Partida Rol por web

Nada de nada en los alrededores. Nada de nada calle abajo. Solo escombros y suciedad, porquería y trozos de edificios. Restos de todos tipo y mas y mas vehículos volcados que no tenían nada que ver con el tuyo.

En un momento dado, cuando el tiempo ha vuelto a correr por las agujas del reloj y la desesperación comienza a ganar terreno, te acercas hasta un gran socavón en mitad de la calle. Al asomarte lo haces a un profundo abismo de negrura a malas penas iluminado por la luz del día y unos fluorescentes que parecen haber sobrevivido al pequeño cataclismo.
Allí abajo, en los túneles de metro mas cercanos a la superficie, sumergido en posición casi vertical, consigues ver el piloto rojo de lo que bien podría ser la camioneta en la que llegaste a Boston.

Al fin - exclamó al encontrarla. Sin mas, y con agilidad empezó a bajar sorteando los escombros y las vigas partidas con agilidad

Llega un punto en el que seguir bajando te es imposible, sino demasiado complicado como para hacerlo con seguridad. Has descendido mas de 5 metros sin problemas, pero los tres últimos se presentan impracticables, ya que no hay ninguna superficie sobre la que agarrarse o posarse antes de llegar directamente al agua, que por como está la camioneta, deduces que debe tener sus buenos dos metros y medio de profundidad.

El olor nauseabundo del agua fecal que inunda el túnel te golpea como un mazo cuando te paras a coger aire y amenaza con hacerte vomitar.

Se llevo la mano a la boca y la tapo con un gesto de total asco - dioses... - masculló angustiado. No importaba lo peligroso que fuera, tenia que bajar ahí como fuera. Buscó alguna cuerda o algún coche que tuviera cable de remolque para poder usarlo...

Lo mas parecido a una cuerda que podrías utilizar en las inmediaciones eran los cables de corriente que recorrían el metro todo a lo largo y suministraban electricidad a los fluorescentes.
Justo bajo el socavón que conectaba los túneles con la calle y en el que ahora te encontrabas había una sección de estos gruesos y negros cables que colgaban inertes hasta el agua.
El hecho de que algunas de las luces todavía funcionaran podía ser una mala señal...

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No había tiempo que perder, sin dudarlo más Einherjer se dejó caer al interior del socabon para acercarse mas a la camioneta...

Caes al agua desde una altura de tres metros, poca cosa para un buen saltador como tú. Rompes la lisa superficie con una buena zambullida... aunque descubres que lo que en un principio debería haber sido líquido es mas bien pastoso.
Bajo la superficie y sobre ella flotan docenas de residuos sólidos y semisólidos, asó como varios líquidos mas espesos que la propia agua, entre los que el combustible y el aceite pueden ser el menos de tus problemas.
Al caer descubres porqué la camioneta se mantenía en esa extraña posición, pues al hundirte hasta mas allá de la cabeza tus pies chocan contra una superficie dura e irregular. Un pequeño montículo desperdigado de trozos de asfalto y roca, de cemento y vigas de acero.
Uno de tus tobillos se tuerce en un ángulo bastante doloroso antes de que puedas frenar la caída.

Aguantó como pudo ese nauseabundo olor que lo rodeaba mientras avanzaba hacía la camioneta dispuesto a echarle un vistazo y ver si estaba allí el paquete que debía entregar...

Es prácticamente imposible ver nada bajo el agua, no solo porque apenas llega luz hasta donde estás, sino porque el líquido, de por sí, está completamente oscurecido.
Por el momento aguantas bien, pero no sabrías determinar durante cuanto tiempo mas podrás moverte sin problemas por aquella marisma de partículas de cemento, restos orgánicos y aceites varios.

Iros al infierno - señaló la camioneta - tu - luego a la mierda - tu... - dejó de señalar hastiado por el dolor - ¡y todo! - dio un salto potente y salio fuera del socabon - joder... - una vez fuera restregó las zonas llenas de MIERDA tratando de quitarse lo posible y buscó algún charco para ayudar en la limpieza - puta mierda - el dolor del tobillo, la peste y la frustración de no haber logrado nada. Ahora se sentía algo perdido, aunque tenia que cumplir una misión...

Apenas si consigues quitarte algo de la suciedad que se adherido a tu ropa y a tu pelo, que ahora está chorretoso de aceite y otras sustancias.
El dolor del tobillo se va calmando poco a poco, solo ha sido una mala caída y gracias a los dioses no tienes nada roto ni distendido.
Comienza a escuchar a lo lejos el sonido que ya se te ha tenido que hacer falimiar: Las enormes palas excavadoras avanzando detrás de los equipos k-9 de salvamento que se dedican a recorrer las calles en busca de supervivientes y abriendo de nuevo las vías de comunicación.

Volvió a correr como la ultima vez, acechando y con cortos sprins... Ahora se dirigía a Mannors garden, allí había un lago donde podría bañarse...

De la misma manera que llegaste hasta el vehículo que acababas de dar por perdido, recorres las calles destrozadas de Boston hasta llegar a Manor's Gardens.
Has tenido varios encontronazos por el camino con los grupos de rescate y limpieza, pero has conseguido librarte de ellos de una forma rápida y eficaz, callejeando de un lugar a otro, utilizando los escombros como cobertura y los callejones para ocultarte.

Entre la ida desde el piso, la búsqueda de la camioneta y el regreso a Manor's Gardens... Has perdido mas de siete horas de luz... Y comienza a ponerse el sol cuando por fin alcanzas las seguridad del parque, que permanece tal cual lo dejastéis.

Al menos es de noche casi - pensó mientras se internaba con cautela en el parque buscando un lago en el que sumergirse con ropa y todo... Siempre había vivido entre la mugre y el mal olor, pero esta pestilencia que lo inundaba no le gustaba en absoluto...

Ahí estaba el lago, en el mismo lugar en el que se quedó la última vez que estuviste en los jardines.
La zona en general estaba mucho mejor que el resto de la ciudad, aunque los innumerables agujeros en la tierra que marcaban el parque como si una lluvia de meteoros hubiera caído sobre él afeaban la imagen general.
Por no hablar de las grandes manchas de color oscuro que debían ser sangre de demonio... y de personas.

El lago parece tranquilo, nada perturba su superficie salvo alguna vibración ocasional que proviene de los trabajos que se llevan a cabo en la ciudad.
Parece que nadie va a descansar esa noche.

Una vez fuera dejó que se secara con el viento estando "medio limpió" era lo máximo a lo que podía aspirar en estos momentos... Buscó una zona con árboles donde refugiarse para empezar a rumiar que tenia que hacer - espero que ese Dios se de a conocer...

Pasos en la espesura. Sonido de estática al mínimo. Disparos amortiguados de advertencia.

Para cuando te quieres dar cuenta, estás rodeado por cuatro figuras vestidas completamente de negro de pies a cabeza. Los visores de sus cascos están orientados hacia ti y, por como respiran y se mueven, parecen humanos.
Dos de ellos cargan unas armas de fuego de apariencia futurista, similares a rifles pero mas estilizados, mientras que los otros dos que permanecen a la vista llevan armamento mas convencional.

Estás acostumbrado a actuar por instinto y moverte velozmente, presientes que podrías enfrentarse a ellos o escapar, que tienes esa oportunidad.

Desenvaino sin mas dilación mientras miraba a los cuatro que le acababan de rodear - ¿Que desean? - preguntó preparandose para el inminente combate... y era, sin duda la mejor oportunidad para probar el regalo de sus amados dioses. Cerró los ojos y se concentró, un solo pensamiento y en la siniestra acababa de aparecer un escudo redondo y dorado ribeteado con todos plateados...