Partida Rol por web

Vidas pasadas

Interludio: Gritos en Metrópolis

Cargando editor
08/11/2010, 20:21
Director

INTERLUDIO

Estaban muy lejos pero veían claramente los rostros desorientados de los cautivos. La escena flotaba en el aire de un enorme salón hecho de espejos, reflejándose una y otra vez en todas las direcciones posibles. En aquella sala había dos figuras femeninas que observaban a través del tiempo y la distancia aquellos sucesos. Una de ellas parecía una representación de las Gracias de Rubens. Una mujer de formas carnosas apenas veladas por una fina gasa que revoloteaba a su alrededor. Su rostro, sin embargo, carecía de humanidad. Al igual que los reflejos de los espejos variaba una y otra vez para adoptar diversas formas cambiantes. Era molesto observarla directamente. La otra mujer podría bien ser la pesadilla de un fumador de opio. Una mujer alta, esbelta, cubierta por un traje negro que se movía de forma inquietante. Si alguien pudiera prestar más atención se daría cuenta de que el tejido eran en realidad cientos de arañas que se apelotonaban unas encimas de otras, retorciéndose agónicamente. El rostro de la segunda mujer iba cubierto por una mascara blanca sin labios. Sus ojos negros, sin pupilas, parecían atravesar a aquellos humanos que se retorcían en la habitación.

- Netzaj lo sabe.- dijo la mujer de las Arañas - Alguno de sus líctores lo ha descubierto.

- No esperaba menos.- contestó la otra con la voz y el rostro de una anciana - Lleva siglos tras la pista... Incluso cuando servía al Demiurgo ya sospechaba.

- Otra vez destrozarán tu plan.

No había ningún tipo de pasión en esas palabras. Era una afirmación sólida. La mujer paseó alrededor de la escena dejando que los espejos reflejaran su cuerpo en todos los ángulos posibles. Luego levantó una mano señalando la puerta de la sala de exposiciones:

- Deben escapar por Metrópolis... Será su única oportunidad.

- Allí serán cazados. No recuerdan las Reglas.

- Si permanecen en la estancia morirán igualmente. Y sus memorias nuevamente sufrirán el castigo del olvido. ¿Podrá tu Líder soportar eso de nuevo?

- El tiempo es eterno Tifaret. Parece mentira que seas tú quien lo dude.

- No, Malkut. Ni es eterno ni deja de serlo. ¿Te has acabado creyendo tu propia Mentira del Elíseo? Esto ha sucedido y volverá a pasar. Pero ni siquiera nosotras podemos ver más allá del Velo del Demiurgo... todavía. Pero si tu Líder lo consigue...

- Entonces tendremos un nuevo Demiurgo. Hemos esperado esto durante siglos.

Tiafaret, la mujer de las arañas, asintió. Repitió las palabras como si fuera la primera vez que lo hacía:

- Deben escapar por Metrópolis... Será su única oportunidad.

Malkut asintió. Sabía que Tiafaret, la Señora en la Tela, la ayudaba sólo para obtener el control del nuevo Demiurgo para luego suplantarlo. El rostro cambiante sonrió desde un millón de perspectivas. Y también sabía que Tiafaret conocía sus sospechas. Pero por el momento seguían siendo aliadas. Ambas querían lo mismo. El Líder debía recuperar lo que era suyo.

- Abriremos la puerta a Metrópolis.- contestó finalmente.

Los espejos reflejaron el gesto de Malkut cuando alzó los brazos. Tifaret se entretuvo un instante mirando la escena de la sala de subastas para, finalmente, alzar también los brazos.

Al otro lado de la Mentira se abrió una puerta.

Cargando editor
08/11/2010, 20:42
Director

Al otro lado de la Mentira un grupo de desconcertados personajes daba vueltas encerrados entre extraños recuerdos en una sala de subastas. De pronto se oyó un ¡click! cuando la puerta de la misma, que hasta el momento había parecido imposible de abrir, se entreabrió ligeramente. Las miradas de todos se centraron en la puerta... no estaba abierta más de un par de centímetros pero ahora podían salir de aquel lugar...

Cargando editor
09/11/2010, 14:48
Keith Hunter

A la confusión existente en la sala de subastas debido a los inusuales acontecimientos, debía sumarse para Keith, un sinfín de sentimientos y sensaciones que creía ajenos, pertenecientes a gente que nada tenía que ver con ella, pero que cada vez más le hacían creer que existía algún tipo de nexo que diera sentido a haberlos experimentado.

Para una anciana dedicada a reunir antigüedades, las experiencias de Ana Dupont, (monja parisina en plena Revolución Francesa) y Caterina Vendiri, (noble dama enviada por el Papa al escenario de la caída de Bizancio), suponían un salto cualitativo en cuanto a vivencias extremas.

Después de pasar unos instantes procurando reincorporarse y recuperar la compostura en medio de aquella peculiar subasta, echó un vistazo a su alrededor todavía sin terminar de procesar todo cuanto había ocurrido. De pronto, la puerta que había mantenido encerrados a todos los presentes en aquella sala, se abrió dejándoles libertad para cruzar su umbral.

-Fíjense! -exclamó -La salida está abierta! y no se ustedes, pero yo no tengo intención de continuar aquí. No se a ciencia cierta que está ocurriendo... demonios!, a estas alturas ni siquiera estoy segura de saber quien soy, pero sí se algo: que sea lo que sea que debo hacer, no debo hacerlo aquí...

 Tras estas enigmáticas palabras, la señora llevada por una extraña pasión que la hacía parecer casi hipnotizada o con unas terribles ganas de abandonar aquel lugar, puso rumbo a la puerta sin que aparentemente nada le importase más que cruzarla. Su edad y los últimos acontecimientos, habían hecho que una anciana asustadiza, empezase a temer menos lo desconocido para dar prioridad a obtener respuestas. Su concepto de la realidad y su propia vida se habían trastocado, y para bien o para mal, el ser humano es y ha sido siempre curioso. Está en su naturaleza.

Tal vez ahora encontrará la tranquilidad que en su interior siempre ha buscado... de un modo u otro...

Cargando editor
09/11/2010, 19:29
Tom Prescot

Sí, ahora
lo recordaba… Aún no todo, pero ahora las cosas parecían tener más sentido. Dirigió
su mirada furibunda, al principio, a aquel que les traicionó en el pasado,
aquel a quien dieron muerte, mas pronto, pasó la mirada. Esta era otra vida,
otra época, otro lugar, y todos eran los mismos pero eran diferentes, al igual
que el río siempre es el mismo, mas nunca te bañas dos veces en el mismo…

Luego,
volvió su atención al pobre malherido que se desangraba a su lado.

-         
Venga,
tenemos que salir de aquí. Nunca hay que desaprovechar una oportunidad. ¿Podrás
aguantar? – le preguntó mientras se arrodillaba para pasar el brazo del hombre
por sus hombros, a fin de ayudarle a caminar.

 

Él tenía
respuestas. Él sabía más que ellos. Les haría falta, fuera lo que fuese lo que
aguardaba al otro lado de la puerta a la que la anciana se dirigía tan rauda.

 

Cargando editor
10/11/2010, 02:03
Brandon Crown

Crown, que no alcanzaba todavía a comprender todo lo que había pasado, miro al malherido una vez más antes de alejarse de éste, como si de repente ya no le interesara que un ser humano se estuviera desangrando como un pobre perro.

¿Qué era lo que estaba pasando allí? Para una mente tan estructurada y material como la suya los viajes temporales y los recuerdos de "vidas pasadas" pertenecían al mundo de la ciencia ficción; pero la verdad es que estaba muy consciente de lo que había vivido, y por ello todo le parecía demasiado loco y confuso.

Aunque la curiosidad le carcomía, Crown no estaba dispuesto a quedarse ahí pensando. Quería respuestas y las quería ya; y cuando vio la puerta abrirse supo, sin mucha deducción, que lo mejor era salir de allí, que allá afuera se encontraban las respuestas que requería.

Se acerco hasta donde estaba el herido una vez más, y agachándose cerca del hombre de lentes le dijo con voz amigable:

- Dejénme ayudarles. Creo que si los dos lo cargamos este hombre irá más cómodo, si es que cabe.

Cargando editor
10/11/2010, 09:36
Director

Entre Brandon y Tom levantaron al malherido Daniel. El hombre se quejó un poco pero con el pequeño apaño casero de una venda hecha a partir de una camisa parecía que su herida había cesado de sangrar.

Mientras hacían esto la señora Hunter asomaba su rostro por el umbral de la puerta, ignorando el cadáver del subastador a sus pies. No pudo reprimir un grito sofocado. ¡Afuera ya no estaba el hall del hotel! En lugar de eso lo que les esperaba era el interior de un viejo templo medio derruido. Había columnas que se alzaban hasta un domo enorme, similar al que se encontraba en la ciudad de Roma, y la luz tenue entraba por unos pequeños ventanales situados en lo alto. El lugar estaba polvoriento y parecía abandonado desde hacía siglos. Un arco al otro lado del domo conducía al exterior, de donde venía, más luz a lo lejos.

¿Estaban soñando de nuevo? Aquello era una locura...

Cargando editor
10/11/2010, 10:53
Darel Wallace

Darel llevaba un buen rato 'paseando' por la sala como un perro enjaulado que no hace más que esperar nervioso a la hora de su sacrificio. Por si fuera poco, se sentía enfermo, apagado, otros de los asistentes allí parecían haber vivido más vidas que él y con cada una de ellas aparentaban sentirse con más energías para continuar, con más ganas de saber qué estaba ocurriendo en aquel lugar...

...pero Darel no.

Necesitaba sentarse y descansar o le daría un ataque, pero no podía sin sufrir algún tipo de ataque de ansiedad. Creía que su momento había llegado y todo aquello era un simple juego macabro para llegar a un único e inequívoco final, como en una de sus películas. Cuando pensó eso le entró aun más si pánico y quiso despertar. Por una décima de segundo sintió que era otro sueño, pero no tardó mucho en cerciorarse de que no era así.

Cuando Keith descubrió que la puerta se había abierto casi toda la ansiedad que Darel albergaba había desaparecido: estaba harto de aquella maldita sala, de aquellos objetos de subasta y de todo en general... necesitaba ver otra cosa, lo que fuera.

- Salgamos de este maldito antro. - murmuró con voz audible. Se adelantó para alcanzar la puerta y fue entonces cuando vislumbró lo que había al otro lado... y no sintió miedo porque en su mente solo existía la idea de salir de aquel lugar.

Cargando editor
10/11/2010, 12:06
Daniel Callahan

Daniel miró a los dos hombres que se ofrecieron a ayudarle y les sonrió amable. Su rostro intentaba ocultar la realidad; el dolor le estaba matando pero no era un momento para ocuparse de ese problema.

Acompañó al resto al extraño lugar que se adivinaba tras la puerta y se quedó unos instantes observándolo. Eso no debería de estar ahí pero lo cierto es que estaba y, de alguna manera, a Daniel no le sorprendía. Todavía quedaban latentes esos recuerdos de antaño que atormentaban cada día al hombre y eso le hacía no extrañarse de muchas de las cosas por las que el resto de mundo se extrañaba.

—¿Alguien reconoce este lugar? —dijo entre toses, en voz baja aunque todo lo alta que podía en su estado—. Cualquier cosa que recuerden de este lugar puede sernos útil para reconocernos en uno de nuestros sueños...

Daniel calló como temiendo haber hablado de más. ¿Qué podría llevarle a pensar que el resto le entendería?

Cargando editor
10/11/2010, 13:13
Harlan Ocean

Harlan estaba conmocionado, acababa de recordar dos de sus vidas con diferente pero igual final, su muerte. Miraba a Brandon y a Prescot con cierto rencor, y aunque comprendía porqué, prefería no darle más vueltas al asunto, el pasado se quedaba en el pasado, siempre lo había hecho asi, siempre había dejado lo malo atrás, esta vez no tenía porqué ser distinto.

Al escuchar la puerta abrirse, salió detrás de la señora Hunter, desesperado por abandonar aquel lugar lo antes posible, dejando, una vez más, todo atrás, queriendo olvidar lo más rápido posible esa noche.

Pese a todo lo que había pasado no dejaba de pensar en todo el dinero que iba a perder por no poder llevar a cabo el trabajo para el que le habían contratado, pero, qué demonios, en ese momento era más importante salvar la vida que unos cientos de dólares en el bolsillo, ya habría más trabajo.

Salió por la puerta y se quedó atónito al ver el lugar en el que se encontraban, ¿donde había ido el hall del hotel? ¿estarían soñando otra vez? no....esta vez era él, no la encarnación de un desconocido de otra época. Salió de su ensimismamiento al escuchar a Daniel.

 - No me importa que sea este sitio, ni creo recordar haber estado nunca aqui, ni en esta ni en otra vida....-hizo una pausa para tragar saliva. - Sea como fuere, debemos salir de aqui lo antes posible y saber donde estamos exactamente. - Miró a Daniel y luego a Crown y a Prescott - No dejemos que lo ocurrido en el pasado, haya sido lo que haya sido, nos desvíe de nuestra tarea ahora, debemos salir de aqui....

Se giró y se encaminó hacia el arco, que parecía ser la salida.

Cargando editor
10/11/2010, 19:14
John Talbot

El policia tardo mas que el resto en reaccionar. Su mirada perdida reflejaba un estado de introspeccion y agitacion mental. Habia un monton de hipotesis en su cabeza: las que relacionaban aquello con un sueño, con el purgatorio o la esquizofrenia. Pero ninguna le parecia suficientemente buena. Y tambien estaba la paz de la muerte, algo que le tranquilizaba ¿Volveria a morir tragicamente?

El chico se dirigio a la puerta detras de los demas y con cierta prisa, iba a llevarse la mano a la emisora de radio que lucia en su cinturon para pedir una ambulancia cuando de repente vio aquel extraño panorama en frente suyo.

Los pasos de Talbot se amortiguaron al instante hasta detenerse y su mirada recorrio todo el paisaje. Las voces de sus compañeros sonaban como un eco lejano mientras el trataba de asimilar lo que estaba ocurriendo

- ¿Que es este lugar?

Dijo mas para si mismo que otra cosa. Entonces algunos se decidieron a adentrarse en aquel oasis, a lo que John les detubo un segundo con sus palabras:

- Esperad, creo que no deberiamos separarnos.

Hizo una pausa para intentar ordenar sus pensamientos y razonar bien los miedos que le hicieron decir aquello

- Nadie sabe que es este jodido sitio. Mas vale que vayamos todos juntos si tenemos que andar por ahi..

Asi, se avanzo para situarse al lado de Harlan Ocean y espero de cara a sus compañeros para ver si se decidian a hacer lo mismo

Cargando editor
10/11/2010, 20:15
Director

El grupos se arremolinaba ahora en aquel extraño templo, como intentando adaptarse a la nueva situación. Después de lo vivido por cada uno ya nada podía resultar tan bizarro como para dejarlos parados por la perplejidad.

Harlan avanzaba seguro hacia el umbral. Los demás no iban con tanta ansia pero cuando el policía se adelantó hicieron otro tanto. Sin embargo cuando alcanzaron el umbral del templo todos quedaron en silencio inmóviles.

Ante ellos se levantaba un bazar que podría competir con cualquiera de los relatos de las 'Mil y una noches' en tamaño. Los tenderetes se arremolinaban sobre el suelo arenoso y contra las estructuras de piedra de los edificios. Edificios que se encontraban en distintos estados de destrucción. Porque aquel bazar, aunque estaba lleno de gente, parecía estar en medio de una zona de guerra. El cielo no se veía tapado como estaba por nubes de polvo rojizo. En algún lugar se escuchaban disparos lejanos y explosiones. Ruidos como de una ciudad en guerra. En aquel escenario imposible se movían, como muertos vivientes, personas vestidas apenas con harapos que intentaban comprar los artículos expuestos por orondos mercaderes tocados por turbantes. Había un rictus de desesperación en cada rostro, en cada ojo vidrioso y desesperado. ¿Dónde estaban? ¿Qué era aquello? Podría pensarse que se trataba de un bazar en la antigua Estambul, pero había armas de fuego en algunos puestos. Podría pensarse que era un lugar de lujoso comercio, pero los habitantes parecían maltratados por el hambre y la desesperación. ¿Era un lugar en guerra? ¿Y las explosiones? ¿Y los disparos?

Toda la cordura parecía desvanecerse en aquel sitio...

Cargando editor
10/11/2010, 21:37
Tom Prescot

-         
Gracias
– respondió a Brandon, acompañando sus palabras por una mirada sincera de
agradecimiento.

 

Su mirada se
movía de un lado a otro, sin prisa, pero sin pausa. Parecía querer apreciar
cada detalle de las paredes y piedras que les rodeaban. No obstante, la
curiosidad de su mirada no era acompañada por la perplejidad y asombro de sus
compañeros. Aceptaba lo que sus ojos le mostraban como si aquello fuera normal
y sintiera meramente la intriga de descubrir un nuevo lugar.

- De
momento, no recuerdo nada de este lugar, señor… - dejándolo en el aire,
esperando la presentación de Ocean.

 

Apenas habían
dado unos pasos más los tres juntos camino a la puerta, cuando Harlan se dirigía
a ellos. Llevaba razón. Era mejor dejar el pasado donde se quedo.

-         
Dejémoslo
atrás y quedémonos con lo aprendido. Recordar lo aprendido, es una bendición
que deberíamos saber apreciar – le replicó calmado, tratando de sonar afable.

 

Tras cruzar
el umbral, una ciudad extraña les aguardaba. La curiosidad que sentía, no hizo
sino crecer. Anticiparse a los sucesos, era la clave para sobrevivir, y para
ello, necesitarían adaptarse lo antes posible al entorno. La información era la
clave de todo el proceso.

Continúo
andando, sin pararse. Podía seguir escudriñando conforme avanzaban a un ritmo más
lento del habitual para no torturar al pobre Harlan.

- Lleva razón,
agente. – alcanzando a John junto a sus dos compañeros de trío – Será mejor que
vayamos juntos a descubrir a donde nos ha traído Matrix esta vez… 

Cargando editor
10/11/2010, 22:42
Brandon Crown

Ante las palabras de Prescot, Crown asintió con la cabeza mostrando así su conformidad con el plan del policía.

¿Dónde estaban? ¿Qué era aquello? ¿Qué fuerzas extrañas llevaban a un montón de desconocidos de un salón de subastas al bullicioso bazar? Aquellas caras casi muertas, las armas y el ambiente de muerte se le hacían conocidos a Crown, y por ello el hombre no se sentía nada conforme, más aún cuando no se encontraba él vestido de militar ni detrás de una poderosa arma.

- Si hacemos algo estúpido caeremos aquí como unos tontos. Como bien dice el policía hay que permanecer juntos e intentar pasar lo más desapercibidos posibles - dijo Crown en voz baja. - Espero que aguante el viaje, señor - le dice a Callahan con un tono más distendido de voz. - Seguramente encontraremos un buen lugar donde curarle.

Cargando editor
10/11/2010, 23:07
Daniel Callahan

Calahan entorno una sonrisa que más que una complacencia parecía un acomodo del gesto al dolor que le producía la herida.

—Eso espero —fue lo único que pudo decir de nuevo atropelladamente entre toses.

Una vez avanzado lo suficiente se quedó observando el lugar, quizá intentando asemejarlo a algún evento pasado. Parecía que el resto quería prescindir del pasado pero a Daniel se le repetía una y otra vez su elección. Todo debía de ser conexo... ¿pero cuál era esa conexión?

Cargando editor
11/11/2010, 01:26
Keith Hunter

Al abandonar al fin la sala de subastas, Keith se encontró con un misterioso templo semiderruído cuyo fondo se encontraba enmarcado en un más que bien iluminado arco que daba paso a otra estancia. Armándose de valor y sin vacilar, avanzó examinándolo todo, mirando hacia todas partes, con la intensidad y determinación propias de un ser humano mucho más joven.

En poco tiempo, al no haber nada que la obligase a detenerse, cruzó el arco y se encontró con un surrealista e inmenso bazar en el que había muchísima gente con una expresión casi vacía haciendo las veces de marionetas vivientes. Entonces se detuvo y observó como se movían. Sus actos sugerían un comportamiento coherente con el escenario, pero al tiempo, a Keith le parecieron totalmente carentes de voluntad.

Para colmo, el ambiente se encontraba tremendamente enrarecido por un cielo cubierto de polvo que se justificaba con un sonido incesante de explosiones y disparos de los que desconocía su procedencia, pero había algo en aquel lugar que de una forma completamente inexplicable la hizo sentir segura, sin miedo a sufrir una muerte horrible ni de ser alcanzada por aquellas balas y demás.

Allí, parada en medio de aquella vorágine, abandonó su actitud callada y pensante para dirigirse a los demás recién salidos de la sala de subastas: -Señores y señorita, por favor, díganme que alguno de ustedes puede empezar a explicar algo de lo que nos está ocurriendo. En todos los años de mi vida no había visto nada semejante... ¿qué es lo que vamos a hacer?, -dijo mientras se secaba la frente con un limpísimo pañuelo blanco que llevaba a todas partes. Acto seguido, buscó alguna expresión de suficiencia y saber hacer en alguno de sus acompañantes, alguien que pudiese tener una ligera idea de cual sería la mejor manera de proceder.

Como había hecho antes, poco a poco se iba adaptando a las situaciones nuevas en su vida, pero esta en particular se llevaba la palma y le estaba costando un poco más de lo habitual.

En cierto modo y aunque su achacoso cuerpo se negase, su mente había adquirido una amplitud de miras que a priori habría sido del todo inesperada, había casi renacido. Empezó a pensar que casi con toda seguridad y en muy poco tiempo, acabaría por descubrir que sus conocimientos y experiencias aunque ricos, serían a todas luces insuficientes para explicar su experiencia actual... y eso le resultaba muy atractivo e intimidante al mismo tiempo.

Cargando editor
12/11/2010, 11:21
Director

Casi de forma instintiva el grupo se hizo más compacto. Nueve personas moviéndose juntas habrían llamado la atención en cualquier lado pero en aquel lugar parecía que nadie estaba atento más que a sus propios problemas. Al mezclarse entre el gentío les llegó el olor de la muchedumbre: sudor, polvo... Pronto se dieron cuenta que estuvieran donde estuvieran aquella situación no era normal: podían ver ropas y aspectos de varias épocas históricas. La mayoría parecían orientales vestidos con restos de túnicas, pero también había personas que parecían provenir de los primeros tiempos de la revolución industrial y otros de la época actual. Lo que unía a todos era su aspecto de pordioseros. En contraste los mercaderes parecían uniformemente sacados de un bazar árabe medieval, todos con aspecto rollizo y protegidos por enormes negros armados con cimitarras.

De pronto el grupo se dio cuenta de que una figura los seguía. El individuo destacaba con respecto a las demás porque no tenía aspecto demacrado. Más bien al contrario: era de constitución fuerte y su rostro moreno sin afeitar se les antojaba el de un aventurero. Al verse descubierto el tipo no hizo más que un gesto con la cabeza, como invitando a los otros a que lo siguieran, y se metió en un callejón cercano.

Cargando editor
12/11/2010, 11:55
Harlan Ocean

Harlan se movía con el grupo, bastante confuso y a la vez curioso, pues veía en el mercado objetos que, de moverlos por los conductos adecuados, le podrían hacer inmensamente rico, aunque su máxima prioridad ahora era sobrevivir.

Viendo aquel mercado comenzó a pensar que podría ser una especie de punto de encuentro de viajeros temporales, lo cual le sonó ridículo en su cabeza tras haberlo pensado, pero ¿acaso no había visto ya suficientes cosas extrañas e inverosímiles como para dudar de que puidera ser eso realmente?

Además, los recuerdos de sus anteriores vidas hacían que este lugar no le pareciese tan extraño, no más que aquellas infernales alcantarillas en las que murió a mano de sus 'compañeros' y en las que leyó aquella carta que hablaba del futuro....

Se hallaba ensimismado en sus pensamientos cuando se dio cuenta del hombre que los estaba siguiendo e, instintivamente miró hacia él. No lo reconocía pero o hubiese calificado como una especie de Indiana Jones. Le sorprendió su gesto, como indicándoles que los siguieran, momentos antes de entrar en el callejón. Harlan se giró hacia el resto del grupo.

 - ¿Le habéis visto? Creo que deberíamos seguirle, parece.....distinto al resto de la gente que está aqui, puede que sepa más de nosotros y es posible que quiera ayudarnos....-se quedó en silencio un momento - Y en el peor de los casos siempre podremos informarnos mejor de lo que sucede aqui y de qué es este sitio.

Permaneció mirando al grupo, esperando la respuesta de sus compañeros.

Cargando editor
12/11/2010, 17:22
Tom Prescot

Mientras avanzaban, Tom aprovechó un momento de silencio
para presentarse y quitar un poco de tensión a la situación.

- Por cierto, quizás no me haya presentado aún, mi nombre es
Tom Prescot. Quizás sea útil que sepamos entre nosotros a que nombres
respondemos… - dejándolo en el aire para no presionar a quien no quisiera
presentarse.

 

Al cabo de poco se percató del hombre que les seguía e hizo gestos
para que se internaran en un callejón tras él. Asintió a las palabras de
Harlan.

- Parece nuestro único calvo ardiendo aquí – añadió con su
habitual voz calmada – A mí parecer deberíamos seguirle, sin bajar la guardia. Por
favor, recuerden que aquí es más probable que con quien nos topemos sea hostil
que amigable, y que no todos, a pesar de su aspecto, tienen porque ser
humanos... – dejándolo de nuevo en el aire sin añadir más explicaciones de a
que se refería exactamente. 

Cargando editor
12/11/2010, 17:37
John Talbot

El policia hizo un gesto afirmativo con la cabeza ante las aportaciones de Tom y Harlan

- Agente John Talbot del distrito 1,

Se presento segun estaba acostumbrado y luego observo a su alrededor

- Esto es muy extraño... dadme un segundo.

Entonces el chico se acerco a uno de los vendedores corpulentos

- Disculpe, ¿habla mi idioma? ¿Podria decirnos que lugar es este?

Pregunto no sin algo de temor, ya que todo aquello se le antojaba extrañamente peligroso, sobretodo el echo de que nadie se inmutara al ver a un grupo tan variopinto cargando un herido por la calle como si nada.

En todo caso, tras la fugaz pregunta volvio a juntarse con el grupo para, como comentaban los otros, indagar a cerca del tipo que les llamo la atencion.

Cargando editor
12/11/2010, 17:51
Brandon Crown

- Bueno, si vamos con las presentaciones, Brandon Crown, un placer. Ahora, pasando a la situación que nos atañe, sí, sigamos a ese hombre, pero tomando precauciones, no sabemos ni a que nos enfrentamos.

A Crown aquella situación no le gustaba. Que de repente apareciera frente a ellos un desconocido y que con toda la normalidad del mundo les pidiera con un gesto que le siguieran no era una cosa que uno veía todos los días. No, él desconfiaba; y si no fuera porque en aquella extraña balanza estaban llevando las de perder le hubiera gustado declinar y buscar las respuestas que necesitaba por sus propios medios.

- Lo mejor será que tengamos mucho cuidado, esto, al menos a mí, no me gusta, no sé si a ustedes también.