Partida Rol por web

aqui es donde donde pasareis una buena parte del tiempo, es el campamento de entrenamiento donde podreis practicar y aunmentar vuestras habilidades.

Esta es la bella ciudad de Pompeya, sus calles pavimentadas de piedra pulida hacen gala de los grandes avances de civilizacion de la cultura Romana, las calles pavimentadas, los acueductos, los tempols, las termas y al fondo el circo, donde des hoy vivireis y morireis. Llegais alli en una carreta de madera dentro de una jaula como si fueras animales salvajes, casi vais afinados muy juntos de modo que apear de los baches, no correis riesgo de caer, la gente os grita hasta que llegais a la puerta del campo de entrenamiento.

cuando llegais veis a varios gladiadores entrenando un hombre con ropas raidas os da la bienvenida.

Buenas prisioneros, habeis sido traidos aqui desde lejanas tierras. En vuestras ciudades erais hombres libres, aqui sois esclavos, debeis luchar para vivir, si luchas bien y con dignidad vivireis, sino morireis con deshonor. Podreis comprar vuestra libertad si vivis lo bastante y no os gastais vuestras ganancias en mujerzuelas y vino. Este es un trabajo no demasiado malo, se gana mucho dinero, de hecho aqui hay hombres que compraron su libertad y han decidido seguir entre nosotros, ya que se gana ma aqui, que como soldado. Bien, ahi delante teneis el equipo, dentro de un rato tendremos la clase con el maestro de anatomia, y luego practicareis con las espadas de madera y los muñecos, los domingos lunes, miercoles y viernes y algun domingo hay combates, asi que practicad y coged nombre, es vuestra unica opcion de salir de aqui, vivos.

Caciro mira hacia los lados y ve a los hombres que le acompañan, todos extraños y hablando lenguas extrañas, está desorientado, añora su tierra llena de montañas y rios, añora su familia y su gente, añora su libertad.

Acaba de escuchar en lo que se va a resumir quizas el resto de su vida, matar o morir, es lo único que importa.
Quizas en algún momento tendrá que matar a alguno de los hombres que ahora le acompañan e intentará que no le tiemble la mano.

Su gesto se tuerce mientras acaricia su colgante

"Tengo que volver a casa y si tengo que matar a toda Roma lo haré"

Guardo silencio ante las palabras del hombre y miro al cielo ante el fuerte verano que nos agobia

Esto será mejor que morir en el desierto...Susurro para mi mientras siento como todos se observan entre si..

Thronwim se mantiene unos instantes mirando al frente, escuchando atentamente las palabras del hombre que les ha recibido. Conoce el idioma, pero no tiene aún la soltura necesaria como para entenderlo según lo escucha, así que repasa las palabras una a una hasta estar convencido de lo que ha dicho su anfitrión.

Las espadtas de maderra son parra luos nuiños. Nusotros somos hombgres.

Sus palabras son arriesgadas, sabe que no está en posición de exigir, no esta en posición de retar. Tal vez los otros hombres que han entrado con él son mucho más diestros y le darán muerte en un instante, pero al parecer eso es lo que hacen aquí, luchar y morir.

Me movería a saludar a alguno de mis compañeros, pero, ¿qué sentido tendría conocernos, si más tarde tendríamos que matarnos?
Tomo mi brazo izquierdo con mi mano derecha, empezaba a sentir un frío por el cuerpo.
Todos ellos deben de tener una familia, y unos amigos,...
Miro directamente a los ojos de Marco.
¿Debería de decir algo?

*Golgarien, mira con desprecio las armas de maderas, y a los novatos romanos portandolas, luego escucha mas o menos familiar, en cuanto a la acento, para que es de su tierra de germania, pero no habia estado a su servicio en el ejercito, suspira y dice...

SOn para niños, y encima son muy pequeña, dadme un buen hacha y te dire como se corta cabezas en mi tribu, agggg, que aburrimiento...

*Suspiro con resignacion, tras ver el alrededor, mientras piensa...

Y esto es una de las famosas ciudades Romanas???, sin honor y tratando a los hombre como niños o cadetes, que verguenza, yo aprendi con un hacha  de verda y no con esta birria.

Observo a cada uno de los gladiadores que se encuentran allí sopesando sus posibles defectos y virtudes, con un gesto de desagrado.

Tengo que conseguir el dinero para comprar mi libertad.

Si, eso es lo que pensais todos nada mas llegar, que las armas de aprendizaje no sirven para nada, pero lo cierto es que lo que se busca aqui es que entretangais a la chusma y a los senadores igual que lo haria una bailarina o un musico, la gente paga, y paga mucho por veros luchar, aqui nuestra mision es adiestraros para que la lucha sea vistosa, y feroz, y tambien real desde luego que si, pero vereis, en los ultimos 10 años esta escuela de gladiadores ha perdido a 10 hombres solo a 10 y hay combates de 3 a 4 veces por semana, podeis seguir nuestras indicaciones y con mala suerte ser uno de esos diez, o con la fortuna de cara, no serlo y  vivir o no seguirlas, hacerlo a vuestro modo y morir en el primer combate. Esta sera la unica decision que tomareis en este campo de entrenamiento.

veis a un grupo de hombres entrengando.

Acercándome al entrenador.
¿Cuándo comenzaremos y en qué se basarán nuestros entrenamientos?
Pregunto intrigado.

Empezais ya mismo, lo primero conocereis la fisionomia y la antomia de vuestro cuerpo, donde estan los puntos letales, las heridas graves y las que apesar de no ser mortales acaban provocando la muerte, hay que procurar realizar heridas en lugares no letales, la gente quiere sangre, no una carniceria, al final el publico decide si se ha de morir o  vivir, pero recordad que esto aunque desde fuera lo parezca no ha de ser un combate a muerte.

cada uno buscara las armas que mas se le asemejen y se le instruira en el manejo de las mismas los entrenamientos duran por la mañana desde las 7 a la una que es cuando parareis para comer. Por la tarde de 4 a 7 el resto del tiempo lo dispondreis como querais, debereis volver aqui no despues de las 11 horas si un noble os invita a un banquete tendreis autorizacion para no regresar a las 11 esa noche. Por cada dia de entrenamiento se os proporcionaran 5 monedas para que en vuestro tiempo libre podais moveros por la ciudad.

Se que no es lo mismo que estar libre. Yo mismo hace años fui como vosotros, un prisionero de guerra y obligado a matar a muchos de mis compañeros, entonces no podiamos salir del recinto mas que para luchar y nada de lo que os he contado estaba contemplado, despues de cada combate habia que cortar la cabeza del perdedor y motrarla al pubico. Esta nueva situacion me ha llevado mucho tiempo que podais disfrutarla, aprovechad pues la ocasion que se os brinda.

Escucho atentamente las palabras del viejo y miro a mi alrededor. Por un lado un gran circo, con su arena donde algunos hombres practican con espadas de madera, por el otro los hombres con los que venía en el carro.

Uno de los germanos con los que viajaba abre su boca para dejar constancia de la niñeria que supone luchar con armas hechas de palo, puede que tenga razón, pero observando como se afanan los hombres en la arena con tan ridículo armamento parece que es más importante de lo que aparenta.

Parece que lo primero será tener una clase de Ciencias del cuerpo, ¿Los Romanos entienden de ciencias? Creia que solo los que abrazabamos la verdadera fe en Dios y su profeta entendiamos de esas cosas. Aunque yo soy hijo de granjeros y pastores y no entiendo una palabra de erudición y estudiosos.

Espero a que el anciano termine de hablar y formulo una pregunta: ¿Tendremos que comprar nuestras propias armas para los combates o nos las proporcionareis?.  

Todo lo que necesiteis para la lucha os lo proporcionaremos al igual que comida y alojamiento.  Bien, si me seguis os hare de guia por la que va a ser vuestra casa. Marco hace una señal y dos hombres les quitan los grilletes y cadenas dejandolos libres luego otra señal y un hombre se pone en el centro a vigilar que el resto de hombres sigan practicando. Bien seguidme. Marco comienza a andar por un gran ojo de buey que da acceso a la arena es la entrada principal. Por aqui es por donde entrareis y saldres de la arena, las otras entradas son para los prisioneros y condenados legales para escarnio publico y para las fieras que acabaran con ellos. Entra por el pasadizo y tras unos veinte metros andando llegais a una habitacion cuadrada grande hay unos banco de madera y unos muñecos de madera vestidos de todos los tipos de gladiadores posibles, completamente equipados,  hay varios clavos en la pared donde los hombres dejan la ropa y se visten para los combates y al fondo tres piscinas la estupefaccion os recorre el cuerpo HAY UNAS TERMAS en lo que parece un vestuario de gladiadores, tambien hay dos o tres hombres y mujeres llevando agua caliente a una piscina. Estos son los vestuarios, antes del combate os aseareis tomareis baños en las termas os daran masajes de aceite y os preparareis mentalmente para el combate, no sabreis con quien combatireis haste el momento de saltar a la arena.

Aquello comenzaba a resultarle demasiado extraño. Eran prisioneros de guerra, o eso creia de todos los que habian llegado en el carro con él. Su objetivo era luchar, matar y morir hasta alcanzar una libertad ficticia. Pero parecia que tenian demasiados privilegios, parecia una trampa.

Esto es un insulto para nosotros, no somos mas que los titeres para sus risas.¿Donde esta el desprecio que nos deben mostrar?.

Marco vuelve a salir por la puerta del fondo llegais a un pasillo circular que tiene habitaciones solo a la parte derecha. abre la puerta de una de ellas y veis ocho literas. Bien este es vuestro dormitorio los ocho nuevos vivireis juntos. familiarizaros, vestiros y a entrenar. Luego sale de la habitacion y os deja solos.

Camino hasta el centro de la habitación.
¿Qué pensáis de todo esto? Pregunto mientras no dejo de perder vista de toda la habitación, moviendo la cabeza, como si estuviera perdido, tratando de memorizar la habitación.

Asi que seremos compañeros de habitación, tal vez combatamos juntos alguna vez y enfrentados en la mayoria de ocasiones, aunque por ahora parece que tendremos que convivir. Maldita la hora en la que me capturaron...tal vez lo mejor sea luchar y esperar una muerte rapida...tal vez deba encargarme de mi propia muerte.

Los pensamientos mantenian a Thronwim algo alejado de la realidad, hasta que uno de los hombre habló.

Sincerramente, io pienso quie los ruomanos no sabren tratar a los esclavos. Nos visten, nos dan de comerr y nos limpian acambio de que nosotrros, luchemos.

¿Estan locos? O solo me lo parrece a mi.

Tras esto Thronwim estalló en una potente carcajada.