego mientras alguien aprieta la tela alrededor de mis ojos, si quiero salir de esto, si quiero descubrir como salir de esto cumpliendo mi deber y mis obligaciones, debo saber cual es la verdad, o tanto yo como Angela, acabaremos en un sitio peor que el calabozo de donde nos ayudaste a salir. Y vos detective Solis, sois mi unica opcion para tal cosa ¿Podrias ayudarme, por favor?

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28/07/2013, 15:08
Alandrian

Al fin -pensaba mientras paseaba por esa calle. Miraba los locales, burdeles y las prostitutas mientras intentaba hacer cuenta del dinero que disponía o de a quien podría quitárselo. Me había merecido una buena sesión con uno, dos o tres completos de todo, sexo, borrachera y peleas. A ser posible más de lo primero.

Mientras caminaba me llamó la atención el jaleo, era algo que me tranquilizaba. Si no había peleas o gente tratando de matar a alguien es que no tenía que estar ahí.

Cuando encontré el local miré el ambiente, y ahí estaba el escote con pelos de colores que vi nada más despertar. Me acerqué hacia ella y, como si la conociera de verdad, me puse a su lado y la pase un brazo por la cintura- Buenas, encanto -dije sonriendo- ¿qué tal tu viajecito?

Notas de juego

Siento mi aus, llevo unos dias muy agetreados... T^T

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28/07/2013, 18:15
A.M. Solis

La detective miró alternativamente a los dos hombres que aun permanecían en pie bajo la mortecina luz de la polvorienta bombilla. No dijo nada, simplemente se limitó a sacarse un paquete de tabaco de los ceñidos tejanos, alcanzar un cigarrillo y llevarselo a los labios para después prenderlo con gran parsimonia con la ayuda de una cerilla. 

Una vez el ario hubo terminado su discurso dejó escapar el humo de entre sus labios de forma lenta y sinuosa inclinándose ligeramente sobre la masa para poder apoyar los codos. -Solo porque lo pides por favor...- Su voz era casi como un ronroneo y aquella sonrisa gatuna que de forma burlona bailaba en sus carnosos labios no ayudaba a que uno pensara con claridad. 

Sin embargo aquella sensanción de espectación que parecía haber impregnado cada rincón del húmedo cuartucho no duró demasiado, el sortilegio fue roto deliberadamente al ensanchar la sonrisa, plenamente consciente de su efecto, tranquila y confiada. 

- Vuestro problema es que ese cabeza de ladrillo de Deltoro estaba convencido de que vuestro objetivo, y por su puesto el de la señorita Della Nocte, era entregar al profesor a Malamadre. - Aclaró despacio y esta vez sin sonreir, asegurándose de que Meyer entendendía cada una de las palabras que había decidido, por alguna suerte de casualidad, revelarle. -Lo único que tienes que hacer es demostrar que se equivoca. -Terminó llevándose nuevamente el cigarrillo a los labios, de forma totalmente casual, apoyando la espalda cómodamente contra el respaldo de su silla antes de volver a esbozar esa sonrisa felina que por alguna razón inconsciente hacía que a uno se le erizara el vello de la nuca.

- Por suerte para tí, mi trabajo es coger a ese hijo de la gran puta... - 

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28/07/2013, 22:45
Debrah Anne Drake

Enarqué las cejas esperando que terminara la frase cuando el labios de besugo entró.

Demasiado centrada en examinar la pinta de labios de pez, no vi llegar a Alandrian. Sí, ESE Alandrian. Alandrian el que había atado a la cama, Alandrian el descontrolado, Alandrian el desvalijado y prácticamente esclavizado.

El karma me odia.

O quizá no, Alandrian envolvió mi cintura con uno de esos brazos que estaban hechos para reventar nueces al ser flexionados.

¡Derpy eres un traidor!, lancé una mirada furibunda al caballito alado y una última a morritos de merluza.

-Vaaya, Alan, qué placer tan inesperaaado, ¿subisteis a las cápsulas de salvación o como carajo se llamen?¡Qué bien!Invítame a algo, que soy pobre y estoy sola.

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28/07/2013, 22:54
Alandrian

-No, tuve una pelea y... -sonrie maliciosamente- ¿como sabes mi nombre? Ya sabía yo que nos conocíamos de algo, aunque sigo sin encajarte en ningún otro lado -dije mientras sonreía y la apresaba más fuerte para que no se escapara.

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28/07/2013, 22:56
Debrah Anne Drake

-¡¡NO TOQUES TANTO!!-salté de improviso matándole mil veces con la mirada-quiero decir... si no te acuerdas de mí es que no fue tan memorable la noche como la recuerdo. ¿Juegas?-indicó la mesa de los jugadores en la que estaba morritos de caviar fundido.

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29/07/2013, 02:09
Director

Al ver entrar al midgardiano, algunos de los parroquianos del local se volvieron para observale. Miradas aviesas, alguna que otra sonrisa torcida y desdentada así como algún comentario en voz baja siguieron sus pasos hasta la barra y más concretamente, hasta la extraña y escandalosa forastera.

Desde el fondo del local, sentado en una desvencijada mesa de madera junto a otros tres hombres que parecían jugar a algún tipo de juego de dados, Alan reconoció al hombre piraña del puerto, quien sin ningún disimulo se volvió para mirarle con esos maliciosos ojos amarillos, antes de tornar su atención al juego, con una sonrisa llena de dientes.

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31/07/2013, 09:54
Pierre Labit

El paso por todo aquel tugurio era bastante asqueroso. Pero nada podía hacer que apartase mi mente de las posibilidades. Aquella mujer nos estaba llevando a lo oscuro. ¡Menuda golfa! Pero no debía enamorarme todavía. Sonreí. Tenía que resultar estúpido, en medio de aquel lugar nauseabundo con mi sonrisa estúpida en la cara. Y cuanto más oscuro, sucio y solitario era el lugar, más sonreía.

Al final llegamos a una pequeña mesa con cuatro sillas. Y ninguna cama. Quizá me había hecho ilusiones. Y al parecer, Meyer sí que debía tener claro a lo que veníamos. Porque de inmediato se puso a soltar una parrafada un tanto extensa a Solis sobre dobles personalidades de Angela. ¿De verdad importaba todo aquello? El "guardaespaldas" la había abandonado. ¿Y pretendía ayudarnos para ayudarla a ella? Ese tipo era de poco fiar.

Así que me repantingué en la silla y dejé que mantuviesen su interesante conversación... hasta que Solis comentó algo sobre atrapar a Malamadre.

- Espera... ¿qué? - Casi me caí del asiento. - ¿La idea no era huir de él? ¿Qué hay de eso de "eres de las pocas personas en la galaxia que puede encontrar la Trinidad? No esperarás que yo...

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31/07/2013, 12:53
A.M. Solis

La mujer se volvió hacia el solenita ladeando ligeramente la cabeza, efecto que hizo que su larga y espesa melena oscura se le desparramara sobre los hombros enmarcando sus generosos pechos. 

- ¿Nervioso señor Labit? - ronroneó antes de darle una nueva y lenta calada al pitillo, dejando que el humo se desvaneciera en suaves volutas a su alrededor. 

Tras ello, y con toda la tranquilidad del mundo, se levantó de la silla y dio un rodeo a la mesa para situarse tras Pierre. - Tranquilo, el trato sigue siendo el mismo. -Aclaró dándole unas palmaditas condescendientes sobre el hombro. Desde su posición, Pierre no podía verle la cara, sin embargo, tenía la certeza de que la mujer sonreía. -Solo dime cómo funcionan, donde está la que falta y mi equipo se encargará del resto...- 

Dicho esto se inclinó sobre su hombro de forma deliverada para dejar algo sobre la mesa, una especie de cuaderno de mano de cubiertas envejecidas y bastante engordado.

- Cuentame lo que descubrió el profesor Eisenbauch. - Terminó con tranquilidad.

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31/07/2013, 16:00
Alpharius Tanhausser

El abandono de Meyer aun me escocía. No como una herida, sino más bien como el picotazo insistente de un mosquito. En la peor situación el puñetero jovencito se empeñaba en ser el foco de la atención de la peor manera posible: dejándonos tirados en medio de una ciudad con una única ley, la del más fuerte.

Y yo no destacaría por mi potencial físico, pero sabe Dios que tenía otras cosas a mi disposición. Si Meyer quería largarse, allá él y su dudosa moral (aunque en realidad había quedado bastante clara). Yo tenía clara mi misión y esa desde luego que incluía una nave para salir de aquel antro en forma de planeta antes de que nos abriesen en canal por dos chavos. Como continuaría esta odisea me resultaba imposible saberlo, pero me había acostumbrado desde hacía tiempo a la expresión "caminos inescrutables". Potencial adaptativo, improvisación y suerte.

Era lo único que tenía en aquel lugar de mala muerte.

Sin embargo los momentos de tensión parecían ser los elegidos para revelar toda suerte de secretos y planes, como si aquello fuese una situación concebida por un escritor de novelas de aventuras. Angela, que dificilmente había estado en un sitio más desagradable que aquel ofrecía a Sigfried una información de la que no tenía mayor conocimiento, aunque sería dificil negar mi interés ante el tenue nerviosimo de mi compañero. Un pago por su lealtad. No podía venir en mejor momento para él, pero desde luego que el pecho me decía que no iba a ayudar a estabilizar nuestra situación precisamente.

- Angela. me acerqué a mi protegida con falso sosiego y le coloqué la mano enguantada su hombro mientras acercaba la otra al cuerpo sintético y exánime de Minerva. Quizás pueda buscar una manera de recuperar lo poco que quede de ella mientras Sigfried y vos buscáis alojamiento con nuestros nuevos compañeros. Miré a León con cordialidad. La recomendación de Meyer pesaba más bien en su contra, pero ahora tenía poco sentido discutir. Deslicé la mano bajo la axila de Minerva, dispuesto a alzar y cargar con su peso, pero sin retirarla de las manos de DellaNocte. Se lo mucho que significa para tí, pero en esta situación no podemos permitirnos viajar con ella en este estado.

Una nueva animación no traería a Minerva: no a la compañera de Angela. Pero se movería y podría empezar a aprender de nuevo lo que significa ser Minerva. Podía ser doloroso pero había que ser pragmáticos: el cuerpo de la sintética suspendido no hacía más que retrasarnos y eso solo significaba ser una presa facil.

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31/07/2013, 17:10
Meyer Adam

Aunque en cierto sentido, sabia que tras todo esto habia un aura de peligrosidad, tanto como los labiosy la mirada de esa mujer, no pude sino sonreir agradecido como un imbecil. Malamadre, tenia un objetivo, una causa, un boton del cual apretar y arreglar todo, y limpiar nuestro nombres, una mision de nuevo, y una vez se aclarara este asunto, podria ejercer de nuevo mi profesion como guardaespaldas de Angela, incluso me daria las gracias, aunque no quiero sonar demasiado fantasioso.

El señor Labit, en cambio, parecia que iba a darle un infarto, dando un respingo en su asiento, sus palabras y las de Solis, no me pasaron desapercibido.

-Ahora comprendo porque estabas tan evasivo en la nave y en la carcel, Pierre.- Comente de brazos cruzados, esperando su respuesta con extrema curiosidad.- No debe ser facil confiar en los demas, cuando eres un mapa con patas a uno de los tesoros mas grandes del universo.

 

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01/08/2013, 12:11
Pierre Labit

Recuperé la compostura, aunque las palabras de Solis me inquietaban.

- ¿La que falta? - Tuve que pensar unos segundos. - ¡Ah! Sí, la que faltaba. - Hice hincapié en esa última palabra. - De esa parte ya me he encargado, señorita Solis.

No pude evitar acompañar esa frase con un guiño de ojo. Metí los dedos en el pantalón y saqué un aro dorado. Lo moví entre los dedos, juguetón, pasando de uno a otro aquel objeto místico... que bien valía la vida de todos nosotros.

Luego lo puse encima de la mesa y lo hice girar, como si fuese una moneda, hasta que cayó. Y lo dejé ahí, tumbado sobre la mesa. Mi alma de explorador me hacía querer cogerlo y guardarlo... pero el pensar en Malamadre, me hacía pensar que mejor si lo guardaba la policía.

Luego me habló Meyer, mostrando algo de... ¿compasión? Me encogí de hombros y le sonreí con inocencia.

- Bueno, son cosas que pasan.

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02/08/2013, 17:26
A.M. Solis

Aunque solo fuera por un instante, el rostro de la detective pareció palidecer. La razón no estaba muy clara, lo cierto era que con aquella mujer pocas cosas lo estaban, pero si Pierre tuviera que apostar diría que probablemente sería a causa de la sorpresa, o al menos eso le gustaría creer.

Lentamente, se llevó el pitillo a los labios y mientras aspiraba, la ceniza incandescende se iluminó de forma lugubre antes de morir en los consumidos bordes de papel. Esta vez la detective se tomó su tiempo antes de dejar escapar el humo de entre sus labios y por fín, decidirse a alzar la mano para alcanzar la anilla que hacía rato que había dejado de rodar sobre la mesa.

- ¿Como la has conseguido?- Preguntó examinandola entre sus dedos con suspicacia.