Partida Rol por web

Voy para el puente pensando que le voy a entregar a mi a migo unos escombros.

- Bueno capitán Oli...ver _dudó en terminar la frase, pero lo hizo de todas maneras. Parece que la Doctura y uste se conocen. ¿Estoy en lo cierto?

Hudson no te presta demasiada atención cuando entras, sigue concentrado, pilotando la nave con soltura, la cual parece que está aguantando bien la paliza que se está llevando a manos del capitán.

Así es, "soldadito duro". Sonrió orgulloso. Gracias a ella, estáis ahora vivos.

El capitán elevó la nave un poco, parecía que en su nueva posición se abría un pasillo entre los asteroides, desde el cual no hacía falta esquivar ninguno. Debía conocerse muy bien la zona para viajar así por allí.

No hace falta que me lo restriegue "capitán". Se notaba el rintintín de la última palabra. Soy lo suficienemente educado para haberselo dicho ya y haberle hecho saber el dato, además de ... agradecerlo. Que asco me está dando este tipo Pero en estos momentos tenía que agradecerle que los hubiera sacado de allí. Y a usted le doy las gracias por habernos sacado del apuro de los Mierdacrocos esos.

Hudson rompió a reir. No me entendiste. Tampoco es que yo explicase demasiado. Me salvó la vida hace unos años. Si no llega a ser por ella, ahora mismo estaría muerto... Creo que el resto lo podrás hilar tu solito.

Disminuyó la velocidad de la Beowulf. Ya hemos llegado. Dame un momento, si avanzamos más nos volarán en pedazos.

Delante vuestra sólo habían cientos de asteroides. Hudson detuvo la nave por completo.

Beowulf a Gruta. Beowulf a Gruta. La noche es oscura sin luz. Dijo por radio.

Gruta a Beowulf. El faro iluminará tu camino. Escuchaste por la radio.

Ya podemos seguir. Te dijo mientras arrancaba los motores de la nave de nuevo y avanzaba hacia los asteroides. Uno de ellos comenzó a emitir luz, virando el capitán hacia él. No me resultó fácil obtenerla, pero es lo mejor que encontrarás en esta zona.

De pronto la viste, la luz tenue azulona se hizo más amplia, al aproximaros descubriste que se trataba de la entrada de un hangar, creada dentro de un asteroide. O quizás fuese una base estelar construida con dicha forma. Fuese como fuese, una cosa estaba clara. Dentro de aquel círculo de asteroides, era casi imposible localizarla.

Parece que esta mujer salva a todas las almas descarriadas que va encontrando por su camino. - Si, ya veo que es una chica un tanto especial. Sonreía por el sistema de claves utilizado. - Voy a ver como está el amigacho y su ... cortecito.

Más especial de lo que crees, soldadito. Te habló con dureza, mostrandote que si te metias con ella, lo hacías con él.
Muy bien. Pediré sitio donde dejar esta chatarra voladora y que nos esperen con una camilla para atender a tu amigo.

Le echa una sonrisa al tipo para despedirse y va a ver a Milla y al "amigo".

Cuando entras en la cabina ves a Milla sosteniendo la mano del herido mientras le acaria el pelo. Vamos, no te vas a morir. Al menos hoy. Estás a salvo, ya hemos pasado lo peor. Le susurraba.

Al escuchar la puerta Milla se giró y te miró. Se ha despertado ahora mismo. Esta asustado y desorientado. Ha vuelto a mencionarte, Leinad.

El hombre está con los ojos entreabiertos, un tanto atontado aun por los sedantes, pero lo suficientemente lúcido como para saber que no van bien las cosas.

Contestó a Milla con amabilidad: - No me extraña. Pobre. Y se agacha mientras ayuda a la doctora a soltar los atalajes. Creo que mucha gente le debe la vida a esta mujer. Y aparta el pelo de los ojos del herido: - Hola chavalín. ¿Cómo estás? Y mira a su compañera de "robo de nave" guiñándole un ojo.

El hombre te mira al escuchar tu voz. ¿Leinad Marvil Ertywert? te susurra. Se le nota débil, perdió más sangre de lo esperado con aquel pinchazo y el ajetreo de la nave no le ayudó demasiado tampoco. Eres él... ¿verdad?

Estando de cluclillas, junto a la cama donde reposa se pone en pie y se sienta junto a sus piernas. Le presiona en la frente para que se tumbe y le dice: - "Tate" quieto leñe. Que te vas a ... y corta la frase. - No, soy su holograma. Rie su broma y mira a la doctora. Pues claro. Suspira y añade tras ello: - Que sepas que te hemos robado la nave ... pero por una buena causa.

Pensé que tardaría más en encontrarte. Sólo tenía tu nombre, unos datos tuyos y una vieja fotografía de hace años. Hizo una pausa, la frase había sido demasiado larga. Aunque parece que el destino tiene sus propios planes. Sonrió cansado. En la cabina del capitán. En el escritorio, tienes una sobre con tu nombre en él. Volvió a hacer una pausa. El capitán Rock me pidió que te lo entregase.

Vale, yo voy si tu no te mueves y prometes seguir las indicaciones de la doctora. Mira a la chica y queda a la espera de si alguno de los dos comenta o hace algo. Si parece que se van a portar bien miro de solayo mientras salgo y comento: - Muy señora mia,¿ colecciona deudores de vida? Voy a buscar eso.

Miró sorprendida a Leinad. No. Soy doctora, no puedo negar mi ayuda a un herido. ¿Qué clase de ser humano sería si así lo hiciese? Preguntó con tono de sopresa. Vete a buscar eso, Scott se portará muy bien. ¿Verdad?

El hombre asintió con la cabeza.

Además, necesita descansar. Tanto hablar le pasará factura en un rato.

Voy, voy. Contestó y salió con buenas zancadas. A ver que sorpresa me tienen. Miedo me da. Mientras caminaba empezó a pensar en los daños sufridos por el casco.

Entraste en la cabina del capitán. Ya habías estado antes, pero cuando lo hiciste estaba todo más recogido. El baile de la nave había hecho que todo lo que estuviese suelto por la cabina acabase aterrizando en el suelo. Así pues el escritorio estaba limpio de objetos, pero en el suelo, casi cubierto por un cojín, viste como asomaba parte de un sobre donde se leía "AA. Leinad Mar" y el resto permanecía bajo el cojín.

Con cuidado se hizo sitio hasta llegar. Los pies arrastraban por la cubierta de la nave y levantó el cojín levemente a ver si podía librar la carta sin tener que hacer fuerza alguna. Mientras, intentaba recoger lo que podía y situarlo sobre el escritorio, intentando evitar cristales rotos, objetos punzantes y con bastante timidez, hacía por llegar al sobre.

Abres el sobre, dentro encuentras un papel plegado. Al desdoblarlo identificas enseguida la letra del capitán Rock y su firma. Te habías hartado de verla hacía años, cuando os conocisteis en tu trabajo de comerciante en la armada. Cada tres días más o menos, pasaba por la base donde estabas destinado, transportando suministros militares. Por aquellos años, la Beowulf, lucía mucho mejor aspecto que el actual, aunque Rock siempre se mostró orgulloso de tenerla.

"Rápida, fiable y con sitio para mercancía y pasajeros. Da dinero con cualquier trabajo y es la mejor para huir de las pesadas naves piratas." Decía siempre que hablaba de ella.

Después de que esos recuerdos te inundasen, lees la nota.

Estimado Leinad.

Si estás leyendo esto, es que me han hecho desaparecer o he fallecido. No se lo que tardarán en dar contigo.. ni tan siquiera se si mi tripulación será lo suficientemente honrada como para buscarte. Sólo confio en Scott Sayglo y seguramente sea él quien te entregue esta carta.

Te preguntarás por qué te elegí a ti. Es sencillo, en el tiempo que trabajamos juntos pude ver en tu mirada esas ganas de ver algo más, de sentir y experimentar eso que no te permite nada ni nadie: la libertad.

Lo más cerca que he estado yo de ella ha sido a bordo de la vieja Beowulf. Mi nave, mi destino... no era libre, ya sabes... el trabajo, pero si elegía mi camino. Y tu me recordabas a mi mismo de joven y se que en tus manos, mi pequeña estará bien cuidada y al menos será bien valorada.

Disfrutalá como yo lo hice y cuídala, es mejor de lo que parece y aun puede dar buenas sorpresas. Y quien sabe, pero invirtiendo tiempo y dinero en ella, quizás logres sacar una nave mejor.

La documentación, preparada y firmada se encuentra en la mi cabina, ahora tuya, en un hueco oculto en la mesa. Sólo tienes que firmar los papeles y entregarlos en una oficina naval.

Buenos viajes y salud.

M. Rock

P.D. Scott Sayglo. Es leal y conoce la nave perfectamente. Es el mejor piloto que he tenido nunca. Sería un error perderle, pero es decisión tuya.

Se acercó a la carta para leerla de más cerca. Luego, como si sufriera de la vista ... hizo lo mismo pero de más lejos. Se puso a buscar como desesperado lo que decía ¿No será otra de tus bromitas verdad? Pensaba mientras con movimientos disparatados buscaba por todos los recovecos en pro de encontrar los papeles de la nave y firmarlo.s

Mientras rebuscabas como loco, golpeaste algún punto del escritorio el cual hizo que una bandeja oculta se deslizase abriéndose. No era muy grande, lo justo para ocultar papeles o billetes. Seguramente era donde guardaba el capitán Rock el dinero en efectivo cuando le tocaba llevarlo encima. Allí estaban los papeles del traspaso de poderes, de hecho, tenía algunos billetes allí dentro guardados.

Tal y como indicaba la carta, estaba todo a tu nombre. Encontraste su testamento y la documentación de la nave. Los papeles eran legales, tenían la firma del capitán Rock. En ellos se especificaba claramente que la nave y todo su contenido era tuyo, salvo la parte del pago a la tripulación, que debía descontarse de aquella suma de dinero que había dejado.

La voz de Hudson sonó por megafonía. Vamos a aterrizar. Espero que se porte bien este juguete.