Partida Rol por web

Dos de los recién llegados parece que aún van a tardar en reaccionar, pues se quedan en el sitio, sin bajar las armas, aún cuando han visto que desenvainabas e invocabas un escudo perfecto y hermoso a la vez.

Los otros dos, armados con rifles convencionales, si parecen haber captado tus intenciones pues se dedican un corto gesto de cabeza el uno al otro, aunque tampoco dan muestras de que vayan a moverse... Al menos de momento.

Sin perder la posición a la defensiva - Repito... ¿Que desean?

Ninguno de ellos responde, pero todos percuten sus armas, inclusive el que parece llevar el rifle mas avanzado. Este último emite un ligero zumbido eléctrico.
Sea lo que sea lo que pretenden, estás en el punto de mira de cuatro tiradores que te tiene rodeado...

Esta bien... - dijo observandolos para luego lanzarse al ataque... Rodó sobre si mismo acercandose al que había activado aquella arma de zumbido eléctrico, a Risteard no le gustó absolutamente nada aquel ruido.
Cuando acabo el rodamiento se incorporo en un abrir y cerrar de ojos para clavar su espada en la cabeza de aquel tipo entrando desde la mandibula inferior... Pero no había mas tiempo que perder; retiró la espada con un secó golpe descendente y haciendo un mortal hacía atrás acabando a la espalda de otro de los tipos cual, una vez aterrizó lo ensartó por la espalda atravesandole el abdomen desde atrás retirando su arma en el acto para luego lanzarla contra otro de sus enemigos al cual se le clavó en el hombro derecho con una precisión perfecta...

El casco del primero de ellos se parte bajo la presión de la espada de Einherjer, que atraviesa sin problemas la protección que este ofrece, llegando a cortar hueso, piel, músculo y materia gris.
Al retirar el arma, un chorro de sangre sale de la mandíbula del enemigo, salpicándolo todo.
El cuerpo solo tardó unos segundos en caer al suelo, sin vida.

El segundo de sus enemigos no tuvo mejor suerte, pues la espada del guerrero inmortal también destrozo sus protecciones y atravesó su cuerpo sin la menos piedad.
De nuevo Einherjer había tocado un punto vital y el hombre caía al suelo, desangrándose sin control por la herida abierta en su espalda.

Solo quedaban dos en pié, pero el segundo de ellos recibió de lleno la espada de Einherjer en su hombro, lo que le hizo tambalearse hacia atrás unos pasos por la fuerza del impacto, cayendo al final de espaldas sobre la hierba del parque.

El último abre fuego contra ti sin pensárselo mas de un segundo. Ha visto como caían sus tres compañeros de equipo y es algo que no puede consentir de ninguna de las maneras.

El fogonazo del arma anticipa una herida muy fea, pero los nervios y la impresión hacen que el desconocido falle el tiro, que sale desviado hacia la derecha, muy lejos de ti.

Mira a izquierda y derecha, comprobando que ha errado el disparo y, al instante, se desmaterializa en rayos de luz amarillenta del mismo color que el visor de su casco. Los cuerpos de los caídos también desaparecen al mismo ritmo. En apenas unos segundos, no hay ni rastro de su presencia, si no fuera por las manchas de sangre que adornan, aquí y allá, el suelo del parque.

Einherjer se quedó mirando como un estupido como acababan de desaparecer ante sus narices... Eso si que no se lo esperaba. Des invocó el escudo y se quedó por la zona perdido buscando algún rastro o señal de que o quienes eran, pero muy muy molesto... Miró a ver si encontraba su apreciada espada pero sin mucha esperanza de encontrarla...

Ahora solo quedaba esperar a que aquel dios apareciera...

La espada se encuentra sobre el césped, justo donde estaba hace unos instantes el enemigo en el que se había clavado, manchada por su sangre hasta la empuñadura.
Al acercarte y fijarte mejor, descubres las huellas de tus atacantes, que se internan en el parque, alejándose de la zona del parque. Cuatro juegos de pisadas claramente diferenciables.
Era posible que hubieran llegado de forma diferente a la que huyeron. Y quizá aún estuvieran cerca.

Limpió la espada en el lago en un santiamen, la envaino y corrió en la dirección de las huellas... Necesitaba respuestas...

Tras unos minutos atravesando maleza y algunos arbolillos llegas a una zona algo mas apartada del parque.
Sobre el suelo, las huellas acaban en un conjunto de cuatro círculos de metro y medio en los que se ve que la hierba ha desaparecido, dejando al descubierto la tierra húmeda bajo ella.

En fin... - dijo tratando de no perder la calma mientras miraba aquellos circulos. En la mente de Einherjer no para de fluir una nueva idea "me he ganado otro poderoso enemigo". Miró a un lado y a otro en busca de algo que no sabía que era hasta que se decidió - iré a buscar al Rey de los pobres o lo que fuese... a lo mejor puede ayudarme - y reanudo la marcha en la dirección del ultimo sitio donde había contactado con él cuando Eochy los llevó...

Tras otras cuatro o cinco largas horas, consigues regresar a la zona de almacenes de las afueras de la ciudad. La distancia real es mucho menor, claro está, pero tener que esquivar y evitar los grandes equipos de salvamento y desescombro que siguen trabajando sin respiro en la ciudad te ha obligado a desviarte en mas ocasiones de las que considerarías necesarias.
Enormes montones de escombros son retirados por las palas y transportados hasta las afueras de Boston gracias a unos camiones de tamaño imposible cuyas ruedas son tan altas como hombres. Cientos de personas se mueven por aquí y por allá como hormigas trabajando sin descanso.
La mayoría de los edificios tienen las luces encendidas, aunque hay muchas ventanas a través de las cuales no se ve ninguna luz. Quizá demasiadas.

La zona de los almacenes está silenciosa. Los equipos de limpieza aún no han llegado hasta allí. Y seguramente no llegarán en mucho tiempo, pues hay zonas que requieren una atención mucho mas urgente.